Artículo del presidente de Confebask, Eduardo Zubiaurre, para la edición estatal de Cinco Días
Artículo del presidente de Confebask, Eduardo Zubiaurre, para la edición estatal del diario Cinco Días: "Euskadi está ya inmersa en la ‘nueva normalidad’ después de que el LABI del Gobierno Vasco decretara recientemente la suspensión de la mayoría de las restricciones implantadas para luchar contra el covid. Es una buena noticia porque alumbra el final de la pandemia y porque, evidentemente, ayudará a la recuperación de la actividad social y económica. El levantamiento de las medidas anti-covid es, desde luego, una buena noticia para las empresas vascas.
Desde Confebask mantenemos la previsión de que este año creceremos en el entorno del 6’5% y de que el paro se mantendrá cercano al 10%. Así las cosas, el consenso general es que podríamos recuperar lo que teníamos antes de la pandemia este próximo año. Sin embargo, es cierto que hay algunas variables en el horizonte que nos inquietan.
En el corto plazo, el cuello de botella en el suministro de materias primas y el encarecimiento de la energía en toda Europa lastran la competitividad de un sector, el industrial, sobre el que se ha apoyado la rápida recuperación en Euskadi. Las medidas adoptadas por el gobierno español que penalizan a las eléctricas, y su repercusión en los costes de las empresas no ayudan a despejar el panorama.
Es necesario y urgente un diálogo con todos los afectados para encontrar soluciones conjuntas que ofrezcan una estabilidad hoy amenazada para frenar esta escalada de precios. Sólo mediante medidas acordadas y la mutua colaboración, la industria podrá recuperar márgenes, y eléctricas como Iberdrola podrán afrontar las multimillonarias inversiones que tenía previstas realizar antes del decreto, también en Euskadi, con el gran efecto tractor que eso supone. Es momento de soluciones. Lo que estamos viviendo es serio y compromete la salida de una recuperación que, hasta ahora al menos, estaba en nuestras manos.
Eso en el corto plazo. Porque en cuanto al medio y largo plazo, también nos preocupa, por ejemplo, no saber aprovechar las transiciones históricas en marcha con el apoyo de los fondos europeos. Y, además, nos inquieta la evolución de la demografía vasca. Desde hace tiempo venimos repitiendo insistentemente en que las empresas vascas tienen dificultades crecientes para contratar, a pesar de que tenemos una importante bolsa de desempleados.
Al ya conocido desfase entre la oferta educativa y lo que pide la empresa vasca (algo que desde hace años estamos consiguiendo rebajar gracias al trabajo conjunto con Gobierno, FP y universidades vascas), se añaden las previsiones demográficas para las próximas décadas que nos sitúan ante uno de nuestros mayores desafíos como sociedad: el de no colapsar por falta de relevo generacional. El riesgo es que en 20 o 30 años nos quedemos sin personas suficientes y, además, sin la cualificación necesaria para afrontar nuestra transformación competitiva. Formación y demografía deberían formar ya, de manera urgente, parte de la agenda institucional del país.
Asimismo, no ocultaré nuestra inquietud por otros factores, del día a día en las empresas, que entorpecen claramente su desarrollo. Por ejemplo, un alto índice de absentismo laboral – sin comparación con ninguna economía de nuestro entorno – y unas relaciones laborales que, en Euskadi, el sindicalismo mayoritario sigue centrando más en la confrontación radical que en la colaboración y el entendimiento. Son ‘hechos diferenciales’ que, sin duda, nos hacen perder atractivo para las inversiones tractoras.
Trabajando sobre nuestras fortalezas como país y como tejido productivo, debemos reaccionar y actuar todos con responsabilidad e imaginación. De lo contrario, corremos el riesgo cierto de atascarnos. Entre todos podemos construir un país desarrollado y cohesionado como legado prometedor para las próximas generaciones. Está en nuestras manos conseguirlo".