20220613

Cuatro años después, la mayor cita profesional del BEC está de vuelta. Este mediodía arrancará la 31ª edición de la Bienal de Máquina Herramienta (BIEMH), que hasta el viernes llenará la feria de muestras con 1.466 empresas expositoras, procedentes de 28 países. El encuentro vendrá acompañado además de otros cuatro eventos simultáneos: la feria ADDIT3D, dedicada a la impresión 3D y la fabricación aditiva; el espacio de transformación digital BeDigital, el Congreso IMIC, que reflexionará sobre el mantenimiento preventivo; y el certamen WORKinn-Talent Hub, que abordará las necesidades de personal y sumará una feria de empleo con 157 ofertas. Además del carácter expositivo, con 3.400 máquinas desplegadas en funcionamiento, también habrá espacio para conferencias con más de 230 ponentes internacionales, y oportunidades para los encuentros de negocio cara a cara. «Estamos convencidos de que será una feria en la que la industria reforzará su papel protagonista en la actividad económica y afianzará la recuperación», ha señalado el director del BEC, Xabier Basañez, quien destaca que la ocupación y la presencia de empresas confirmadas se aproxima a los números de la edición de 2018, cuando se alcanzaron los mejores datos de la última década con 42.000 asistentes. En los hoteles del entorno, como el Puerta Bilbao, han confirmado ya la ocupación plena.

José Pérez Berdud, CEO de Fagor Automation, donde ha desarrollado toda su carrera, es el nuevo presidente de la asociación AFM Clúster, Advanced Manufacturing Technologies. Este ingeniero zumarragarra de 55 años destila máquina-herramienta por cada poro de la piel. A las puertas de la 31 edición de la Bienal, que augura espectacular, repasa la situación y los retos a los que se enfrenta uno de los sectores más importantes de la industria vasca. Y se declara «optimista». "Creo que esta va a ser la mejor Bienal de la historia. Va a ser una feria especial. Desde el punto de vista anímico, seguro. Vamos 1.466 expositores de 28 países. Somos un sector de abrazarnos. Nos conocemos todos. Un sector en el que un mes después vuelves a coincidir con los mismos en los aeropuertos y en otras ferias. Y hay muchas ganas de hacer cosas. Nadie vende una máquina de dos millones por internet. Tú, que me vas a vender el servicio para toda la vida, me tienes que generar confianza. La pandemia nos ha dado herramientas pero no se puede prescindir del cara a cara...Ha dejado de ser una feria en la que solo se compran y venden máquinas para convertirse en un lugar en el que los clientes buscan soluciones completas a problemas de producción complejos. Llevamos cuatro años sin feria pero desarrollando muchas cosas e invirtiendo en I+D. Las máquinas ya hacen muchas operaciones: la multifuncionalidad. La digitalización y la inteligencia artificial han dado un triple salto mortal. Y están los centros tecnológicos, que tienen un nivelón de ‘Aupa el Erandio’..."

Pérez Berdud destaca que el sector muestra un arraigo notable, gracias a que en muchas ocasiones está conformado por empresas familiares. "–¿Tienen problemas como otros sectores para contratar talento? –Sí. Sobre todo para determinados perfiles. El principal arma que tenemos es el talento. Tenemos que atraer a los jóvenes, que se acerquen a la máquina-herramienta y le vean el ‘glamour’ que tiene. En la bienal vamos a tener un espacio para ello. Que vean que hacemos cosas muy competitivas y modernas. Y otra cosa muy importante es que las mujeres nos hacen mucha falta en la industria; es una asignatura pendiente y nosotros también tenemos que hacer talleres mucho más igualitarios. Junto a eso, tenemos que generar conocimiento; por eso el IMH, que forma parte de ese ecosistema y que saca cada año 350 alumnos y alumnas de FP y 60 ingenieros específicos. Piense que en general hay menos jóvenes que antes y menos vocaciones industriales. –¿Y los salarios?–Pagamos bien, y hay poca rotación. Pero lo importante es hacer ese trabajo de atracción desde edades tempranas. Como la economía tire para arriba esto va a ser una pelea..."

Javier Pozo, responsable de Formación para el Empleo de Egibide, se jubila después de 40 años exactos al pie del cañón. Comenzó como profesor en Diocesanas y ha ocupado varios puestos de gestión en lo que ahora es Egibide. Ha sido un observador aventajado del desarrollo industrial de Álava y de la evolución de la demanda de las empresas. Él se va pero deja deberes a quienes se quedan, «el reto de la FP es conseguir incrementar la percepción social que hay sobre ella», asegura. "Tenemos que tener más equilibrio sobre todo en qué hacemos y dónde lo hacemos. Si el conocimiento, el diseño y la ingeniería los tenemos en Europa está claro que debemos seguir manteniendo cierto volumen de fabricación también en Europa...Uno de los retos importantes es romper con los dos estamentos estancos que son la Formación Profesional y la Universidad. Debería ser una opción muy válida hacer las dos cosas ya que la FP te aporta habilidades, competencias y destrezas que no vas a adquirir en ningún otro lado. El reto de la FP es conseguir incrementar la percepción social que existe sobre ella tratando de dignificarla respecto a de dónde venimos. En las sociedades más avanzadas, por ejemplo en Alemania, el prestigio y el reconocimiento que tiene un mecánico no los tiene aquí...Va a hacer falta muchísima mano de obra en la rama de fabricación mecánica...Tenemos muchísima gente con ‘titulitis’ que no sabe hacer nada..."

La producción industrializada está cada vez más presente en la construcción, aunque en Euskadi el sector todavía no ha dado el paso de apostar a lo grande. Según asegura el director de Vivienda del Gobierno vasco, Pablo García Astrain, de momento «solo se usa en algunos chalés y bloques unifamiliares», por mucho que reconozca que sus ventajas son «notables». Tanto en reducción de tiempos, como en ahorros en energía y materiales, todo ello sin perder en «calidad». Para que este modelo constructivo consiga dar el salto a las grandes edificaciones residenciales, el Ejecutivo autónomo ha decidido predicar con el ejemplo en la promoción de 33 VPO que levantará en el barrio de Asu-Bareño, en Sopela. La adjudicataria solo podrá construir las casas empleando este sistema industrializado que elabora los módulos en el interior de una fábrica, de modo que sobre el terreno de la promoción solo tiene que ensamblarlos antes de rematar las obras. El Ejecutivo vasco ya ha sacado a concurso público por 6,2 millones de euros tanto la redacción del proyecto como la ejecución de unas obras que arrancarán en un año y deberán estar acabadas a principios de 2026. El borrador que ha elaborado el departamento de Vivienda contempla levantar edificios de planta baja más tres alturas y bajocubierta, «pero nuestro desafío es que con este modelo se consigan levantar construcciones de seis, ocho o diez alturas». Con este objetivo, la viceconsejería aprovechará todo el proceso que rodee a esta promoción para redactar un ‘Libro Blanco de Edificación’ que recoja las particularidades que caracterizan a esta técnica. Esto es, el documento que se elabore «sentará unas bases» a las que deberán ajustarse todos los bloques que, siguiendo este patrón, se levanten en el futuro en el País Vasco.

De acuerdo con la encuesta sobre la actividad empresarial (EBAE) que realiza el Banco de España, a lo largo del segundo trimestre del año se ha producido un aumento de la facturación de las compañías, si bien ligeramente inferior a lo estimado hace tres meses. Del análisis que ofrece la autoridad monetaria se hace patente la elevada heterogeneidad de la actividad por sectores. A la rama de servicios, que durante la pandemia fue la más castigada, le corresponde ahora ser la más beneficiada por la eliminación de las restricciones puestas en marcha frente al Covid. Es por ello por lo que a la hostelería, el transporte y el ocio, se suma el sector de la información y la comunicación, que ya experimentó un comportamiento positivo desde el inicio de la crisis sanitaria. En el otro lado de la balanza se encuentran la agricultura y las actividades administrativas. Sin embargo, el motivo de preocupación que puede extraerse de este trabajo realizado por Alejandro Fernández y Mario Izquierdo viene de la variable de los precios, tanto por el lado de los costes de producción como de la salida de los productos acabados hacia la venta. Pese a que el momento más álgido de las presiones inflacionistas puede haber remitido, lo cierto es que la amplia mayoría de las compañías, en concreto el 76,8% del total, siguen manifestando una continuidad en los aumentos adicionales de los precios de sus inputs productivos en el segundo trimestre, si bien representa 5 puntos porcentuales por debajo de los registros del trimestre anterior.

En España las empresas del país pagan un tipo nominal del 25%, que se reduce al 21,4% en el tipo efectivo. Según se desprende del informe Declaración de Sociedades 2021, presentado la semana pasada por el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF), está en la mitad superior de la tabla que clasifica la presión fiscal societaria de los países de la OCDE. En concreto, se encuentra en la decimocuarta posición de un total de 38 estados, si bien comparte el tipo nominal del 25% con vecinos como Austria, Bélgica o Países Bajos. Los tipos más elevados en 2021 estuvieron en Portugal (31,5%), Colombia (31%) y Australia, Costa Rica y México (las tres con un 30%). Otros países cercanos como Alemania (29,9%), Francia (28%) e Italia (27%) también superan a España, según los datos de los asesores fiscales del Consejo General de Economistas. Vista la diferencia entre las principales economías del mundo, cabe recordar que el debate que surgió en el G7 para acabar con la carrera a la baja entre jurisdicciones, y que posteriormente se trasladó al club de los países ricos, se centra en el tipo efectivo al que están sujetas las compañías. Es decir, lo que las empresas acaban pagando tras aplicar los beneficios fiscales correspondientes. Según calcula la Agencia Tributaria, las empresas españolas pagaron en 2021 el equivalente al 9,15% de su resultado contable positivo, es decir, del beneficio. No obstante, la cantidad sujeta al gravamen es la base imponible, afectada en 2021 por un tipo efectivo del 21,4%, un 4% mayor que el estimado para 2020. La cifra, algo por debajo del tipo nominal, supera con creces al mínimo del 15% que se quiere imponer en todo el mundo para las grandes multinacionales.

La segunda mitad de 2022 no será tan buena como se esperaba. Los organismos económicos pecaron de optimistas asumiendo que el impacto de la guerra de Ucrania se vería limitado a los primeros meses del año, pero ya inmersos en junio se ha visto que no está siendo así. La semana pasada desde el Banco Mundial hasta el Banco de España pasando por la OCDE coincidieron en señalar que la elevadísima inflación que sufre nuestro país tardará meses en moderarse, más ahora que la gran subida que experimentó la energía al estallar la guerra se ha trasladado al conjunto de bienes y servicios, provocando el mayor repunte de la inflación subyacente desde la década de 1990. Y esta crisis de precios tendrá un impacto directo en la recuperación económica de España, que comenzaba a ver la luz tras superar lo más duro de la pandemia. Los cálculos son unánimes: el país no volverá a los niveles económicos de 2019 hasta 2024. Cinco años tardará el PIB en alcanzar el vigor de antes de la crisis sanitaria, que le hizo desplomarse casi un 11% en 2020. Así, según la OCDE, España será el único país de los 40 que analiza que no recuperará el PIB precrisis hasta dentro de dos ejercicios.

El conflicto diplomático internacional que están viviendo Argelia, España y Marruecos por el problema del Sáhara Occidental y el Frente Polisario ha desatado una reconfiguración histórica del mapa empresarial del suministro de gas en España, todo ello azuzado, además, por las tensiones de la guerra de Rusia contra Ucrania. Naturgy y otras empresas están desviando masivamente sus compras de gas a países distintos a Argelia, hasta ahora principal proveedor de gas a España. Esto ha creado una situación inédita. Algunos expertos dicen que para siempre. EEUU ha desplazado a Argelia como primer proveedor a España, que ha pasado de necesitar gas a exportar los excedentes que recibe. Entre enero y mayo, se han cambiado contratos con proveedores por valor de 6.500 millones de euros. EEUU, con ventas de 5.400 millones a España, es el gran beneficiario del conflicto de este país con Argelia. También hay otros mercados que están captando parte del pastel que pierde Argelia, entre ellos Nigeria. Es difícil saber qué empresas están cambiando de proveedor porque en los registros de Enagás, que es el grupo que gestiona las entradas y salidas de gas en España –sea por barco o por tubería– no figuran los titulares de los contratos. Sólo se sabe que hay censadas un centenar de empresas con capacidad para importar y exportar gas.

El Gobierno dará prioridad, en los Presupuestos del Estado para 2023, a las ayudas a los sectores más vulnerables por el alza de los precios de la energía y a la gestión de los programas del plan de recuperación financiados con fondos europeos. Así consta en el borrador de orden del Ministerio de Hacienda que fija los criterios y prioridades de las cuentas públicas del próximo año. En relación con la energía, el documento aboga por “reforzar la seguridad e interconexión energéticas y de suministro”, así como por afianzar la recuperación y la creación de empleo de calidad “promoviendo la integración de nuevas tecnologías renovables”. El borrador sostiene que la ejecución de los fondos europeos “va a impulsar el crecimiento de la economía”. Y anticipa que las cuentas incorporarán un análisis sobre “el alineamiento con la transición ecológica”. La publicación de este texto, de 26 páginas, implica el inicio de un trámite legislativo que resulta incierto para los que serían los últimos Presupuestos de la legislatura. 

Tras dos años de pandemia, crisis en el sector turístico y duras restricciones a la movilidad, los españoles afrontan el primer verano en libertad, pero también uno de los más caros en décadas. La inflación salpica a hoteles, vuelos, hostelería y paquetes turísticos hasta el punto de que mucha gente ve amenazadas sus vacaciones al no poder asumir el coste. España, con una de las tasas de inflación más altas de Europa, es uno de los países donde más se encarecen las vacaciones. Según datos de la empresa de inteligencia turística Mabrian, recopilados para este periódico, los precios se han incrementado un 10% en los hoteles de tres estrellas (100 euros de media), el mismo porcentaje en los de cuatro (140 euros por noche) y un 17% en los de cinco (casi 300). Son precios publicados a mes de mayo para viajar en julio y en agosto. Se comparan con los de 2019, antes de la pandemia y un año que ya se consideró récord para el turismo. El incremento de precio en destinos como Baleares, Canarias o la Costa del Sol alcanza el 40% en el caso de los hoteles de tres estrellas, Baleares asume alzas del 35% en los hoteles de tres estrellas (172 euros por noche) y del 27% en los de cinco, lo que supone pagar 400 euros por una habitación en el mes de julio o en agosto. «Los costes operativos han subido, también los combustibles y la energía. Los destinos internacionales serán los que más subirán de precio, porque son los que más han sufrido, y psicológicamente habrá una propensión a recuperar», explica Philip Moscoso, experto en turismo del IESE, que cree que «si hay subidas importantes, la demanda española puede llegar a resentirse».

Las listas del presidente francés, Emmanuel Macron, y del líder de la izquierda anticapitalista, Jean-Luc Mélenchon, quedaron ayer igualadas en la primera vuelta de las elecciones legislativas. La candidatura centrista fue la más votada con un 25,70% de votos, según los datos del Ministerio del Interior con el 99% escrutado, y la coalición de Mélenchon obtuvo un 25,66%. El tercer lugar fue para la ultraderecha del Reagrupamiento Nacional, con un 18,68%. Pese a que este resultado debilita al presidente, los macronistas son favoritos en la segunda vuelta. La abstención marcó un récord para unas legislativas al superar el 52%. La lucha por el poder en Francia en los próximos cinco años será cosa de dos: el presidente centrista Emmanuel Macron y el veterano líder de la izquierda euroescéptica y anticapitalista, JeanLuc Mélenchon. Las listas de este y de Macron, reelegido presidente en abril, quedan igualadas en la primera vuelta de las elecciones legislativas de este domingo, marcadas por una abstención récord del 52,49%. Los macronistas salen debilitados. No obstante, parten como favoritos en la segunda vuelta del próximo domingo, para ser el grupo con más escaños en la nueva Asamblea Nacional. Pero han perdido cerca de siete puntos respecto a las legislativas de hace cinco años. Y su grupo parlamentario será más reducido que el de la legislatura que termina, lo que puede limitar su capacidad de maniobra.