La Seguridad Social pretende ahorrar 33 millones de euros en prestaciones intensificando sus actuaciones de control médico sobre las incapacidades temporales -el subsidio diario que cubre la pérdida de rentas mientras el trabajador está imposibilitado temporalmente para trabajar por enfermedad común o accidente no laboral, enfermedad profesional o accidente de trabajo-.
Estas acciones, que se llevarán a cabo en el último trimestre de este año, se centrarán en las bajas de menos de 345 días de duración. Con ellas se pretende, según explica el Ministerio de Trabajo en un comunicado, "verificar que las situaciones de incapacidad temporal, y el correspondiente pago de prestaciones, están médicamente justificadas teniendo en cuenta la actividad concreta del trabajador".