Economía Internacional 2020
Persisten importantes elementos de riesgo en la economía mundial de cara a 2020
Los principales riesgos a la baja en el escenario económico mundial previsto para 2020 son:
- Los episodios de guerra comercial sigue siendo el principal riesgo económico mundial de cara a 2020:
- Sus efectos ya se han visualizado en 2019 en forma de acusada ralentización del crecimiento del comercio mundial y de estancamiento de la producción manufacturera.
- Además, genera mucha incertidumbre en la configuración de las cadenas de valor a nivel mundial, impactando en la confianza de las empresas y en las decisiones de inversión, especialmente en el sector manufacturero, lo que extiende sus efectos a medio y largo plazo.
- Existencia de un auge del unilateralismo, que se contrapone al multilateralismo que ha marcado el inicio del siglo, un multilateralismo que no debería abandonarse en áreas tan relevantes como el comercio, el medio ambiente, los movimientos migratorios o la tributación internacional de las nuevas realidades de negocio.
- La persistencia de numerosas tensiones geopolíticas, tanto en Oriente Medio (Siria, rivalidad Irán-Arabia Saudí), como en otras zonas (Latinoamérica, Hong-Kong, Ucrania-Rusia, Turquía…).
- Para la economía de EE.UU. los principales riesgos siguen proviniendo de:
- Un recrudecimiento de la guerra comercial no sólo con China, sino también con la UE.
- La incertidumbre política (posible impeachment de Trump, elecciones en noviembre), dificultará el escenario.
- La escasez de efectivos en el mercado laboral eleva el riesgo inflacionista, que pondría el punto final a la política monetaria expansiva de los últimos meses y dificultaría el crecimiento.
- En Europa, los riesgos principales son:
- Un año más, el Brexit, y cómo se resuelva será la principal fuente de tensión e incertidumbre.
- La gobernanza de la UE, en un escenario post-Brexit, con una nueva Comisión, y una nueva dirección del BCE, que deberán definir las políticas comunitarias para los próximos años.
- Surgimiento en muchos países de movimientos no ya euroescépticos, sino abiertamente opuestos a la construcción europea, a la cooperación y al multilateralismo.
- Eventuales efectos de una persistencia y/o recrudecimiento de la guerra comercial.
- Tensiones en torno a las políticas ambientales (transición energética, cambio climático), o fiscales.
