"Seguir remando"

Artículo de la presidenta de Confebask, Tamara Yagüe, con motivo del 40º aniversario del periódico Empresa XXI

Tamara Yagüe

2024-12-26

Empresa XXI cumple cuarenta años, los mismos que cumplió el año pasado Confebask y para cuyo aniversario organizamos un acto al que asistieron SM el rey Felipe VI, el lehendakari Iñigo Urkullu, y una muy amplia representación de las empresas vascas, encabezada por nosotros junto a nuestras asociadas – Adegi, Cebek y Sea-, además de por líderes empresariales de todos los sectores.

En definitiva, compartimos aniversario con Empresa XXI. 40 años durante los cuáles la sociedad vasca en su conjunto ha experimentado un profundo cambio, protagonizado en primera persona, por la empresa vasca.

Sin empresa no hay desarrollo ni sociedad del bienestar que valga. Y la empresa vasca lleva demostrando desde hace mucho más de 40 años su compromiso con el país, en forma de aportación a una sociedad cuyos estándares de bienestar están hoy entre los mejores de Europa.

No era así hace 40 años. Inmersos como estábamos en una crisis industrial de primer orden, con un paro que rozaba el 25% de la población activa, afrontamos entonces una reconversión que, echando la vista atrás, podemos asegurar sin atisbo de duda que fue un acierto colectivo.

Y digo colectivo porque fue entonces cuando se hizo muy presente una característica propia de nuestro país, y que hoy día merece todo tipo de parabienes, tanto dentro como fuera, al ser reconocido como uno de nuestros principales éxitos, pasados y presentes: la colaboración público-privada. Una colaboración basada, una vez más, en el compromiso de todos los implicados por la mejora de nuestra sociedad, y que tiene en el acuerdo su principal característica.

Triunfó el ‘sentido de la responsabilidad’ de país frente al vértigo de una crisis económica que amenazaba con relegar a Euskadi a la cola del crecimiento y del modelo de bienestar europeo. La empresa vasca, y singularmente su industria, pelearon por mantener su pujanza y por eludir así, un declive que muchos responsables institucionales del Estado entonces daban por inevitable.

Afortunadamente, la visión en Euskadi fue distinta. Y fruto de esa resistencia colectiva al declive, y gracas a la pujanza de empresas e instituciones públicas, Euskadi es el territorio con mejores condiciones laborales, salariales y de bienestar de todo el Estado.

Una ecuación en la que la industria es reconocida hoy como la principal variable que impulsa nuestra competitividad, genera empleos de calidad, y aporta a la sociedad ‘dividendos’ en forma de servicios que cohesionan al territorio.

Los últimos 40 años han sido años de actividad y resistencia industrial durante los que los y las empresarias de este país no tuvieron que lidiar sólo con una coyuntura económica endiablada. También lo tuvieron que hacer contra el terrorismo de ETA.  Sirvan estas líneas de recuerdo y homenaje a los hombres y mujeres que, durante todos esos interminables años del terrorismo, tanto ofrecieron y tanto sufrieron.

Hoy ETA ya no existe, pero hay que recordar lo vivido para transmitir a las generaciones presentes y futuras que nunca más puede repetirse algo semejante. Y porque, también, estamos convencidos en Confebask de que el papel del empresario y la empresaria, su trabajo y su compromiso personal, - así como el riesgo patrimonial asumido para desarrollar un proyecto-, merece un mayor reconocimiento social del que hoy tenemos.

Que quede claro. La empresa es un valor seguro. No se puede entender una sociedad desarrollada y moderna sin empresas ni empresarios y empresarias. Porque una sociedad no progresa sin empresas que sean competitivas, generen beneficios con los que pagar impuestos, y creen empleo. Ni tampoco puede progresar sin las personas decididas a invertir, participar y compartir proyectos sostenibles, y competitivos.

Éste es precisamente uno de los grandes retos que nos aguardan a la vuelta de la esquina. ‘Izan zirelako gara, garelako izango dira’. Somos porque fueron. Y porque somos, serán. De nosotros como empresarios y empresarias depende lo que nuestros hijos sean el día de mañana.

Nos toca ahora seguir remando. A pesar de las dificultades presentes, y de la enorme incertidumbre geopolítica, las empresas vascas están manteniendo el tipo con un fuerte compromiso por la inversión en general, y en bienes de equipo en particular. Se trata de un capítulo esencial habida cuenta de la necesidad de impulsar las transiciones tecnológico / digital, energética / climática y cultural de las empresas vascas, algo que debe incluir también una perspectiva de género en la empresa.

En definitiva, se puede contar con la empresa y sus personas para ser mejor sociedad. En Euskadi, en concreto, lo llevamos demostrando no sólo en los últimos cuarenta años. Y en las circunstancias más difíciles. Estamos preparados para seguir en la brecha.