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egun On

Lunes,7 de agosto de 2023
Núm 1422/2023
Año XXXVI

Sólo el 43% de los universitarios elige carreras que piden las empresas vascas (El Correo)

La patronal vasca alerta sobre un problema cada vez más acuciante: faltan trabajadores por la baja natalidad en Euskadi y, además, los universitarios eligen estudios que no son los más demandados. Un informe de Confebask sostiene que solo cuatro de cada diez escoge carreras que piden las empresas. Euskadi afronta el colosal reto de cubrir 140.000 jubilaciones solo en esta década y lo tiene que hacer con una población joven menguante por la mínima tasa de natalidad, la más baja de Europa. Es lo que se conoce como el ‘invierno demográfico’, que se ha convertido en la principal pesadilla de las empresas debido a las crecientes dificultades que tienen para encontrar trabajadores. A la pirámide poblacional invertida se suma la competencia del sector público, con una avalancha de OPEs histórica, y un grave desajuste entre los estudios que eligen los jóvenes y los perfiles que se demandan en el ámbito privado. El problema es de tal magnitud que la nueva presidenta de Confebask, Tamara Yagüe, le dedicó su primera intervención tras su nombramiento. Según explicó, «el 55% los universitarios optan por carreras muy alejadas de las necesidades del tejido productivo, mientras que en el caso de la Formación Profesional el porcentaje es del 25%». De ahí que la atracción y retención de talento sean todo un desafío. Estos datos están sacados de un informe realizado por la patronal en el que contrasta los perfiles que demandan las empresas con los egresados en los últimos años. Empezando por la universidad, que es donde se da el mayor desajuste, Confebask explica que el 82% de los empleos que ofrece el sector privado se concentra en siete grados: Ingeniería industrial, ‘otras ingenierías’, informática, administración y gestión de empresas, economía, derecho y biología. Pues bien, solo un 43% de los titulados –suman un total de 8.500 cada año en la UPV/EHU, Deusto y Mondragón– escogió esas ramas. El desfase es especialmente grave en ‘otras ingenierías’, a las que se dirige un 21% de la demanda y solo reciben un 5% de los alumnos. También hay una brecha descomunal en informática, que concentra más del 20% de las necesidades empresariales y solo atrae al 2% de los universitarios. Por contra, sobran psicólogos y periodistas mientras que grados como el de enfermería o medicina están alejados del sector privado. En Formación Profesional el desajuste es algo menor, aunque existe. El 76% de la demanda empresarial se concentra en ocho familias que solo atraen al 55% de los egresados. Esas ramas son fabricación mecánica, informática y comunicaciones, electricidad y electrónica, instalación y mantenimiento, administración y gestión, comercio y marketing, hostelería y turismo y edificación y obra civil Aunque fabricación mecánica es la rama más demandada por las empresas, al acaparar el 18% del total, el mayor desfase se produce en informática, lo mismo que en la universidad.

Patronal y sindicatos critican el decreto del euskera porque no se ajusta a la realidad sociolaboral (El Correo)

El Consejo Económico y Social (CES), integrado por las patronales, los sindicatos (excepto ELA y LAB) y otros importantes agentes de Euskadi, sostiene que el proyecto de decreto de normalización del uso del euskera en el sector público es maximalista, cuestiona la libertad lingüística de los trabajadores y no se adapta al nuevo mapa sociolaboral de la comunidad autónoma. La entidad ha emitido un dictamen en el que se muestra muy crítica con algunos de los elementos nucleares de una normativa que establecerá las pautas para garantizar la comunicación y la prestación de servicios en lengua vasca de las administraciones con la ciudadanía y, también, los requisitos que deben cumplir los empleados para hacerlo posible. Según el CES, el Ejecutivo autónomo trata de imponer un ritmo «muy acelerado» para alcanzar ambos objetivos, lo que puede resultar contraproducente para los trabajadores y también para las empresas. El decreto que ultima el Gabinete de Iñigo Urkullu es inusual porque ha sido redactado por seis departamentos –Vicelehendakaritza, Gobernanza Pública y Autogobierno, Educación, Salud, Igualdad, Justicia y Políticas Sociales y Cultura y Política Lingüística– y verá la luz con la firma de los responsables de esas consejerías y del propio lehendakari. El texto ha entrado en la última fase de su tramitación y, aunque sí es preceptivo pero no vinculante, el termómetro del CES tiene un peso considerable porque es el máximo órgano de participación de los agentes sociales y económicos del País Vasco. La pluralidad de sus miembros suele alumbrar informes medidos hasta la última coma para que se sientan todos identificados con los matices de su contenido, pero esta vez las conclusiones son contundentes a pesar de abordar un tema tan sensible y en permanente debate. En sus consideraciones generales, el Consejo ya advierte de que la velocidad con la que el Gobierno vasco quiere implantar los cambios para fomentar el bilingüismo en la plantilla del sector público –«y el cuidado de los tiempos nunca es cuestión menor, menos aún en este asunto»– lastrará el atractivo «de nuestras entidades» para el talento foráneo o propio no vascoparlante en determinadas actividades especializadas. Y cita en este contexto a modo de ejemplos la investigación, la docencia en niveles superiores y la medicina, sin descartar otros ámbitos. «El nivel de euskera exigido –se subraya en el dictamen aprobado por mayoría el pasado 26 de julio– no es siempre el ajustado a la realidad sociolingüística (de cada puesto y territorio), lo que dificulta tanto el acceso como el desarrollo de una carrera profesional de la gran mayoría de los trabajadores y trabajadoras públicos».

«Soy hippie y soy progresista, no nací con la corbata puesta» (El Mundo)

Entrevista con Antonio Garamendi, presidente de CEOE. "En este país sucede una cosa que tiene su gracia: a cualquier chorizo lo llaman empresario. Hay que distinguir bien entre empresarios y chorizos disfrazados, porque una cosa es ser empresario y otra montar una empresa. La gente, cuando quita la política de en medio, ve esta diferencia. En la calle nos entendemos todos estupendamente, ese es el gran éxito de la Transición. Me encanta una frase de Felipe González: «Nos sentimos hijos de la democracia y no nietos de la guerra...El empresario se hace, aunque es lógico que puedas seguir la tradición como pasa con los hijos de otras muchas profesiones. Hace poco, un político, como soy vasco, hizo sobre mí el famoso chiste de si a setas o a Rolex. Dijo: «Es que el señor Garamendi está a Rolex». Y tengo que decir que es falso, yo estoy a Swatch [Me enseña su reloj, un modelo negro de la popular marca]. Además, el más sencillo, el de 50 euros. Los topicazos están de capa caída, se han quedado obsoletos. Si me quieres encontrar, será en el mar navegando o en el monte paseando, no fumando un puro en reservados de lujo...ETA hizo un daño enorme. Mataron a 850 personas, casi 50 de ellas empresarios. Los secuestrados, 10.000 extorsionados… Fue un sufrimiento enorme y todavía nos merecemos que se pida perdón... Soy progresista. Conservador es el que quiere que todo siga igual, yo trabajo para que este país vaya a más y todos vivamos mejor. ¿Qué hay más progresista?..."