Como 'cuarta revolución industrial' busca transformar a la empresa en una organización inteligente para conseguir mejorar su competitividad y, consecuentemente, obtener mejores resultados de negocio. Los expertos consideran que estamos ante una nueva era que da un salto cuantitativo y cualitativo en la organización y gestión de cadenas de valor. Esta nueva etapa de la también conocida como 'industria conectada 4.0', y que apuesta por una mayor automatización y conectividad, se considera un elemento clave para el desarrollo de las empresas en el marco de una globalización e internacionalización crecientes.
Dos objetivos:
- Mejora de la cuenta de resultados, tanto por la vía de los ingresos (al ofrecer al cliente una mayor personalización de su pedido y una mayor calidad de producto), como por el lado de los gastos (al reducir ineficiencias y costes).
- Mejora de la competitividad gracias a la optimización de los procesos de negocio: diseño y desarrollo de productos 'a la carta', gestión de la producción, mantenimiento predictivo, simulaciones, fabricación 'cero defectos', trazabilidad de producto, formación y seguridad de las personas en la empresa, ...
Ejemplos de buena práctica empresarial: