"Somos empresa vasca, somos compromiso"

Artículo de la presidenta de Confebask, Isabel Busto, para el quincenal Empresa XXI

Isabel Busto

2022-12-10

"Vivimos una época de enorme incertidumbre. En muy pocas ocasiones se nos ha hecho tan difícil realizar proyecciones fiables sobre lo que nos espera a las empresas y lo que prevemos que pueda ocurrir a corto y medio plazo. A finales del mes que viene presentaremos nuestro habitual informe de coyuntura con nuestras previsiones de cierre de este año de la economía vasca y de expectativas para el que viene.

Confebask es, gracias a sus asociaciones miembro Adegi, Cebek y Sea, la organización empresarial más representativa de Euskadi en número de empresas, empleos y sectores, incluyendo autónomos.

Ese amplio abanico de empresas nos da una perspectiva altamente fiable, basada en lo que nos dicen de manera directa las empresas vascas a través de las encuestas enviadas por Adegi, Cebek y Sea. Pues bien, atendiendo a los resultados más recientes, vemos que las compañías en Euskadi se muestran muy preocupadas por la actual coyuntura y destacan, además, que están en alerta por los altos costes de la energía, una inflación desbocada y la reducción de los márgenes empresariales.  

A pesar de todo, la actividad se mantiene y se crea incluso algo de empleo. Menos de lo previsto hace unos meses, eso sí, pero se siguen generando puestos de trabajo. Una demostración, por cierto, de la decidida apuesta del empresariado vasco por la sociedad en la que ejerce su actividad.

Sin embargo, no hay que dejar de observar que, tal y como reflejaban los últimos datos recién publicados por el Eustat, en esta última parte del año la economía vasca muestra claros signos de debilitamiento. De hecho, según esas cifras, la velocidad de crecimiento de nuestra actividad ha pasado del 4% anualizado durante la primera mitad del año, al 0,8% actual. El frenazo es evidente.

Que ese ‘frenazo’ se convierta o no en recesión dependerá de factores externos a nosotros que, en términos generales y salvo excepciones, no tienen que ver con un deterioro de nuestro desempeño empresarial.

Los últimos datos provenientes de Europa reflejan también esa desaceleración y algunos países rozan ya, incluso, la recesión técnica con al menos un trimestre en negativo.

Son países cuya dependencia del gas ruso es mucho mayor que la que tenemos nosotros y que son mercados importantes para nuestras empresas. Hablamos en concreto de Alemania, nuestro mayor cliente comercial fuera de nuestras fronteras y de cuya marcha dependerá en gran medida lo que nos ocurra en los próximos meses.

No se trata de ser pesimista, si no de estar preparados ante lo que pueda venir. Es mejor prevenir que curar, sin que eso suponga ninguna suerte de derrotismo. Es cierto que el pesimismo exagerado no conduce a ninguna parte, pero tampoco lo hace cerrar los ojos a lo que nos rodea. Recesión o desaceleración, lo que nadie niega es que este último trimestre del año y el primero del que viene serán especialmente complicados para las empresas vascas.

Primero, porque el estrechamiento de márgenes por la inflación y la energía se agudizará. En ese sentido, habrá que estar vigilantes para mejorar, si fuera necesario, las ayudas directas a empresas y familias, tal y como ya ha anunciado Alemania. Y segundo, porque los fondos europeos activados para empujar en la salida de la crisis del Covid no están llegando ni en el plazo ni con la intensidad que se esperaba. Las pymes nos advierten de que las expectativas creadas en su día están lejos de la realidad.

En todo caso, insisto, hay mucha niebla. Y también es cierto que, aunque entráramos en recesión técnica, con dos trimestres consecutivos en negativo, nada indica que no pudiéramos salir como lo hemos hecho en tantas y tantas ocasiones.

De hecho, si hay algo que ha caracterizado a la empresa vasca desde siempre es que, aun en circunstancias especialmente difíciles, la sociedad vasca ha podido contar con su compromiso. Compromiso con el país, su sociedad y con el mantenimiento de su bienestar gracias a su principal aportación al desarrollo colectivo vía empleo creado y los impuestos que genera.

En ese sentido, tengo que reconocer que desde la empresa no entendemos la imagen negativa que se traslada en ocasiones acerca del mundo empresarial. Mensajes que no tienen en cuenta la realidad de su aportación al bienestar colectivo y que acaban por calar profunda e injustamente en el imaginario social.

En muchas ocasiones, no se pone en valor suficientemente la dificultad que supone ser empresario y se le señala como culpable de las crisis cuando la empresa siempre ha sido, es y será parte de la solución, no del problema.

Creo sinceramente que la aportación de la empresa vasca al progreso y bienestar colectivo debe estar presente permanentemente. Nadie puede poner en duda ese papel. Y en esta coyuntura tan complicada, la empresa vasca también sabrá responder. No en vano, el lema de Confebask resume a la perfección su apuesta por el país: ‘somos empresa vasca, somos compromiso’.