20220702

La inflación de los 19 países de la moneda única rompió en junio un nuevo máximo al escalar hasta el 8,6%, desde el 8,1% de mayo. El dato adelantado por la oficina estadística comunitaria, Eurostat, que se confirmará en las próximas semanas, implica el mayor encarecimiento de los precios en la región de toda la serie histórica. Y multiplica por cuatro el objetivo de estabilidad del 2% del organismo monetario. Ya la pasada semana, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, alertó de que si este entorno de precios desbocados se mantiene, la recesión podría llegar ya en 2023. La inquietud en el seno de la institución es máxima y ayer volvió a quedar patente después de que su director general de Economía, Óscar Arce, insistiese en que si la guerra en Ucrania se mantiene y Rusia corta finalmente el grifo del gas a Europa después de verano, se desataría «un escenario casi apocalíptico cuya probabilidad, lamentablemente, no es despreciable». «Es posible que en ese contexto el precio del gas se triplicase», alertó Arce durante una intervención en los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, asegurando que esa situación «empujaría directamente a una recesión en la zona euro». Es cierto que este es el peor de los escenarios que maneja el organismo. En el central, mantiene una previsión de crecimiento del 2,8% para este año en la zona euro. Pero la incertidumbre por la evolución de la guerra y, sobre todo, por la respuesta rusa a las sanciones impuestas al país, seguirá pesando en las decisiones de política monetaria. 

La guerra en Ucrania, la crisis energética y los cuellos de botella de la industria han trastocado el pulso de la economía mundial alumbrando la pesadilla de la inflación. Arrecian las voces de los que auguran una nueva crisis. Los inversores huyen ante la creciente inestabilidad. En los parqués crecen las órdenes de venta mientras los grandes índices se contraen. El selectivo español cerró el jueves el peor trimestre desde 2020 cuando estalló la pandemia, aunque ayer recuperó un 0,96%. En el otro lado del charco, esta semana concluyó el peor primer semestre en los mercados estadounidenses desde 1970. Wall Street cerró al alza tras una apertura en rojo. “Hay muchas posibilidades de que estemos ante el comienzo de un proceso de fondo volátil, aunque todavía no hayamos superado el pico de incertidumbre”, explica Yves Bonzon, del banco privado suizo Julius Baer. Las perspectivas no son halagüeñas, los analistas ya no descartan una recesión económica provocada por la acción decidida de los bancos centrales para contener la inflación. Una encuesta de Deutsche Bank a 475 expertos e inversores muestra que un 90% prevé una recesión en Estados Unidos antes de 2023.

 La dirección de Mercedes Benz en Vitoria, la principal industria vasca, ha dado un giro en su planteamiento buscando un acercamiento con los sindicatos para alcanzar un acuerdo de convenio y garantizar la inversión de 1.200 millones de euros anunciada para la planta. La negociación se retomará el martes 5 de julio con el conflicto más vivo que nunca. De hecho, el encuentro previsto para hablar del nuevo convenio tendrá lugar un día antes de una fecha señalada en la factoría de Avenida de los Huetos por un doble motivo. Porque el miércoles 6 todo el comité, en una unidad de acción poco habitual, tiene convocada una jornada de huelga con una manifestación a partir de las 10.30 horas por los alrededores de Mercedes que se prevé, de nuevo, multitudinaria. Y también porque ese día el lehendakari se reunirá con los máximos responsables de la multinacional en Alemania para trasladarles el compromiso institucional de Euskadi con la planta alavesa –representa el 5% del PIB vasco– y transmitir el apoyo a un proyecto «estratégico». A su juicio, la inversión de 1.200 millones de euros anunciada por el grupo automovilístico puede contribuir a «transformar la industria vasca del automóvil y consolidar esta planta como una de las más competitivas en el mundo». El movimiento realizado por la dirección de Mercedes en Vitoria de convocar al comité para retomar el convenio se lo venían reclamando los sindicatos y el conjunto de trabajadores en los últimos días a la empresa, que con sus huelgas ya han paralizado la producción durante tres jornadas. Pero también se lo pedían diferentes representantes políticos como el propio Iñigo Urkullu o el diputado general de Álava, Ramiro González, que instaban a las partes a «sentarse a negociar» y a dar pasos en la línea de buscar puntos de acercamiento.

Una manifestación multitudinaria a la mañana en Bilbao puso ayer el colofón a tres días de huelga en el Metal de Bizkaia por el convenio colectivo. Los sindicatos vascos –ELA, CC OO, LAB y UGT–, unidos en este pulso, aseguraron que el seguimiento en la jornada fue «superior incluso al 85%» y que las grandes empresas habían parado. Advirtieron a la patronal FVEM de que, ante esta exhibición de fuerza, tendrá que negociar sus reivindicaciones si no quiere que se alargue el conflicto con nuevas movilizaciones. La organización, por su parte, rebajó al 24% el respaldo, una tasa inferior a la de las jornadas anteriores, y afirmó que «la afección en la gran empresa había sido limitada». El principal motivo de discrepancia gira en torno a la traslación a los salarios de un IPC desbocado, que en junio superó el 10%, la mayor tasa desde los años 80. Los sindicatos, que exigen en su plataforma una subida salarial del IPC más uno, instaron a la patronal a tomar nota del alto seguimiento que han tenido estos tres días de paros. Por su parte, la patronal denunció que los piquetes no han sido informativos sino que han pretendido impedir el derecho a trabajar de quienes querían hacerlo. «En una sociedad como la que vivimos, no se pueden tolerar las coacciones y los ataques como los que se han desarrollado en estos tres días de huelga», criticó FVEM. La patronal insistió en su voluntad de negociar. «Pero el convenio debe permitir a las empresas mantener su capacidad de competir, circunstancia que se ha complicado de manera muy importante en el último año, para conservar los puestos de trabajo». Y, en su opinión, «las exigencias sindicales van en dirección contraria». Ver nota FVEM. 

Panadería Lemona está a punto de poner fin a más de 50 años de historia. La companía, con 30 establecimientos repartidos por Bizkaia, ha anunciado a sus trabajadores que cesa la actividad y presenta concurso de acreedores, lo que implica el despido colectivo de toda su plantilla, cifrada por la dirección en 80 personas aunque en sus cuentas oficiales suman 110. «La empresa ya estaba tocada antes de la pandemia por la competencia de los supermercados. Con el Covid la situación empeoró al cerrar la hostelería y ahora nos hemos visto lastrados por la escalada de los costes de la harina y la energía», explicó su directora, Raquel Baldellou. En la carta remitida a los empleados el pasado 23 de junio, la emblemática panificadora da cuenta de las dificultades que le han llevado a bajar la persiana. Cita en primer lugar «el cambio en los hábitos, porque cada vez se consume menos pan y derivados» y luego alude a la «competencia de las grandes superficies, que además de acaparar el mercado, venden a unos precios imposibles para la pequeña panadería».

«El mercado sigue sin lograr estabilizarse. Las ventas a particulares, que en el mes anterior habían logrado un repunte, vuelven a retroceder levemente por la incertidumbre económica y la crisis de los microchips que condicionan la producción, tanto en España como en Europa, y retrasa la llegada de los vehículos a los puntos de venta», explicó ayer la directora del área de economía y logística de la patronal ANFAC, Aránzazu Mur. «De igual manera, la subida de los precios de los carburantes y el aumento de la inflación son factores que están marcando la demanda y que seguramente vayan a afectar al ritmo de recuperación de las ventas en los próximos meses», añadió. Las perspectivas, sin duda, no son halagüeñas. En lo referente a Euskadi, Faconauto prevé que el mercado de automoción cierre 2022 con una caída del 40% frente a las cifras prepandemia: se matricularán en torno a 25.000 vehículos, un 1% menos que el año pasado. A pesar de ello, será una caída inferior a la del conjunto del Estado, donde la patronal espera que la contracción alcance el 5%. «Teniendo en cuenta este contexto y la tendencia acumulada en el primer semestre, las previsiones indican cerrar en torno a los 800.000 turismos vendidos este año. Una cifra por debajo del año anterior y muy lejos del ritmo natural del mercado nacional, sobre los 1,3 millones de matriculaciones anuales», añadió Mur.

Euskal Forging, afincada en Irura y especializada en la fabricación de piezas forjadas y grandes anillos laminados sin costura, cambia de manos. La firma, con 170 empleados y considerada como uno de esos campeones ocultos que esconde Euskadi, líderes mundiales en sus pequeños nichos de mercado, ha sido adquirida por la italiana Siderforgerossi Group. En realidad, la compradora forma parte de una cartera de empresas propiedad del fondo de inversión neoyorquino KPS Capital Partners, que tiene bajo gestión 13.400 millones de dólares y se dedica, sobre todo, a invertir en industria manufacturera. Los términos de la transacción –en la que actuó como asesor, entre otros, Banco Sabadell– no fueron revelados. Euskal Forging es una firma reconocida en todo en mundo por su calidad y precisión y que trabaja para sectores como los de eólico ‘offshore’ y ‘onshore’, rodamientos y multiplicadoras, turbinas, defensa, ‘Oil & Gas’ o bienes de equipo. Con sede central en el polígono Katategi Bailara de Irura, es un clásico de la industria guipuzcoana. No en vano, nació –dedicada al sector naval– en 1969 en Lezo, desde donde se trasladó a Pasajes en 1973 y más tarde (en 1982) a Anoeta, para en 1994 instalarse en su actual ubicación. Con una facturación de entre 65 y 80 millones de euros al año y una inversión de más de 32 millones, Euskal Forging cuenta con tres plantas de fabricación (la de su sede central, y las de Mungia y Sestao) y más de 1.200 clientes. Con una capacidad de laminación de hasta 70.000 toneladas al año, la firma exporta a 25 países.

Iberdrola, a través de su filial brasileña Neoenergia, se ha adjudicado el desarrollo de la mayor línea de red eléctrica en el mundo, de 1.700 kilómetros, en la subasta de líneas de transmisión eléctrica celebrada en Brasil. Neoenergia se ha hecho en la subasta con dos lotes de los trece ofertados, uno de ellos de 1.707 kilómetros –el proyecto de mayor extensión ofrecido en la subasta– entre los estados de Minas Gerais y São Paulo. Además, ha ganado la adjudicación de otra línea en el estado de Mato Grosso do Sul, de 291 kilómetros. La inversión de estos proyectos será de 5.500 millones reales brasileños (unos mil millones de euros), según la Agencia Nacional de Energía Eléctrica de Brasil (Aneel), y durante su construcción se crearán más de 11.000 puestos de trabajo. El proyecto de 1.707 kilómetros tiene como objetivo ampliar la capacidad de transmisión del norte de Minas Gerais para que fluya la energía de renovables. El plazo para su construcción es de 60 meses desde la firma del contrato de concesión el 30 de septiembre de 2022. Ver nota Iberdrola. 

El ministro de Medio Ambiente de Canadá, considera que la planta de regasificación que tiene Repsol en New Brunswick, en la costa este del país, es la instalación mejor posicionada para convertirse en el gran puerto de embarque de buques metaneros con gas canadiense hacia Europa. Así lo ha asegurado en una entrevista con Reuters. “Repsol es probablemente el proyecto que más rápido podría implementarse porque requiere un mínimo de permisos. Ya existe una instalación y un gasoducto”, ha dicho el máximo responsable de energía de Canadá. Este país compite por liderar la carrera desatada entre países productores de gas a raíz de la guerra de Rusia contra Ucrania. Parte de las consecuencias económicas de ese conflicto es que Rusia –principal suministrador de gas a Europa– utiliza la energía como arma, cortando suministros y provocando una tensión sin precedentes de precios. Éstos han subido tanto que ahora es rentable enviar gas con metaneros desde América hasta Europa cruzando todo el Atlántico. EEUU ha emergido como la gran esperanza de Europa y ha empezado a exportar gas por barco de forma masiva al Viejo Continente. Canadá, sexto productor mundial, no quiere quedarse atrás.

La subida de la inflación en Europa y en España es una muy mala noticia para la economía, ya que se come el poder adquisitivo de los sueldos y los ahorros de los españoles, golpeando al consumo, así como los márgenes de beneficios de las empresas y el déficit público, especialmente en España, debido al fuerte aumento de los gastos que están vinculados a ella, como es el caso del plan anticrisis, las pensiones o los sueldos públicos. Sin embargo, hay otro elemento que también es de vital importancia y que supone un gran lastre para la actividad: la pérdida de competitividad derivada del diferencial de inflación con la eurozona. Y eso, en un contexto en el que la inflación en la eurozona no ha dejado de incrementarse en junio hasta alcanzar el 8,6%, su récord histórico, cuatro veces por encima del objetivo del Banco Central Europeo.

La capital vizcaína congrega hasta esta tarde la 26 edición del Foro España-Estados Unidos, que reúne a más de 130 diplomáticos y líderes del sector público y privado. Debaten, a puerta cerrada, sobre cuestiones estratégicas para ambas sociedades. Entre ellas, la seguridad, las llamadas ‘finanzas verdes’ y los retos que tienen por delante las ciudades para adaptarse a los nuevos tiempos. En ese último apartado, la transformación urbanística de Bilbao fue catalogado ayer como un referente de primer orden y será analizada a fondo con la presencia del alcalde, Juan Mari Aburto. El evento ofrece también la inédita estampa de reunir en una misma sala a la embajadora de Estados Unidos en España, Julissa Reynoso, y al de España en Estados Unidos, Santiago Cabanas. Reynoso fue la encargada de inauguración del foro, momento que aprovechó para hacer un canto a «los valores compartidos con Bilbao, que es fuerte y basa sus relaciones en la amistad y los valores compartidos». También participan, entre otros, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares y el ex ministro de Defensa Eduardo Serra; el congresista texano Joaquín Castro, Gina Ortiz Jones, subsecretaria del Departamento de Fuerza Aérea estadounidense, Antony Cook, vicepresidente corporativo de Microsoft, la actriz y productora Eva Longoria y los presidentes de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, y HP, Enrique Lores. Junto a ellos pudo verse a Soraya Sáenz de Santamaría. La que fuera vicepresidenta del Gobierno con Mariano Rajoy reaparece en actos públicos a cuentagotas desde que volvió al sector privado.

Hoy entra en vigor la nueva ley de regulación de los planes y fondos de pensiones, que aprobó el Parlamento el pasado día 20, tras el visto bueno del Senado. Con la norma, el Gobierno trata de impulsar los planes de pensiones en las empresas, como complemento a las prestaciones de la Seguridad Social. Y lo hace con la pretensión de hacer posible el ahorro en las pequeñas y medianas empresas, los sectores, y entre los trabajadores con salarios medios y bajos; los empleados públicos y los autónomos. Para ello, el Gobierno ha regulado la tutela pública de la Seguridad Social de los fondos de pensiones, con incentivos fiscales a los trabajadores y a las empresas. Además, estas últimas tendrán descuentos en las cotizaciones sociales por su aportación a los planes de pensiones de los trabajadores. El Gobierno quiere que al final de la década –en 2030– el número de trabajadores con planes de pensiones haya pasado de 3,5 a 10 millones, y el ahorro en los mismos desde los 35.000 a los 200.000 millones de euros. La norma entra hoy en vigor, salvo algunas disposiciones, que estarán vigentes a partir del 1 de enero de 2023, como las siguientes: la reducción de cotizaciones sociales de las empresas por sus aportaciones a los planes de empleo. También, y precisamente, los controles que pueda hacer la Tesorería de la Seguridad Social sobre las reducciones de cotizaciones sociales y otras ventajas que puedan aplicarse las empresas por sus aportaciones a los planes de pensiones de sus empleados. Información que, también a partir del 1 de enero de 2023, deberán facilitar a la Seguridad Social las promotora s de los planes de pensiones. Con estos seis meses de plazo hasta la entrada en vigor de estas medidas, el Gobierno quiere dar tiempo a las empresas y a los sectores para preparar sus sistemas informáticos. 

Las agencias de viajes calculan que los hoteles han subido un 30% respecto a su tarifa habitual y los vuelos un 20%. Los ahorros llevan dos años a buen recaudo, queman en las carteras, y lo harán pese a que hoy alojarse, volar e incluso tomar un café cuesta más que hace un año. Desde Atrae, Agencias Turísticas Receptivas Asociadas de Euskadi, aseguran que, aunque un viaje «sale más caro» que otros veranos, tienen «movimiento y demanda de presupuestos». Y «sin regateo». «El que puede ir va, no busca lo mismo más barato». ¿Y cuánto más vamos a pagar? Lorea Uranga, presidenta de la entidad, que reúne a una veintena de las principales firmas de viajes, calcula que los hoteles están «un 30% por encima de su tarifa normal» para estas fechas. El salto, dice, parece incluso mayor porque llegan de unos años duros en los que han tenido que «lanzar súper ofertas» en las que tiraban los precios para atraer clientes «y poder mantenerse abiertos». En mayo, el INE constataba una subida de precios a nivel nacional en los hoteles del 45% respecto al mismo período del año anterior. En abril era del 40%.

El precio de la gasolina sigue ‘encendiendo’ a miles de conductores que ven cómo sus depósitos se tragan buena parte de los gastos mensuales. En el arranque de la operación salida vacacional, cuando muchos vascos se lanzan a la carretera rumbo al apartamento en Benidorm o la casa de la infancia en el pueblo, toca echar cuentas. Llenar el depósito es casi el doble de caro que hace seis años y el bolsillo tiembla cada vez que toca repostar, lo que está haciendo replantearse a muchos si coger el coche o buscar una opción de transporte alternativa. La escalada no parece tocar techo y la rebaja de veinte céntimos por litro que aplican el Gobierno central y las gasolineras desde el pasado 1 de abril no parece notarse demasiado, según denuncian la mayoría de conductores. Las 113 gasolineras de Gipuzkoa venden el combustible a precio de oro. La gasolina 95 asciende a 2,19 euros de media y el gasoil, también por las nubes, se oferta a 2,14 euros de media, por lo que llenar un depósito medio de 55 litros supera los 100 euros; entre 9 y 15 euros más que hace tres meses. En un viaje por ejemplo de San Sebastián a Alicante, y basándonos en un consumo medio de 1 litro por cada 12 kilómetros por 2,19 euros, si es gasolina, el trayecto se pondría en 273,61 euros ida y vuelta. Si hacemos una búsqueda para volar a Alicante desde San Sebastián de cara al mes de julio, del 19 al 26, por ejemplo, nos costaría 142,49 euros por persona con Vueling. ¿Y si optamos por el tren? Un billete de ida y vuelta a Alicante en las mismas fechas supondría un desembolso de 95,20 euros.

Se rozarán los niveles de 2019, antes de que la pandemia del coronavirus encerrara en casa o impidiera viajar a los millones de visitantes que recalan en España. Pero justo en el inicio de la temporada veraniega, se han aliado una serie de conflictos laborales en el sector aéreo —aeropuertos, aerolíneas y controladores— que van a someter a un duro examen a las perspectivas tan halagüeñas que maneja el sector turístico. Al margen del perjuicio económico para las empresas, también preocupa el trauma que le están causando al viajero las consecuencias de estas huelgas y de la falta de personal, y que ya se están convirtiendo en las imágenes habituales de este verano en los informativos: largas colas frente a los controles de seguridad en los aeropuertos, vuelos cancelados o retrasados, equipajes perdidos y, para rematar, precios disparados de vuelos, de hoteles y de apartamentos vacacionales. Un panorama nada ejemplar para recuperar la confianza del turista, que va a pagar mucho más por un servicio mucho peor. Las tarifas en rutas típicas de la estación, como de Londres a Alicante en España esta semana son más de tres veces más caras que las de la misma semana del año pasado. Y los precios de París a Nueva York se han triplicado desde marzo de 2019, según datos del portal especializado Kayak.com. Incluso las aerolíneas low cost han subido sus precios.

La Bandera Fabrika, segunda cita puntuable de la temporada para las ligas masculina y femenina, fue presentada ayer en el edificio Fabrika de Donostia. La misma se desarrollará mañana en La Concha (11.40 h.), Juan Mancisidor, Director General Adjunto de Fabrika, Alberto López presidente de Kaiarriba-Donostiarra y el Concejal de Deportes del Ayuntamiento de San Sebastián, Martín Ibabe, participaron en la presentación. En representación de Fabrika, patrocinador de la Bandera, Juan Mancisidor, explicó el porqué de la colaboración de Fabrika con las banderas que se disputarán mañana: “En primer lugar, Fabrika es un centro de alto rendimiento para transformar la cultura de las empresas y de las organizaciones. Desde Fabrika cuando miramos a una empresa lo que realmente estamos viendo son, personas que colaboran entre sí para hacer algo juntas.” explicó Mancisidor.   “En segundo lugar, siendo eso así, la empresa es un proyecto compartido basado en la confianza. La trainera es un magnífico ejemplo de lo que nosotros queremos trasladar a las empresas y organizaciones: remar juntos, en el mismo barco, en la misma dirección etc… De hecho, solemos decir muchas veces que queremos conseguir empresas- trainera”. Por último, Fabrika, cuyo nuevo edificio se inaugurará próximamente, “ya viene trabajando con más de 100 empresas guipuzcoanas y ha comenzado a trabajar también con el mundo de la educación, administraciones públicas, profesionales y coaches, investigadores, y poco a poco, lo iremos haciendo con diferentes actividades para la ciudadanía.”, aseguró Juan Mancisidor. Ver más en Adegi.