20230409

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Domingo 9 de abril de 2023
Núm 1366/2023
Año XXXVI

La importación de gas ruso se dispara un 171% con Bilbao como principal puerto de descarga (El Correo)

Casi catorce meses después de que comenzara la guerra de Ucrania, Europa ha llenado sus depósitos de gas natural, en gran medida procedente de Rusia. La UE ha fijado embargos al petróleo del país de Vladímir Putin, pero no al gas, que supone el 27% de todas las descargas, con el Puerto de Bilbao como gran destino. De hecho, los embargos energéticos de la UE han afectado al petróleo o el diésel, pero todavía no a este combustible por el que Europa pagó 12.500 millones de euros a Rusia el pasado 2022. En esta dinámica, el Puerto de Bilbao se ha convertido en uno de los principales puntos de descarga en Europa del GNL ruso. Las cifras hablan por sí solas y la tendencia apuntada ya en el pasado 2022 se ha disparado en los dos primeros meses de este año. Según los datos del boletín estadístico del gas, publicados por el operador estatal Enagas, en enero y febrero el gas ruso traído a España se disparó un 171% respecto al año pasado. Es decir, los 4.352 GWh descargados en la Península en los dos primeros meses de 2022 se han convertido este año en 11.937. Y llueve sobre mojado porque ocurre después de que el pasado ejercicio registrara un récord en las descargas de este material traído por barco desde Rusia con 53.859 GWh, un crecimiento del 45,46% sobre 2021. Según los datos de la Autoridad Portuaria, Bilbao acoge el 40% de los buques que llegan del país exsoviético porque su ubicación geográfica lo convierte en destino natural de las embarcaciones rusas. En estos primeros dos meses del año han llegado a España una docena de barcos de bandera rusa, de los que cuatro han amarrado en Santurtzi. Bilbao se convierte así en uno de los principales puertos de Europa para las descargas del combustible ruso, y es que España es el país europeo que más combustible de este tipo importa a Putin. 

La regasificadora asturiana resta peso a Euskadi en la gestión del gas (El Correo)

La cornisa cantábrica ya no tendrá solamente en Bilbao y en la provincia de A Coruña (Mugardos) los únicos puntos para descargar y almacenar gas licuado. El pasado mes de febrero, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) dio el visto bueno a las condiciones de operación de la planta de El Musel, en Gijón. La nueva infraestructura será la séptima en España y se pondrá en marcha 10 años después de su construcción, tras los trámites acelerados en 2022 para mejorar la capacidad de almacenaje y regasificación en un momento estratégico tras la invasión rusa de Ucrania. El Musel cuenta con dos tanques de almacenamiento de GNL de 150.000 metros cúbicos cada uno y una capacidad nominal de regasificación de 800.000 metros cúbicos a la hora. Son cifras equivalentes a las de la infraestructura vasca que Enagas comparte en la gestión con el Gobierno vasco en el Puerto de Bilbao y que, por lo tanto verá como pierde parte del tráfico de barcos que hasta hora copaba en el Cantábrico. Según han confirmado fuentes del sector del Puerto de Bilbao, las condiciones de operación que tiene la regasificadora de El Musel requerirán que se deriven al puerto de Gijón al menos 12 buques metaneros al año. Una cantidad que supone el 18% del tráfico de Bahía de Bizkaia Gas en 2022 (65 barcos) y el 24% del número de amarres para descargas de gas en 2021 (49 embarcaciones). Otro de los efectos es que el planteamiento que defendían el Gobierno vasco y el PNV para construir un segundo descargadero de gas en el Puerto de Bilbao quedará en saco roto. La consejera de Desarrollo Económico del Ejecutivo autonómico, Arantxa Tapia, reclamó a la ministra de Transición Ecológica que incluyera esta infraestructura dentro del plan de contingencia impulsado a final de verano para reducir el consumo de gas y aumentar la independencia en el abastecimiento de gas. 

Las instalaciones de autoconsumo energético se multiplican por diez en Álava en tres años (El Correo Araba)

Más de 24.000 vascos se han enganchado en los dos últimos años a las energías renovables. Para 2024, se espera que el 20% del consumo de Euskadi proceda de energía verde. Cada vez son más las viviendas y edificios públicos de Álava que dan pasos hacia el autoconsumo energético. En estos últimos tres años en los que el mundo ha vivido una pandemia y una gran crisis energética derivada sobre todo de la guerra de Ucrania, el territorio ha visto cómo se multiplican por diez las instalaciones capaces de reducir la factura de la luz de cientos de familias. Según los datos del ente vasco de energía EVE; el territorio cerró 2022 con 379 instalaciones de autoconsumo en activo, cuando en 2019 apenas eran 37. Juntas tienen una potencia de más de 9.000 kilovatios y predominan las placas fotovoltaicas. Y es que los pequeños huertos que convierten la luz solar en energía viven un boom. Cada vez se ven más en tejados de bloques de viviendas, unifamiliares y edificios públicos como la estación de autobuses de Vitoria, los institutos públicos, la Facultad de Farmacia, la del Deporte, el parque tecnológico de Miñano, aparcamientos de pueblos... Y están en proyectos nuevas comunidades energéticas y ekiolas que harán que en poco tiempo más de 2.500 familias alavesas se enchufen al sol. Frente a las placas, la presencia en las edificaciones de otros sistemas de eficiencia energética como la geotermia, la aerotermia, las fachadas ventiladas o triple acristalamiento con gas argón es más incipiente. Las nuevas promociones de chalés y vivienda colectiva incorporan mejoras como la orientación, sistemas de renovación del aire, aislamientos, pero aún es complicado verlo todo en uno. «Indudablemente hemos avanzado, sobre todo a nivel de sensibilización social, pero se han perdido diez años. Los políticos se han dormido y ahora parece que para ser eficiente hay que tener una energía renovable cuando se olvidan de que lo que hay que hacer es consumir menos, hacer que las edificaciones necesiten menos energía». Así se pronuncia Adelina Uriarte, una de las arquitectas técnicas pioneras del passivhaus (arquitectura bioclimática) en Álava.

«Desde el Gobierno se hacen declaraciones muy a la ligera, no hay subida de márgenes» (El Correo)

El presidente del Grupo Uvesco, el irundarra José Ramón Fernández de Barrena, explica la situación que genera estar en el último eslabón de la cadena donde se acumulan todos los incrementos de coste. Los supermercados suben el importe de sus ventas, pero recortan rentabilidad en un escenario en el que el cliente busca la mejor oferta y en el que las rebajas del IVA del Gobierno apenas se han percibido. Las tiendas de BM alcanzarán este año los mil millones de ventas, pero Fernández de Barrena señala que las ganancias se recortan 0,4 puntos. Además, no es optimista con el escenario de precios, que no cederán este año. Por otra parte, reconoce que la adquisición por el fondo francés PAI Partners refuerza la capacidad de comprar más cadenas de supermercados. "La subida de precios ha ayudado en las ventas porque permite absorber los costes, pero desciende el volumen de compra. Lo que más nos ha pesado es el esfuerzo por no trasladar las subidas de nuestros proveedores al cliente, nos ha supuesto una pérdida de rentabilidad de 0,4 puntos. Pero no ha sido un mal ejercicio, entre otras cosas, porque teníamos la energía con un contrato fijo...Se están haciendo declaraciones muy a la ligera, hablando sin datos y diciendo que las grandes cadenas de distribución se están lucrando. Se va viendo en las presentaciones de resultados que no es así...Hay que hacer pedagogía y enseñar cómo se configuran los precios. Somos la cara más visible, pero la clave está en la subida de costos en todos los eslabones del proceso. Suben para los productores que van trasladándolos y, al final, somos los supermercados los que damos la cara al público poniendo los precios. Pero los márgenes de nuestro sector no se han incrementado, todo lo contrario..."

Orona consolida su ascenso europeo con una facturación récord de 900 millones (Diario Vasco)

Orona, la potente firma guipuzcoana de elevación y ascensores, ha superado un 2022 clave para la empresa, con un crecimiento importante de ingresos y empleo que le permite avanzar en la consolidación de su proyecto europeo estratégico para 2030. La cooperativa con sede en el hernaniarra parque de Galarreta, líder en el mercado estatal del sector y quinto operador en Europa, alcanzó en el pasado ejercicio su mayor cifra de negocio de la historia, con 896 millones de euros, un 7,69% más que el año anterior (832 millones), según los datos de cierre de año a los que ha tenido acceso este periódico. Todo ello en un difícil contexto socioeconómico marcado por la inflación y los costes energéticos agravados por la guerra de Ucrania. En este sentido, la cooperativa se marca un reto de futuro ambicioso dentro de su plan estratégico Orona UE2030: superar por vez primera los mil millones anuales de ingresos, con una aspiración de alcanzar la plusmarca de 1.200 millones dentro de siete años. Llegar a esos números supondría prácticamente doblar su facturación en 13 años desde que se embarcó en este nuevo rumbo en 2017, cuando su nivel de cifra de negocio alcanzó los 650 millones.

En el top 10 mundial de la elevación, un sector que mueve 80.000 millones (Diario Vasco)

El mercado de la elevación mundial en el que Orona compite codo con codo con grandes compañías extranjeras presenta unas cifras muy importantes. El negocio en el sector en todo el planeta asciende a casi 80.000 millones de euros anuales, que se reparten entre dos negocios principalmente: aproximadamente el 45% en la instalación de nuevos elevadores y ascensores y el 55% en el servicio y mantenimiento de los mismos. En este sentido, se instalan a nivel mundial más de un millón de ascensores anualmente, la mayoría en países con rápido desarrollo urbanístico y en especial en China, que concentra más de 600.000 elevadores. Se encuentran en funcionamiento a nivel global más de 20 millones de elevadores que necesitan servicio para garantizar su buen funcionamiento y seguridad, donde Europa representa una parte muy relevante. En este mercado global, Orona está presente en el top 10 de competidores siendo el décimo actor en un sector con fuerte nivel de concentración, según los datos del estudio de esta firma. Los cuatro principales operadores en el sector tienen presencia global, tanto a nivel de tejido industrial como de delegaciones, y concentran el 60% del negocio. Se trata de la multinacional estadounidense Otis, la finlandesa Kone, la suiza Schindler y la alemana TKE (ThyssenKroup Elevator). A continuación, existen cinco operadores asiáticos muy concentrados en ese continente

Uno de cada diez empleos en Gipuzkoa está vinculado a la economía social (Diario Vasco)

Donostia acoge durante todo este año la Capitalidad estatal de la Economía Social y tanto San Sebastián como Gipuzkoa quieren aprovechar la cita para promover los valores de este tipo de actividad productiva a caballo entre la solidaridad y la sostenibilidad. Una economía social que, señalan desde la organización de la capitalidad, tiene una importancia más cualitativa que cuantitativa, pero que también se puede cifrar en números. En Gipuzkoa, el 10,2% del empleo total, es decir uno de cada diez trabajadores del territorio, corresponde a la economía social o tiene vinculación con ella, según la Oficina de la Capitalidad donostiarra. Unos puestos de trabajo, destacan, que no solo representan o fomentan compañías como Gureak, quizás el principal icono guipuzcoano de inserción laboral de personas con discapacidad, con unos 6.000 empleados, el 83% con capacidades diferentes. También se cuenta parte de la actividad de fundaciones de economía social y cultura como Funco, que engloba a empresas potentes de la ciencia e innovación como Tecnalia, Cidetec o Nanogune, que tienen su vertiente social y su aportación a un mundo mejor. Otro ejemplo es el propio mundo cooperativo, con Mondragon Corporación a la cabeza, con divisiones también dedicadas a la economía social y que fomentan el arraigo, o firmas como Emaús, que están creciendo y se dedican a la reutilización de muebles y ropa y que emplea a personas en riesgo de exclusión social y reduce residuos.Otros actores importantes son empresas guipuzcoanas que fomentan modelos participativos, las sociedades laborales (capital en manos de los trabajadores de forma mayoritaria) con enfoque social aunque tengan ánimo de lucro. 

Bizkaia pierde la mitad de su flota pesquera (El Correo)

La flota pesquera que opera en Bizkaia está con el agua al cuello. En veinte años ha pasado del esplendor a la crisis y ha perdido un centenar de barcos. Los datos son demoledores: en bajura, el número de embarcaciones ha caído un 66% y cerca del 57% en altura al fresco. En la actualidad, en los puertos vizcaínos amarran 72 unidades frente a las 170 de hace dos décadas. Los marineros no superan el medio millar. Aunque buena parte de la historia de Bermeo, Ondarroa, Lekeitio y Mundaka, así como Santurtzi, Armintza y Plentzia ha estado profundamente vinculada al mar, hoy en día, la fría realidad de los números refleja un sector que resulta cada vez menos atractivo para los jóvenes y que capea como puede su particular temporal ante recursos naturales que años atrás parecían inagotables. En 1970, el muelle de Bermeo reflejaba el esplendor que vivía la pesca. Contaba con una gran flota de bajura de 260 embarcaciones, prácticamente todas de madera, en las que subían a bordo más de 2.335 marineros. En Ondarroa, el centenar de unidades descargaba tanta cantidad de pescado fresco de arrastre que situaron a la villa a la cabeza del Cantábrico en la comercialización, sobre todo, de merluza. Pero el final de esa década supuso el comienzo del declive. Cuando la mayoría de los Estados declararon privativas para sus embarcaciones las 200 millas mar adentro, los arrantzales se encontraron con gravísimos problemas. Quedaron cortados los accesos a los caladeros tradicionales que hasta entonces habían gozado de la condición de internacionales y de libre aprovechamiento pesquero. Las esperanzas depositadas con la entrada en la UE se hundieron hasta el fondo. Pronto comenzaron los problemas de una flota sobredimensionada, con unos caladeros sobreexplotados y otros de difícil acceso. Los puertos vizcaínos sufrieron de lleno el impacto de las duras condiciones recogidas en el Tratado de Adhesión a Europa (1985).

«La juventud no está por la labor» (El Correo)

José Ramón Blanco, veterano patrón de Ondarroa, afirma que la pesca «crea hábito» pese al «entorno hostil» y los ritmos extenuantes. Hay doce tripulantes, que se pueden clasificar de varias maneras. Por sus funciones, son siete de cubierta, dos de puente, dos de máquinas y uno de cocina. Por sus nacionalidades, son cuatro españoles (vascos, cántabros, gallegos), cuatro senegaleses y cuatro marroquíes. ¡Qué bien repartido! «Siempre es bueno que haya un equilibrio –asiente José Ramón–. En las dos últimas mareas también hemos tenido a un alumno que estudia para maquinista, un chaval de origen uruguayo que habla euskera mejor que yo». Esta internacionalización de las tripulaciones ha sido otro de los grandes cambios en los pesqueros. «La mayoría son gente de mar. Están acostumbrados a ritmos que no aguanta cualquiera, son buenos marineros», elogia el patrón. El cocinero, por ejemplo, es marroquí. «Ha estado trabajando en Galicia y domina la cocina tradicional española, solo que con un poco más de especias». Detrás de esta nueva sociología de la pesca, se esconde una realidad evidente: «La gente de aquí cada vez está menos dispuesta a venir a la mar. La juventud no está por la labor: ¿Cómo va a querer un chaval trabajar en esto, que le parece una cárcel? Incluso titulados que vienen de prácticas acaban diciendo que van a hacer otra cosa: tienen una idea romántica de ser capitán y esto les defrauda. Piensan en los atuneros, con sus cuatro meses de trabajo y cuatro de descanso».

El auge de las bajas de paternidad, un desafío para las empresas (El País)

Dos años después de la ampliación del permiso parental a 16 semanas, las bajas de paternidad están resultando tan eficaces para avanzar en la igualdad en el cuidado de los hijos como complejas de gestionar para las empresas. Los hombres no suelen cogerse las semanas de golpe, lo que dificulta su sustitución. Desde 2021, los hombres disponen de 16 semanas de permiso por paternidad, las mismas que las mujeres. Una equiparación que, dos años después, ha mejorado la conciliación familiar, aunque ha complicado la gestión de los periodos de ausencia en el entorno laboral. Los últimos datos del Ministerio de Seguridad Social reflejan que en 2022 se tramitaron más prestaciones por nacimiento para el segundo progenitor (habitualmente el padre), 246.544, que para el primero, 225.197 (la madre), y que el periodo de permanencia de baja entre los hombres fue prácticamente el mismo que el de las mujeres: 104 y 111 días, respectivamente. Detrás de esas cifras está, entre otras cosas, el troceo del permiso por parte de los hombres. Sin embargo, que todos los trabajadores dispongan de cuatro meses de baja —siendo solamente las seis primeras semanas obligatorias para ambos progenitores—, ha comprometido la gestión de las plantillas en algunas empresas, especialmente en aquellas más pequeñas y con una mayor presencia de hombres. A pesar de que no existen registros oficiales que contabilicen la partición de la prestación, los empresarios reconocen que sus empleados tienden a repartir las semanas en distintos periodos, generando más vacantes y dificultando la búsqueda de un sustituto. Los expertos coinciden en que las mujeres suelen tomarse la baja toda seguida para cuidar del bebé en sus primeros meses. En cambio, los hombres tienden a dividir su permiso al menos en dos fases: tras las semanas obligatorias vuelven a trabajar y luego regresan a cuidar del niño o niña cuando la madre se reincorpora, complicando la vida de los departamentos de recursos humanos que deben suplir sus bajas.

El Gobierno trabaja en otros tres nuevos permisos (El País)

Además del permiso por nacimiento, el Gobierno trabaja, dentro de la Ley de Familias, en el desarrollo de más ayudas que sirvan para apuntalar la conciliación familiar. Es el caso de un nuevo permiso parental de ocho semanas que podrá disfrutarse de manera continua o discontinua hasta que los hijos cumplan ocho años (en 2023 será de seis semanas en total durante todo el periodo y a partir de 2024 se elevará dos más). El secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, reconoció el martes que este permiso será remunerado “porque es una obligación que deriva de una directiva de la Unión Europea”, aunque recordó que los Estados disponen de plazo hasta agosto de 2024 para establecer las medidas de retribución adecuadas.Este permiso de ocho semanas es uno de los tres nuevos permisos creados con la Ley de familias, impulsada por el Ministerio de Derechos Sociales y que ahora comienza su tramitación parlamentaria tras haber sido aprobada en segunda vuelta por el Gobierno. Junto a este permiso, la ley crea otros dos, uno de ellos de cinco días por accidente o enfermedad graves, hospitalización o intervención quirúrgica sin hospitalización que precise reposo domiciliario del cónyuge, pareja de hecho o parientes hasta el segundo grado por consanguinidad, o de cualquier conviviente. El otro será de cuatro días al año y se podrá disfrutar por horas por “motivos familiares urgentes o inesperados”, como cuando un niño se pone enfermo en el colegio.

El 55% del empleo creado desde el Covid es público (El Mundo)

El número de trabajadores en España ha crecido en 496.900 personas desde diciembre de 2019, justo antes de que irrumpiera la pandemia. En la primera mitad de 2020, la ocupación bajó en 1,36 millones de personas, pero desde entonces empezó a crecer con fuerza y en el verano de 2021 ya se había recuperado en el país el nivel de empleo prepandemia. Desde entonces, se han creado casi medio millón de puestos de trabajo, de los que un 55% se han generado en el sector público, según la última Encuesta de Población Activa (EPA). El número de personas que trabajan para el sector público –tanto afiliados a la Seguridad Social como adscritos a Mutualidades, y tanto funcionarios como personal laboral– asciende a 3.526.200 a cierre del año pasado, 272.900 más que a término de 2019; mientras que el sector privado emplea a 16.937.600 trabajadores, 224.000 más que entonces. El número de ocupados del país se sitúa en 20,4 millones de personas. Este incremento ha provocado que el empleo público se encuentre en récord histórico, mientras que el privado está todavía por debajo del máximo que se registró en 2007, en pleno boom del sector inmobiliario. El empleo en la Administración ha crecido con mucho más fuerza entre las mujeres que entre los hombres, con un incremento en las últimas dos décadas del 56,4% en el número de empleadas del sector público, frente al 8,8% en el de los hombres. Desde 2019, el crecimiento también ha sido más acusado entre las mujeres (del 11,6%) que entre los varones (8%).

Las conversiones de contratos temporales a indefinidos caen tras subir por la reforma (Deia)

La reforma laboral ha traído un fuerte impulso a la contratación indefinida, uno de los objetivos que se impuso el Gobierno en las líneas maestras de un texto que contó con el respaldo de sindicatos y patronal. Después de entrar en vigor en enero de 2022, las modificaciones están logrando asentar estabilidad en las condiciones laborales de muchos trabajadores, pero tiene asignaturas pendientes, como recortar la temporalidad -que sigue siendo la modalidad contractual de más uso- y consolidar las conversiones de los contratos eventuales en indefinidos, una tendencia que arrancó con mucha fuerza pero que se ha ido frenando desde el pasado verano. La resistencia del empleo es uno de los factores que están permitiendo a las familias mantener el consumo y hacer frente a una inflación que, aunque se modera, sigue ejerciendo un duro castigo sobre las economías domésticas. Según los datos que ofreció esta semana el Ministerio de Trabajo, la cifra de parados en el Estado fue en marzo de 2.862.260, la cifra más baja en este mismo mes desde el año 2008 y un descenso de casi el 8% en tasa interanual. La caída del paro es especialmente pronunciada entre las mujeres y los trabajadores jóvenes menores de 25 años, que son dos de los colectivos que más se están beneficiando de la reforma.

La hostelería hace inventario: ¿faltan camareros o buenas ofertas? (El País)

La propuesta de la patronal de Cádiz de buscar trabajadores en Marruecos abre el debate sobre las condiciones laborales en el sector. En España hay 300.000 bares, restaurantes y cafeterías —según la Confederación de Hostelería— en las que trabajan 1.352.782 personas. Emilio Gallego, secretario general de la patronal hostelera, asegura que en temporadas altas como las que comienzan con la Semana Santa, “entre 30.000 y 50.000 puestos de trabajo se pueden quedar vacantes”. “Somos la punta del iceberg de un problema que se va a ir agravando en otros sectores por el envejecimiento de la población”, añade. Pero, al otro lado, el sindicato CC OO expone otro dato: el número de contratados en 2022 ya superó un 0,53% la afiliación media de 2019 y resultaron ser un 13,71% más, si se compara con los cotizantes de 2021, año aún marcado por las restricciones de la pandemia. “Los puestos de trabajo se han cubierto. No faltan trabajadores de la hostelería, faltan condiciones laborales”, explica Gonzalo Fuentes, responsable de Hostelería de CC OO. Si ya cuesta encontrar consenso entre los actores implicados sobre el problema en sí, determinar sus causas es aún más complejo. Hosteleros, sindicatos y camareros apuntan a un maremágnum de factores. Los primeros defienden la caída poblacional de los países desarrollados, el desaliento de trabajar cuando el resto de la población está de ocio y la dificultad de encontrar alojamiento para el trabajador por el auge turístico. Al otro lado, los trabajadores apuntan a condiciones abusivas, incumplimientos de la ley o contrataciones en negro. Ambas partes solo coinciden en el desprestigio que sufre el sector. 

La crisis bancaria eleva un 10% la llegada de clientes al mercado del oro (El Correo)

El oro es un metal con alta resistencia al calor, la humedad y la mayoría de los corrosivos, y aunque no figure en las tablas periódicas, también es un elemento que se crece ante las dificultades. Así lo refleja su cotización desde la crisis del 2008, cuando el valor de los 24 quilates rondaba los 19 euros el gramo, frente a los 60 que ha llegado a superar en varios momentos de los últimos años. Lo hizo el pasado marzo. Entonces experimentó una subida por encima del 8% en poco más de una semana, fruto de la crisis desatada en el sector bancario por los casos del Silicon Valley Bank y el Credit Suisse. El incremento tuvo también su reflejo en los 130 establecimientos que hay actualmente registrados en Euskadi para la compraventa de oro. Un sector que ha experimentado un crecimiento de un 10% en sus operaciones, según coinciden en estimar diferentes profesionales consultados por este periódico. Así lo explica Marga Expósito, del local que Oro Express abrió en Vitoria en octubre del pasado año. «El aumento de clientes que acuden a vender se debe a la subida del valor, pero también ha crecido la compra de oro de inversión para guardar en cajas fuertes, que es lo que pasa siempre en momentos de miedo en los mercados», detalla. En el último año estos negocios de compra, venta y, en algunos casos, empeños relacionados con el oro han realizado en Euskadi 54.527 contratos. Entre estos hay operaciones de todo tipo, con un aumento de la venta de joyas relacionadas con herencias, que tuvieron su principal incremento durante el periodo de la pandemia.

La India: el país más poblado pugna por su lugar en el mundo (El País)

La república asiática, joven e innovadora pero desigual, sobrepasa a China en habitantes y abre un nuevo horizonte geopolítico y económico. La India tiene una población joven y una pujante clase media que contribuyen al consumo y la innovación. Y tiene la capacidad para ser puente entre potencias rivales, y el favor de firmas como Apple, que empiezan a trasladar parte de su producción al país. Eso sí, sigue siendo una nación pobre y desigual, cuya democracia está en cuestión. A la sombra de la pugna entre Estados Unidos y China hay un tercer actor global a la espera de su momento: la India. En algún lugar de este país, tan inmenso que quizá sea mejor hablar de un subcontinente, se escuchará estos días el llanto del bebé recién nacido que lo convertirá en el más poblado del mundo, al alcanzar los 1.425.775.850 habitantes y superar así a China. Algunas proyecciones consideran que este hito —previsto para el viernes 14 de abril, según estimaciones de la ONU, aunque otros análisis consideran que ya ha sucedido— marcará además un profundo cambio en las próximas décadas: con ese bebé indio, uno más entre millares, de algún modo comienza también una nueva narrativa del siglo XXI, con una potencia en auge, de creciente peso económico y en busca de su sitio en el mundo. El contexto internacional parece propicio: Nueva Delhi ofrece algo así como una tercera vía en un mundo convulso y encaminado a una nueva guerra fría. El país acapara, además, varios focos, no solo por la población. Entre otras cosas, ejerce este 2023 como presidente de turno del G-20, el foro en el que se dan cita las economías más relevantes del planeta. Y cuenta con la voluntad declarada del Gobierno de aprovechar la oportunidad para marcar el paso dentro e influir fuera del país. Narendra Modi, el primer ministro, fijó el tono de ese vector geopolítico emergente el año pasado cuando el PIB de la excolonia británica superó al del Reino Unido y se convirtió en la quinta economía mundial: “Hemos dejado atrás a quienes nos gobernaron durante 250 años”, dijo. “No nos detendremos ahora”, advirtió.