El crecimiento ralentizado de la economía perdurará en 2025, según expertos de Gipuzkoa consultados, pero también seguirá la moderación de precios. Expertos como Jabier Larrañaga o Patxi Sasigain reconocen que el nuevo año no será fácil y apuestan por la innovación para mantener el crecimiento. Desde la asociación de empresarios Adegi, la visión que tienen de cara al nuevo año es de «preocupación. En base a los diversos datos estadísticos es un ejercicio que se afronta con una mayor debilidad que este 2024 que ahora termina, principalmente por un menor crecimiento industrial», explica Patxi Sasigain. Los socios comerciales más importantes de Gipuzkoa, Francia, Alemania, Reino Unido o Italia «no están en su mejor momento ni político ni económico, a lo que se unen los conocidos problemas del sector de automoción y la incertidumbre en el escenario internacional con las medidas económicas que pueda adoptar la administración americana y las contramedidas que pueda tomar China». Pese a ello, el portavoz de Adegi no quiere más alarmas de las necesarias. «Venimos de un año 2024 que se puede decir que ha sido bueno y, aunque con un menor dinamismo, en 2025 el PIB y el empleo mantendrán tasas positivas en Euskadi y España». Las exportaciones, que en 2024 han pasado por dificultades, seguirán lastradas en los próximos doce meses, prevé Sasigain. «No parece que el escenario global que se dibuja sea el de una mejora del entorno comercial. En 2024, que globalmente se puede describir como un buen año económico, el nivel de exportaciones de Gipuzkoa apenas se ha mantenido», enumera. Por todo ello, las previsiones de los principales ‘partners’ comerciales de Gipuzkoa, con «las amenazas de cambios en la política económica de EE UU y China, no auguran una mejoría de las exportaciones».
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Domingo, 29 de diciembre de 2024
Núm 1826/2024
Año XXXVII
Incertidumbre en las empresas y precios estables para el consumidor (Diario Vasco)
Estabilidad en el precio del petróleo y la luz, y previsión de subida del gas natural (Diario Vasco)
La macroeconomía no es la ciencia que más atrae al ciudadano de a pie, más preocupado por el día a día y cuestiones como, por ejemplo, el precio de la luz o la gasolina. Pero estas cuestiones cotidianas dependen también de la compleja estructura global, como explica el donostiarra Iván Martén, presidente del Instituto Vasco de Competitividad (Orkestra), consejero de Repsol y una auténtica referencia en cuestiones energéticas. Martén, de hecho, es capaz de responder con síntesis a las preguntas que se hace el consumidor para el nuevo año. «En resumen, espero una estabilidad para los precios del petróleo, unos precios más altos para el gas en Europa y unos precios estables o ligeramente superiores para la electricidad en España». No son, a priori, malas noticias para la gente, pero Martén explica las dinámicas para entender la evolución de estas fuentes de energía. «El precio del petróleo se mantendrá estable en una media anual de 77 dólares, con alta volatilidad estacional, en línea con los precios de 2023 y 2024. Ello es debido a que por un lado se espera un nivel de oferta y de demanda similar, y por otro que, tanto a los países productores como a los consumidores, les interesa esa estabilidad de precio». En cuanto a los precios concretos de la gasolina y el diésel, explica que «estos siguen una dinámica distinta, ya que dependen de factores adicionales (capacidad de refino, demanda de movilidad…)», y también del peso de los impuestos en el precio de estos productos por la política fiscal del Gobierno central, que pretende subir este próximo año la fiscalidad del diésel para equipararlo a la gasolina. En el caso del gas natural en Europa, 2024 termina con unos niveles de inventarios por debajo de los del año pasado, incluso inferiores a la media de los últimos nueve años, al haber tenido un invierno más frío de lo habitual y a periodos prolongados en el norte de Europa con cielos cubiertos y vientos muy débiles, que limitan la generación solar y eólica. Otro de los elementos que influirá al alza en el precio será el cierre a partir de enero del gasoducto que importa gas a Europa desde Rusia atravesando Ucrania.
El reto de mantener la alta afiliación con empleos de más calidad (Diario Vasco)
Los continuos temores e incertidumbres que acechan a nuestra economía parecen no casar bien con unos datos de empleo que encadenan récords en Gipuzkoa y Euskadi y apuntalan la solidez económica de España. Sin embargo, conviene estar atentos y leer la letra pequeña. El eibartarra Julen Bollain, economista y profesor de la Universidad de Mondragon, interpreta esta ecuación. «Es posible que los niveles de afiliación sigan siendo altos, pero su sostenibilidad dependerá de la evolución económica global y de la capacidad de Euskadi para generar empleo de calidad. La creación de puestos de trabajo puede mantenerse gracias a sectores como las renovables, la digitalización y los servicios avanzados. Sin embargo, si la actividad industrial se ralentiza o las tensiones económicas globales aumentan, podría haber un ligero retroceso». No son pocos quienes alertan de que hay mucho trabajo pero que debe mejorar su calidad. Bollain tira por ahí. «Aunque la afiliación es alta, una parte del empleo creado está marcado por la temporalidad y la precariedad. La estabilidad en el empleo sigue siendo un desafío, especialmente en ciertos sectores como el comercio o la hostelería». Potenciar la contratación indefinida es clave, a su juicio. Por otra parte, los tipos de interés y el euríbor seguirán en una tendencia bajista, y la marca blanca animará el consumo con la inflación estable.
Euskadi impulsará la repotenciación eólica para salvar el bloqueo a nuevas instalaciones (El Correo)
La renovación de los aerogeneradores permitiría obtener con 35 molinos la misma potencia que hoy dan 166 unidades. El País Vasco solo tiene en funcionamiento cuatro parques eólicos que suman un total de 139 MW. El objetivo de la Estrategia Energética Euskadi 2030 establece que esa cifra en un lustro debería multiplicarse por cinco, hasta superar los 700 MW. En esa situación, de poco sirven las 43 solicitudes que tiene el Gobierno vasco encima de la mesa para nuevos parques mientras siga un bloqueo que lleva 18 años impidiendo levantar un molino, a la espera de las dos infraestructuras autorizadas en Álava (Azaceta y Labraza) y que preparan sus obras de construcción. Dos parques impulsados por Iberdrola y el propio Ejecutivo autonómico que aportarán no antes de 2026 otros 80 MW. Por eso el Gobierno vasco busca alternativas y la repotenciación de las actuales instalaciones es una de ellas. Se trata de cambiar los molinos por nuevas unidades más eficientes. Así lo han confirmado fuentes del Ejecutivo que señalan que «hay que aprovechar esos emplazamientos donde hay aerogeneradores y que tienen buenas condiciones de viento». El mensaje lo lanzó ya el propio lehendakari Imanol Pradales en el foro Expectativas Económicas organizado por este periódico el 9 de diciembre. Pradales aseguró que «tenemos que mejorar nuestros índices de generación renovable» y para ello anunció que «vamos a tener que tomar decisiones». Esta repotenciación está empezando a aparecer ya en España, esta misma semana Galicia ha aprobado una ley que obliga a las empresas a renovar todos los equipos con más de 25 años. Una medida que ha despertado una fuerte contestación del sector, que estima en más de 3.400 millones el impacto de esa obligación gallega.
Las carencias de la red eléctrica frenan también la renovación eólica (El Correo)
Una queja incesante que crece y se convierte en problema que quita el sueño. Es lo que para el sector eléctrico e industrial está suponiendo la falta de desarrollo de la red de distribución. Un elemento crítico que permite a las empresas acceder a la energía y también evacuar la que se genera en los centros de producción. La necesidad de reforzar esta red es otra de las claves para facilitar la repotenciación de los parques eólicos. La renovación de los molinos puede multiplicar hasta por ocho la potencia de las infraestructuras más antiguas. Es el resultado de cambiar un aerogenerador de 25 años con una capacidad de 500 KW por uno nuevo con 4 MW de potencia. Pero el problema de ese aumento es que necesita que la conexión a la red esté preparada para poder recibirla. La red de alta tensión está gestionada por la empresa pública Red Eléctrica, mientras que la de distribución se adjudica al comercializador con más presencia en zona, en el caso del País Vasco, Iberdrola. Este servicio tiene unos precios regulados por el Estado, del mismo modo que las inversiones en la red también están condicionadas por los límites que fija el Gobierno, ya que las financia junto a una parte de la factura que pagan los clientes. El año que viene el límite de inversión en la red –fijado en el 0,13% de PIB– deberá revisarse. Las eléctricas reclaman con insistencia un aumento para permitir cuestiones como la repotenciación y dar respuesta a las demandas de conexión de las empresas. Unas solicitudes que se han multiplicado por ocho solo en tres años en Euskadi.
Dos de cada cinco vascos de entre 16 y 29 años tienen empleo y más de la mitad estudia (Diario Vasco)
Las personas de menos de 25 años se dedican principalmente al estudio, y a medida que crecen se incorporan al mercado laboral. De hecho, explican desde el departamento de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico, el porcentaje de jóvenes de 30 a 34 años con empleo alcanzaba el 83,6% el último año, un índice superior al de quienes tienen entre 35 y 64 años, que era del 78,3%. Sea como fuere, dos de cada cinco de las personas de 16 a 29 años están ocupadas, un 6,4% en búsqueda activa de empleo y un 51,8% inactivas, principalmente por ser estudiantes. Esa ocupación ha crecido en los últimos años debido a la bonanza económica. En 2019, antes de la pandemia, era del 38,4%. En esos cuatro años el porcentaje de quienes están en paro ha descendido tres puntos y en 2023, últimos datos disponibles, era del 6,4%. Así, ocho de cada diez jóvenes que trabajan lo hacen de forma asalariada en empresas privadas. Además, la mayoría se dedica al sector servicios (77,6%). Tres de cada cuatro (73,8%) lo hacen a jornada completa, mientras que el porcentaje de jóvenes con contrato indefinido se incrementa en algo más de 15 puntos en los dos últimos años y se sitúa en el 61%. En cuanto al salario, apenas una cuarta parte de la juventud afirma tener unos ingresos netos mensuales superiores a los 1.500 euros y solo el 2,1% de los jóvenes ocupa cargos directivos en su empresa. En este contexto, desciende el porcentaje de desempleados que llevan más de un año en busca de un trabajo, hasta un 34,9%.
Nuevo desarrollo profesional a través del aprendizaje (por Jorge Arévalo, Diario Vasco)
"...Una de las consecuencias más notables del rápido avance de la tecnología es su impacto directo en el empleo. La automatización, la robótica, la inteligencia artificial y los sistemas inteligentes están transformando profundamente el panorama laboral. Estas tecnologías irán provocando la desaparición y la transformación de muchos puestos de trabajo y revolucionando las dinámicas laborales en todos los sectores de nuestra economía. Algunos empleos desaparecerán, otros se modificarán, surgirán nuevas ocupaciones y tareas, se desarrollarán perfiles profesionales inéditos y se crearán sectores y empleos que hoy ni siquiera podemos imaginar. Esta evolución, aunque con ritmos diferentes, está impactando ya en todos los ámbitos de la vida. Las empresas, sin importar su tamaño, deberán adaptarse a nuevos cambios en la gestión de su capital humano para mantener su competitividad. Para conseguirlo será es fundamental integrar la digitalización, la innovación tecnológica y la automatización de los procesos. También se requiere una mayor flexibilidad laboral enfocada en priorizar tanto el desarrollo profesional de los empleados, así como su satisfacción, con el objetivo de fomentar su compromiso con la empresa. Además, es indispensable adoptar un nuevo estilo de liderazgo, basado en formas de gestión innovadoras que impulsen las transformaciones necesarias. El futuro nos impulsa a adoptar un nuevo paradigma de desarrollo profesional que exige un enfoque diferente en la preparación de las personas. Este cambio implica evolucionar hacia un aprendizaje avanzado que permita a los profesionales enfrentarse a los desafíos de un mundo en constante evolución. Ya no se trata sólo de formar trabajadores cualificados, sino de preparar profesionales con talento, reforzando aquellas habilidades que las máquinas no pueden reemplazar..."
Los jóvenes de Gipuzkoa destinan el 74% de su sueldo a la hipoteca, frente al 63% de 2022 (Diario Vasco)
El acceso a una vivienda es una de las principales problemáticas a las que se enfrenta Gipuzkoa y el conjunto de Euskadi en la actualidad. La escasez y carestía de los pisos hace que emanciparse sea casi una misión imposible para los jóvenes, que en el territorio ya se ven obligados a gastarse el 74,3% de su salario en una hipoteca, frente al 63,2% del año anterior, según datos del último informe ‘El coste de la emancipación residencial en Euskadi 2023’. En el caso de optar por el alquiler, el esfuerzo económico es algo menor, pero todavía pasa por destinar a la vivienda más de la mitad del sueldo, en concreto el 52% –en 2022 era el 52,6%–. Estos porcentajes superan la media vasca, que se sitúa en el 64% del salario para pagar la hipoteca y el 49,5% para el arrendamiento, siempre en caso de viviendas libres. Aunque «a medida que aumenta la edad también lo hacen los sueldos y, por tanto, el coste del acceso a una vivienda es menor», el mercado libre coloca incluso a las personas de 30 a 34 años «en situación de sobreendeudamiento para el pago de un piso en solitario», según advierte l documento del Observatorio Vasco de la Juventud. Las más perjudicadas son las mujeres, que tienen «mayores dificultades» para vivir en solitario por «las desigualdades salariales». Las mujeres destinan hasta el 80,4% de su sueldo para pagar la hipoteca en Gipuzkoa, casi la totalidad de lo que cobran mensualmente. Y no solo eso. Es un porcentaje que ha aumentado en doce puntos en apenas un año, de 2022 a 2023. Es, además, un esfuerzo económico mucho mayor que el que tienen que hacer los hombres de la misma edad, entre 18 y 34 años. Estos en 2022 destinaron el 61,7% de su sueldo a esta causa, frente al 71,7% del año pasado. Para ellos también ha habido un incremento, pero el esfuerzo es mucho menor que el que tienen que hacer ellas. En el alquiler ocurre algo similar. También destinan más porcentaje de lo que cobran las mujeres –56,2 frente al 50,2 de ellos–, pero los número se mantienen similares en los últimos dos años, sin una gran subida.
«Venir a trabajar debe ser algo sin estrés, como beber un licor» (Diario Vasco)
Licorera. Los empleados de Marie Brizard en Zizurkil logran trasmitir a sus productos la «pasión» con la que acuden a su puesto a diario. La maestra licorista que en el siglo XVIII fundó en Francia una compañía de destilados de anís, no pudo dirigir por ser mujer. Trescientos años después su nombre perdura en una empresa de un pequeño pueblo de Gipuzkoa. Y es que la fábrica de esta compañía en Zizurkil es la única ya en el mundo donde se fabrican ya botellas con el nombre de esta mujer, explica con orgullo Mikel Gorostidi, director de la planta, que recuerda que se eligió esta ubicación hace 56 años por la calidad de las aguas que bajaban del Hernio y servían también de materia prima para sus bebidas. Ahora son otras mujeres, como Marta Pérez, las que han tomado el testigo de aquella mujer de Burdeos. Pérez, con apenas 23 años se encarga de uno de los proyectos más importantes y «críticos», el de Mermas o, traducido, reducir el líquido que se pierde en el proceso desde que se elabora la bebida hasta que se embotella, lo que puede suponer un gran ahorro económico. Pese a su juventud lo hace con «implicación y autonomía» y siente la confianza de todos, al igual que el conjunto de los trabajadores, que dan su opinión a diario sobre la marcha de la compañía mientras observan de pie, como si estuvieran en la Bolsa, un panel de indicadores donde se consulta el estado de la producción y los problemas, explican Olatz Amonarriz, directora de Recursos Humanos, y Mónica Inchausti, responsable de Producción. Una nueva cultura de empresa y una comunicación «horizontal» que constituyen un cóctel perfecto que combina trabajar duro y «escuchar» para compartir «emociones personales». Y es que el gran secreto de Marie Brizard, además del sabor, es la «pasión» por un producto de calidad que se toma en momentos de ocio y relax, como explica Gorostidi. Y para ello es fundamental un buen ambiente de trabajo. «En la medida en que todos tengamos más información de cómo va la empresa y un ambiente de respeto y educación, no tiene que ser estresante venir a trabajar, lo que es fundamental», resume el director de planta.
El dinero se abarata, la vivienda se dispara y el empleo bate récords (El País)
La frenética pérdida de poder adquisitivo que afrontaron los hogares españoles durante la escalada de la inflación, problema que ha robado el sueño a gobiernos y bancos centrales en los últimos dos años, se detuvo por fin en 2024. El respiro de los precios trajo noticias positivas: el BCE bajó los tipos de interés por primera vez en ocho años, abaratando las hipotecas y abriendo la financiación a particulares y empresas que antes la tenían vedada. Sin embargo, ese dinero barato que vuelve a fluir no está exento de causar efectos colaterales y amenaza con tensionar aún más el mercado inmobiliario. España empieza 2025 como la economía que más crece entre las grandes del euro, con un mercado laboral boyante y un turismo que bate récords, pero hay riesgos latentes como los aranceles de Trump, las guerras en Ucrania y Oriente Medio, o la ralentización de Francia y Alemania. Estos son algunos de los hitos del año que acaba. El dinero recobra valor. España termina 2024 con la inflación bajo control. A falta del dato de diciembre, el Índice de Precios al Consumo (IPC) se situó en noviembre en el 2,4%, casi un punto menos que en 2023. El ajuste ha estado respaldado por la rebaja del IVA en alimentos básicos y su ampliación al aceite de oliva. Otra de las claves ha sido la mejora en la productividad y la contención de los salarios, que, aunque todavía crecen, lo hacen a un ritmo más lento: del 6% al 4,8%. Los servicios, impulsados por el turismo y la demanda interna, son el último eslabón pendiente para lograr una contención total de la inflación. No obstante, se espera que su ritmo de encarecimiento disminuya. El Banco de España pronostica un IPC del 2,1% para 2025. España se situaría cerca del 2% objetivo del BCE. La inmigración tira del mercado laboral. España destaca por la mejora del mercado laboral, pero la tasa de paro sigue alta.
Cómo invertir en 2025 para sortear el recelo hacia Trump y los bancos centrales (El Correo)
La fuerte revalorización experimentada por las Bolsas mundiales este 2024, con máximos en Wall Street que no preveían ni los expertos más optimistas, obliga a los inversores a encarar el nuevo año de una forma mucho más prudente y atentos a tres factores que, a juicio de los expertos, marcarán el devenir de los mercados: la incertidumbre por las políticas comerciales de Trump, el difícil equilibrio de los bancos centrales para controlar la inflación sin dañar el crecimiento y las posibles tensiones geopolíticas a las que los inversores ya parecen estar acostumbrados. «En renta variable no esperamos un año tan bueno como este por una cuestión de valoraciones», explica Miguel Ángel García, director de inversiones de Diaphanum, después de que el Ibex 35 acumule una subida del entorno del 15% que podría haber sido mayor de no ser por el castigo sufrido las últimas semanas, tras confirmarse que la Fed bajará menos de lo esperado los tipos de interés el próximo año en EE UU. En todo caso, el selectivo suma dos años de revalorizaciones a doble dígito tras avanzar un 23% en 2023, algo que no sucedía desde 2005. Ahora, el departamento de análisis de Bankinter limita al 9% ese potencial. «Hay que ser cautos en 2025, ya que la incertidumbre sigue siendo alta y, teniendo en cuenta los cambios de política económica, debemos esperar volatilidad», añade Alejandro Vidal, director de inversiones de Deutsche Bank España, donde apuestan por sectores como salud, tecnología e incluso financieras que pueden encontrar oportunidades en el crecimiento económico para compensar el impacto en márgenes de las bajadas de tipos.
Los criptoactivos se abren paso entre la euforia y el riesgo de corrección (El Correo)
Este ha sido, sin duda, su año dorado con jugosas rentabilidades para los inversores dispuestos a asumir grandes riesgos, incluido el de la brusca volatilidad que desde su nacimiento rodea a esta clase de activos. Desde que el pasado enero se aprobasen en EE UU los primeros ETF (fondos cotizados) para facilitar la inversión en criptomonedas, este mercado ha vivido en un estado de euforia constante que, entre otras cosas, ha llevado al bitcoin a superar los 100.000 dólares por primera vez en su historia. Unos niveles sobre los que algunos empiezan a ver síntomas de agotamiento pero que sin duda reflejan el interés cada vez mayor que existe por el mundo cripto. Las fuertes subidas de este año –de más del 132% para el bitcoin– también han llegado al calor de las promesas electorales en EE UU para impulsar este mercado. Donald Trump se ha convertido en un auténtico ‘criptobro’, firme defensor del bitcoin, incluso como medio de pago. Pero los expertos no lo ven tan claro. «Una cosa son las promesas electorales y otra la realidad», apuntan. Así que lo que ocurra a partir de ahora en la Casa Blanca será vital para la futura evolución de la criptomoneda más popular, pues el incumplimiento de esas promesas puede pasar una seria factura a su cotización, en niveles ya muy elevados. De momento, la Reserva Federal (Fed) ya ha echado un jarro de agua fría a uno de los planes de Trump para convertir el bitcoin en moneda de reserva estratégica. «No se nos permite poseer bitcoin. La Ley de la Reserva Federal establece lo que podemos tener y no estamos buscando cambiarla; eso es algo que tiene que decidir el Congreso, no la Fed», aseguraba recientemente el presidente de la institución, Jerome Powell. Una tramitación que alargará el proceso y, por tanto, elevará el riesgo de un mercado con bruscas reacciones a este tipo de eventos.
IAG y la banca cierran un año casi irrepetible en Bolsa (El Mundo)
A falta de sesión y media, la bolsa española está a punto de despedir el año como una de las que más se revaloriza de Europa, tras revisitar cuotas que no se veían desde hace prácticamente una década. En un año de éxitos generalizado (23 valores apuntan a terminar en positivo) abundan los sobresalientes, pero también los batacazos y sobrevuela una pregunta: ¿Repetirán los protagonistas de 2024 en 2025? Las opiniones son variadas. El resumen del año debe comenzar desde las alturas, concretamente con IAG. El holding dueño de Iberia ha doblado su cotización en lo que va de año y encabeza con holgura la lista de acciones que más ganan del Ibex 35. Le sigue a cierta distancia gran parte de la banca nacional con Sabadell (+66,12%) en segunda posición, impulsado por la oferta de OPA de BBVA, Unicaja Banco (+40%), CaixaBank (+37,87%) y Bankinter (+28%). La otra cara del Ibex la muestran las renovables. Solaria es el valor más depreciado (-57%) y Acciona Energía el tercero con mayores caídas (-35,66%). Entre medias, el gran culebrón bursátil del año con Grifols, que se deja un 40,4% tras el ataque de Gotham City. También deprimidas, se encuentran Puig, la compañía que protagonizó la mayor salida a bolsa del año y cuyas pérdidas rondan el 30,5% desde que comenzó a cotizar, y Colonial, que pierde un 20,2%. Ahora bien, si ya pensamos en 2025, muchos analistas creen que alguno de estos patitos feos pueden convertirse en cisnes en un año en que los pronósticos para la bolsa española destacan entre el continente europeo, eso sí, con un gran asterisco: a la espera de la política económica que ponga en marcha la nueva presidencia estadounidense de Donald Trump y sus posibles efectos en Europa.
La IA seguirá reinando durante 2025 (El Mundo)
Desde finales de 2022, el reinado tecnológico es indiscutible: la inteligencia artificial (IA) domina el universo tecnológico sin que se atisbe un rival que le dispute el liderazgo. De hecho, durante 2024 lo ha consolidado gracias a la generalización del uso de herramientas de IA generativa tanto por particulares como por empresas. En 2025 seguirá reinando con mano de hierro –y no parece arriesgado pensar que lo hará también en 2026–. Este dominio lo avalan diversas consultoras y compañías expertas en valorar e investigar el sector tecnológico. Entre ellos, Gartner estima que durante 2025 el 75% de las empresas utilizarán inteligencia artificial, automatización de procesos, ciberseguridad avanzada y tecnologías inmersivas, como pueden ser la realidad aumentada y la virtual. Para la consultora, estas tendencias, junto con la adopción de la nube híbrida y el 5G, se van a perfilar como elementos esenciales para optimizar la productividad, mejorar la experiencia del cliente y mantener sus niveles de competitividad. También AVOS Tech, de Grupo Prosegur, pone a la IA en la cumbre del negocio para 2025. Ellos identifican la utilización ética de la inteligencia artificial generativa, la hiperautomatización, la personalización y la sostenibilidad como las claves que definirán el escenario del sector tecnológico en España.
Trump: el imprevisible elefante en la habitación (El País)
El mundo financiero y geopolítico cambió de forma dramática el pasado 5 de noviembre, cuando Donald Trump se impuso con contundencia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos y los republicanos pasaron a dominar el Congreso, un resultado que aleja las posibilidades de un escenario business as usual para la economía mundial en 2025. No solo porque se trata de la primera economía mundial sino por el perfil del propio Trump, que ya en su primer mandato demostró ser un presidente que cambió paradigmas profundamente arraigados, como apunta Karen Karniol-Tambour, jefa de inversiones de Bridgewater Associates. De hecho, muchas de las políticas que impulsó en su primera presidencia se incorporaron automáticamente a la agenda de Joe Biden, especialmente la apuesta por ganar la competición tecnológica con China, prioridad ahora compartida por republicanos y demócratas. “La visión neoliberal que había dominado el mundo durante décadas y que pasaba por considerar que el comercio es la mejor vía para aumentar la prosperidad, que de esa forma en algún momento China se iría pareciendo más a Occidente y que no importa qué parte de la producción se hace en el propio país mientras el PIB siga creciendo, ha perdido la mayoría de sus apoyos. El proteccionismo y la política industrial son ahora la corriente dominante”, subraya Karniol-Tambour. La vuelta a la Casa Blanca de Trump es, sin duda, el elefante en la habitación de la economía global para el próximo año y lo será, previsiblemente, durante todo su mandato. “La importancia mundial de la demanda interna de Estados Unidos, junto con la contundente victoria electoral de Trump, da a la Administración estadounidense la capacidad de impulsar sus políticas con relativa impunidad, influyendo profundamente en las perspectivas de la economía mundial en 2025”, sostiene el economista jefe del banco suizo Julius Baer, David Kolh. Muchos de los objetivos políticos del republicano resultan contradictorios entre sí, como la rebaja de impuestos y la desregulación, que pueden impulsar el crecimiento, frente a la imposición de aranceles comerciales y restricciones migratorias, que afectarán negativamente a la actividad y elevarán la inflación, lo que abre un escenario de enorme incertidumbre según pesen unas u otras en su agenda.
Elon Musk, un agente del caos en la Casa Blanca de Donald Trump (El País)
Nadie votó por él en las elecciones del 5 de noviembre. No forma parte del Gobierno de EE UU que comandará Donald Trump a partir del 20 de enero. Tampoco tiene aún un mandato claro más allá de ahorrar dinero y adelgazar la Administración. Pero Elon Musk, cortejado por políticos republicanos, ha exhibido ya un poder y una influencia política inéditas en el país. La estrategia de agitar el caos que el hombre más rico del mundo aplica en sus empresas le sale a cuenta. No solo para aumentar su fortuna, que ayer alcanzaba los 450.000 millones de dólares (430.000 millones de euros), sino también para ganar ascendiente sobre la nueva Administración de la primera potencia mundial, como se vio la semana pasada cuando marcó el ritmo, a golpe de tuits, en el amago de cierre del Gobierno de EE UU. Hoy, el presidente Musk (como le llaman sus críticos) susurra a los oídos de Trump y casi vive en su casa de Palm Beach (Florida). Lo que está por ver es cuánto dura la luna de miel entre dos egos tan grandes y qué impacto tiene mientras tanto su alianza en EE UU y en el mundo. El viernes fue un día como otro cualquiera en la cuenta de X de Elon Musk, propietario de la red social antes conocida como Twitter. Con la ayuda de un algoritmo siempre listo para favorecer al dueño, sus casi 210 millones de seguidores —a quienes ahora da la bienvenida la frase “El pueblo votó por una reforma del Gobierno a gran escala”— recibieron una variada ración de mensajes de promoción de sus empresas, Tesla, SpaceX, Starlink y la propia X; la voz de alarma de un padre de 12 hijos sobre la caída de natalidad mundial; promesas de colonizar Marte y, por qué no, llegar a Urano; o su respaldo al argumento de un negacionista de la covid con 327 seguidores que defendía el derecho estadounidense a comprar “armas” “para evitar acabar encerrados en campos de concentración por un virus con un 99,9% de índice de supervivencia”. Incluso en esta era de la hipernormalización del caos —un tiempo en el que lo descabellado resulta de lo más cotidiano, y viceversa—, cuesta encajar que tras esa ráfaga de mensajes esté no ya el hombre más rico del mundo, sino una de las personas más influyentes del planeta, así como un actor con un súbito poder político en Estados Unidos. Es el tipo que susurra a Donald Trump.
Las operadoras ‘low cost’, líderes en crecimiento y pérdidas (El País)
Digi, Avatel y Finetwork son cada vez más conocidos entre los usuarios de telecomunicaciones. Juegan en el terreno del low cost, con tarifas simples y agresivas de fibra y móvil que no pueden replicar los grandes del sector. Por ello, han pasado de ser operadores alternativos a triunfadores de una actividad que lleva reduciendo sus ingresos desde hace más de una década. De hecho, son casi los únicos que ganan clientes mes a mes a costa precisamente de Movistar, Masorange y Vodafone, compañías que, paradójicamente, les alquilan su red de fibra óptica de telefonía móvil. Gracias a esos contratos mayoristas que les aseguran una cobertura y una calidad de servicio muy similares, consiguen un botín mensual de miles de abonados que arrebatan legalmente gracias al procedimiento de la portabilidad. Pero, además del crecimiento del negocio, tienen otro denominador común: las tres pierden dinero y sufren una abultada deuda como consecuencia de su rápida expansión. También les une su escasa transparencia a la hora de detallar su situación financiera. La rumana Digi es, ahora mismo y de lejos, la campeona del sector. Su crecimiento en los últimos años ha sido exponencial. Terminará este año superando los ocho millones de clientes. En los nueve primeros meses facturó 571,7 millones de euros en España, lo que supone un incremento del 22,8% respecto al mismo periodo del año anterior. Y se prevé que en 2024 supere con creces los 800 millones de de facturación. Su beneficio bruto operativo (ebitda) fue de 132,8 millones, un 44% más. Por si fuera poco, es el único que crea empleo, y su plantilla alcanza ya los 8.000 trabajadores.
Moeve quiere decir adiós a un pasado llamado Cepsa (El País)
Moeve (antigua Cepsa) está dejando el petróleo. La compañía que controlan el fondo Mubadala de Abu Dabi (61,5%) y Carlyle Group (38,5%) cree que ha llegado el día de plantearse muy seriamente el futuro del negocio. En palabras de su consejero delegado Maarten Wetselaar, directivo de Shell durante un cuarto de siglo, Moeve se transforma en “otro tipo de organización, en la que la mayor parte de sus beneficios provendrán a final de la década de actividades sostenibles”. No es algo excepcional. Todas las grandes petroleras aseguran ahora que apuestan por la sostenibilidad y las renovables. Lo hacen entre el escepticismo de las organizaciones ecologistas y las críticas políticas —caso de EE UU— que acusan a los gigantes petroleros de sembrar proyectos pseudo sostenibles para bloquear cualquier progreso en la lucha contra el cambio climático. Moeve va en serio, sostienen fuentes de la compañía. Al no ser empresa cotizada, puede apostar por la transformación con menos presión y meter una marcha más que sus hermanas mayores. Frente al escepticismo y la crítica, Moeve exhibe la gran prueba de su giro en el negocio: ha vendido el 70% de los activos de producción de crudo desde 2022. El año pasado vendió el área de exploración y producción en Emiratos Árabes Unidos a Total Energie; continuó con los campos de extracción en Colombia, vendidos a Cedco, filial de SierraCol; los de Perú (Cepsa Peruanas SA), vendidos a la canadiense PetroTalCo y el negocio de gas en la Península —butano y propano—, vendido a la chilena Copec. En México, ha renunciado a los tres bloques exploratorios marinos en la cuenca de Tampico-Misantla. Más. La compañía tiene en marcha la transformación de las 2.000 estaciones de servicio en la Península, con especial apuesta en puntos de recarga rápida de vehículos eléctricos —200 ya conectados—; levanta una nueva planta de biocombustibles 2G —elaborados a partir de residuos— en Palos de la Frontera (Huelva), con una inversión asociada de 1.200 millones; desarrolla en el Valle Andaluz del Hidrógeno Verde 2 GW de capacidad de producción equivalente de hidrógeno verde en 2030 e invierte 130 millones en el cambio de imagen de la compañía, un punto clave.
El calentamiento bate máximos mientras crece el negacionismo (El País)
Con 2024 a punto de finalizar, los datos indican que será el año más cálido registrado hasta ahora. Y esto ocurre en el peor momento posible, con la amenaza de Trump y los populismos alimentando el negacionismo climático. El calentamiento global causado fundamentalmente por los combustibles fósiles ha alcanzado su nivel récord: este 2024 se cierra como el año con la temperatura más cálida en la superficie del planeta en milenios. También hay que retroceder cientos de miles de años para encontrar en la atmósfera una concentración tan alta de gases de efecto invernadero, cuyo principal origen es el uso del petróleo, el gas y el carbón para producir energía. Mientras la relación entre estos gases y el incremento de la temperatura y de la dureza de los fenómenos meteorológicos ligados a esta crisis se hace más evidente para la ciencia, el populismo de derechas gana terreno en las democracias agitando discursos negacionistas del cambio climático contra las políticas medioambientales. El 2025 se iniciará con el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca y la amenaza de que saque de nuevo a su país del Acuerdo de París, el tratado que rige ahora la lucha climática internacional. En Europa, acaba de echar a andar la nueva Comisión, la más derechizada en décadas debido en gran medida al auge de unos partidos ultras que llevan años esparciendo a través de las redes sociales bulos para culpar de todos los males a las medidas medioambientales que impulsaban los Veintisiete. Las elecciones de febrero en la primera economía de la UE, Alemania, serán determinantes para conocer la dimensión del frenazo de las políticas verdes comunitarias.
“El mercado nos sacará del atolladero climático” (El País)
Jeremy Rifkin (Denver, Colorado, 79 años) es un influyente economista y sociólogo cuyas ideas escuchan los poderosos de Bruselas a Pekín y uno de los pronosticadores más fiables de nuestro tiempo, pero también una oficina con sede en Bethesda, barrio acomodado a las afueras de Washington, en el Estado de Maryland. Tal vez por eso, Rifkin, autor de una veintena de libros, habla en plural. “Mi trabajo siempre es en equipo”, explicó recientemente en una larga entrevista celebrada en una sala de juntas de un edificio de cristal. “Cuando hablo de nosotros, lo hago también de los gobiernos con los que colaboro, y de un grupo llamado TIR Consulting, en el que participan las mejores mentes del mundo en materia climática”. Conseguir sacar a la humanidad de “un error en el que ha estado metida durante seis mil años”, que son los que, desde Mesopotamia, suma la “civilización hidráulica”. Lograr que cunda la conciencia de que en realidad no vivimos en el planeta Tierra, sino en el planeta Agua. Solo así podremos hacer frente a lo que se avecina, según Rifkin: “La hidrosfera se está rebelando”. “Nuestra mayor arrogancia ha sido pensar que podíamos tener secuestrada durante tanto tiempo el agua del planeta para cubrir las necesidades de una sola especie, la nuestra, que representa menos del 1% de la biomasa, pero emplea el 25% del agua; pronto más del 40%. Como consecuencia del calentamiento global provocado por los combustibles fósiles, los estudios auguran que la gran mayoría de las presas colapsará, ya sea por inundaciones o sequías, para 2050. Y nadie quiere enfrentar ese problema”, advierte. "Necesitamos un pacto verde y otro azul para este planeta, que es nuestra responsabilidad. El primero es fundamental; si no eliminas los combustibles fósiles, las sequías, las inundaciones, las olas de calor y los incendios no remitirán. Pero al mismo tiempo es necesario un pacto azul, porque ya nos estamos enfrentando a esos problemas..."