20230528

egun On

Domingo, 28 de mayo de 2023
Núm 1354/2023
Año XXXVI

El País Vasco busca en las olas la energía suficiente para abastecer a 20.000 hogares (Diario Vasco)

El Plan Territorial Sectorial de Energías Renovables, aprobado recientemente por el Gobierno Vasco, abre un pequeño hueco a las energías marinas; siquiera como complemento y alternativa a explorar en el futuro, también desde el punto de vista de proveedores industriales para el resto del mundo. Hablamos de la energía undimotriz, aquella que es generada gracias al movimiento perpetuo de las olas. El citado PTS, que se limita a la línea de costa (competencia autonómica), abre la puerta al desarrollo de esta energía en 12 de los 21 puertos que existen actualmente en Euskadi. Y dentro de ellos, en cuatro situados en territorio guipuzcoano, que podrían servir de punta de lanza de esta apuesta, aún en un estadio muy incipiente. El documento hace una suerte de prospección de lo que se podría esperar de cada tecnología renovable en Euskadi, y a este segmento marino otorga una hipotética capacidad de generación en el futuro (en concreto, en el año 2030) de 60 MWh o, lo que es lo mismo, la energía eléctrica necesaria para abastecer a cerca de 20.000 hogares. Los puertos elegidos en Gipuzkoa son los de Zumaia (el rompeolas), Getaria, Hondarribia y el puerto deportivo de Orio, que se unen a los vizcaínos de Getxo, Plentzia, Armintza, Bermeo, Mundaka, Elantxobe, Lekeitio y Ondarroa. De las nueve instalaciones portuarias no consideradas, la de Mutriku se excluye ya que se trata de la única que ya cuenta con una instalación de este tipo; un desarrollo absolutamente pionero en Europa y que lleva más de un decenio en funcionamiento, tiempo en el que ha vertido a la red eléctrica cerca de 2,8 GWh, convirtiéndose en una auténtica referencia internacional. El resto de puertos vascos, «no se han considerado para el análisis debido a la ubicación de los mismos y a su reducida afección de mareas y oleaje». 

Jon Uriarte y Ander Michelena se separan e inician distintos caminos empresariales (El Correo)

Jon Uriarte, presidente del Athletic, y su socio tradicional en todas las aventuras empresariales que había puesto en marcha hasta el momento, Ander Michelena, han decidido iniciar a partir de ahora caminos separados en la gestión de los negocios que ya habían lanzado. Aunque no se descartan discrepancias personales, fuentes cercanas al grupo All Iron, el conglomerado de empresas que habían generado en los últimos seis años actuando en varios sectores, han señalado que el ‘divorcio’ ha sido amistoso, con unos acuerdos ya cerrados de intercambio de acciones y compromisos en torno a varias inversiones en las que ambos van a permanecer. Jon Uriarte, licenciado en Empresariales por la Universidad de Deusto, y Ander Michelena, que realizó los mismos estudios aunque en Icade, se conocieron cuando ambos trabajaban en el banco de negocios Morgan Stanley, en sus oficinas de Londres. Allí, en 2009, decidieron abandonar sus puestos de analistas de inversiones para emprender una aventura empresarial que resultaría exitosa: la creación de un portal de reventa de entradas de espectáculos, que bautizarían como Ticketbis, y que se expandiría rápidamente en varios países, además de operar en España. En 2016 ambos, que controlaban el 50% de Ticketbis, ya que habían captado otros socios a lo largo del proceso de desarrollo, vendieron la empresa a la multinacional norteamericana Ebay. Fue uno de los mayores ‘pelotazos’ que se han contabilizado en España en el mundo de las ‘startups’, ya que la operación se cerró por una suma elevada, que se llegó a situar entre 165 y 200 millones de euros. Nunca se dio una cifra oficial de la transacción. Las mismas fuentes apuntan que la separación ha sido «una conclusión lógica» tras varios años en los que ambos emprendedores habían inclinado sus esfuerzos de gestión hacia alguna de las patas de los negocios que habían creado, precisamente, tras la venta de Ticketbis. 

Euskadi tiene los tipos de interés más bajos de España por la competencia bancaria (El Correo)

Según la Estadística Registral Inmobiliaria (ERI), el País Vasco es la autonomía con los intereses más bajos de España en los préstamos de vivienda. El tipo de interés medio en las pólizas firmadas entre enero y marzo pasados ascendió a un 2,54%, un 17% menos que el 3,09% del conjunto de España. Una de las principales causas es la competencia entre bancos en Euskadi, donde pueden contabilizarse hasta seis entidades que pugnan por los clientes frente a otras zonas donde solo hay tres grandes jugadores. A esto se añade un ratio de mora más bajo, que permite a los bancos ofrecer mejores condiciones con más garantías, así como una mayor cultura financiera que lleva a los ciudadanos a pelear más las condiciones de los préstamos. Según explica un directivo de una entidad financiera con presencia en Euskadi, «aquí hay el doble de bancos que en otras comunidades autónomas. La presencia de entidades de sello vasco como Kutxabank, BBVA o Laboral Kutxa , además de Caja Rural de Navarra o Sabadell, que absorbió a Banco Guipuzcoano, convive con otras como Santander, CaixaBank, Bankinter y toda la banca ‘online’». El tablero es mucho más complejo que «en otras zonas como Castilla La Mancha, «donde la concentración bancaria ha dejado a apenas tres agentes que tienen que esforzarse menos en sus ofertas». El caso es que, aunque el euríbor llama a la puerta del 4% y los tipos de interés prometen seguir tensionados en toda la zona euro, sus rigores presentan matices en función de la comunidad autónoma en la que se solicite el crédito. Las diferencias rozan el punto porcentual. En Canarias el tipo de interés medio de las hipotecas ascendió en el primer trimestre hasta un 3,34%, por un 3,29% en Murcia o un 3,24% en Castilla La Mancha. Cifras alejadas de ese 2,54% del País Vasco.

El frenazo en la compra de viviendas no llega al precio (El Correo)

La vivienda en Euskadi acusa un frenazo, un parón en la compraventa de inmuebles que acumula cinco meses de descenso en la firma de hipotecas. El último dato del INE es el de marzo y contabilizó una caída del 14%. Según los expertos es un periodo de tiempo que ya permite hablar de cambio de escenario, se deja atrás, por lo tanto, una tendencia de recuperación que arrancó tras el confinamiento y que permitió cerrar un 2022 con más de 23.000 hipotecas firmadas en Euskadi, el mejor ejercicio de la última década. Pero el frenazo no se traslada a los precios. Mientras la contratación de créditos vivienda cayó un 13% en marzo, la cuantía de la hipoteca por metro cuadrado sigue tal cual. Según la Estadística Registral Inmobiliaria (ERI) elaborada por los registradores de la propiedad, en Euskadi el importe de crédito por metro cuadrado adquirido es 1.906 euros, ligeramente superior (0,3%) al del año pasado. Y es, además, el tercero más alto de España, solo por detrás de Madrid (2.157) y Baleares (1.900 euros). La explicación está en la falta de viviendas. La oferta apenas ha introducido nuevos hogares al mercado y el sector de la construcción va cogiendo vuelo, pero todavía muy lejos de las cifras de hace diez años. Según se desprende del informe de la Asociación de Constructores de Bizkaia (Ascobi), en 2010 y 2011 se finalizaban en Euskadi más de 11.000 viviendas al año. Una cifra que en 2019 fue de 4.750, por 4.461 en 2021 o 4.459 el año pasado. Es decir, menos de la mitad que hace diez años. Los analistas señalan que, con estos datos, el mercado da por hecho que es necesario activar mucha oferta, mientras que la demanda de compra se centra en la vivienda usada, que compite con el alquiler. Una tensión, explican, que aleja un escenario de bajada de precios, aunque los tipos de interés encarezcan el crédito.

La venta de motos crece en Euskadi el doble que en el conjunto de España (El Correo)

Las ventas de motos evolucionan al alza, una tendencia especialmente acusada en Euskadi, donde el incremento es más del doble que en el conjunto de España, al revés de lo que ocurre con los coches. Entre enero y abril salieron a las carreteras vascas 2.400 vehículos nuevos de dos ruedas, un 13,5% más que en el mismo periodo del año anterior, frente a un aumento del 6% de media nacional. No es un fenómeno de este ejercicio sino que viene de lejos y, de hecho, las matriculaciones están en máximos en una década, muy por encima del nivel prepandemia. Su menor coste respecto al coche, las crecientes restricciones en las ciudades y el cambio climático, con cada vez menos lluvias, explican el ascenso. «El crecimiento viene principalmente por la parte de la moto urbana, que se consolida por sus ventajas de movilidad. El escúter siempre fue muy popular en Donostia y ahora crece sobre todo en Bilbao y su entorno», explica José María Riaño, secretario general de la Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas (Anesdor), que enumera las virtudes de este vehículo: «Cubre un amplio espectro de necesidades de transporte con un coste mínimo; tiene una huella ambiental muy reducida porque sus emisiones son mínimas y contribuye a un mejor aprovechamiento del espacio público». La evolución de las ventas de motos en los últimos años en Euskadi revela claramente cómo cada vez se valoran más sus ventajas ante las mayores dificultades para aparcar, el límite a la velocidad de 30 km/h en el centro de las urbes y las restricciones al acceso, que pronto se harán más duras. 

Imaz, en versión Imaz (por Marco-Gardoqui, El Correo)

"En la junta general de Repsol, Josu Jon Imaz, su consejero delegado, fue interpelado por una representante de Greenpeace que mezcló ética y energía. La respuesta que obtuvo fue fulminante, pues le puso enfrente de la cruda realidad. Lo que no es ético para el consejero delegado y no es razonable para cualquier observador es esa mezcla de autolesión, papanatismo industrial y dogmatismo energético sobre la que hemos basado la prohibición de explorar y, por supuesto, explotar yacimientos de gas en España. Mientras, no tenemos ningún inconveniente en llenar los depósitos y las tuberías con un gas extraído del subsuelo americano, que se transporta después en barcos que cruzan el Océano Atlántico y se quema al final en las industrias locales. Todo ello con un saldo muy superior de emisiones de CO2...La realidad es muy tozuda y acostumbra a derrotar con facilidad a los deseos ingenuos. Primero hay que asegurar el suministro de energía. ¿Hay posibilidad de hacerlo sin contar con el gas? Hoy por hoy está claro que no. El segundo es lograr un suministro que se haga en condiciones de precios asumibles por la ciudadanía para poder garantizar el nivel de bienestar que desea la población y, en tercer lugar, hay que ser conscientes de que el objetivo buscado por todos es reducir las emisiones y no cambiarlas de lugar. Los problemas se presentan muy sencillos cuando su resolución recae sobre otros y las responsabilidades son siempre ajenas. Por eso, haría bien la representante de Greenpeace en consultar con sus colegas los verdes alemanes que forman parte importante del Gobierno de la República Federal. ¿Qué están haciendo allí? Reabrir, con la ayuda de potentes subvenciones públicas las antiguas centrales de carbón que se habían cerrado, cuando las alternativas de suministro eran más favorables. Comprar el gas a Rusia fue una solución cómoda en su momento, pero se ha convertido en una pesadilla de la que huyen despavoridos quienes se fiaron de ella. No hay duda de que la transición energética es un bien a preservar y un objetivo a conseguir. La duda no se encuentra ahí. La duda aparece cuando cuantificamos el cuánto nos va a costar y el cómo vamos a distribuir los esfuerzos y los costes entre todos. La tentación de quienes carecen de responsabilidades es irresistible: ‘Que lo paguen las empresas, que ganan mucho dinero ya que los ciudadanos ya hemos sufrido bastante’. ¿Sencillo no? Pues sí, pero olvidan que las empresas son quienes emplean a los ciudadanos que trabajan en el sector privado y proveen de los fondos necesarios para pagar a quienes lo hacen en el sector público. Una cosa es pedirles que incrementen su esfuerzo, cosa que ya hacen y que deberíamos hacer todos, y otra es poner en peligro su actividad, de la que todos dependemos..."

La brecha económica evidencia una España fracturada en dos mitades (El Correo)

Una primera brecha revela claramente las distancias entre norte y sur. El País Vasco es la comunidad que cuenta con un mayor número de municipios (casi un 90%) que está entre el 25% con mayor renta de España (por encima de los 13.637 euros), según el último Atlas de Distribución de Renta de los Hogares del INE. Le sigue Cataluña, con casi la mitad de sus poblaciones en esa situación económica boyante. En el lado opuesto se encuentra Andalucía, donde la mayor parte de sus localidades (un 83,3%) se sitúan entre el 25% los de menor renta (por debajo de 10.393 euros), al igual que Extremadura. Las diferencias son aún mayores si se tiene en cuenta la renta media por persona. Gipuzkoa lidera las provincias por ingresos anuales, con 16.399 euros. Le siguen Madrid (15.579 euros) y Bizkaia (15.555 euros). Las provincias con menos ingresos anuales por habitante son Almería (con 9.709 euros de renta neta), Jaén (9.958) y Badajoz (10.001 euros). El índice Gini apunta que desde el inicio de la pandemia, las desigualdad en España es ya 1,5 puntos inferior a la de aquel momento. Hay comunidades en las que la desigualdad económica es ya más de dos puntos inferior (Canarias, Baleares, Andalucía y Extremadura) a la de 2020; mientras que en otras como Murcia, sube en 0,7 puntos, según el análisis de CaixaBank Research. El último Observatorio Económico sobre convergencia regional de BBVA Research sostiene que la recuperación económica tras la gran recesión de hace una década se venía caracterizando «por una convergencia más lenta que en la expansión anterior a la crisis». Y sostiene que «la lenta convergencia del periodo postcrisis se produce a pesar de que las comunidades con menor renta están reduciendo la tasa de paro a ritmos sustancialmente más rápidos que las ricas».

Arrecia la presión sobre el Gobierno para eliminar las medidas anticrisis (Diario Vasco)

Bruselas ha lanzado esta semana un rotundo mensaje a España: para cumplir el objetivo de llevar el déficit al 3% en 2024, un año antes de lo previsto, el Gobierno central debe ser extremadamente cuidadoso con sus medidas de gasto público. La Comisión calcula que el país necesita un ajuste de unos 9.000 millones de euros en su saldo estructural, el componente del déficit que no tiene que ver con la evolución del ciclo económico, sino con las decisiones de los gobiernos. Con ese telón de fondo, el Ejecutivo de Pedro Sánchez debe decidir en las próximas semanas qué medidas elimina y cuáles prorroga del último programa de apoyo a familias y empresas frente a la inflación, que entró en vigor a comienzos de año y que vencerá el próximo 30 de junio. ¿Primer problema? El coste electoral que supone acabar con algunas de ellas, como por ejemplo las bonificaciones aplicadas a la gasolina o la subvención al transporte público, ayuda esta que en el caso de Gipuzkoa se mantendrá todavía este año. En el Ministerio de Hacienda defienden que aún no hay nada decidido, pero que existe margen suficiente para mantener ayudas si así se considera. Recuerdan que el déficit ya cerró por debajo de lo previsto en 2022 (en el 4,8% desde el 5% esperado), así que los Presupuestos de este año parten con esa holgura extra. «La decisión se tomará en función del efecto que hayan tenido las medidas a la hora de combatir la inflación o mitigar su impacto», indican. No obstante fuentes del Ejecutivo matizan que, esta vez y después de seis planes anticrisis en los que se han gastado unos 35.000 millones de euros (más otros 10.000 en avales), se tendrá en cuenta la efectividad de las medidas, pero también su coste fiscal, para no alejarse de los exigentes objetivos de Bruselas.

La deuda pública y el dedo que apunta a la luna (por Raymond Torres, El País)

"El toque de atención de la Comisión Europea con relación a la situación de las cuentas públicas de los países miembros nos retrotrae al periodo anterior a la pandemia. Pero esa impresión de déjà vu es en parte engañosa, por las disrupciones que se han producido estos últimos tiempos en el entorno económico y financiero en que se enmarca la política fiscal. Un cambio que Bruselas debería incorporar...Se ha producido un cambio radical en el contexto monetario y macroeconómico. Antes del brote inflacionario, los tipos de interés se situaban en terreno netamente negativo. Fruto de esa política monetaria acomodaticia, bastaba con que la economía se expandiera, aun modestamente, para que los esfuerzos de contención del agujero fiscal redundaran en un menor endeudamiento público. En efecto, la variable clave para la dinámica de la deuda es el diferencial entre el tipo de interés (determinante de los costes financieros) y la tasa de crecimiento de la economía (de la que depende la evolución de los ingresos públicos y del gasto). Antes de la pandemia ese diferencial era negativo, es decir, el tipo de interés era muy inferior al crecimiento, facilitando la desescalada. Sin embargo, las previsiones apuntan a tipos más elevados durante un tiempo prolongado, hasta que los precios se hayan encauzado. Por otra parte, el crecimiento económico puede verse constreñido por las disrupciones que se han producido en los últimos tiempos, como las tensiones geopolíticas, el debilitamiento del sistema multilateral o los costes cada día más perceptibles del cambio climático y del envejecimiento poblacional. En suma, no es descartable que aparezca un diferencial desfavorable entre el tipo de interés y el crecimiento económico. Esta circunstancia cambiaría drásticamente el escenario fiscal..."

España pagará 10.000 millones más en intereses por su deuda (El Mundo)

En pleno año de promesas electorales ni el Gobierno ni las comunidades autónomas parecen estar dispuestas a reducir el gasto público en su particular carrera por el voto de los españoles. El objetivo de cara a 2023 es salir a buscar al mercado otros 70.000 millones de euros de financiación, una cuantía similar a la de 2022, aunque el gasto en intereses se prevé que sea de unos 5.500 millones de euros superior, a tenor de la subida continuada y sin precedentes de los tipos de interés en la zona euro. Este exceso por el pago de intereses será similar al del año pasado, cuando la factura por este concepto pasó de 26.000 a 31.600 millones de euros. Las previsiones de Funcas elevan el gasto aproximadamente otros 4.000 millones de euros más de cara a 2024, con lo que en dos años, España deberá pagar 10.000 millones de euros más por el pago de los intereses de su deuda, hasta superar un total de 40.000 millones de euros con cargo al próximo ejercicio, donde afectan también unas mayores necesidades de financiación, además del coste de pedir dinero en los mercados. «Lo máximo que hemos llegado a pagar en términos corrientes fue en 2013, cuando la factura ascendió a 36.600 millones de euros, aunque en relación al PIB [Producto Interior Bruto] era más, un 3,6%. En 2024, estos cerca de 40.000 millones de euros supondrán un 2,7% de la economía», apunta María Jesús Fernández, economista senior de la Fundación de Cajas de Ahorro. En términos absolutos, supone que España pagará un 26% más de intereses en 2024 frente a lo desembolsado el año pasado y se elevará hasta un 54% si la comparativa se realiza sobre 2021. Las previsiones del Gobierno son algo más optimistas. 

La hegemonía económica global se decide a golpe de subsidios (El País)

Estados Unidos lanza una agresiva política industrial para atraer empresas en su pugna con China y Europa por dominar los sectores estratégicos. La pugna comercial ha sido un baño de realidad para Europa. Puede que EE UU lleve más de un año siendo un importante aliado en el conflicto de Ucrania, pero la competición económica es otra cosa. Incluso cuando en el Despacho Oval se sienta Joe Biden, un demócrata, tradicionalmente percibidos como menos tentados por los cantos de sirena del nacionalismo económico. La nueva política industrial que Estados Unidos está diseñando a través de la Ley de Reducción de la Inflación y la de Chips y Ciencia, y la de Inversión en Infraestructuras y Empleos, despliega una oleada de atractivos incentivos para que las empresas produzcan en suelo americano. Y eso choca con los intereses europeos: en muchos casos, hacerlo allí significará que no se establecerán en los Veintisiete, o peor aún, que se irán. La Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) ha sido el desencadenante del malestar europeo. 

La superpotencia del desierto (El País)

Arabia Saudí busca transformar su economía a golpe de petrodólares y teje una red de alianzas para ganar protagonismo en el tablero geopolítico mundial. Riad busca trascender en todos los ámbitos posibles, con una hegemonía que vaya más allá de lo puramente regional. Y la forma elegida es la de siempre en el Golfo: a golpe de talonario y gracias a los inmensos réditos del crudo. Allá donde alcance la imaginación, antes habrán llegado los petrodólares de la dictadura del desierto, en la que hace tiempo que el rey Salmán bin Abdulaziz entregó las llaves del porvenir a su hijo y príncipe heredero, Mohamed bin Salmán, un treintañero amante de la tecnología y decidido a que su país —cerrado, muy cerrado; desigual, muy desigual; y represor de los derechos humanos puertas adentro— dé un salto de gigante en el siempre disputado escaparate internacional. ¿Diplomacia? Riad está dejando atrás el agresivo intervencionismo en los países vecinos para dar prioridad al poder blando, reforzado por su renovada chequera. En esa táctica se enmarca el acercamiento estratégico a China —su mejor cliente—, las alianzas ocasionales con Rusia para controlar los precios del crudo y los guiños a otras potencias emergentes, como Brasil o Sudáfrica. También el reciente restablecimiento de relaciones, rotas desde 2016, con su némesis en la otra orilla del golfo Pérsico: Irán; las conversaciones de paz con los hutíes para salir de la guerra en Yemen y el impulso para el regreso de su antaño enemigo, el presidente sirio Bachar el Asad, a la Liga Árabe. Objetivo: lograr un apaciguamiento que le permita concentrarse en sus reformas internas. ¿Defensa? Su presupuesto militar, el quinto mayor del planeta, y su segunda posición en el ranking de mayores compradores de armas del planeta hablan por sí solos.

La quinta edición de la carrera de empresas organizada por Cebek reunirá a más de un millar de deportistas en Bilbao (El Correo)

La quinta edición de la Carrera de Empresas se celebrará el domingo 4 de junio con la misma intención con la que surgió este evento: convertirse en el punto de encuentro de aquellos empleados del amplio tejido empresarial vizcaíno que sean aficionados al running y así puedan disfrutar de una jornada repleta de deportividad y ambiente sano fuera de la rutina y el día a día. Organizada por Cebek y El Correo, además de contar con la inestimable colaboración del Banco Santander, el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia, Usoa, Coca-Cola y Carrefour, esta carrera continúa siendo un rotundo éxito. A pesar de que todavía falten varios días para que se cierren las inscripciones –lunes 29 de mayo–, son ya más de 120 empresas las que no faltarán a esta cita. Entre todas ellas, han conformado alrededor de 250 equipos de cuatro personas cada uno, por lo que está asegurada la participación de más de mil corredores. Todos ellos están citados el domingo 4 de junio a las 11:00 horas en la explanada del Museo Marítimo para dar el pistoletazo de salida a esta nueva edición. Desde allí comenzará un recorrido de ocho kilómetros por ambos márgenes de la Ría de Bilbao. Una de las caras más reconocidas de la carrera es Martiz Fiz, campeón del Mundo de maratón, que participará por cuarta vez con el equipo del Banco Santander.