«Europa corre el riesgo de perder su liderazgo en la automoción». Así lo advierte, sin matices, el secretario general de CLEPA (Asociación Europea de Proveedores de Automoción), Benjamin Krieger, en el informe sobre el empleo del sector en todo el continente publicado este mes. La industria del automóvil ha destruido 85.700 empleos desde 2020 mientras se genera la tormenta perfecta con el epicentro en Alemania. Un fenómeno del que no pueden desconectarse España y Euskadi, donde está por llegar la parte más alta de la ola a un sector económico que representa el 20% del PIB vasco, unos 20.000 millones de euros. La dimensión está condicionada al efecto que genere la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, a una eventual guerra mundial de aranceles o por cómo resuelve Alemania una crisis política que aboca a su primer ministro, Olaf Scholz, a un adelanto electoral. El país germano paga ya la factura política de los problemas económicos. Según el informe de CLEPA, allí se concentran el 60% de las pérdidas del empleo en los últimos cinco años: más de 50.000 puestos de trabajo. A ello contribuye el ajuste de Volkswagen con el cierre de tres plantas en suelo alemán, un recorte de gastos de personal del 10% y miles de despidos. La marca emplea allí a 120.000 personas. No ha sido la única. Schaeffler, el fabricante de componentes con 15 plantas en Europa, ha anunciado otro ajuste sobre 4.700 empleos en sus 10 instalaciones alemanas entre 2025 y 2027. Hasta septiembre, la producción del sector se ha resentido un 7,8%. Según explica Capital Economics, la industria se ha atascado ante la confluencia de «varios retos estructurales como los elevados precios de la energía, las dificultades de implementación del coche eléctrico o la irrupción de los competidores chinos». En Euskadi hay solo una fábrica de automóviles, la de Mercedes, que en 2024, con 125.000 furgonetas, no superará las del año de la pandemia. Pero el sector vasco elabora cinco de cada diez componentes de automoción que se elaboran en España. El presidente del principal fabricante, Gestamp, Francisco J. Riberas, señaló esta misma semana un «escenario de inestabilidad» que ha provocado que, hasta septiembre, su beneficio se haya reducido un 43%, con 127 millones, 97 menos que hace un año. El presidente del otro gigante vasco de los componentes, CIE Automotive, Antón Pradera, señalaba que una mala planificación del coche eléctrico ha generado un «relato que nos ha condenado» en Europa. La compañía, como en el caso de Gestamp, se refugia en otros mercados que aguantan como India o Latinoamérica.
20241110
Domingo, 10 de noviembre de 2024
Núm 1780/2024
Año XXXVII
El ‘efecto Trump’ y la crisis del sector en Europa ponen en alerta a las empresas vascas (El Correo)
La venta de coches chinos en el País Vasco se dispara un 43% en lo que va de año (El Correo)
El final de las subvenciones para la compra de coches eléctricos que soportaban los fondos europeos ha tenido un doble efecto. Por un lado, ha frenado la compra de estos vehículos en Euskadi con una caída del 28% el pasado mes de agosto. Y, por otra parte, ha agravado el factor diferencial de los automóviles chinos que ganan con precios más competitivos. Si a esto se añade el impacto en el mercado de la marca MG con su modelo más económico de combustión, el ZS, el resultado es un crecimiento sin precedentes de la matriculación en Euskadi de coches fabricados por el gigante asiático. Por primera vez superan el millar de unidades vendidas en el País Vasco en un año. Un total de 1.180 hasta el 31 de octubre, lo que dibuja un salto del 43,7% respecto a las 821 del año pasado. La evolución en solo seis años no tiene precedentes y es que en octubre de 2019 solo se habían matriculado en el País Vasco cinco vehículos fabricados en el país gobernado por Xi Jinping. La entrada de China en el mercado, alertan profesionales del sector, no es siquiera comparable a la irrupción de los coches coreanos y ha despertado las alertas. Y es que las estadísticas arrojan el dato de que de cada cien automóviles que se adquieren en Euskadi, ya son seis chinos. Las mismas fuentes explican que el mayor factor de elección por estas marcas sigue siendo el precio. Omoda con su modelo 5 y MG con el ZS suman 931 coches en sus versiones de combustión. Lo que hace que de las 1.180 unidades chinas matriculadas en Euskadi, el 79% sean vehículos que necesitan diésel o gasolina. El 21% restante, 249, son eléctricos. En los primeros 10 meses del año la matriculación en total en el País Vasco ha subido un 3,7% hasta los 20.545 coches. A pesar de eso, los fabricados en Europa son un 7,7% menos que en 2023, con 11.614. Un dato que demuestra que las compras de los vascos castigan al sector europeo más que a ningún otro.
La crisis industrial alemana acelera la caída de pedidos en las empresas de Gipuzkoa (Diario Vasco)
Alemania y Gipuzkoa están separadas por cerca de 2.000 kilómetros. A pesar de esta distancia, si el país germano estornuda, nuestro territorio se enfría. Así lo constatan fuentes del tejido económico consultadas por este periódico, que sostienen que la caída de la demanda «se ha acelerado» en este último semestre, con «ajustes» en pedidos ya captados. La patronal guipuzcoana Adegi fue la que lanzó la voz de alarma en su Encuesta de Coyuntura Económica, en la que alertaba de que «la evolución de la Unión Europea y, especialmente, Alemania, afecta directamente a las empresas industriales y de la automoción de Gipuzkoa, que en su mayoría son exportadoras». Ahora, desde el clúster de máquina-herramienta (AFM) –que aglutina a más de 800 empresas en toda España, en torno al 70% vascas, la mayoría guipuzcoanas,– su presidente, José Pérez Berdud, asegura asimismo que «nuestras empresas vienen notando una caída de la demanda a lo largo de todo el año». «Y se ha acentuado en el último semestre. Por diversas razones, venimos notando una debilidad en la actividad industrial a nivel general. Tanto en el área norteamericana (donde nuestros principales países son Estados Unidos y México), como Asia (especialmente China) y, por supuesto, Europa (Alemania, Italia y Francia) presentan tendencias negativas», dice. Desde Ategi, portal de compras del Grupo Mondragon que exporta un 60% de sus bienes a Alemania, Italia, Gran Bretaña y Francia, y el 40% restante a China y países limítrofes, su directora de Transporte y Logística, Mireia Sagardia, afirma que este complejo escenario industrial «está teniendo importantes repercusiones en nuetras compañías, que dependen en gran medida de los mercados europeos para sus exportaciones. A día de hoy observamos ajustes en pedidos ya captados». Diferentes instituciones, como Adegi, se han apoyado en el índice PMI, un indicador que facilita a analistas y economistas información para anticipar el comportamiento futuro de la industria en particular y de la economía en general, en la que más de 50 puntos indica expansión y menos contracción. Así, en el caso de la industria alemana este índice retrocedió hasta los 40,6 puntos en septiembre, evidenciando así su desplome.
«Las decisiones de inversión se están posponiendo o incluso descartando» (Diario Vasco)
Con más de 60 años de historia, Soraluce afronta ahora un mercado que presenta «una mezcla de desafíos y oportunidades». Esta empresa guipuzcoana es parte de Danobatgroup, la división de máquina-herramienta de la Corporación Mondragon, uno de los grupos empresariales europeos más importantes. Soraluce ofrece una amplia gama de fresadoras, mandrinadoras y tornos verticales, soluciones multifunción y sistemas automatizados. Rafa Idigoras, director general de Soraluce, sostiene que como consecuencia de la desaceleración de la economía y la industria alemana, «las decisiones de inversión se están posponiendo e incluso descartando». Idigoras no se muestra muy optimista de cara al cierre de este presente ejercicio y el inicio del siguiente. «No esperamos mejores perspectivas en Alemania de aquí a fin de año, ni tampoco probablemente de cara a 2025. Alemania tendrá que saber afrontar y gestionar a medio y largo plazo su cambio de modelo industrial». Desde Soraluce sí consideran que la política monetaria que lleva acometiendo el Banco Central Europeo (BCE) en los últimos meses surta efecto en la industria alemana y europea. «Creemos que apostará por nuevas bajadas de tipos de interés que ayudarán a Europa en general y Alemania en particular a impulsar los cambios necesarios en nuestras industrias, y de esta manera no seguir quedándonos rezagados frente a potencias como EE UU y China». Alemania ha sido históricamente el primer cliente de Soraluce, donde son líderes en el subsector de fresado, a excepción de los años 2021 y 2022, cuando Italia recibió ayudas fiscales a la inversión que se activaron durante esos años.
CAF, preparada para la batalla del tren de alta velocidad en España con su modelo Oaris (Diario Vasco)
No es su principal línea estratégica, pero la constructora guipuzcoana de ferrocarriles CAF está dispuesta también a dar la batalla de la alta velocidad ferroviaria en ancho variable. La reciente aprobación por el organismo público Adif de la segunda fase de liberalización, ha abierto la batalla para que las constructoras opten a contratos de vehículos ferroviarios para los competidores de Renfe que quieran entrar en las nuevas rutas del AVE a Galicia, Asturias y Andalucía. La empresa beasaindarra tiene su propio tren de alta velocidad, el Oaris, que está homologado. Y si hay «demanda suficiente para que sea rentable», CAF está dispuesta a entrar en un mercado más habitual para otras firmas, como Talgo, ahora en el candelero por su posible venta a Sidenor, en una operación para reflotarla en la que están implicándose los gobiernos central y vasco para mantener el arraigo, y en la que CAF declinó entrar en su día. La empresa beasaindarra tiene «capacidad tecnológica» para abordar nuevos retos, explican fuentes de la principal empresa industrial de Gipuzkoa. La segunda fase de liberalización consiste en nuevos corredores ferroviarios que combinan el ancho ibérico con el internacional, lo que permitiría a los trenes pasar de una velocidad máxima de 250 kilómetros por hora a otra de 350 kilómetros por hora. Talgo, con su modelo Avril, es el único fabricante español a día de hoy con trenes funcionando con el denominado boggie de ancho variable europeo (conjunto de dos o tres pares de ruedas articulados en la plataforma de un vagón o locomotora para facilitar su adaptación a las curvas o al cambio de vías), pero su situación interna le está dificultando atender nuevos pedidos. Es en este contexto es donde CAF aparece como una alternativa del mercado en España, junto a constructores europeos como Iryo (Trenitalia), Ouigo (SNCF francesa) o la alianza Alsa y Eco Raíl. La beasaindarra tiene la capacidad de acoplar el boggie en sus trenes a los distintos anchos de vía de la alta velocidad, aunque debe sopesar si en términos de rentabilidad le merece la pena entrar en esa batalla de inversión, en la que el potencial mercado de nueva flota necesaria para abordar la segunda fase de liberalización de la alta velocidad en España supone una tarta de unos dos mil millones de euros. «Si es para dos trenes no merecerá la pena, pero si hay una demanda importante, probablemente sí», añaden las fuentes de CAF consultadas.
Goierri Valley: conexión y colaboración con el tejido empresarial para liderar la transformación industrial (Deia)
En el corazón del Goierri, en Gipuzkoa, el clúster empresarial Goierri Valley trabaja activamente para ayudar a las organizaciones a enfrentar los retos actuales y prepararse para los desafíos futuros, erigiéndose como un pilar fundamental para el desarrollo del sector industrial. Con el objetivo de aumentar la competitividad de la industria, y con la conexión y colaboración como ejes principales, reúne a diversos agentes del sector (empresas, centros tecnológicos y entidades), todo ello para liderar la transformación industrial. Constituido como el partner industrial más completo del sector metal-mecánico, Goierri Valley destaca la importancia de conectar personas y fomentar sinergias, ofreciendo conocimiento y acompañamiento a las empresas para que alcancen sus metas de manera más rápida y eficiente. Este enfoque colaborativo es, precisamente, la esencia de su compromiso y razón de ser. Con 75 entidades asociadas y más de 8.000 profesionales , en una comarca de 45.000 habitantes, Goierri Valley lidera la transformación industrial de la comarca mediante la colaboración activa de sus empresas asociadas, que además de compartir conocimiento, innovan para asegurar la competitividad y sostenibilidad del entorno industrial. Y es que el clúster agrupa a organizaciones líderes en el sector metal-mecánico, con empresas que desarrollan y fabrican productos y soluciones relacionadas con el sector metal-mecánico. Entre las áreas de especialización de las empresas que integran Goierri Valley se encuentran la elevación, energía, fundición, movilidad, transporte especial y valvulería.
«El impuesto a la banca va a afectar al crédito y, si se aprueba, lo recurriremos» (El Correo)
La banca afronta estos días en España dos cuestiones clave con el Gobierno. Por un lado, la puesta en circulación de 5.000 millones de crédito avalados por el ICO para la recuperación de los daños de las inundaciones en Valencia. Y, por otra parte, el impuesto a las entidades financieras que el Ejecutivo quiere hacer permanente y que mañana se debate en el Congreso de los Diputados. La responsable de la patronal bancaria en España, Alejandra Kindelán, fija prioridades: «Habilitar el crédito lo más rápidamente posible» en colaboración con el Gobierno para atender a Valencia, pero también lanza un reproche a ese Ejecutivo central por «no haber mantenido un diálogo normal» para una cuestión del calado del impuesto. Kindelán, además de advertir de que hacerlo permanente «afectará al crédito», critica un «señalamiento muy injusto al sector». Sobre el regreso de Trump a la Casa Blanca, alerta de que «lo cambia todo en el comercio mundial y la macroeconomía». – La tragedia de las inundaciones de Valencia ha afectado a 30.000 millones en créditos, según el Banco de España. "...La llegada de Trump lo cambia todo. Afecta al comercio mundial por su voluntad de imponer aranceles. Cambia la macroeconomía, la geopolítica. Hace dos semanas en la reunión del FMI en Washington una de las conclusiones fue que el mercado todavía no había incorporado todos los riesgos geopolíticos. Y, tras las elecciones, vimos que la bolsa europea cae, especialmente las empresas que tienen llegada internacional. Nos tenemos que poner las pilas en Europa. Hay que ejecutar la hoja de ruta del informe Draghi: más integración, más autonomía estratégica, crecer más y competir. Y para eso necesitamos unidad de mercado y una regulación más equilibrada..."
Dos candidatos pugnan por gobernar la UPV 16 años después del último cara a cara (El Correo, Diario Vasco)
«Tantos años sin competencia tienen que ver con un cambio de ciclo profundo. Cuando las sociedades viven momentos de normalidad democrática, están menos activadas», opina Imanol Zubero, doctor en Sociología y profesor en la universidad. «Eso no es necesariamente malo, pero nos convierte a la mayoría en consumidores pasivos de lo que hacen otros». «Lo ideal es que siempre haya candidaturas en disputa, porque permite clarificar ideas y proyectos», considera Ander Gurrutxaga, catedrático de Sociología. Y en esas estamos. El viernes arrancó la campaña de las elecciones del próximo 26 de noviembre. La actual rectora, Eva Ferreira, catedrática de Economía Aplicada, se enfrentará a Joxerramon Bengoetxea, catedrático de Filosofía del Derecho, exviceconsejero de Trabajo y Seguridad Social y exletrado del Tribunal de Justicia de la UE. Más allá de las distintas reivindicaciones, el hecho de que haya de nuevo dos planchas tiene mucho que ver con el cambio de ciclo que se barrunta en el panorama político vasco. Y eso «se extiende a la universidad», expone Zubero. Desde esta perspectiva, muchos relacionan la candidatura de Bengoetxea, afiliado a Eusko Alkartasuna aunque alejado de la política, con el auge de EH Bildu. La reorientación estratégica de la izquierda abertzale le ha llevado a disputar cotas de poder cada vez más relevantes. Y eso incluye una UPV «infinitamente más cívica y pacífica que hace 20 años, pero donde se da una competencia ideológica», apunta Zubero. Gurrutxaga advierte: «Una universidad muy ideologizada se paraliza y empobrece porque desvirtúa su trabajo, que es enseñar e investigar».
«La UPV tiene un potencial altísimo, pero para eso necesitamos más financiación» (El Correo)
Eva Ferreira Rectora de la UPV/EHU y candidata a la reelección Lamenta la «falta de implicación» de «toda» la comunidad universitaria y promete trabajar «para que todos nos sintamos parte del proyecto» "En estos cuatro años nos hemos centrado en contar con un nuevo plan de infraestructuras y en la plantilla. Tras la crisis económica teníamos tasas de reposición de cero. Esto se ha ido subsanando y estamos en un momento muy bueno. Tenemos un potencial altísimo y, si hay un aumento en la financiación, vamos a responder con resultados...Está el tema de reducir la burocracia, y eso se consigue con la transformación digital y ampliando la plantilla de referencia del Personal Técnico de Gestión, Administración y Servicios (PTGAS). También queremos mejores infraestructuras y contar con líneas estables de financiación a largo plazo en investigación...Me gustaría conseguir una mayor participación del estudiantado en la vida universitaria. Ahí nos comprometemos a que la mitad del dinero que se dedica a actividades culturales y deportivas sea gestionada por el propio alumnado. – ¿Le preocupa la falta de implicación de los jóvenes? – En general, el de toda la comunidad universitaria. Para eso necesitamos intensificar la comunicación, para que todos sepamos cuál es el proyecto universitario y nos sintamos parte de él..."
«Los estudiantes tienen que implicarse más en su proceso de formación» (El Correo)
Joxerramon Bengoetxea Catedrático de Filosofía del Derecho y candidato a rector. Detecta necesidades «urgentes» como la mejora de algunas infraestructuras y presenta su proyecto como «transformador». "En los últimos años, y especialmente el último curso, hemos detectado un sentimiento de distanciamiento hacia la universidad. La tardanza en la consolidación de la carrera profesional, la precariedad laboral, una comunicación muy vertical... Todo ello alimenta esa sensación, que creo que es compartida. Queremos cambiar el rumbo y que todos tengamos un orgullo de pertenencia...Nuestros ejes son la gobernanza abierta, participativa y comunicativa y el cuidado de las personas. Veo la candidatura de la actual rectora como un mantenimiento del estilo y la forma de hacer de los últimos cuatro años... Creo que es importante que los estudiantes se impliquen más en su proceso formativo, porque va a redundar en la mejora de la propia docencia. Además de una enseñanza de calidad, la universidad tiene que ofrecer un proyecto de vida y cultural, una transformación personal...Las necesidades urgentes son arreglar edificios, instalaciones, mantenimiento, materiales, laboratorios... Se habla mucho de la nueva Facultad de Medicina y Enfermería en Basurto, que es muy importante. Pero va a tardar años y, mientras tanto, las instalaciones actuales están en un estado penoso. Y, evidentemente, es fundamental tener unas condiciones de trabajo dignas y unos salarios adecuados. Luego están las necesidades estratégicas..."
La tragedia de Valencia lastrará el crecimiento económico de todo el país (El Correo, Diario Vasco)
«Esta tragedia es peor que la pandemia para las empresas, porque no solo paralizan su actividad sino que han sido destruidas». Antonio Garamendi, presidente de los empresarios (CEOE), avisó esta semana de la gravedad de la dana, que no solo tendrá un impacto negativo a nivel provincial y regional, sino también en el conjunto de la economía nacional. La provincia de Valencia, donde se sitúan 75 de los 78 municipios afectados, representa el 5% del Producto Interior Bruto Nacional (PIB). Los 68 pueblos más afectados, en los que radican casi 50.000 empresas, representan un tercio del PIB de Valencia y la cuarta parte del empleo, según estimaciones de la Cámara de Comercio. «El impacto directo e inmediato de la dana es la destrucción de la capacidad productiva y de las infraestructuras», señala Joaquín Maudos, director adjunto del Ivie (Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas). La paralización de la actividad de esas empresas supone una caída inmediata de la producción, lo que afecta negativamente al crecimiento económico regional y nacional. Cuanto más se tarde en reconstruir la capacidad perdida (incluyendo las infraestructuras), mayor será el impacto en el crecimiento, advierte Maudos. Precisamente la mortalidad empresarial es una de las principales preocupaciones en términos económicos. «La clave va a estar en si el tejido empresarial más afectado resurge o entra en quiebra», alerta Raymond Torres, director de Coyuntura Económica de Funcas. Los avales del ICO, los ERTE, las ayudas directas a pymes y autónomos... todo va enfocado a intentar mantener con vida el tejido empresarial y laboral de las zonas afectadas. A dar oxígeno a las empresas que han perdido maquinaria, existencias, cuyas naves industriales o comerciales siguen cubiertas por el lodo y que no podrán recuperar su actividad. Los primeros cálculos de Esade hablan de unos 12.000 millones de euros en pérdidas materiales. Este es el impacto económico directo del desastre, pero habrá otro de ‘segunda ronda'.
La revolución digital amenaza con retrasar la lucha climática (El País)
Los centros de datos, pieza clave de la nueva era tecnológica, consumen mucha energía. Los expertos advierten de su difícil encaje con una economía más verde. Bank of America ha encontrado dificultades en dos áreas de actividad sensible: el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) y la lucha contra el cambio climático. Navegan en rumbo de colisión. En uno de sus últimos informes sobre precios del petróleo, el banco de inversión alerta del “enfrentamiento inminente entre la inteligencia artificial y la lucha contra el cambio climático”. La razón: la creciente demanda de energía —y agua— de los centros de datos, que mantendrá a los hidrocarburos —y sus precios— en lo más alto. El enfrentamiento que se anuncia, sostiene el banco, “tiene la energía en su núcleo”. La alerta toca a España de pleno por varias razones: porque se ha convertido en la meca de la inversión en centros de las tecnológicas (Amazon,Microsoft, Oracle, Meta), por la apuesta renovable del Gobierno para abaratar la energía y combatir el cambio climático, y por el interés de energéticas y constructoras —Iberdrola, ACS y Acciona, entre otras— en participar en el negocio de infraestructuras para la IA. En apenas seis meses, los anuncios de inversión en España superan los 34.100 millones. El último: 7.500 millones de Blackstone para un centro de 224 hectáreas en Calatorao (Zaragoza). El despliegue de macrogranjas de datos por todo el mundo ni es fácil ni es pacífico. Irlanda, Países Bajos o Singapur han aplicado diferentes tipos de moratorias a su construcción. Demasiada voracidad en sistemas energéticos limitados.
Un nuevo El Dorado para España (El País)
Manuel Giménez, director ejecutivo de la asociación Spain DC —ocho socios en 2021 y 180 en la actualidad—, pone pie a tierra. “España no va a convertirse en primera potencia mundial [en data centers], que es lo que sería en caso de que se materializaran todos los proyectos anunciados; aunque tampoco cabe la demonización del sector pretendiendo que hay una burbuja”. El censo de Spain DC registra 113 centros en España a partir de 500 KW. “Las grandes potencias”, asegura Giménez, “ya tienen su infraestructura montada, lo que significa que tampoco debemos aspirar [en España] a ser el destino mundial de los centros de datos. Pero lo que sí podemos hacer es ser un hub que conecte regiones importantes, aprovechar nuestra situación geográfica y la conectividad submarina que ya está instalada”. Con una condición, según Giménez: que se aumente la inversión en redes de transporte y de distribución, el gran cuello de botella que dificulta el crecimiento del sector. Dificultades al margen, las previsiones son espectaculares. El número de centros de datos en España crecerá en un 70% en los próximos cinco años, con una inversión de 6.800 millones hasta 2026; la superficie dedicada a estas instalaciones crecerá un 120%, hasta alcanzar los 280.000 metros cuadrados, y la capacidad instalada pasará de 126 MW a 613 MW en 2026, lo que supone multiplicar por cinco la capacidad actual. “Pasamos de centros de datos de 10 megas a centros que multiplican esas dimensiones por cinco o por 10”, explica Giménez. El directivo es muy rotundo al abordar las dos críticas más habituales al negocio de los data centers —poco empleo y gran demanda de energía—. “Los centros de datos no consumen energía; quienes lo hacen son las empresas que alojan sus equipos en esos centros”, apunta; sobre el empleo adelanta que “en 2022 existían alrededor de 480.000 empleos relacionados con el sector”. Hay viento a favor, pero España no es Virginia. En el Estado norteamericano, la abundancia de agua y de energía ha colocado en tres condados —Fairfax, Loundon y Prince William— la tercera parte de la capacidad de centros de datos de hiperescala de EE UU, según Synergy Research Group. España, el nuevo El Dorado de las tecnológicas, es, por el contrario, un país que tiene de media 660 metros sobre el nivel del mar y un clima más bien seco. Eso condiciona el desarrollo del negocio. O debería.
Nestea y Coca-Cola, un divorcio de alto voltaje (El País)
Si usted bebe Nestea puede respirar tranquilo: la famosa bebida de té preparado no desaparecerá del mercado español. El rumor se extendió hace unos meses, cuando se conoció que la multinacional suiza Nestlé, propietaria de la famosa marca de té frío (fruto de la combinación entre Nestlé y Tea), rompería lazos con Coca-Cola, su distribuidora en España desde 1993. Ahora Coca-Cola quiere impulsar su propia marca de té preparado y frío, Fuze Tea. De hecho, ya la vende en bares, restaurantes y lineales de supermercado. Este sonado divorcio plantea un curioso galimatías legal, porque la marca que todos conocen, Nestea, es propiedad de Nestlé; pero la fórmula maestra del refresco que se ha vendido durante 30 años bajo esta denominación es de Coca-Cola. Se aproximan nubarrones de conflicto. En 2025, por tanto, sendas compañías, hasta ahora amigas, pasan a ser competidoras directas. Para acallar rumores, el 8 de octubre Nestlé calmó los ánimos asegurando que seguiría vendiendo té frío con nombre Nestea y que los consumidores “podrán seguir optando por su marca preferida, líder de mercado, en sus sabores favoritos como hasta ahora”. Una semana después, Coca-Cola se apresuró a lanzar un comunicado de respuesta, dejando claro que su nueva bebida de té frío, Fuze Tea, utiliza “la fórmula de la bebida de té de siempre”. La receta “es y seguirá siendo propiedad exclusiva de The Coca-Cola Company”, zanjó la famosa multinacional de bebidas. ¿Suenan tambores de guerra? Los analistas consideran que, aunque la situación pueda ser difícil de entender para los consumidores, la convivencia entre ambas marcas no tiene por qué conducir irremediablemente a una contienda legal. Si bien el escenario es delicado.
La ofensiva arancelaria del presidente electo de EE UU (por Raymond Torres, El País)
"El proteccionismo comercial ha sido uno de los temas más populares de la campaña electoral estadounidense, especialmente en los territorios golpeados por la pérdida de empleos industriales bien remunerados. La victoria del candidato que más ha abundado en la inflación de propuestas lo ha expuesto con nitidez: según el presidente electo, el déficit comercial es una de las causas de la pérdida de tejido productivo de la economía americana. Y para resolver el desequilibrio, Donald Trump pone en el punto de mira a China, como ya viene siendo habitual, pero también a Europa, considerado como uno de los principales responsables del agujero exterior de EE UU. De ahí la amenaza de imponer un arancel sobre nuestras exportaciones que podría alcanzar entre el 10% y el 20%...Un endurecimiento de los aranceles ensombrecería las perspectivas económicas europeas, ya mediocres de por sí. Peligra la salida de la recesión que se vislumbraba en Alemania y el leve repunte anticipado en Italia, por su dependencia de las exportaciones, entre las que destaca el sector del automóvil, quizás el más emblemático de la promesa proteccionista de Trump. Además, China intentará ganar cuota de mercado en Europa para así compensar la nueva vuelta de tuerca que se cierne sobre sus negocios en EE UU. Pero el nuevo proteccionismo que se adentra en la economía global no es solo coyuntural: también entraña un debilitamiento disruptivo del multilateralismo, es decir, de las reglas de reciprocidad que rigen las relaciones económicas desde la Segunda Guerra Mundial...En vez de añorar tiempos pasados, también conviene corregir las deficiencias estructurales del Viejo Continente: un modelo productivo demasiado dependiente de las exportaciones, particularmente hacia EE UU; un consumo privado renqueante, y en los últimos años lastrado por la pérdida de poder adquisitivo de las clases medias y la baja productividad; y una inversión insuficiente para hacer frente al déficit de vivienda y auparse al tren de la transformación tecnológica. Ante los desafíos globales, la profundización de la integración europea —empezando por su mercado único— debería ser una cuestión prioritaria..."
Donald Trump 2.0. Esta vez va a por todas (El País)
Donald Trump llegó en 2017 a la Casa Blanca sin saber nada sobre cómo gobernar la primera potencia mundial. Ahora, a los 78 años y con causas judiciales pendientes, vuelve al Despacho Oval con un gran conocimiento de los resortes del poder y experiencia para lanzar su implacable agenda. En otras palabras, que para sacar adelante sus promesas, que incluyen la deportación de millones de personas, el desmantelamiento del progresismo tras la “ideología woke”, la potencial persecución de sus enemigos y medidas con efectos potencialmente desastrosos sobre el calentamiento global, esta vez no necesita que nadie le explique dónde ni, sobre todo, quién enciende las luces de la Casa Blanca. Las primeras señales que ha emitido Trump sobre cómo piensa encarar su segunda oportunidad parecen darle la razón. El presidente electo abrió con Susie Wiles, fiel arquitecta de su exitosa campaña, el mercado de fichajes de su transición al día siguiente de cantar victoria por lo que su futuro vicepresidente, J. D. Vance, definió como “el regreso político más grande de la historia de EE UU”. Wiles será su jefa de Gabinete, puesto que nunca ha desempeñado una mujer. Es tan difícil exagerar la importancia del cargo, una especie de primer ministro en la sombra, como comprender con ojos europeos el alcance del poder de quien lo desempeña a la hora de ordenar la vida en la residencia oficial y de dirigir el tráfico de quienes influyen sobre el presidente (a los espectadores de El ala oeste de la Casa Blanca les bastará con recordar al personaje de Leo McGarry). Wiles —quien cita en su página de LinkedIn entre sus habilidades la capacidad de “crear orden a partir del caos”— puso como condición para aceptarlo tener la última palabra sobre quién entrará y quién no en el Despacho Oval. Y eso dice mucho del ambiente que rodeará a este Trump 2.0: la prioridad es evitar la imagen de circo de cuatro pistas con un maestro de ceremonias errático y caótico que definió su anterior mandato. O, como afirma un dicho que ha tomado fuerza esta semana en Washington, ciudad abrumadoramente demócrata presa desde el martes de un ánimo sombrío: “Puede que Trump no haya cambiado, pero todo lo que le rodea, sí”.