20220918

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Domingo, 18 de septiembre de 2022
Núm 1231/2022
Año XXXV

La desaceleración golpea ya a las empresas de Gipuzkoa por la crisis energética y la guerra (Diario Vasco)

DV ha reunido a actores principales de la economía guipuzcoana y vasca para analizar qué queda por delante y cuáles pueden ser las consecuencias para el territorio. La conclusión principal es que los hábitos de consumo están cambiando, algunas industrias ya notan una ralentización de pedidos y de decisiones de inversión, los márgenes se deterioran a velocidad preocupante y, en definitiva, la incertidumbre y los nubarrones inundan por completo el horizonte. Pablo Martín Confebask «Nuestro escenario central habla de estancamiento». Pablo Martín, responsable de Economía de la patronal, Confebask, reconoce que tras una primera mitad del año «razonablemente buena», el conflicto y sus derivadas, sobre todo «una inflación que está disparada», han golpeado de lleno la actividad hasta provocar «un fuerte deterioro de la rentabilidad». «Los indicadores dicen que la actividad está bastante estancada, con tendencia al deterioro», apunta. «Muchas empresas han parado o se verán obligadas a hacerlo para no trabajar a pérdidas, que es un suicidio programado», añade el técnico, quien reconoce que el crecimiento va a ser «bastante menor del esperado». Al mencionar la palabra recesión, Martín no la descarta «en algún trimestre». «No es nuestro escenario central, que sí habla más bien de estancamiento», dice. Otra de las amenazas es la subida de tipos para frenar la inflación y que, asegura, «está endureciendo las condiciones de financiación y complicando la inversión». Sobre el pacto de rentas, insiste en la disposición de la patronal a abordar propuestas «posibilistas».

«El capital humano es un bien escaso y en ocasiones no se paga de forma adecuada» (El Correo)

Al viceconsejero de Empleo e Inclusión, Alfonso Gurpegui, le toca presentar cada mes los datos de paro y por ahora no ve señales de alarma, pese a la gran incertidumbre. Dice que los indicadores de empleo no parecen desastrosos y que la caída de la población activa por el envejecimiento juega a favor en Euskadi. A la espera de lo que pueda venir, vuelca sus esfuerzos en desafíos como la transformación de Lanbide. En relación al bloqueo de la negociación colectiva, alude al mensaje de la titular del departamento, Idoia Mendia, de que se ha de evitar una devaluación salarial y advierte a las empresas de que el capital humano es un bien escaso que, en ocasiones, no se paga bien. "Las previsiones económicas se han recortado y contemplan desaceleración, pero no recesión. También hay que tener en cuenta que la población activa en Euskadi está bajando, las empresas necesitan mano de obra y ese elemento juega a favor...Hemos apostado por un modelo de buenos servicios públicos y hay que pagarlo bien. Entiendo que hay empresas en dificultades que no pueden llegar ahí, pero creo también que deben incrementar el valor que se da al capital humano. Es un bien escaso y en ocasiones no se paga bien... La reforma laboral ha atajado la temporalidad y ahora hay que analizar la parcialidad..."

Solarpack adquiere el 100% de la empresa de desarrollo de proyectos fotovoltaicos Solaer (El Correo, Deia)

La compañía vasca Solarpack, con sede en la localidad vizcaína de Getxo y que fue adquirida a finales del pasado año por el fondo de inversiones sueco EQT, anunció ayer que ha llegado a un acuerdo para hacerse con el 100% de Solaer Holding, empresa española especializada en el desarrollo y construcción de proyectos solares fotovoltaicos llave en mano. El valor de la operación de compra, de la que se excluyen los proyectos de Solaer fuera de España e Italia, no ha sido revelado, si bien Solarpack informó de que se financiará en su totalidad con fondos aportados por su accionista, en la que constituye su primera adquisición bajo la propiedad del fondo EQT. Se espera que el cierre de la transacción se materialice antes de fin de año, una vez que se otorguen las aprobaciones necesarias para este tipo de operaciones. La compra de Solaer está alineada con la estrategia de Solarpack, que incluye el crecimiento orgánico e inorgánico en mercados renovables maduros. La compañía vasca señala que con este acuerdo avanza en su propósito de acelerar la transición «hacia una energía limpia y asequible para todos, a la vez que contribuye al reto energético al que se enfrenta Europa».

24.000 vascos se enganchan en dos años a las energías renovables por los altos precios (El Correo)

La situación ha convertido la factura de la luz en algo insoportable para muchas familias y empresas, hasta el punto de que ha empujado a 24.138 ciudadanos en Euskadi a buscar alternativas en las placas solares y sistemas de almacenamiento y autoconsumo para frenar este dispendio. Y es que, con estos precios, afrontar los 7.000 euros de media que requiere la colocación de un pack de ocho paneles solares para obtener 3,6 kw de potencia se hace mucho más fácil de rentabilizar gracias a un ahorro en el consumo que ronda el 40%. Así lo explica José Donoso, el presidente de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), al asegurar que «se ha reducido el plazo de amortización a menos de la mitad» al pasar de 10 a 4 años. Esto, junto a un aluvión de ayudas activadas desde el Gobierno vasco con fondos europeos canalizados por el Ejecutivo central, ha provocado una nueva fiebre que empuja a la transición energética de los vascos a golpe de ahorro en su bolsillo. En total, en los últimos dos años, la movilización de recursos que ha canalizado el Ente Vasco de la Energía (EVE) para este objetivo ha alcanzado los 80 millones de euros. Unas ayudas que se vienen vertebrando con diferentes acciones como la instalación de infraestructuras de autoconsumo renovables en el sector residencial. Esta línea acumula 4.778 hogares que han acometido ya la inversión o están en proceso de ello. Si hasta ahora era más frecuente ver estas placas solares en casas aisladas o chalets, una de las novedades que empieza a conformar parte del paisaje urbano de las ciudades vascas es que también están adornados grandes bloques de viviendas.

La factura de la luz, en los huesos tras un año de crisis, sigue sin tocar techo (Diario Vasco)

Del recibo eléctrico han salido casi todos los impuestos, así como una parte de los costes fijos, sin evitar nuevas alzas desproporcionadas. El coste de la electricidad consumida por el hogar en cada periodo facturado (los euros por kwh consumidos) suponía antes una cuarta parte de todo lo que se pagaba a la compañía eléctrica cada mes. Ahora, supone más del 75% del recibo que abonamos a las energéticas. El problema es que este concepto es el que más ha subido en el último año. Por poner un ejemplo, en el caso de la tarifa regulada, en septiembre del año pasado los consumidores acogidos a esta modalidad pagaron una media de 0,21 euros/kwh, un coste ya de por sí elevado frente a la media de los últimos años. Ahora, ese precio se encuentra por encima de los 0,36 euros/kwh. Es decir, un 70% más caro que hace un año. Los impuestos representan la parte más mermada durante el último año en el recibo eléctrico. El Gobierno decidió en junio del año pasado que el IVA (Impuesto de Valor Añadido) aplicado a estos recibos bajaba del 21% al 10%. Fue una decisión inédita, después de varios meses en los que el Ministerio de Hacienda insistía en que la Comisión Europea impedía rebajar este tributo en España de forma unilateral. Junto a esa reducción se encuentra la suspensión del impuesto de generación (el que pagan las eléctricas). Aunque después llegaron nuevas acciones tributarias con la rebaja del impuesto eléctrico del 5,11% al 0,5%. Y la última: el IVA del 10% al 5%. En total, los tributos representan ahora una media del 5,7% en el conjunto del recibo.

"Gracias al gas no hay apagones en España" (El Mundo)

El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, recalca que, aunque se “demoniza” al gas, este verano ha supuesto el 30% de toda la energía generada en España. Cree que los precios seguirán altos “en un horizonte previsible, salvo intervención”, pero alerta de los efectos de fijar topes. Y niega de plano las acusaciones de Pedro Sánchez contra los poderes económicos. "Desgraciadamente hoy vivimos una situación a nivel internacional, no solamente español, en donde tenemos por un lado un gas más caro y, por otro, utilizamos más gas para generar electricidad, ya que la generación en tecnologías renovables no dispone de los recursos naturales necesarios, porque hay menos agua por la sequía y ha habido menos viento. Esto implica que se genere con gas la electricidad que necesita el sistema para garantizar el suministro. Por lo tanto, gas más caro y electricidad más cara por la necesidad del gas. Y además las facturas eléctricas incorporan ya el diferencial del coste de compensación de este gas por la llamada «excepción ibérica». Con todo esto, los precios no van a bajar en un horizonte previsible, salvo intervención. Y quiero dejar claro que a todos nos gustaría que los precios bajaran, porque los comercializadores de energía preferiríamos estar en un mercado de precios más bajos que de precios más altos...Lo primero es que en el sistema impositivo actual, quien más gana, más paga. Lo segundo, que se habla de beneficios extraordinarios con demasiada frivolidad, porque en ocasiones cuando eso se produce es que antes se han generado sobrecostes. No podemos calificar la generación de beneficios o de pérdidas en un plazo muy corto, sino en un plazo temporal más amplio, y eliminando los elementos distorsionadores..."

Sin reservas de gas para todo el invierno (El País)

La UE solo tiene combustible almacenado hasta diciembre, pero las importaciones por mar aliviarán el cerrojazo ruso. Las temperaturas y el ahorro también serán clave. El gas lleva semanas entrando a borbotones en los 146 depósitos, que se convertirán en 160 en los próximos años si los planes de los países se hacen realidad. El fallo tiene que ver, más bien, con su escasa capacidad. Incluso si llegasen al 100% el 1 octubre —la fecha formal de inicio de la temporada de calefacciones en el centro y norte—, apenas alcanzarían para cubrir la demanda prevista hasta Navidad. De mantenerse el grado actual de llenado de los depósitos, cercano al 85%, las reservas de gas darían para cubrir la demanda hasta principios de diciembre. Esta es una proyección de la media europea pero, como siempre ocurre en un bloque tan heterogéneo, el análisis de las reservas de gas no resiste una evaluación de conjunto: cada país cuenta una historia diferente. Algunos tienen sus almacenes virtualmente al máximo de capacidad, y la demanda varía mucho entre unos y otros —unos soportan temperaturas más bajas; otros emplean más este combustible para generar electricidad— por lo que sus reservas tampoco responderían igual ante una situación de sequía total de gas. La brocha gorda no funciona casi nunca, pero en este caso menos aún. Pese a tener prácticamente llenos sus almacenes, Bélgica y Portugal apenas podrían responder a la demanda dos o tres semanas. Suecia aún menos. Y España, que cuenta con cuatro instalaciones de este tipo, tendría suficiente para algo más de un mes. Pero la realidad es mucho más compleja: salvo Suecia, estos países son, también, los que cuentan con más opciones de recepción del gas natural licuado (GNL, en la jerga del sector: el que llega por mar y no por ducto). Al tener comprometida la llegada de importantes cargamentos para los próximos meses, ese escenario de agotamiento es poco realista. 

El futuro vive en el empleo (por Marco-Gardoqui, El Correo)

"...Causaba sorpresa esta semana ver a la presidenta de la Comisión, perteneciente al Grupo Popular Europeo, cómo renegaba de sus principios tradicionales y proponía impuestos especiales a las empresas del sector e intervenciones bruscas en la fijación de los precios de sus productos. En un debate celebrado hace unos días al que asistieron todos los líderes de la energía en este país, hubo un consenso bastante general a la hora de negar que fuese un desacople profundo entre la oferta y la demanda de gas el causante de las tensiones en los precios. Más bien se referían a una logística absurda, fruto de decisiones pasadas erróneas que entregaron a Rusia la responsabilidad de abastecer de gas a Europa y hacerlo por gasoducto. Era tal la confianza que hubo países que decidieron el cierre de sus centrales nucleares, de minas y plantas de carbón. Decisiones que facilitaban el alcance de los objetivos de descarbonización, pero fragilizaban el abastecimiento hasta límites que se han demostrado muy peligrosos dado el cuasimonopolio que se otorgaba a Rusia y la debilidad física del tubo como vía de transporte. Ahora que Rusia se ha transformado de aliado en enemigo (lo mismo pasó al finalizar la Segunda Guerra Mundial), vemos cómo el mercado se tensiona y se atasca, los precios suben y causan graves trastornos en el bienestar de los ciudadanos y en los márgenes de las empresas consumidoras, y nos obligan a los europeos a modificar por completo el mapa de nuestras urgencias. Hay que diversificar suministros, añadir nuevas vías de entrada, recuperar almacenamientos, imponer rebajas en el consumo y lidiar con las alzas en los precios. Todo ello, además, con un calendario estresante, sobre el que pende la incógnita del desenlace de una guerra que Rusia no puede perder, pero que Ucrania quizás pueda ganar..."

La compra familiar ya es 567 euros más cara al año (El País)

De 24 categorías de productos habituales elegidos para este reportaje, con base en la guía para la cesta de la compra saludable del Ministerio de Consumo, todos han subido, según el INE. 20 de ellos lo han hecho más que la inflación general, del 10,5% en agosto, porque la alimentación es una de las categorías que más tira de los precios. Su encarecimiento, que ha alcanzado el máximo desde 1994 con una media del 13,8%, erosiona el poder adquisitivo de las familias. El gasto medio en alimentos por persona fue de 1.610,30 euros en 2021, según el Ministerio de Agricultura. Aplicarle a eso un incremento del 13,8% supondría elevarlo en 222,2 euros este año. Para un hogar de tres personas, el sobrecoste supondría 55 euros al mes. Pero en esa cantidad se incluye todo lo que se compra. Los 24 artículos básicos en los que se ha centrado el análisis sumaron el año pasado un desembolso per capita de 873,61 euros. Al aplicarles la inflación, el gasto anual se elevaría en 142 euros. Para una familia de tres miembros supondría un sobrecoste de más de 425 euros. Para una pareja con dos hijos, de más de 567 euros.

Así engordan los alimentos de la huerta a la tienda (El Correo)

¿Cómo se encarecen los precios que van de la huerta o la granja, a la tienda? ¿Quién se lleva esas diferencias de costes? La realidad es que disponer de cualquiera de esos productos a escasos cien metros de nuestros hogares, aunque se produzcan a centenares e incluso miles de kilómetros, cuesta dinero. Son muchos los procesos necesarios para el abastecimiento diario y generalizado de alimentos, y son muchos los intermediarios que participan en esa cadena: desde cooperativas, transporte, conservación, empresas de empaquetado y etiquetado, etc., hasta llegar a las tiendas y grandes cadenas de distribución no sin antes pasar por diferentes centros logísticos. La escalada de la inflación ha provocado que toda esa cadena se vea afectada por el alza de precios. Y los costes energéticos, la electricidad y el transporte condicionan más de la mitad del alza de precios que los consumidores pagan finalmente en los puntos de venta. José Miguel Herrero, director general de la Industria Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, recuerda que para disponer de alimentos frescos en el comercio son necesarios complejos procesos de refrigerado con un elevado consumo de energía; transporte, con camiones obligados a pagar unos precios más altos que hace un año por el combustible que utilizan; o materias primas para generar esos alimentos, como pueden ser los piensos para el ganado o los fertilizantes para la agricultura, que también se han disparado desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania. Pero además de la energía, en otros procesos el coste principal es la mano de obra, como en las campañas de recolección.

Mucha economía, menos autogobierno (El Correo)

Dos circunstancias marcarán a fuego el Pleno de Política General del próximo jueves en el Parlamento vasco. La primera, la incertidumbre económica que condiciona el día a día de las familias. La carestía de los alimentos y de las hipotecas, por citar solo los ejemplos más sangrantes, aconseja centrarse, literalmente, en las cosas de comer. La segunda, el ciclo electoral que oficiosamente abrirá la sesión, a ocho meses de unas municipales y forales que servirán de antesala a las generales de finales de 2023. La combinación de ambos factores anticipa un pleno atípico, volcado al 90% en desplegar la hoja de ruta del Gobierno vasco para garantizar esas «bases sólidas» de las que dice disponer para capear la crisis –que no recesión, según las previsiones del Departamento de Hacienda– y en el espinoso debate de la autosostenibilidad energética. Con permiso, claro, de la educación y la sanidad, el flanco más débil del Gabinete Urkullu a estas alturas por la escasez de profesionales y la crisis de la Atención Primaria, que le valdrá una lluvia de críticas. Es tal el convencimiento de que al electorado no solo no le interesa sino que incluso le irrita el debate soberanista planteado en términos teóricos que, por primera vez en los últimos años, Urkullu no pondrá sobre la mesa ninguna propuesta concreta para actualizar el autogobierno vasco. 

El otoño caliente que afronta Liz Truss: la crisis que se avecina (El País, El Mundo)

La nueva premier británica se enfrenta, recién llegada, a semanas cruciales. El Reino Unido está a punto de derrumbarse, señala el politólogo John Gray. Más de la mitad de la población podría caer en la pobreza energética y, con la inflación disparada, los trabajadores van a ver su calidad de vida muy mermada. Es más que probable que las huelgas del verano vuelvan con el inicio del curso político. Y ante la crisis, los conservadores solo sobrevivirán si rescatan a hogares y empresas y se alejan de la agenda thatcherista que la candidata exhibió en las primarias tories, señala Gray. Toca hacer un experimento keynesiano que puede resultar asombroso. El nuevo Gobierno británico afronta una emergencia nacional. Si Truss se aferra a un sucedáneo del thatcherismo, los tories acabarán perdiendo el poder ante el laborismo moderado de Starmer.

Condena internacional a la barbarie rusa en Izium (El Correo, El País)

Los hechos desvelados en la ciudad ucraniana de Izium, en la región de Járkov, tras el descubrimiento de más de 440 tumbas y fosas comunes en un bosque cercano pocos días después de ser liberada por las tropas ucranianas, ha provocado reacciones de repulsa dentro de la comunidad internacional y en especial en los países con regímenes democráticos y promotores del respeto a los Derechos Humanos. Uno de los primeros en reaccionar a las evidencias de masacres y torturas ha sido el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken. «Hemos visto ahora los informes de esta fosa común. Cada vez que vemos que la marea rusa se retira de las partes de Ucrania que ha ocupado, comprobamos lo que deja a su paso. Y este último descubrimiento de aparentemente 440 fosas comunes en Izium es un recordatorio de ello», manifestó Blinken durante una rueda de prensa. Según sus palabras, tales hechos «deben ser considerados crímenes de guerra» y llamó a recabar el mayor número posible de evidencias de «las atrocidades que han cometido». El secretario de Estado subrayó que esas acciones «equivaldrían a crímenes de guerra, que creo que es el marco apropiado a través del cual observar esto». Por su parte, la República Checa, que ostenta actualmente la presidencia rotativa de la Unión Europea, solicitó ayer la formación de un tribunal internacional para juzgar los «crímenes de guerra» cometidos en Ucrania por las fuerzas rusas. «En el siglo XXI, tales ataques contra la población civil son impensables y odiosos».