20230514

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Domingo 14 de mayo de 2023
Núm 1341/2023
Año XXXVI

Las buenas lecciones de una líder empresarial (Diario de Burgos)

La presidenta de la patronal vasca Confebask, Isabel Busto, quien propugna un liderazgo humanista en la empresa, ofreció el viernes una conferencia a las mujeres del Círculo Emprendedoras Merindades, en la provincia de Burgos. Asumió la presidencia de Confebask «por responsabilidad empresarial, porque era la vicepresidenta, pero también porque creía que tenía una responsabilidad hacia las mujeres de dar un paso adelante y decir si se puede, por qué no?». Era la primera mujer que presidía la patronal vasca y este verano le sustituirá la segunda, mientras que ella continuará como vicepresidenta. Subdirectora general del Zucchetti España, una firma de Informática y Telecomunicaciones, esta mujer de éxito de 57 años y de la que dependen 300 trabajadores, desgranó ante las empresarias de la comarca algunas de las claves de su éxito, aunque si hubiera que resumirlas en una palabra, sería «corazón». «Creo que las mujeres, si somos inteligentes, tenemos una ventaja, que conectamos mucho más fácil con el corazón y si expresas desde el corazón es más fácil llegar al que tienes enfrente», afirmó. De ahí, la importancia que esta ejecutiva da al «liderazgo humanista en la empresa», el protagonizado «por buenas personas». En su caso, admitió cómo «lo más complicado es gestionar a las personas y sus expectativas», en referencia a los empleados de su empresa. Y «cómo el modo en que te gestiones tú y como vivas las cosas tiene un impacto en las decisiones empresariales», continuó diciendo. La lección magistral de Busto también fue aplaudida por la presidenta del Ceder, Nuria Ortiz, quien destacó como «para la junta directiva es una satisfacción enorme poder incorporar dentro de las acciones del Círculo el conocimiento y la experiencia de un referente en el espacio empresarial, no solo vasco, sino también nacional».

«Es esencial que la fiscalidad apoye la innovación, estamos lejos de estándares europeos» (El Correo)

Tecnalia es el centro tecnológico más grande de España con 1.500 trabajadores que impulsan proyectos participados por la empresa, la administración y la universidad. Su director general, Jesús Valero, ha visto cómo la transformación de la economía ha disparado la demanda de investigación e inversiones que necesitan, según explica, de más apoyo y regulación estable. "El tejido industrial ha interiorizado que la innovación es una de las herramientas para gestionar este escenario de crisis, de cambio...Apoyar con la fiscalidad es absolutamente esencial. Estamos en un país que no alcanza los estándares europeos...Las inversiones en innovación, además, son a largo plazo y, además de la fiscalidad requieren seguridad jurídica...La velocidad a la que pasan las cosas no ayuda en sectores que requieren de inversiones enormes. Es esencial que los cambios regulatorios sucedan también tan rápido como están sucediendo los cambios tecnológicos o los económicos...No saber lo que vamos a pagar por la luz el año que viene nos pone nerviosos a todos, pero a las energéticas también no saber cuánto van a ingresar para afrontar inversiones muy grandes. El escenario es más volátil y tenemos que acostumbrarnos todos...No es fácil cambiar toda una industria como la de la automoción y no hay solución mágica. La electrificación va a ser necesaria y va a acabar por darse. No se trata tanto del punto de llegada, sino del camino. Y ahí los combustibles sintéticos tienen un rol y lo tendrán en el futuro. Nos tenemos que acostumbrar a convivir con soluciones distintas: hidrógeno, combustibles sintéticos, electrificación..."

«Tenemos que poner una alfombra roja para atraer talento» (El Correo)

Los 1.500 profesionales que trabajan actualmente en Tecnalia no son suficientes para desarrollar todos los proyectos que están reclamando la financiación pública y la necesidad de avanzar en la transición energética. El director general del centro tecnológico, Jesús Valero, reconoce que «nuestra preocupación en este sentido es grande» y que los profesionales que salgan de las universidades «con las que estamos firmando convenios no van a ser suficientes». Por eso es fundamental la búsqueda de talento internacional y, en este sentido, señala la importancia de «poner una alfombra roja porque tenemos que competir con países como Alemania, Bélgica y Holanda». «Es la gente la que va a acabar decidiendo donde quiere trabajar» y las medidas, recuerda, deben afectar también a lo personal, ofreciendo un lugar «donde casarse, tener hijos y desarrollar una vida». Así, reconoce que en la escolarización, por la falta de modelos alternativos en el idioma como colegios internacionales, «hemos encontrado dificultades que, en algunos casos, han llevado a gente a dejarnos por ello».

El sector público absorbe seis de cada diez empleos creados desde 2019 en Euskadi (Diario Vasco)

Los trabajadores de la esfera pública aumentan en 5.800 en los últimos cuatro años frente a los 3.800 puestos de trabajo generados por el ámbito privado. En un contexto en el que falta y va a faltar cada vez más mano de obra por el envejecimiento de la población, el sector público se ha convertido en un fuerte competidor a la hora de captar y retener talento para la empresa privada. Pero dentro de ese crecimiento que ha experimentado el empleo público hay una característica llamativa y es que lo ha hecho en todos estos años a base de incrementar la temporalidad, hasta el punto de que se ha situado de media por encima del 43%, frente al empleo privado, donde esa tasa se limita al 13%, tal y como destaca Carlos Pereda, responsable de Empleo de Confebask.Pereda resta cierta importancia a esos mensajes que indican que el sector público se está convirtiendo en una «dura competencia» para la empresa privada a la hora de captar o retener el talento que necesitan. Apunta que el principal problema es el de la falta de mano de obra, pero no tanto que el sector público absorba una parte de esas personas que están dispuestas a trabajar, porque indica que tan solo supone el 15% de todo el empleo que hay en Euskadi, frente al 85% del ámbito privado. «Siempre te van a quitar gente, pero los sectores de actividad son muy distintos, por lo que no suponen un gran problema», especifica. Además, añade que la mayoría de los que optan al empleo público son personas que están en el desempleo y no tanto trabajadores en activo, con lo que no se puede hablar, en su opinión, de una fuga de talento, no al menos de forma significativa. Con todo, explica que en los últimos diez años no ha habido OPE, con lo que no ha habido posibilidad de reemplazar a los funcionarios que llevan muchos años y se van jubilando o de crear nuevos empleos en el ámbito público, más que mediante trabajadores interinos. Y que «la avalancha que se está produciendo ahora de ofertas públicas de empleo sí puede descuadrar ese equilibrio de personas que van a uno u otro ámbito». Señala que «si las OPE se hicieran de forma regular el sistema es capaz de sostenerlo, pero estos vaivenes sí pueden crear más tensiones». Y vuelve a romper una lanza en favor del empleo «más estable que se crea en el ámbito privado, más al hilo de la última reforma laboral», remarca.

Convocadas 19.000 plazas de OPE que buscan rebajar la temporalidad al 8% (Diario Vasco)

Entre el año pasado y éste se convocarán en Euskadi un total de 19.000 plazas en ofertas públicas de empleo (OPE) con el objetivo de reducir la tasa de temporalidad de la administración pública al 8%, tal y como exige Europa. Una avalancha que en cualquier caso no supondrá un aumento del empleo público en sí mismo, ya que la mayor parte de esas plazas son para consolidar empleo temporal e interino y en mucha menor medida para cubrir las jubilaciones que se van a producir y cuyo ritmo se incrementará en los próximos años. Así, mientras la administración vasca afirma que con dichas OPE se llegará o acercará a ese objetivo del 8%, ELA afirma que a las «muchas plazas que no se consolidarán se añaden las jubilaciones, que se seguirán cubriendo con empleo temporal».

28.000 parados vascos mayores de 50 llevan más de un año sin encontrar empleo (El Correo)

Más de la mitad de los parados de larga duración en Euskadi –aquellos que superan los doce meses sin haber encontrado un empleo– tienen más de 50 años y ven cada vez más difícil su reinserción laboral. Toda una paradoja cuando el desempleo roza mínimos en el País Vasco. La escasa formación de muchos de ellos explica esta situación. Este colectivo copa el desempleo de larga duración por las dificultades para su reinserción. Consciente de este problema, la vicelehendakari y consejera de Empleo y Trabajo, Idoia Mendia, ha anunciado un nuevo programa para facilitar el acceso al empleo de este colectivo, es decir, mayores de 50 con un año en el paro. El plan, que está siendo negociado en la Mesa de Diálogo Social, contemplará subvenciones para las empresas pero también formación y acompañamiento para los trabajadores. Desde las empresas reconocen que hay una preferencia por contratar a jóvenes. De hecho, el último informe de Confebask señalaba que el 50% de los puestos estaban destinados a menores de 35 años y otro 25% a personas de entre 35 y 45. «Pero eso es solo una preferencia. El estudio también dice que la edad es determinante solo para el 5% de las empresas», apunta Carlos Pereda, responsable de Empleo en la patronal. Subraya, además, que «en estos momentos de récord histórico de empleo, con casi un millón de cotizantes, y ante la escasez generalizada de profesionales, se está contratando a todo el mundo que tiene formación». El problema, añade, es que «la mayoría de los parados mayores de 50 años solo tiene los estudios obligatorios, lo que hace muy difícil su empleabilidad». Es por ello que considera necesario que el plan del Gobierno vasco tenga en cuenta este factor. Efectivamente, según los datos de Lanbide, el 60% de los desempleados de larga duración de más de 50 años tiene formación básica. «El programa que se está elaborando va a tener muy en cuenta esto. La idea es contemplar también una subvención para la formación y compromisos de contratación», apunta Juan Carlos Ibarrola, director para la Formación Profesional del Empleo en Lanbide. Recuerda que el organismo público está en plena transformación, con el objetivo de ser mucho más eficiente.

Los autobuses de Irizar enfilan la salida del túnel (El País)

La pandemia frenó en seco la movilidad. El fabricante de autocares Irizar fue uno de los damnificados de aquella caída drástica de la actividad en su sector. De facturar 766 millones de euros en 2019, cifra récord de ventas, pasó a 400 millones un año después. La travesía del desierto se alargó durante tres ejercicios, en los que cerró con pérdidas. El año pasado comenzó a ver la luz al final del túnel (facturó 615 millones) y en 2023 espera volver a la senda de los beneficios. Imanol Rego (San Sebastián, 1973), director general del grupo Irizar desde septiembre pasado, se muestra “optimista” porque la compañía “está dando síntomas de recuperación tras haber superado una etapa de gran complejidad”. En la sede de Aduna (Gipuzkoa), especializada en electromovilidad, Rego se asoma a una gran cristalera desde la que se puede observar toda la planta donde se están carrozando una veintena de autobuses eléctricos al mismo tiempo. En diferentes fases de la fabricación, los operarios de Irizar ensamblan vehículos que circularán próximamente en Berna (Suiza), Londres, Madrid, León Valladolid, Zaragoza, Bilbao o Génova (Italia). A la vez, en un circuito que recorre todo el perímetro de la fábrica, un bus articulado de color rojo realiza las últimas pruebas antes de su entrega al cliente. En el letrero luminoso pone el destino: Düsseldorf (Alemania). Irizar ha conseguido darle la vuelta a uno de los periodos más críticos de su historia (la firma se fundó en 1889). 

Los embalses hacen equilibrios para generar energía eléctrica en plena época de sequía (El Correo)

Con la sequía campando a sus anchas por casi toda la Península, cada vez que una de las compuertas de los pantanos con centrales hidroeléctricas se abren, se activan al unísono todas las alarmas en la población. Entre los habitantes de los municipios cercanos, porque temen por su desabastecimiento; entre los agricultores y ganaderos, por el futuro de su actividad; y entre las organizaciones ecologistas por el daño que –apuntan– estos desembalses provocan en los caudales de los ríos. La falta de lluvia genera tanta controversia a la hora de gestionar el agua que hasta el Ministerio de Transición Ecológica ha tenido que salir al paso de las informaciones que se han difundido por internet sobre el correcto uso que se hace de cada gota en estas instalaciones. Porque soltar agua en un embalse no es fácil. Ni rápido. Ni tan simple como parece. Se trata de una de las fuentes de energía con más regulaciones a su alrededor. La Ley de Aguas establece cuál es el orden en el uso de esta materia prima en cada pantano: el primero de todos es el del propio caudal ecológico que establece cada Confederación Hidrográfica (hay 15 en toda España); después le llega el momento al abastecimiento de la población; a continuación, los usos agrícolas, partiendo de las necesidades del ganado frente al riego; se pasa al uso industrial, dentro del cual se encuentran las hidroeléctricas. Y por último, el lúdico. Con esos mimbres, la producción eléctrica que procede de las hidráulicas ha ido reduciéndose en los últimos meses. A punto de cumplirse la primera quincena de mayo, estas centrales han aportado un 7,5% de toda la luz consumida estas dos semanas, según los datos de Red Eléctrica.

Nada hace sombra ya a la solar en las horas centrales del día (El Correo)

En las mediodías de cualquiera de los días de esta última semana el sol se ha convertido en la principal fuente de generación eléctrica en España. Y no por los pelos. Sino muy por delante del resto de tecnologías. Entre las ocho de la mañana y las seis de la tarde, es prácticamente la producción predominante con tramos en los que las fotovoltaicas llegan a aportar hasta un 40% de la luz que se consume a esas horas, según Red Eléctrica. Hace apenas cinco años, en 2018, estos paneles aportaban menos del 10% de la demanda necesaria para cubrir todo el suministro. El cambio de paradigma que implica la extensión de la energía fotovoltaica por buena parte de las comunidades autónomas se nota directamente en el recibo. Cuantas más horas de renovables entren al sistema, más se reducen los precios, como así está ocurriendo en los últimos meses. El precio del mercado eléctrico ‘pool’ cerró abril en el entorno de los 73 euros/MWh; en marzo, por debajo de los 90 euros/MWh; en febrero, en los 133 euros/MWh... Y mayo registra un precio medio de 80 euros. Hace apenas un año, generar luz costaba más de 200 euros/MWh. El protagonismo de las solares fotovoltaicas en el denominado ‘mix eléctrico’ no solo se explica por las horas de sol, que también; sino sobre todo por la apertura de nuevos parques durante los últimos años. La potencia solar instalada actualmente representa más del 16% de todas las instalaciones en activo (renovables y no renovables). Hace cinco años apenas suponía un 4% del total. De hecho, el 75% de las nuevas instalaciones renovables del último año han sido solares fotovoltaicas.

El repunte de los viajes aviva la turismofobia (El País)

Las grandes ciudades españolas conviven con la saturación de un sector que aporta el 12% del PIB. Parece una avanzadilla de lo que será un verano de máximos. La Semana Santa se cerró con ocupaciones hoteleras superiores al 90%, con unas tarifas disparadas y con los empresarios del sector dando por hecho que los datos previos a la pandemia son ya una realidad. Y con los visitantes ha despertado un fenómeno que explotó hace al menos seis años pero que la pandemia durmió: para unos se trata de la petición de poner coto a la actividad turística, para otros, de turismofobia. “Ese término se utiliza como arma arrojadiza y una persona no es que tenga turismofobia, sino que tiene urbanofilia: defiende su espacio como algo de interés general y no quiere que lo mercantilicen”, afirma Macià Blàzquez, Catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universitat de les Illes Balears. Su colega de la Universitat de Girona y miembro del Instituto de Investigación en Turismo, José Antonio Donaire, admite que el tema es relevante, pero avisa: “Es paradójico que siendo todos turistas, seamos turismófobos”. Y aporta un dato: “En verano hay el doble de barceloneses que salen de la ciudad de los turistas que entran. Es como una contradicción. Pero es necesario poner unos límites que todavía nadie ha fijado, y eso supone planificar, alcanzar acuerdos dentro de Europa y generar conciencia sobre cambios de hábitos”. Las administraciones improvisan medidas cuando se despierta el cabreo vecinal. David Mar no esconde su hartazgo, con constantes palabras malsonantes que decoran su discurso: “Lo que me revienta es la impunidad que tienen los turistas. Pueden hacer botellón, orinar en las puertas de las casas, poner música a tope... Pero nunca se les multa”. 

Mejora de las perspectivas (por Raymond Torres, El País)

"...La actividad en los sectores ligados al turismo y el ocio crece a un ritmo que roza el doble dígito en el conjunto de la UE (descontando la inflación), lo que revela la potencia de la demanda de esos servicios. El tirón se percibe en nuestro sector turístico, así como en las ramas que exportan otros servicios, más que compensando la debilidad de la demanda interna. Esta sufre el lastre de la contracción del consumo de los hogares registrada. De modo que el crecimiento del PIB se debe fundamentalmente a la aportación exterior, sin la cual ya estaríamos en recesión (la aportación de la demanda interna ha sido negativa en los dos últimos trimestres, drenando un total del 1,6% de PIB). El empuje aportado a la actividad en los servicios tiene todavía cierto recorrido gracias a la persistencia de la bolsa de ahorro embalsado en los otros países europeos. En términos medios, las familias europeas registraron un importante superávit financiero en 2022, que se añade a los jugosos excedentes registrados durante la pandemia (en España, sin embargo, las cuentas de los hogares arrojan un déficit financiero). De momento, los consumidores europeos están tirando de ese colchón de liquidez para beneficio de nuestros exportadores y operadores turísticos. Pero el efecto acabará por agotarse, de modo que las perspectivas de cara a finales de año son menos boyantes, sobre todo habida cuenta del impacto de la subida de tipos de interés, que, según se prevé, irá in crescendo. Por otra parte, el estímulo que proviene de la demanda externa también tensiona los precios...Sin duda, el pacto trienal de rentas alcanzado entre empresarios y sindicatos es una buena noticia porque reduce el riesgo de escalada de precios en el sector de servicios y, en general, ayuda a anclar las expectativas de inflación..."

La guerra del agua no ha hecho más que empezar (El País)

La escasez de lluvia y la inequidad en su reparto condicionan la actuación de las empresas, tensionan las relaciones geopolíticas y aceleran las migraciones climáticas. Naciones Unidas ha consumido 50 años en convocar una conferencia (la última fue en 1973) monográfica sobre el agua. Fue el 22 de marzo pasado. Tres días. Poco interesados, los países enviaron representantes de perfil medio. Eso sí, el resultado fueron 719 compromisos. Una forma de lavar los pecados de las manos. Inútilmente. El Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) reveló que apenas una cuarta parte de las iniciativas puede tener un impacto real. Las promesas resultan fáciles de adivinar. Lucha contra la contaminación, investigar el ciclo hidrológico, reducir los riesgos catastróficos. En España, únicamente las inundaciones —según la Fundación Aon— cuestan al año 800 millones de euros. La ola de calor y sequía que atravesó Europa el verano pasado dejó pérdidas de 18.000 millones de euros. Números en una sociedad indiferente a las matemáticas. “En 2020, las consecuencias económicas de la inacción se estimaban en más de 300.000 millones de dólares [272.000 millones de euros]. Mientras prevenir vale cinco veces menos, unos 55.000 millones de dólares [50.000 millones de euros]”, calcula Tania Strauss, directora de Alimentación y Agua del Foro Económico Mundial. El mundo camina sobre un terreno resquebrajado. Por cada aumento de la temperatura media de 1 °C del planeta disminuye un 20% los recursos hídricos renovables, según Naciones Unidas.

La frontera entre EEUU y México se vacía al entrar en vigor el Título 8 (El Mundo)

Ni invasiones apocalípticas ni disturbios incontenibles. El Paso, municipio texano que comparte frontera con Ciudad Juárez, amaneció con tranquilidad bajo el Título 8, la medida gubernamental impuesta desde Washington que endurece la normativa para el asilo de los emigrantes y sustituye las expulsiones en caliente por deportaciones, con penas de hasta cinco años sin poder ingresar en Estados Unidos. Los temores de quienes vaticinaban que la oleada migratoria inundaría sus hogares y quienes también permanecían en alerta, tras capítulos de violencia salvaje como la vivida en la también texana Brownsville, donde un hombre con antecedentes y cegado por las drogas atropelló a 18 emigrantes venezolanos, matando a ocho de ellos junto a un refugio, han desaparecido de momento, aunque hay una realidad que afecta a sus vidas: EEUU vuelve a ser el sueño dorado, sobre todo para latinoamericanos y caribeños. «Tenemos que tratar a todos como queremos que nos traten a nosotros», insistió para TeleMundo Óscar Leeser, alcalde demócrata de El Paso, quien ha visto cómo los miles de emigrantes que pernoctaban en sus calles hace unos días han desaparecido en su mayoría como por arte de magia, procesados en parte por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y expulsados gran parte de nuevo para México, sobre todo hombres solos.