20240714

El ex presidente Donald Trump sufrió ayer un atentado durante un mitin en Butler (Pensilvania), una pequeña localidad de granjeros a 60 minutos de Pittsburgh. El candidato republicano se encontraba sobre el escenario sobre las siete de la tarde (una de la madrugada en Espala) cuando de pronto se llevó la mano a la oreja con un gesto de dolor. 'Pop', 'pop', 'pop', se oyó. Los agentes de los Servicios Secretos se lanzaron inmediatamente sobre él, parapetándolo con sus cuerpos, en una acción encomiable que ha sido alabada por toda la clase política sin fisuras. «Mis pensamientos y oraciones están con el expresidente Trump», le deseó el congresista neoyorquino Hakeem Jeffries, líder de los demócratas en la Cámara de Representantes. «Agradecido por la decisiva respuesta de las fuerzas del orden. Estados Unidos es una democracia. Cualquier tipo de violencia política nunca es aceptable», resolvió tajante. La confusión cundió en el escenario mientras el magnate era trasladado a toda velocidad hasta un centro médico, con un chorretón de sangre corriéndole por la mejilla derecha. Los agentes del Servicio Secreto instaron a los espectadores a arrojarse al suelo. Algunos de ellos pudieron apreciar unas nubecillas de humo procedentes del lateral izquierdo, en la zona donde habían sonado los disparos. Un testigo relató que vio a un policía correr en dirección a un individuo que parecía huir. Estados Unidos entró anoche en una nueva pesadilla. El Butler Farm Show pasará ahora a la historia norteamericana como un triste pasaje de la violencia política. En algunos medios varios simpatizantes republicanos señalaban que los hechos les retrotrajeron de inmediato al asesinato de John Fitzgerald Kennedy en Dallas o el intento de matar a Ronald Reagan en 1981 en Washington.

Entrevista con Antonio Garamendi, presidente de la CEOE. Huye de la confrontación y de los extremos, de las palabras gruesas y de los insultos, pero, sin embargo, se ha convertido en la diana de muchos de los dardos que se lanzan desde el Ministerio de Trabajo, comandado por la también vicepresidenta segunda Yolanda Díaz, en lo que parece ya una guerra sin cuartel. "La CEOE, los empresarios, no somos los causantes de que haya una distorsión en esas relaciones. Serán aquellos que, cuando hemos pactado unos puntos, luego no los cumplen. Nosotros sí cumplimos. Con la reforma laboral nos habíamos dado la mano y la íbamos a defender incluso aunque gobernara el PP. No la íbamos a cambiar. Es una sorpresa que una ley de tanto calado, que se supone que iba a dar estabilidad en el tiempo, se cambie de golpe por intereses políticos sin aviso ni nada… Nosotros no hubiéramos aprobado esa reforma. En ese sentido, nosotros no hemos fallado. Son otros los que han fallado...Lo primero que tiene que poner el Gobierno es la máxima de escuchar. Y la sensibilidad de la gente que realmente sube y baja las persianas todos los días. Pero también pido discreción. Ahora, si el final es «no, me tienes que decir ya que aceptas esto», ¿pero qué me estás diciendo? El momento en que yo te diga que acepto esto, ya a partir de ahí es igual. Si es que van a abrir en canal todos los convenios de este país de golpe. ¿Cuál es la confianza de gente que ha firmado un convenio antes de ayer y que en canal te lo cambian pasado mañana?..– ¿Y si os ofrecieran retrasar su aplicación hasta que decaigan los actuales convenios y aumentar las horas extras?– Son cosas de las que se están hablando. Efectivamente, hay muchas cosas que pueden paliar. En Francia hay un descuento, hay muchas más horas extras, están beneficiadas por la propia Seguridad Social. En Francia la jornada de 35 horas fue un fracaso. Y hay otros aspectos que tienen que tener presentes: las pequeñas empresas, las empresas con contratación pública, que resulta que están enganchadas en esas contrataciones y con las que el Estado no tiene ninguna sensibilidad. Y, sinceramente, tampoco entiendo que la vicepresidenta se dedique a recibir a las empresas que yo también represento no sé para qué. Ella sabrá, pero se sienten muy representadas en esta casa...Se equivoca si piensa que va a convencer a alguien porque quiera llamar. Que no piense que nos va a dividir. Es la primera vez que se está hablando de algún tema y, en paralelo a una mesa, en este caso el Ministerio de Trabajo se dedica a hacer fuegos artificiales..."

Antonio Garamendi defiende con ahínco en un escenario que se ha vuelto hostil que las empresas tienen que ganar dinero y crecer, tener cuantos más beneficios mejor, algo que ahora parece que se ve con malos ojos..."No comparto los ataques que ha habido por algunos miembros del Gobierno. Ataques contra personas, con nombres, incluido yo. Eso en Europa no se había visto desde hace mucho tiempo. Y hay un tema que también es importante: las empresas tienen que ganar dinero y tienen que crecer. Sin embargo, ponemos todas las trabas para que no crezcan. No se entienden para nada los impuestos a la carta tanto a las eléctricas como a las energéticas. Esto del impuesto de patrimonio, de los impuestos de sucesiones, de los impuestos a las grandes fortunas… lo que único realmente que hacen no recaudan, es estar que quitando la gente venga el aliciente a trabajar...Sinceramente ni esto es un cohete ni tampoco está horriblemente mal. Depende. También es verdad que todo esto va por barrios: hay sectores que están yendo bien y hay otros, los pequeños, que están sufriendo más. ¿Las cosas van mal? No. ¿Las cosas van magníficamente bien? Van bien, pero para mí no es tanto que vayan bien o mal, como que hagan las cosas para que vayan a mejor. Porque si no las hacemos bien, las torcemos..."

Francisco Carranza, CEO de Basquevolt. "Lo que hace dos años era una pequeña sala del CIC Energigune es hoy una empresa que ocupa buena parte del edificio Marie Curie. En la antigua sede de la Fórmula 1 vasca se fabrican ahora las baterías que esperan alimentar a los coches eléctricos del futuro, hechas en Miñano. En pleno debate sobre el suelo industrial y la disponibilidad de espacios en puntos como el parque tecnológico, Carranza coincide con el diagnóstico empresarial: «No es la primera vez que personas de la industria y del ecosistema político me comparten esa reflexión sobre la falta de suelo. Entiendo que es un sentimiento compartido por mucha gente en Álava», sentencia. "- ¿Basquevolt sale a fichar fuera porque no encuentra lo que busca en Vitoria, en Euskadi?-No me intente pillar con esa pregunta. Es un problema que afecta a la mayoría de las empresas del territorio. Tratamos de hacer las cosas de una forma equilibrada. Tenemos que traer a una serie de expertos que tengan la mejor capacidad, la mejor experiencia y más conocimiento a nivel mundial. Estamos en una lucha con actores de primer línea en China, en Estados Unidos... con gente extremadamente competente. Entonces hay que buscar ese equilibrio de traer a gente...Cuando traemos a esa gente a Vitoria la rodeamos del talento local que tenemos, que es mucho. En Euskadi tenemos unas nuevas generaciones de ingenieros con una capacidad de aprendizaje que ya la hubiera querido yo para mí cuando era joven.-¿Opina como Antón Arriola, el presidente de Kutxabank, que deberíamos pagar más a nuestros jóvenes?-No es un tema de opinión, es una realidad. Vivimos en un mundo global, sobre todo en el sector de las baterías, con actores de todo el mundo luchando por atraer talento. El salario es un factor importante. No es el único. Pero tienes que ser competitivo...Es importante para Álava que haya proyectos de energías renovables, pero también hay que hacerlo de forma inteligente y donde se pueda. Al final, todo esto siempre es una cuestión de equilibrios y de hacer los proyectos donde sean más pertinentes, de la forma más inteligente posible...¿El absentismo es un problema en Basquevolt?-No. ¿Le preocupa el dato? Es muy preocupante. Es importante hacer una reflexión como sociedad. ¿Qué quieren las nuevas generaciones?, ¿Qué les motiva para levantarse todos los días e ir al trabajo? Hay un cambio importante en la motivación de la gente. Debemos tener una reflexión para que podamos adaptar las empresas futuras a lo que las nuevas generaciones están esperando. Los jóvenes vienen con unas expectativas altas, piden que la empresa se adapte a su visión de lo que es la responsabilidad social. Y la gente bien formada no tiene problemas para entrar en el mercado laboral. Hay unas expectativas que las empresas deben cumplir. Si llegamos a ese punto en el que comprendamos lo que los empleados y los ciudadanos esperan de nosotros, mejorará mucho el absentismo..."

Francisco Carranza, CEO de Basquevolt. "Estamos viendo que la presencia de partidos de derecha más extremistas no significa que la industria vaya a cambiar de dirección. Significa que hay una serie de políticas, sobre todo de proteccionismo, que se podrían poner en marcha.-¿Es partidario de los aranceles que se plantean para los coches eléctricos chinos?-Es una reflexión que lleva sobre la mesa mucho tiempo. Mi opinión es que no vivimos en un mundo aislado. Tenemos delante a China, a Estados Unidos y tenemos que estudiar con muchísima atención las políticas de comercio global que están haciendo; no podemos ignorarlas en tecnologías tan importantes para el futuro de Europa. Es importante que Europa reflexione y que se pongan en marcha ciertas medidas de proteccionismo, pero de forma muy precisa y con unos objetivos muy claros. Hay que intentar proteger un poco a la industria europea.-¿Qué le diría a esas voces que defienden alternativas al coche eléctrico como los híbridos o los combustibles sintéticos?- Es una reflexión que llevamos haciendo 15 años. No es nada nuevo. Creo que no se pueden bajar los brazos. No podemos aceptar una derrota en Europa porque en ninguna otra parte del mundo se está aceptando la derrota. Bajar los brazos no es la forma de seguir adelante.-Mercedes Vitoria está fabricando bastante menos de lo previsto. ¿Es un problema de aquí o es una cuestión global?-Está pasando más en Europa que en otras partes del mundo. Estamos en un cambio importante en el sector: nos hemos fijado un calendario de una transición tecnológica para 2035 ó 2040, pero es muy ambicioso porque la tecnología simplemente no existe, no se puede comercializar al precio que el cliente está dispuesto a pagar. Necesitamos una bajada de costes masiva y reducir el peso de las baterías a la mitad".

Entrevista con Elixabete  Etxanobe, diputada general de Bizkaia. "Las tres haciendas forales tienen una relación diaria y constante, coincidimos en los objetivos que perseguimos con la fiscalidad: debe servir para ayudar a las personas y para generar un tejido económico y la actividad adecuada. Me atrevería a decir que en Bizkaia para finales de año podemos tener identificados los puntos de reforma...Compartimos los retos pero armonización no quiere decir equiparación, eso es lo que dice nuestra normativa...El Concierto es la herramienta más potente que tenemos para ayudar a las personas y a las empresas. Creo que el lehendakari está pensando en políticas como la que desarrollamos aquí incentivando los rodajes de cine. En aplicarlas para ayudar a los que peor lo pasan, a fomentar las políticas verdes...– ¿Bizkaia necesita bajar los impuestos para ganar competitividad o atraer a empresas?– Bizkaia ya es atractivo de por sí. La fiscalidad puede ayudar al tejido económico, pero también otras serie de políticas como la promoción económica, el emprendimiento o la atracción de talento. Esto último es una de las grandes demandas que tienen todas las empresas con las que me he podido reunir a lo largo de este año: que no encuentran personas con la formación adecuada...Estamos muy atentos al efecto de las deslocalizaciones. Como Euskadi es un país pequeño eso permite la colaboración con el resto de administraciones y las propias empresas...– ¿Recortaría la jornada laboral? – Puede que no sea fácil para los empresarios vista la alta conflictividad y los datos de absentismo. Quizás estemos en desventaja respecto a otros lugares que no tienen estos condicionantes". 

Elixabete Etxanobe, diputada general de Bizkaia. Considera que el fichaje de Josu Erkoreka «no encaja en el concepto de puerta giratoria», y defiende que Iturrate dirija el palacio Euskalduna. "Hay que ahondar en lo relacionado con el transporte, los cuidados, la soledad no deseada, el envejecimiento activo, el reto demográfico... Y la cohesión territorial, si nos deben recordar por algo que sea por el esfuerzo para que todos los servicios públicos que ofrecemos lleguen igual a toda la ciudadanía con independencia de dónde residan...Estamos convencidos de que el Guggenheim puede ser una oportunidad para Busturialdea, que le va a aportar mucho desde el punto de vista social y económico aparte de situar Bizkaia como referente de la fusión del arte con la naturaleza...En cuanto al reparto de menores, es una situación estructural que exige medidas serias y contundentes. Bizkaia es un territorio solidario que acoge a todos los colectivos que tienen dificultades. En el caso de los menores no acompañados, aparte de tener una obligación legal lo hacemos con convencimiento y ofreciéndoles un proyecto socioeducativo cuyo objetivo es que se integren en nuestra sociedad..."

Entrevista con Mikel Torres. Vicelehendakari segundo y consejero de Economía, Empleo y Trabajo reconoce que «hay una ciudadanía que necesita y nos pide que reaccionemos con rapidez». El exalcalde de Portugalete lo resume con una frase: «Humildad, manos a la obra y voluntad de acuerdos para ofrecer buenos servicios públicos». "A nosotros nos gusta decir que es un programa progresista y socialista, pero normalmente es un programa que pone a las personas en el primer lugar de todos los problemas que hay en Euskadi. Nos tenemos que poner de acuerdo para darles solución. Y esos problemas vienen por temas de salud, empleo, transformación industrial, transformación tecnológica, política de cuidados, vivienda, movilidad... Y por todo aquello que afecta directamente a las personas es un programa socialdemócrata, progresista o socialista...Los acuerdos de país tienen que estar por encima muchas veces de la política. Los acuerdos de país necesitan pensar más en los ciudadanos y pensar menos en nuestras siglas. Soy optimista, creo que ha habido un gran cambio en la política vasca de personas, de líderes, también se van dejando atrás viejos vicios y se van incorporando personas que piensan más en la gestión del país. Creo que es el momento de lograrlo...–¿La transferencia del régimen económico de la Seguridad Social será posible?– Va a ser complicado, pero existe un principio de acuerdo para estudiar lo que es la transferencia del régimen económico sin que se rompa la caja única. Eso lo tenemos todos contrastado, yo creo que incluso el PNV también. Vamos a empezar una serie de conversaciones. Problemas hay y bastantes, pero podemos ir avanzando y podemos hacer la gestión económica de las prestaciones de Seguridad Social. Yo creo que ese sería un paso adelante. No es fácil porque estamos hablando de recursos económicos y, sobre todo, un sistema que es el de Seguridad Social que es único en toda España, pero en el régimen económico se pueden dar pasos adelante. –Queda pendiente el tema de la fiscalidad...–Los socialistas siempre hemos defendido como reivindicación que el Gobierno Vasco asuma una competencia importante en temas de fiscalidad, pero sabemos cuál es la realidad de este país, sabemos que está en manos de las diputaciones forales y, por tanto, eso lo asumimos y no planteamos a corto plazo que haya un cambio radical, pero sí por lo menos que desde el Gobierno Vasco se pueda hacer una reflexión en tres territorios homogéneos fiscalmente para que cualquier ciudadano independientemente de la unidad tenga un tratamiento fiscal en las mismas condiciones y que no compitamos fiscalmente un territorio histórico contra el otro..."

Entrevista con Ibone Bengoetxe, vicelehendakari primera del Gobierno Vasco. "Es una figura en la que el lehendakari puede descansar las responsabilidades o compromisos que él desee o que no pueda atender. También me puede encargar determinadas encomiendas o proyectos, y en cualquier caso, yo estoy a su disposición para todo lo que él necesite...Yo voy a estar muy centrada en sacar adelante los proyectos en el ámbito de la cultura, en el ámbito del euskera y en el ámbito del deporte. Y luego, en aquellas cuestiones que el lehendakari valore que yo pueda aportar, sean políticas o sean de gestión...Es una agenda del bienestar; los ciudadanos vascos necesitan bienestar físico, emocional y económico. Es una agenda global; Euskadi tiene que trascender al mundo que está más allá de sus fronteras y tiene que tener permeabilidad para trasladar al mundo quiénes somo y, a la vez recibir los inputs de otros lugares. Y luego, una agenda humanista...Creo que el lehendakari ha empezado a hacer, a su nivel, lo que nos ha pedido a nosotros, que es escuchar las propuestas que otras y otros le quieran aportar. Somos un gobierno que tenemos claro que no podemos hacer las cosas solos. Y por supuesto que los partidos políticos y los agentes sociales son una parte indispensable junto con la sociedad civil para sacar un país adelante...Nos toca buscar acuerdos, plasmar propuestas en todos los ámbitos, y el sanitario es uno más. El lehendakari lo ha marcado como prioritario...Hay dos ideas. Por un lado, que tratan de garantizar el bienestar de la sociedad vasca. Por otro, son unos presupuestos que tratan de garantizar el crecimiento económico; por tanto, habrá inversiones estratégicas. Vamos a ajustarnos con rigor a la realidad que nos encontremos...

La legislatura va camino de su primer año y la producción legislativa es, por decirlo de forma diplomática, más que pobre. Seguro que habrá escuchado del Gobierno quitar hierro al asunto porque el grueso de las grandes leyes ya fue aprobado en el anterior mandato, pero lo cierto es que salvo la polémica ley de amnistía y el inédito acuerdo entre el PSOE y el PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial (está tramitándose todavía) hay poco más que llevarse a la boca. Si al Ejecutivo le pagaran por objetivos no llegaría a fin de mes. Para Sánchez, lo mejor es que esto es política y siempre hay un relato positivo al que aferrarse. Lo peor, que el voluntarismo no evita que las Cortes sean ingestionables. Si el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE sale vivo del avispero catalán colocando en la Generalitat a Salvador Illa, el futuro de la legislatura, si es que lo tiene, será un auténtico martirio con Junts como protagonista. Hace un año, aquella noche del 23 de julio, la perversa aritmética quiso que Pedro Sánchez pudiera seguir en Moncloa pero a un altísimo precio: depender de Carles Puigdemont. Bueno, de Puigdemont pero también de ERC, Bildu, el PNV, Podemos, el BNG... Ya lo advirtió el lehendakari Urkullu: «Estoy preocupado. El Gobierno depende todo el tiempo de todo el mundo para aprobar cualquier cosa». Porque aquel «somos más» que proclamó Sánchez desde el balcón de Ferraz tenía letra pequeña. Aquel «somos más» ya no era sinónimo la cacareada «mayoría progresista» que ni está ni se le espera. Este contexto es clave para entender el varapalo que ha sufrido esta semana la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, cuyas urgencias, motivadas por sus fracasos electorales, le llevaron a lanzar un órdago fallido a la patronal para aprobar cuanto antes la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas, uno de sus proyectos estrella. Díaz cometió el ‘pequeño’ error de olvidar que las propuestas legislativas deben aprobarse en el Congreso y en este Congreso, Sumar tiene 27 de 350 diputados. Y si sumamos los 120 del PSOE, siguen quedándose en 147, cuando la mayoría absoluta son 176. Vistas las cosas desde esta perspectiva, los órdagos no parecen los mejores compañeros de viaje. Sobre todo cuando se habla de economía, de las cosas del comer.

Sigue el incesante goteo de anuncios de empresas privadas, aunque apenas 26 han iniciado trámites administrativos. Cuando hace 23 años empezaron a rotar los 38 molinos del parque de Elguea, muchos esperaban que Álava -y por ende Euskadi- iba a colocarse en la cabeza del pelotón en la 'carrera' de las renovables que entonces arrancaba. Pero desde entonces en el territorio tan sólo se han colocado treinta aerogeneradores en Badaia (en 2005), 55 hectáreas de paneles fotovoltaicos inaugurados en 2020 junto a Arasur (Ekian) e iniciativas de pequeña magnitud para autoconsumo. Pasos importantes, pero aún insuficientes ya que la Ley de Cambio Climático y Transición Energética obliga al territorio a multiplicar por siete la energía de origen renovable antes de 2030, dentro de apenas cinco años y medio. Y eso que, desde hace un lustro, se ha registrado un incesante goteo de anuncios a través de los distintos boletines oficiales que ya ronda los cincuenta, que ha despertado la desconfianza de colectivos ecologistas y los partidos de la oposición, la mayoría de los cuales apoyaron la ley que obliga a pisar el acelerador. De ese medio centenar, según datos aportados por el Gobierno vasco, muchos se quedaron en meros sondeos porque hay 26 que continúan con su tramitación administrativa y seis (una eólica y cinco solares) que por fin ya se encuentran a las 'puertas' de desarrollarse.

La obra del desdoblamiento de la carretera N-124 entre Armiñón y Berantevilla, también conocida como la autovía hacia Rioja Alavesa, se da por finalizada. Se trabajaba con la idea de que estuviese concluida para el mes de noviembre, pero –según puede adelantar EL CORREO– se abrirá en su totalidad este próximo miércoles. Cuatro meses antes de lo previsto. Así será posible circular entre el complicado ‘nudo’ y Zambrana a 120 kilómetros por hora sobre sus viales de dirección única y doble carril. De esta manera ya son imposibles las colisiones laterales y frontolaterales. Atrás queda aquella vieja estructura que la convertía en una zona de concentración de accidentes, ya que llegó a sumar 212 siniestros en un periodo de quince meses. En ellos hubo 89 víctimas con heridas de diversa consideración e incluso cinco muertes. Aquellos negros datos hicieron que la Diputación se pusiese manos a la obra para mejorar la seguridad del vial. Entre 2017 y 2019 se desarrollaron los trabajos de desdoblamiento desde Zambrana hasta el río Ayuda, y en 2022 se procedió al tramo entre Berantevilla y Armiñón. La obra se dividió en dos para poder garantizar económicamente su desarrollo. Y es que el coste de ambas obras ascendía a 38 millones, eso hubiese supuesto el 5% del presupuesto anual de la Administración foral. Se trata de una de las vías importantes del territorio histórico. 

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, asegura que España crecerá este año un 2,4% y en 2025 un 2,2%, y que se crearán un millón de empleos. En una entrevista, defiende la aportación de los inmigrantes a la economía y la Seguridad Social. Argumenta que estamos consiguiendo un crecimiento más equilibrado combinado con un aterrizaje suave de la política fiscal, reconoce que hay que seguir trabajando para mejorar las rentas de las familias, defiende la aportación de los inmigrantes a la economía y la Seguridad Social, señala que hay un exceso de concentración en la banca, manifiesta su preocupación por el reto de la vivienda y se muestra hermético sobre quién será finalmente el gobernador del Banco de España. "Basándonos en esa buena evolución, que podemos ver en los más de 320.000 nuevos afiliados, el turismo o los buenos datos de inversión, vamos a actualizar nuestras previsiones en línea con el resto de analistas...Hay dos razones para la revisión al alza: las exportaciones y la inversión. Las exportaciones harán que la contribución del sector exterior vaya a ser de nuevo positiva este año. Esto es muy importante porque tenemos un crecimiento equilibrado, con una aportación positiva de la demanda interna y del sector exterior. Y vemos que la inversión este año va a tener una subida significativa, cercana al 4% o mayor. Esto es una señal muy positiva porque se había quedado algo más rezagada en la recuperación. Así vamos completando el puzle para un crecimiento más equilibrado...Desde la semana pasada observo ciertos avances en la negociación para la reducción de la jornada laboral. Hay márgenes de flexibilidad suficiente. Están relacionados con el tiempo que tengan las empresas para ir ajustándose a esta reducción progresiva de la jornada. Es un proceso que ya se viene produciendo en las últimas décadas. De hecho, la jornada en promedio ya está en 38,3 horas. Es decir, ya estamos por debajo del objetivo de las 38,5 horas y no estamos tan lejos de las 37,5. O sea, no pensamos que nuestro objetivo sea inalcanzable. Al contrario. Pero tenemos heterogeneidad entre sectores. No todos tienen jornadas de 38,3 horas. Hay algunos donde están más cerca de las 40. La flexibilidad que tienen las pymes no es la misma que la de una gran empresa. Somos conscientes de dónde están las limitaciones...Las casuísticas son diversas. Cuanto más pequeña sea la empresa, menores grados de flexibilidad puede tener. Pero, así y todo, estamos promoviendo la utilización de herramientas de inteligencia artificial en las pymes que les puede permitir ganar productividad dedicando, por ejemplo, menos tiempo a tareas administrativas. Hay margen. Lo único es que la velocidad no va a ser la misma en todos los sectores y empresas, pero no por eso tiene que instalarse el mensaje de que hay empresas que no pueden hacerlo. Pueden hacerlo y, es más, va a ser beneficioso para ellas..."

"El cambio de modelo productivo es un tema recurrente del debate económico español. En comparación con los principales socios comunitarios, el crecimiento se ha caracterizado por una volatilidad excesiva, una baja productividad y un paro elevado, todo ello redundando en una renta per cápita que languidece, lo que motiva el cuestionamiento de los cimientos sobre los que asienta nuestra economía. Sin embargo, en los últimos años la voluntad de cambio se ha visto respaldada por el maná de los fondos europeos. Y efectivamente algo parece estar cambiando: tras la sucesión de varias crisis en un espacio de tiempo muy corto, se detectan señales de mejora del modelo. Sin embargo, la transformación como tal sigue siendo una tarea pendiente. La diversificación de la estructura productiva, que se traduce en una menor dependencia del binomio construcción-turismo, es una de las principales evoluciones. Para una economía abierta como la española, disponer de varios polos fuertes de competitividad es una ventaja. A este respecto, el comportamiento de los servicios no turísticos, la expansión de las energías renovables y la relativa resistencia de la industria en comparación con otros socios europeos garantizan una mayor resiliencia ante posibles shocks que en épocas anteriores. Además, el crecimiento es más robusto que en los ciclos expansivos precedentes, ya que se basa en un sólido excedente externo y no está sostenido por una burbuja financiera, ni empresas zombis que sobreviven con crédito ultrabarato. El mercado laboral parece funcionar de manera menos ciclotímica, asemejándose al resto de Europa —si bien con un desempleo estructural a todas luces excesivo—.Frente a estos avances, la principal característica del modelo productivo se mantiene, o incluso se ha agudizado: la economía crece principalmente incorporando fuerza laboral, y de manera residual elevando la productividad, o disminuyendo drásticamente el desempleo estructural. Se puede incluso decir que nuestro modelo aditivo se ha perfeccionado, a tenor de la entrada de más de medio millón de trabajadores extranjeros estos últimos dos años..."

Estos empleados tienen opiniones diferentes sobre varios asuntos, pero hay algo en lo que todos coinciden: la precariedad es tan profunda que es normal que a los empresarios, tal y como denuncian las patronales, les resulte difícil encontrar mano de obra. El sector, que agrupa a dos millones de afiliados, sufre casi los peores salarios del país, las jornadas más largas y una parcialidad que duplica la media. Esto dicen los datos oficiales: A la cola en salarios. Los camareros cobran poquísimo. Según el último dato disponible de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente a 2022, el sueldo medio mensual bruto en 12 pagas fue de 1.390 euros, muy lejos del promedio de la economía, que es de 2.129 euros. Es el segundo más bajo de todas las secciones de actividad, por debajo del sector agrario (1.477) o el comercio (1.771). Solo supera al del empleo doméstico (981). Las patronales hosteleras lo suelen justificar en la abundancia de jornadas parciales, pero la realidad es que el resultado es similar si se desagrega por tipo de jornada. Contando solo los contratos a tiempo completo, el salario medio se queda en 1.659 euros, el tercer peor dato de todas las actividades. Además, para agravar aún más el problema, crecen por debajo de la media. Así, entre 2008 y 2022 aumentaron un 18,5%, frente al 20% del promedio para el común de los trabajadores. Y gracias a las recientes mejoras en el salario mínimo, según apuntan los expertos.

Europa se está suicidando con su estricta regulación medioambiental. Como poco, se está pegando un tiro en el pie. Es lo que argumentan quienes critican que la traslación de los objetivos de la Agenda 2030 y el Pacto Verde a la legislación comunitaria está restando competitividad a los productos europeos, lastrados por una estricta normativa y la obligación de competir en un mercado global con países que cuentan con legislaciones mucho más laxas. Porque cuanto más restrictivos son los estándares de sostenibilidad, más caro resulta lo que producimos. Les sucede, por ejemplo, a los agricultores. Con sus tractoradas por toda Europa, denuncian que la regulación medioambiental, la burocracia para acceder a las ayudas y los salarios más elevados les impiden competir con países capaces de producir mucho más barato gracias a menor regulación medioambiental y laboral. «El problema no está en la sostenibilidad, con la que estamos de acuerdo porque nosotros somos la primera víctima del cambio climático. La clave está en la reciprocidad», afirma Diego Juste, responsable de Comunicación de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). «Estamos hartos de que en los acuerdos comerciales que la Unión Europea cierra con terceros países no se tenga en cuenta al sector primario. Parece que solo nos interesa exportar tecnología e importar alimentos», añade. Helena Moreno, responsable de Sistemas Alimentarios Sostenibles de Greenpeace, también pone más el foco en los acuerdos comerciales que en la regulación. Y señala el curioso caso de Brasil: «Estamos importando alimentos producidos con plaguicidas que en Europa están prohibidos porque son dañinos para la salud. En Greenpeace hemos documentado el caso de la lima, por ejemplo». Y falta un sorprendente giro de guion: «España produce esos plaguicidas y se los vende a Brasil». Por eso, Moreno tiene claro que las políticas europeas son «hipócritas e incoherentes».