20240414

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Domingo, 14 de abril de 2024
Núm 1634/2024
Año XXXVII

Bildu ganaría por la mínima en votos y escaños a un PNV cuya mayoría absoluta con el PSE peligra (El Correo, Diario Vasco)

La última semana de la campaña será clave porque las elecciones vascas del 21-A se decidirán por cuestión de detalles y sobre la bocina, con un nivel de indecisos superior al 23%. De momento, a estas alturas del partido, EH Bildu ganaría por la mínima tanto en escaños –con una horquilla de 2827, hasta siete más que los 21 de 2020–, como en votos, al conseguir el 34,2% del total, según la encuesta de Ikerfel elaborada para EL CORREO. Le sigue muy de cerca el PNV, que bajaría de 31 a 27, y los socialistas, cuyos 10-11 escaños (ahora tienen 10) serían decisivos para que el jeltzale Imanol Pradales llegue a Ajuria Enea, incluso con mayoría absoluta. Teniendo en cuenta el margen de error muestral, la situación sería de empate técnico. Además, la mitad de los indecisos considera votar al PNV y un 41% a Bildu. Más allá de la pugna nacionalista, el PP, con hasta 7, subiría a cuarta fuerza seguido de Sumar, que irrumpiría en el tablero vasco con 3 escaños. Elkarrekin Podemos, que en 2020 obtuvo seis representantes, se quedaría fuera del Parlamento autonómico, al igual que Vox, que perdería su escaño por Álava. Dada la enorme fidelidad de voto de la que disfruta, EH Bildu tendrá todas las de ganar si la participación es baja. En Sabin Etxea, de hecho, consideran que si supera el 65%, su victoria es más que factible. De ahí que lleven días agitando a sus bases para convencer a los indecisos y a los abstencionistas para que no se queden en casa. No hay que olvidar que la fidelidad de voto de Bildu es la más elevada de todas con el 83% frente al 68% de los jeltzales. A la pregunta de quién le gustaría que ganase, un 41% dice que el PNV, gracias al tirón entre los mayores de 45 años, y el 38% Bildu, cuyo gran motor son los jóvenes.

Los retos de un empleo en máximos (El Correo)

Artículo de Carlos Pereda, responsable de Empleo de Confebask. "Euskadi goza de un buen momento en lo que se refiere a empleo. Hemos superado el millón de personas cotizando a la Seguridad Social y la incorporación de colectivos con dificultades en el mercado de trabajo (jóvenes, mujeres, inmigrantes y mayores de 45 años) evoluciona muy positivamente. No cabe duda de que el sector empresarial apuesta por el empleo y las condiciones laborales en Euskadi son las mejores a nivel de todo el Estado. Pero también hay retos que afrontar, ya que las transformaciones que van a afectar a nuestra economía (tecnológicas, energéticas, medioambientales y demográficas) demandarán trabajadores altamente cualificados. El desempleo, aunque bajo (7%) aún afecta a 111.471 personas, y el 64% de los desempleados carece de la formación suficiente para los empleos que demanda una economía como la vasca, avanzada tecnológicamente. Esto genera una paradoja, ya que, según nuestras encuestas, el 80% de las empresas no encuentran las personas con los perfiles que necesitan. La demografía vasca tampoco ayuda...Es la formación la que se convierte en la gran política de empleo. Y lo es, tanto para desempleados, como para trabajadores en activo en un contexto en el que va a ser necesaria la formación continua a lo largo de toda la vida laboral. Euskadi tiene ventaja ya que cuenta con un buen sistema de formación (FP, Universidad, etc.) capaz de responder a estas necesidades, pero es necesario coordinar esfuerzos ya que no nos podemos permitir el lujo de prescindir de nadie". 

Un paro reducido pero estancado (El Correo)

La tasa de desempleo de Euskadi es la más baja de España aunque tiene un mayor porcentaje de parados que acumulan más de un año sin trabajo. En torno a un 56% de los parados vascos tiene como mucho la ESO y si se suman aquellos con el bachiller el porcentaje llega al 64%. Esta falta de formación especializada dificultad en gran medida su encaje en el mercado laboral. Otro ‘handicap’ es la edad. Las empresas son reacias a contratar a mayores así que a más años, menos posibilidades de encontrar un trabajo. Esto explica que el paro de larga duración, aquel que dura ya más de un año, esté poblado de canas. Más de la mitad del colectivo supera la cincuentena. El desempleo de larga duración es especialmente grave en Euskadi, donde más del 49% de los parados –es decir, unos 54.400– acumula más de un año en esa situación. Solo Asturias tiene un porcentaje mayor. La cronificación del paro es uno de los mayores retos que resolver Euskadi, no solo por el deber de dar una oportunidad a los desempleados sino por el déficit generalizado de trabajadores en el mercado laboral vasco, que se encuentra en récord histórico de cotizantes. El envejecimiento de la población, muy acusado en el País Vasco, obliga a activar y adaptar a todas las personas en edad de trabajar.

La recaudación de impuestos en Euskadi ha crecido el doble que la economía desde 2018 (El Correo)

En 2018 se realizó la última modificación de cierto calado en los impuestos de las haciendas forales vascas y, pandemia y crisis de precios de por medio, el saldo cinco años después ha sido más que favorable para las administraciones públicas. Y es que mientras la economía vasca ha crecido un 12,3%, hasta los 80.700 millones de Producto Interior Bruto en 2023, la recaudación lo ha hecho casi el doble, un 21,5%, gracias a los 18.212 millones de ingresos por el cobro de impuestos el pasado año. Es decir, Gobierno vasco y diputaciones no han sufrido una merma en sus recursos, más bien al contrario. Una situación que los responsables de las haciendas vascas han defendido con el argumento de garantizar los servicios y políticas públicas en un momento especialmente delicado por la pandemia, la crisis energética y de precios. Es un principio que mantienen para la reforma fiscal pendiente. En ‘román paladino’, cualquier cambio en los nuevos impuestos deberá cumplir el requisito de no reducir los ingresos públicos generando un juego de equilibrios en el que lo que se reduce por un lado se aumenta por otro. El caso es que el peso de la recaudación sobre el PIB en este tiempo ha crecido en Euskadi en más de dos puntos. En 2018 el pago de impuestos de ciudadanos y empresas vascas sumó 14.981 millones, el 20,83% del Producto Interior Bruto de la comunidad autónoma. Ese porcentaje ha ido escalando sin excepción –también en el año de la pandemia– hasta el 22,55% del pasado año, con 18.212 millones.

La reforma fiscal, a la espera de las elecciones vascas y de las mayorías (El Correo)

El hecho de que los portavoces forales señalen a una ponencia creada en las Juntas Generales de Gipuzkoa para ver hacia dónde va la reforma fiscal es toda una declaración de intenciones. Una muestra de lo delicado de la cuestión en vísperas de unas elecciones que han llevado a PNV y PSE –quienes comparten los ejecutivos de diputaciones y Gobierno vasco– a acordar no tocar la cuestión hasta después de contar los votos de las urnas. A esto se añade, además, el hecho de que en Álava y en Gipuzkoa la suma de ambas formaciones no alcanza la mayoría y necesita de al menos un voto de la oposición. La conclusión es que la reforma de impuestos que se viene aplazando desde el 2020 por la irrupción del coronavirus no será una «revolución» como advirtió el diputado general de Álava, Ramiro González. Además, deberá cumplir un requisito que ha defendido a machamartillo el consejero de Economía y Hacienda del Gobierno vasco, Pedro Azpiazu. Se trata de garantizar los recursos necesarios para asegurar las políticas públicas. Es algo innegociable que ha llevado a las administraciones vascas a analizar las cifras con la exigencia de no rebajar los ingresos fiscales. De ahí que los cambios que se esperan no sean muchos y se centren principalmente en dos impuestos, el IRPF y Sociedades, y los 3.300 millones que los vascos destinan a vivienda y planes de pensiones.

"El coche más vendido de Europa y el mundo en 2023 fue por primera vez un eléctrico" (Noticias de Gipuzkoa)

Entrevista con Igor Villareal, director de la Fundación Mubil: "El edificio Mubil va a tener 10.000 metros cuadrados y en los otros 30.000, en números redondos, se van a instalar diferentes centros tecnológicos y empresas. Cidetec es uno de los primeros centros tecnológicos, que ya va a venir a finales de año...Estamos trabajando para que se constituya con empresas, también universidades y con la FP. El objetivo de Mubil es impulsar esa nueva movilidad inteligente y sostenible y trabajar en la interacción entre los diferentes agentes para generar nuevas oportunidades, proyectos y conocimiento. Queremos seguir manteniendo Gipuzkoa y el País Vasco como un territorio importante en la movilidad...Yo soy de los que piensan que se va a electrificar todo lo que se va a poder electrificar. Es decir, la electrificación va a jugar un rol importante y ya lo está jugando en muchos aspectos. Pero digamos que cuanto más ligero y menos distancia, más sentido tiene...La combustión no está muerta. Hay aplicaciones donde la combustión va a seguir existiendo y va a formar parte del mix. Una cosa es Europa, pero hay partes del mundo donde la combustión no tiene fecha fin y se va a seguir utilizando. Lo que sí que tiene que cambiar es el combustible que se añade a la combustión...Puede ser hidrógeno o derivados del hidrógeno, que también se utilizan para generar lo que se llaman efuels u otro tipo de combustibles sostenibles. Desde mi perspectiva, vamos a ir a una mezcla de soluciones tecnológicas. Pero lo que va a abarcar todo es la descarbonización. Eso es innegociable..."

Vidrala crea una botella con un 8% menos de peso (Noticias de Álava)

Vidrala está invirtiendo en innovación y tecnología para que sus fábricas y procesos de producción y reciclaje sean lo más competitivos posible. Una muestra de ello es la BD Nova Lite, una nueva botella bordelesa de 33 milímetros diseñada para hacerla mucho más ligera con un 8% menos de peso. Por cada millón de botellas, supondrá un ahorro aproximado de hasta 31 toneladas de materias primas. También contribuirá a la reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera, evitando emitir hasta siete toneladas de gases de efecto invernadero (alcance 1 + 2). Vidrala desarrolla su estrategia de sostenibilidad Glass made Good bajo cuatro pilares claves o cuatro Pes, que comenzó a implementar en 2021 y que representan a las personas, a las poblaciones, al planeta y a la prosperidad. La sostenibilidad es cada vez más relevante y, ciertamente, no es algo nuevo para la empresa. “Vivimos en un momento en el que la transición ecológica ya no es una opción, es un deber. En el Grupo Vidrala llevamos tiempo trabajando para promover un modelo de negocio sostenible, al tiempo que cuidamos de las personas y de la población”

Los clientes podrán seguir reclamando los gastos hipotecarios (Diario Vasco)

Gastos de notaría, gestoría, tasación, impuestos y tasas del Registro de la Propiedad son otros costes asociados a la compra de una vivienda. Unos gastos que engordan la factura a pagar y que miles de familias guipuzcoanas aún podrán reclamar más allá de este domingo, fecha en la que en teoría expiraba el plazo, después de que la justicia, en varias sentencias, haya determinado que parte de esos gastos deben correr a cuenta del banco que gestiona la hipoteca. En el supuesto de haber suscrito una hipoteca antes de junio de 2019 (en Gipuzkoa se han firmado 80.278 créditos sobre vivienda desde el 2003 hasta 2018), es posible reclamar ese dinero al banco, dejando de media una potencial ganancia de 1.500 euros por reclamación y hasta 3.000, según datos de la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin). Además, la cantidad a devolver podría ser superior por los intereses de demora. Después de varias sentencias del Tribunal Supremo y una del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), en enero de 2019 se fijaron definitivamente los gastos que los bancos tenían que devolver a los clientes. Según la normativa, el plazo de prescripción para poder reclamar judicialmente era de cinco años, por lo que la fecha límite se fijaba el 24 de enero de este año, aunque los meses de la pandemia (82 días más) aumentaron ese plazo hasta este domingo, 14 de abril. Pero una vez más, la puerta ha quedado abierta a que incluso más allá de este domingo sea posible la reclamación por otra interpretación.

La banca prepara el terreno para una guerra hipotecaria antes de verano (El Correo)

La banca quiere poner fin a la brusca caída que ha sufrido su negocio hipotecario en estos años de vertical subida del euríbor, que ha derivado en la desaparición de gran parte de la demanda. Según datos del INE, en 2023 se inscribieron en los registros de la propiedad 381.560 hipotecas, un 18% menos que el año anterior, con muchos nuevos propietarios optando por pagar a tocateja su nueva casa gracias a los ahorros generados. «La bajada en la concesión estuvo por encima de lo que esperábamos y tras el cierre absoluto del grifo en la recta final del año ahora hay orden de coger carrerilla», reconocen desde una entidad financiera. En su caso, comenzaron por ofrecer mejores condiciones solo a determinados perfiles, pero ya han empezado a abrir la mano hacia el resto del mercado que no puede prescindir de la banca al no tener suficiente capacidad financiera. «Tras un 2023 difícil para el sector hipotecario, en 2024 es imprescindible recuperar la contratación de financiación. El comprador se verá muy beneficiado de este escenario», explica Ricard Garriga, director general de Trioteca. De hecho, el negocio hipotecario ya ha comenzado a dar ciertas señales de recuperación en los primeros meses de 2024. Los datos del INE reflejan que en enero se firmaron 33.128 hipotecas. Sigue siendo un 10% menos en tasa anual, pero casi un 33% más que en diciembre pasado. «No estamos ante una guerra salvaje, pero se empiezan a ver movimientos. Los bancos se están preparando para la posible bajada de tipos del BCE en junio y hay mucha gente esperando y puede empezar a animarse». Los datos que maneja la firma también reflejan cómo la banca ha empieza a adelantar las rebajas. En términos de precios, donde más se está notando es en los tipos fijos.

La economía europea se militariza con una intervención pública que parecía desterrada (El Correo)

Esta semana el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, admitía en su intervención en el Congreso que «en España no se escuchan los bombardeos rusos, pero sí las voces de nuestros hermanos europeos que nos piden ayuda». Las declaraciones llegan después de que la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, avisara de que «el riesgo de guerra no es inminente, pero tampoco imposible». Putin puede ganar este verano cada vez más terreno en Ucrania; los territorios fronterizos se rearman; y una victoria de Donald Trump en EE UU en noviembre dejaría en el aire el actual apoyo a Ucrania bajo el paraguas de la OTAN. El problema se llama 2%. Esa es la proporción de gasto en defensa sobre el PIB (Producto Interior Bruto) que recomienda la Alianza Atlántica. España se encuentra entre los últimos de la trinchera. Sin visos de un nuevo Presupuesto para este año que incluyera un incremento de la inversión militar (siempre que las fricciones entre PSOE y Sumar lo permitan), la Autoridad Fiscal Independiente (AIReF) certifica que el gasto «real» en Defensa se redujo en 2.000 millones el pasado año, poco más del 1% del PIB. No se trata de llamar a filas ni de llenar despensas, pero la economía de guerra implica «un cambio en las prioridades de los gobiernos y sus políticas de gastos», explica Félix Arteaga, investigador principal del Real Instituto Elcano, que apuesta por reasignar recursos para aumentar «el presupuesto militar» al 2% recomendado, así como «una mayor intervención de la economía porque los bienes y servicios que se necesitan ahora no los distribuye el mercado», como la producción de buques o munición.

Talgo, el estratégico caballo de Troya con el que atravesar las vías de todo el continente (El Correo Araba)

La oferta de compra de la española Talgo por parte de Magyar Vagon por casi 620 millones de euros denota el evidente interés de los húngaros por controlar una compañía que permitiría mejorar sustancialmente sus relaciones comerciales con el este de Europa. Todo pasa por las patentes de la firma, ya que tiene registrada una tecnología propia de cambio de ancho de vía automático que convierte a sus trenes en la única solución capaz de adaptarse a cualquier red ferroviaria y superar las fronteras. Un problema que actualmente sufren los países del este de Europa pero al que en España no se da importancia porque las principales potencias –nuestros mayores clientes comerciales– tienen un ancho de vía unificado compatible con el ibérico español, explica Fernando Alarcón, director de El Orden Mundial. Talgo ha hecho del cambio de ancho automático una de sus señas de identidad. En 1968 dio el salto internacional con el primer viaje entre Madrid y París sin transbordos gracias a esta tecnología. «Esta ventaja competitiva de Talgo es muy golosa para una empresa húngara porque le permitiría aumentar el tráfico comercial con países del este, como Ucrania, la tercera potencia ferroviaria europea solo por detrás de Alemania y Francia», señala Alarcón, que destaca el «evidente interés» de Hungría en mercancías y en pasajeros y la razón principal por la que Magyar Vagon se ha fijado en Talgo. El Gobierno español tiene un gran recelo a que se lleve a cabo esta operación.

Alemania se hunde en el desencanto (El País)

El auge de la extrema derecha, las guerras de Ucrania y Gaza y un raquítico crecimiento obligan a la gran economía europea a cuestionar algunas certezas. “El país pasa por una depresión mental, sí. Lo vemos en cada indicador que se publica. La desconfianza ante el futuro va a veces mucho más allá de lo razonable”, certifica Marcel Fratzscher, presidente del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW), que tira de ironía para relativizar los altibajos que atraviesa su país. “Los alemanes nos movemos entre los extremos. Hay periodos en los que pecamos de arrogantes, creyendo que hacemos las cosas mejor que nadie, pero luego el péndulo se mueve y lo vemos todo negro. La realidad debe de andar en algún punto intermedio”. “La gran diferencia es que ahora no nos enfrentamos a una sola crisis, sino a varias a la vez”, resume Norbert Röttgen, diputado del principal partido de la oposición, la Unión Cristiano Demócrata (CDU). Alemania tiene ante sí una hidra de problemas que reverberan entre sí y se amplifican. El primero es el económico. Berlín ya no tira del resto de socios, sino que los arrastra. Las cinco principales casas de análisis acaban de pronosticar un crecimiento raquítico del 0,1% del PIB para este año, el menor en la UE, cuya economía avanzará algo menos del 1%. A medio y largo plazo, preocupan especialmente la demografía y la falta de mano de obra. Además, se multiplican las quejas por la falta de inversión en infraestructuras, sanidad o digitalización. Es como si, de repente, la falta de reformas de los últimos 20 años hubiera explotado en la cara de un país obsesionado con el rigor fiscal, en el que la deuda es vista como el mayor de los pecados. “Nuestra política económica se podría describir como el intento desesperado por mantener el statu quo de los años anteriores a la pandemia, cuando todo parece marchar bien. El problema de esa mentalidad es que el mundo cambia ahora mucho más rápido. Alemania tiene que entender que debe adaptarse ya a la nueva era”, añade Fratzscher. El segundo nubarrón viene de fuera, pero afecta a algunos de los pilares sobre los que se ha construido este país desde la II Guerra de Mundial. Los conflictos de Ucrania y de Gaza impactan, cada uno a su manera, sobre dos principios que Alemania creía inmutables: las buenas relaciones comerciales con Rusia —que permitían el flujo de gas y petróleo baratos— y la amistad sin fisuras con Israel. 

La creciente divergencia entre EE UU y Europa (por Raymond Torres, El País)

"...El estrecho vínculo entre nuestro entorno económico en general y la política monetaria de EE UU ha quedado patente tras conocer dos hechos relevantes: la resiliencia de la inflación en ese país y las señales de fortaleza de su economía. Estos vigorosos resultados contrastan con la debilidad de la coyuntura en Europa y la desescalada del IPC, variables que, tras la comprensible decisión del BCE esta semana, abrían la puerta a una senda sostenida (y muy esperada) de recortes de tipos de interés. Sin embargo, la relajación se complica ya que algunos miembros del BCE no dudarán en aludir a los riesgos que comporta un desacoplamiento con respecto al gigante estadounidense. En todo caso, todo apunta a que la Reserva Federal querrá asegurarse de la transitoriedad del repunte de los precios antes de reducir el precio del dinero. De momento, el IPC en la primera potencia económica del mundo parece anclado en el entorno del 3,5%, y con pocos visos de bajar a tenor de la fortaleza del mercado laboral y de la demanda. Dada la proximidad de las elecciones presidenciales, es probable que Washington opte por la prudencia ante el temor a que un recorte en los tipos coincida con un nuevo repunte de los precios. Por su parte, la misión del BCE es aplacar la inflación, algo que ya está en vías de conseguir, con un IPC del 2,4%, justificando bajadas de tipos en el transcurso del año. Pero los banqueros centrales más preocupados por la inflación aluden al riesgo de depreciación del euro que entraña un diferencial creciente en el precio del dinero entre ambas economías. Sobre todo teniendo en cuenta que el petróleo, que cotiza en dólares, tiende a encarecerse. Otro factor es la resiliencia de la inflación en los sectores de servicios. Ante estos argumentos, el BCE haría bien en mantener su intención de ajustar los tipos en junio: de no hacerlo, se expone a ir a contracorriente de las necesidades de su economía, algo que podría también pesar en el valor del euro. No obstante, no está claro que ese sea el camino más allá de junio..."

El envejecimiento es ya la gran amenaza para la economía (El Mundo)

La longevidad se ha convertido en motivo de preocupación. Alegra a los que quieren una vida larga, pero inquieta y mucho a los grandes pensadores del mundo económico. Bancos centrales, instituciones como el Fondo Monetario Internacional e incluso gigantes inversores como la gestora de fondos BlackRock ya han puesto al envejecimiento en el centro de sus preocupaciones: que cada vez más abuelitos lleguen a los 100 años mientras el número de nacimientos cae en picado, será el determinante principal del crecimiento económico, la inflación, la productividad o la deuda pública en un futuro cada vez más cercano. Se trata de una tendencia global, pero no afectará por igual ni llegará igual de rápido a todas las latitudes del planeta. La Unión Europea no está bien posicionada en esa comparativa –con una demografía de edad avanzada y una fertilidad en caída libre– y, dentro de ella, España es uno de los países que antes tendrá que enfrentarse al problema. Según las proyecciones de la AIReF, la esperanza de vida debería situarse este año en los 84 años y seguirá aumentando en los próximos hasta llegar a los 89 en 2070, un aumento de más de un año por cada década. La mayor longevidad, unida a la caída del número de hijos por mujer, provocará en los próximos años un descenso de la población en edad de trabajar: pasará de los 32,3 millones este año a los 28,8 millones en 2050. Esto tensionará la tasa de dependencia, es decir, la relación entre la población inactiva (menor de 16 años o mayor de 66) respecto a la que está en edad de trabajar. Esta tasa hoy se sitúa en el 48,7%, lo que supone más o menos que por cada inactivo hay dos personas en edad de trabajar. Sin embargo, en los próximos años crecerá hasta el 74,5%, lo que implica que en 2050 habrá únicamente 1,3 activos por inactivo.

Irán lanza un ataque aéreo masivo contra Israel y pone a Occidente en máxima alerta (El Correo, El Mundo, El País)

Irán lanzó anoche un ataque masivo con drones y misiles de crucero contra Israel en venganza por el bombardeo que el pasado 1 de abril destruyó su embajada en Damasco y mató a más de una decena de personas, entre ellas siete miembros de la Guardia Revolucionaria. La operación, bautizada ‘Promesa verdadera’, que podría tardar «horas» en completarse por la distancia entre ambos países, unos 1.625 kilómetros entre sus capitales, desató la alarma en la región. Jordania, Líbano e Irak cerraron su espacio aéreo y Siria puso sus sistemas de defensa en alerta máxima. El ejército judío calificó la acción del régimen de los ayatolás de «escalada grave y peligrosa» tras calcular que los artefactos disparados superaban el centenar y que los aparatos no tripulados iban cargados con unos veinte kilos de explosivos. Algunos fueron derribados antes de llegar al país. Entre los objetivos figuraban los Altos del Golán y la base aérea de Negev. Al cierre de esta edición, informes militares señalaban que las milicias proiraní se habían sumado al disparo de cohetes desde Líbano, Siria, Irak y Yemen. Israel ha tomado las medidas de prevención propios de un estado de guerra mientras la alarma es máxima en Occidente. El ataque, a diferencia de lo que ocurrió el 7 de octubre con Hamás, no sorprendió en esta ocasión a Israel, que llevaba días en alerta por las posibles represalias de Irán. La Inteligencia norteamericana llegó incluso a marcar un plazo para la respuesta de Teherán y señaló que se produciría este mismo fin de semana. Y así ocurrió. La Guardia Revolucionaria reivindicó la operación «en respuesta a los numerosos crímenes cometidos por el régimen sionista» y aseguró que la oleada de drones y misiles lanzada desde múltiples puntos de la república islámica se dirigían «contra objetivos específicos» sobre suelo israelí. Teherán, ayer, por primera vez en el casi medio siglo de tensa relación con Tel Aviv, atacó de manera directa sobre suelo israelí. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, pidió a la población que siga las instrucciones del ejército.