Peddinghaus es una multinacional, dedicada a las máquinas-herramienta de acero estructural, cuya una de sus cuatro fábricas se ubica en Legutio (Álava). La planta vasca ha diseñado una máquina innovadora, al estar totalmente digitalizada, que reduce cuatro veces los tiempos de producción y con una rápida amortización por parte del cliente.
La empresa matriz es alemana y ya cumple la cuarta generación familiar. La fábrica alavesa se remonta a 1973, cuando Karl Ulrich Peddinghaus compró un terreno en la localidad de Legutio, donde persiste la planta hoy día. Montó una fábrica para producir cizallas y punzonaduras universales, “que sirven para procesar todo tipo de acero, perfiles y chapas. Todo muy orientado al sector del acero estructural”, explica Mikel Sánchez, director general de Peddinghaus a la revista de la SPRI.
El negocio crece rápidamente y en los años 80 llega a tener 50 trabajadores. En la década de los 2000, se constituye una oficia técnica en la planta de Legutio y todo el desarrollo se acomete en ella. “El know how es nuestro. Vendemos más aplicaciones que máquinas. Tenemos aplicaciones muy personalizadas y diseñamos soluciones para vender la máquina”.