El cálculo supone el análisis de dieciséis impactos ambientales potenciales que ocurren a lo largo de la cadena de valor, desde la extracción/cultivo de recursos, hasta el final de la vida útil del producto o la cartera de productos de una organización. Cada uno de estos impactos ha de ser calculado según la metodología internacional que la Comisión Europea ha considerado más adecuada en cada caso:
- Acidificación.
- Agotamiento de la capa de ozono.
- Agotamiento de recursos (agua).
- Agotamiento de recursos (minerales, fósiles).
- Cambio climático.
- Ecotoxicidad para ecosistemas de agua dulce.
- Efectos a la salud humana (cancerígenos).
- Efectos a la salud humana (no cancerígenos).
- Partículas/sustancias inorgánicas con efectos respiratorios.
- Eutrofización terrestre.
- Eutrofización agua dulce.
- Eutrofización marina.
- Formación de ozono fotoquímico.
- Radiación ionizante (efectos sobre la salud humana).
- Radiación ionizante (ecosistema).
- Transformación del terreno.
Estas 16 categorías pueden ser ponderadas en una puntuación única que sirve para comunicar a las partes interesadas el desempeño ambiental global de la organización de forma conjunta y simplificada.

Fuentes: Grunver Sostenibilidad.