20230725

La caída de la actividad en la eurozona se acentuó al comienzo del tercer trimestre, según una encuesta a las empresas que sugiere que la economía de la región se está contrayendo. El índice compuesto de gestores de compras HCOB de la zona euro, que mide la actividad de las empresas de los 20 países del bloque, cayó a su nivel más bajo en ocho meses tras una ralentización mayor de lo esperado en el sector servicios y un descenso más pronunciado en el sector manufacturero en julio. Se espera que el resultado se sume a los llamamientos para que el Banco Central Europeo deje de subir los tipos de interés tras el incremento de un cuarto de punto porcentual previsto para el jueves. El euro cayó un 0,4% frente al dólar a 1,108 dólares, mientras que el rendimiento del bono alemán a dos años bajó 0,05 puntos porcentuales hasta el 3,16%, ya que los inversores redujeron sus apuestas por la continuación del endurecimiento. Al bajar a 48,9, frente a 49,9 el mes anterior, el índice PMI se situó aún más por debajo de la marca de 50 que separa la contracción de la expansión, aumentando el temor a una posible recesión en la economía de la eurozona tras dos trimestres de leve contracción. La economía de Reino Unido también se está ralentizando bruscamente, según otra encuesta PMI publicada el lunes, que mostró que el índice de actividad empresarial británico cayó a un mínimo de siete meses de 50,7 puntos, frente a los 52,8 de junio. El dato de la eurozona se situó muy por debajo de los 49,7 puntos previstos por los economistas en una encuesta de Reuters.

La morosidad de los préstamos concedidos en España por el total de entidades de crédito a empresas y particulares se situó en el 3,59% en mayo, lo que supone su segundo mes consecutivo al alza, después de que en abril aumentase hasta el 3,55% desde el 3,51% de marzo, según los datos provisionales publicados ayer por el Banco de España. Sin embargo, esta tasa todavía se mantiene por debajo del nivel registrado en mayo de 2022, cuando la ratio de mora se situó en el 4,18%. La fuerte subida de los tipos de interés en el último año anticipaba un deterioro en la tasa de morosidad que sufre el sector. El brusco encarecimiento de las hipotecas –más de 300 euros mensuales de media las referenciadas al euríbor– y la escalada de los precios en los últimos meses, muy superior a la registrada por los salarios, dificulta a muchas familias poder mantener al día el pago de sus préstamos. Sin embargo, aunque ha aumentado la mora en abril y mayo, se puede considerar que este porcentaje sigue estando en niveles bastante moderados. No obstante, los expertos pronostican que a medida que avancen los meses la morosidad irá aumentando. Precisamente este jueves se espera que el Banco Central Europeo vuelva a subir los tipos de interés un cuartillo, del 4% al 4,25%. Hace solo un año, en julio de 2022, estaban en el 0%, lo que da idea de la rapidez con la que se ha encarecido el dinero tanto para empresas como para particulares, que es lo que está empujando la morosidad, a pesar de la restricción del crédito que también se está produciendo. 

Los precios industriales disminuyeron en el conjunto del Estado un 8,1% en junio en relación al mismo mes de 2022, tasa casi 1,5 puntos inferior a la registrada en mayo, debido al abaratamiento del gas, según el INE. En el caso de Euskadi, el descenso fue superior, del 12,7% interanual y del 10% en relación al mes anterior. Con el descenso interanual de junio, la inflación del sector industrial encadena cuatro meses de tasas negativas después de que en marzo pusiera fin a un periodo de 26 meses consecutivos de incrementos, en el que llegó a registrar tasas positivas de dos dígitos durante más de 20 meses. La caída de los precios industriales en el conjunto del Estado se debe a la bajada experimentada por la energía, que recortó más de 1,5 puntos su tasa, hasta el -2,63%, por la menor subida del refino de petróleo en comparación con la de junio de 2022 y por el abaratamiento de la producción de gas. También influyeron los bienes intermedios, que recortaron su tasa interanual más de un punto, hasta el -5,2%, por el menor coste de la fabricación de productos químicos y de productos para la alimentación animal, y los bienes de equipo, cuya tasa anual descendió seis décimas, hasta el 3%, debido a que los precios de la fabricación de vehículos de motor subieron menos que un año antes. Sin contar la energía, los precios industriales mostraron un avance interanual del 2,2%.

Bilbao recibió ayer, justo al día siguiente de unas elecciones que han dejado una gran incertidumbre, a los ministros de Consumo, Industria y Mercado Interior de la UE que celebran hasta hoy martes una cumbre informal bajo la recién estrenada presidencia española. La primera sesión se dedicó al impulso de medidas para garantizar un consumo sostenible y mejorar la protección de los usuarios en la transición ecológica. Hoy la jornada se centrará en diseñar una política industrial común que garantice a Europa autonomía estratégica frente a China y también frente a EE UU, que está atrayendo las inversiones con su potente paquete de ayudas de 350.000 millones. En la cita de ayer estaba previsto que ejerciese de anfitrión el ministro de Consumo, Alberto Garzón, pero a última hora comunicó que no podía asistir y cedió el testigo al secretario general del ramo, Rafael Escudero. Él fue quien, junto al comisario de Justicia europeo, Didier Reynders, expuso las conclusiones del plenario. Según explicó, los ministros de Consumo de la UE debatieron sobre cómo reforzar el consumo sostenible como pilar esencial en la lucha contra el cambio climático, «una de las prioridades de la presidencia española sobre la que existe total consenso dentro de Europa». Precisó que hay tres expedientes legislativos en tramitación que ayudarán en este objetivo. El primero de ellos, «que podría aprobarse en septiembre», se refiere al «empoderamiento de los consumidores para que desempeñen un papel activo en la transición ecológica». Para ello se contempla la mejora, en cuanto a acceso y fiabilidad, de la información que reciben los consumidores sobre las características de sostenibilidad mediambiental de los productos, «con especial interés en la protección de los ciudadanos frente a prácticas como el denominado blanqueamiento ecológico o la obsolescencia prematura». Los otros dos expedientes se refieren al derecho a reparar y el de las alegaciones ecológicas.

Por el lado empresarial, la industria, las grandes corporaciones y las pymes redujeron drásticamente su demanda de gas a partir de abril de 2022, cuando los precios se dispararon a causa del estallido del conflicto a finales de febrero. Y el Banco de España constata que este menor consumo se mantuvo durante el primer cuatrimestre de 2023 motivado por las mejoras en eficiencia energética e inversiones en energías renovables que han tenido que llevar a cabo las empresas para minimizar el impacto de la subida de los precios que, en ocasiones, han hecho que sus costes operativos se duplicaran de un año para otro. Por tanto, se entiende que este desplome de la demanda puede ser «estructural» y mantenerse en el tiempo. En un artículo publicado ayer por el organismo sobre la demanda de gas en el periodo 2022-2023, asegura que, probablemente, esa demanda no se recuperará a pesar de que los precios del gas han vuelto a caer de los máximos del año pasado a sus niveles históricos. Dentro de estas cifras globales se observaron evoluciones diferentes por tipos de sector, ya que la industria del refino, por ejemplo, fue la que redujo en mayor proporción su demanda de gas natural, seguida de las factorías ligadas a la cogeneración de electricidad, el papel y la química/farmacéutica, revela el boletín. Sin embargo, la dinámica de las familias ha sido diferente. Aunque es verdad que en el segundo semestre del año pasado se redujo históricamente el consumo de gas, el Banco de España constata que los niveles se recuperaron en el primer cuatrimestre de este año (entre enero y abril) como consecuencia de la reducción del precio de esta materia prima.

La indemnización máxima por despido improcedente en contratos indefinidos en España es de 33 días de salario por año trabajado. Este es el panorama desde 2012, cuando el Gobierno de Mariano Rajoy recortó los 45 días vigentes hasta entonces (que se mantienen para los periodos anteriores al cambio). Pero en julio de 2021 España ratificó la Carta Social Europea. Y este texto legal, que supera a la normativa nacional, introduce un cambio que permite a los jueces fijar indemnizaciones que sobrepasen ese límite, ya que reconoce “el derecho de los trabajadores despedidos sin razón válida a una indemnización adecuada o a otra reparación apropiada”. Y esos 33 días no tienen por qué coincidir con lo que el juez considere “adecuado” o “apropiado”. Por ello CC OO presentó en noviembre de 2022 una reclamación colectiva en la que denunciaba la falta de adecuación de la normativa española a la Carta. Ayer, el sindicato anunció que el Comité Europeo de Derechos Sociales, el organismo del Consejo de Europa encargado de velar por el cumplimiento de la Carta, la ha admitido a trámite. Carlos Gutiérrez, secretario confederal de Estudios y Formación Sindical de CC OO, cree que el comité les dará la razón: “Dentro de la incertidumbre razonable en cualquier proceso como este, nuestra perspectiva es positiva. Las declaraciones y resoluciones emitidas respecto a otros países anticipan un resultado favorable”. 

La compañía siderúrgica australiana Infrabuild ha anunciado el fichaje como primer ejecutivo de Francisco Irazusta, hasta ahora presidente de Tubos Reunidos. La firma alavesa anunció hace poco más de una semana la decisión de Irazusta de abandonar el cargo –un movimiento que pilló por sorpresa a todo el mundo– tras haber aceptado la oferta de una empresa extranjera. Infrabuild ha indicado en una comunicación pública que Irazusta asumirá sus funciones a partir de octubre. El directivo, donostiarra y de 59 años, tiene una larga trayectoria en empresas extranjeras. Infrabuild es la segunda compañía siderúrgica australiana –factura 3.700 millones de euros anuales–, está especializada en la fabricación de productos largos de acero destinados principalmente a la construcción –vigas, perfiles y acero corrugado, entre otros productos–, y cuenta con dos acerías y once trenes de laminación. Sus actividades también se extienden a negocios de chatarra y a la comercialización de productos de acero. En la actualidad forma parte del grupo GFC, propiedad del empresario indio afincado en Reino Unido Sanjeev Gupta, que la adquirió en 2017 después de una crisis que situó la compañía en suspensión de pagos.

Las universidades con centros en Euskadi registraron en el curso 2021-22 70.503 matrículas, un 0,8% más que en el curso anterior, según dio a conocer ayer el Eustat, el instituto vasco de estadística. Se trata del quinto curso consecutivo de ascenso y el primero desde 200405 en el que se superan las 70.000 matrículas. El sistema universitario vasco lo componen la UPV/EHU, la Universidad de Deusto, Mondragon Unibertsitatea y la Universidad Euneiz, en Vitoria. En cuanto a la distribución por sexos, continúa habiendo distintas preferencias entre los estudios que escogen las mujeres (que fueron el 54% del alumnado) y los hombres. Así, y como es habitual, el campo de la salud y los servicios sociales o el de la educación contaron entre sus estudiantes con más de un 70% de mujeres. Los grados más feminizados fueron Educación Infantil, Pedagogía y Enfermería. En el extremo opuesto, los campos de estudio técnicos fueron los que tuvieron mayor presencia masculina. Las mujeres supusieron menos de un 10% del alumnado matriculado en los grados en Ingeniería Marina, Ingeniería en Automoción, Industria Digital o Ingeniería Mecatrónica. Las titulaciones del sector de los negocios o de las ciencias registraron una distribución de estudiantes paritaria. Ver nota Eustat. 

Moderación y estabilidad. Son las dos grandes peticiones que, apenas unas horas después de que se conocieran los resultados de las elecciones generales del domingo, lanzaron ayer los grandes empresarios a las fuerzas políticas, que tienen por delante un reto que se antoja complicado: formar Gobierno. Y con otra dificultad: hacerlo en un escenario económico incierto y en clara desaceleración, según advirtieron. Las dos grandes patronales, CEOE y Cepyme, expresaron su «voluntad de colaboración» con el futuro Ejecutivo que pueda conformarse, pero, eso sí, lanzaron a los partidos un llamamiento a la «responsabilidad para que puedan alcanzar aquellos acuerdos que garanticen el mayor nivel de estabilidad posible y también la moderación necesaria para garantizar la buena marcha de la economía y el sostenimiento del bienestar y la paz social». En este sentido, pidieron que «prevalezca el sentido de Estado y el respeto al marco constitucional para preservar los avances económicos y sociales logrados con el esfuerzo de todos durante las últimas décadas, así como la confianza-país de España». Con ese pronunciamiento, ambas organizaciones, sin decirlo explícitamente, dejaron entrever su preferencia por un entendimiento entre los dos grandes partidos –el PP y el PSOE– para gobernar sin dependencia de formaciones situadas en los extremos del arco parlamentario ni de los independentistas. La entidad presidida por Antonio Garamendi cargó una vez más contra el Ejecutivo de coalición –más concretamente, contra el ala de Unidas Podemos– al pedir que «cesen definitivamente los ataques» que han recibido las empresas «desde el ámbito institucional» y se las reconozca como «generadoras de progreso social y económico» del país. El mensaje de CEOE y Cepyme muestra, por otra parte, una visión no demasiado halagüeña del «complejo» futuro que se avecina. La economía nacional vislumbra, a su juicio, un «escenario de incertidumbre que, previsiblemente, se hará más patente tras el verano», ya que persisten las tensiones geopolíticas por la guerra de Ucrania, la elevada inflación y el alza del precio del dinero. Ver nota CEOE. 

El presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, fue ascendido ayer dentro de la estructura societaria de la empresa de certificaciones Aenor. Tras haber desempeñado la vicepresidencia durante seis años, Garamendi pasará a ser presidente del consejo de administración de Aenor Confía, el segmento de certificación, inspección y análisis dentro del holding Asociación Española de Normalización –UNE–, donde se enmarca la certificadora. La decisión de la compañía de nombrar al presidente de Confederación Española de Organizaciones Empresariales lleva en pausa desde febrero, coincidiendo con la publicación de su regularización de su situación laboral dentro de la patronal e incrementar su sueldo un 3% para este año hasta una cuantía cercana a los 380.000 euros, al tiempo que se estaba negociando el aumento salarial con los sindicatos. Desde Aenor, no obstante, niegan que esa fuera la razón y alegan que estaban a la espera de informes jurídicos para constatar que Garamendi podía encajar dentro de la estructura de la certificadora. El anterior presidente de la compañía, Carlos Esteban Portal, había finalizado su mandato el pasado diciembre, por lo que, según los estatutos de la propia empresa, Garamendi ya estaría desde entonces llevando a cabo las funciones de dirección que adquirió ayer de manera oficial.

Pedro Sánchez no tiene dudas. A pesar de lo endiablado del resultado electoral del domingo, el jefe del Ejecutivo en funciones está convencido de que podrá volver a formar Gobierno. Así se lo trasladó ayer a la dirección del PSOE, que lo recibió casi como a un héroe. Para mantenerse, como prevé, en La Moncloa, Sánchez tendrá que contar no solo con Yolanda Díaz y el apoyo de todos los partidos que ya facilitaron su investidura en 2019 (PNV, EH Bildu, ERC y el BNG) sino, al menos, con la abstención de la formación de Carles Puigdemont, que ya ha puesto un precio a su voto: amnistía y referéndum. Sólo así podrá superar los 171 noes que ‘a priori’ sumarían el PP, Vox, UPN y Coalición Canaria. «Estoy seguro de que esta democracia encontrará la fórmula de la gobernabilidad», defendió ante los suyos sin concretar más. Sumar ya se ha puesto manos a la obra para tratar de aproximar posiciones con Junts y aprieta para cerrar cuanto antes un acuerdo de coalición con los socialistas. Pero Sánchez dejó claro que no tiene intención de correr. Y ni siquiera se refirió en su primera intervención interna tras los comicios a la formación liderada por el expresidente de la Generalitat, huido de la justicia. Cree que hay que dejar que todos los partidos, «del PP a Junts», vayan digiriendo los resultados. Todo apunta, así, a que dejará pasar unas semanas antes de iniciar negociaciones. «Que la gente descanse y disfrute de las vacaciones», dijo casi a modo de concesión graciosa. En su ánimo está, entre otras cosas, dejar que el PP se «cueza en su salsa». Los socialistas entienden que Alberto Núñez Feijóo se presentará a la investidura pero especulan con la idea de que no logre resistir al frente de su formación. 

Alberto Núñez Feijóo sigue decidido a intentar formar Gobierno a pesar de las dificultades que presenta la aritmética que salió el domingo de las urnas. El líder del PP está dispuesto a «explorar todas las vías» para ir a una investidura sin tener asegurados los apoyos ni de lejos porque la otra opción, la que puede intentar Pedro Sánchez, es formar una «coalición de perdedores» que acabe dando «más poder y más capacidad de decisión que nunca» a los partidos independentistas. «Los españoles no pueden quedar atrapados en bloques ni en bloqueos ni permitir que nuestro país se balcanice», aseguró durante su intervención ante la plana mayor del partido en referencia a los referéndums de independencia que cree que Sánchez concedería a Esquerra, Junts y EH Bildu a cambio de ser reelegido. Para evitarlo, Feijóo levantó ayer el teléfono para contactar con PNV y Vox, los dos partidos que son claves en su hipotética investidura a pesar de que ambos han descartado la fórmula de gobernabilidad que propone. En su conversación con Andoni Ortuzar, el presidente de los nacionalistas vascos le dio un portazo directamente, mientras que con el líder de Vox, Santiago Abascal, se emplazaron a volver a hablar en los próximos días. Su intención es tantear el terreno para ver si es posible conseguir el apoyo de la derecha radical sin contrapartidas y sin vetos cruzados.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, comprobó ayer el nulo margen que tiene para lograr la investidura tras los resultados electorales del domingo. El PNV comunicó a Feijóo que se niega siquiera “a iniciar conversaciones” con el PP para este propósito, una decisión adoptada por la ejecutiva de los nacionalistas que Andoni Ortuzar, presidente del PNV, comunicó ayer personalmente al candidato popular. La decisión del PNV se conoció horas después de que la plana mayor del PP se reuniese tras la victoria amarga del domingo, una cita en la que Feijóo entonó el primer mea culpa. “Con la misma intensidad con la que fallaron las encuestas, no hemos alcanzado las expectativas”, expresó el líder del PP, excusándose en que los sondeos decían que la derecha iba a sumar con holgura para desalojar a Pedro Sánchez del poder. Feijóo se justificó por haber elevado demasiado el listón de las expectativas —él mismo no descartaba en privado hace solo una semana la mayoría absoluta—, ante las críticas internas que empiezan a escucharse. “No me arrepiento de haberme exigido ganar por mucho frente a los que se conforman con perder por menos”, argumentó el candidato del PP en su discurso ante la Junta Directiva Nacional, en el que también insistió en que va a tratar de formar Gobierno.

El problema no es Bildu, el problema somos nosotros». La frase, de un cargo del PNV, resume en pocas palabras la resaca que el extemporáneo y convulso 23-J ha dejado en Euskadi y que sugiere movimientos tectónicos profundos en la hasta ahora previsible escena política vasca. Las generales que Pedro Sánchez convocó para tratar de sobrevivir –con éxito– han supuesto para el PNV un nuevo revés que viene a agudizar el desgaste que ya había dejado crudamente expuesto el 28-M. Entonces, los jeltzales perdieron 80.000 votos respecto a las anteriores municipales y forales. Ahora, la sangría ha ascendido a más de 100.000. La cita de este domingo mete el dedo en la llaga abierta en Sabin Etxea al poner de manifiesto que el patinazo, lejos de ser coyuntural, obedece, según los más pesimistas, a una «crisis profunda» que les deja «muy débiles» y que se arrastra ya desde hace años pero que eclosionó a raíz de la pandemia. La crisis sanitaria hizo tambalear los cimientos de la que hasta entonces había sido la joya de la corona del autogobierno vasco, Osakidetza, y desde entonces el descontento con la gestión peneuvista se ha extendido a la educación, la Ertzaintza...El PNV ha dejado de ser el «valor ‘refugio’» de la política vasca para empezar a pagar las consecuencias de la desmovilización de su electorado y de la ausencia, reflexionan miembros del partido, de la necesaria tensión interna como para precipitar una reacción rápida. La escasa capacidad para vender su apoyo a Sánchez como un activo, frente al protagonismo de Bildu –que ha sabido aprovechar a su favor el ‘que te vote Txapote’ y la omnipresencia de ETA en el debate político un lustro después de su disolución–, han hecho aflorar la tormenta perfecta. La falta de autocrítica en público –los resultados se han achacado a la polarización azuzada por los medios y al voto útil al PSE– contrasta con la asunción en privado de que la situación es «preocupante».

Última subida de tipos en EEUU este año. Eso es lo que espera Wall Street que pase mañana. Todos los pronósticos apuntan a que la Reserva Federal elevará el precio del dinero en un cuarto de punto tras la reunión de dos días que comienza hoy. De confirmarse esta previsión, los tipos se situarían en la franja entre el 5,25% y el 5,5%, nivel máximo que se alcanzó en junio de 2006, justo antes de la crisis financiera (habría que remontarse hasta el año 2000 para encontrar una cifra superior, cuando el precio del dinero llegó al 6,5%). La buena noticia es que los economistas confían en que sea la última vuelta de tuerca, vistos los últimos datos publicados sobre la inflación. Hace dos semanas, la Oficina de Estadísticas Laborales de EEUU dio la sorpresa al anunciar que el IPC bajó hasta el 3%, una cifra mucho mejor de la esperada por los analistas y más cerca del objetivo del 2% que se ha marcado la Fed. Muchas voces especularon entonces con la posibilidad de que el banco central estadounidense mantuviera los tipos sin alteraciones tras su reunión de esta semana (como ya hizo en la de junio, tras diez subidas consecutivas desde marzo de 2022). Sin embargo, la fortaleza en el empleo (con un paro en el 3,6%, cerca de su mínimo de los últimos cuarenta años) hace que Wall Street se incline por una última subida ahora en julio. En su última reunión, las previsiones de la Fed apuntaban a dos alzas más, una ahora y otra en septiembre, mensaje que luego fue ratificado por el propio presidente, Jerome Powell, así como otros miembros del consejo que decide la política monetaria.

Desde que en octubre de 2022 el magnate Elon Musk compró Twitter por 44.000 millones de dólares, los 535 millones de usuarios estimados de esta red social han vivido una sucesión de sobresaltos, causados por las innovaciones –ocurrencias, según sus detractores– impuestas por el multimillonario empresario sudafricano. La última, anunciada el domingo y puesta en práctica en cuestión de horas ayer, ha sido la eliminación del característico logo de esta red fundada en 2006, el pajarito azul, así como de su nombre, Twitter, sustituidos por una X blanca sobre fondo negro. La X no es solo el nuevo nombre de la plataforma, sino de la propia empresa, que pasa a llamarse X Corp., filial a su vez de X Holdings Corp., propiedad de Musk. X dejará de ser una red de microblogueo, es decir, dedicada fundamentalmente a la publicación de textos breves de sus usuarios –los tuits– y pasará a estar «centrada en audio, vídeo, mensajería, y pagos», en lo que se va a parecer más a una especie de ‘súperaplicación’ que a una red social propiamente dicha.