20220619

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Domingo, 19 de junio de 2022
Núm 1167/2022
Año XXXV

«Estamos inventando el futuro de Michelin en el mundo desde la fábrica de Vitoria» (El Correo Araba)

César Moñux, nuevo director general de Michelin en Vitoria, concede su primera entrevista al frente de una fábrica que genera el 3% del PIB vasco y emplea a 3.500 trabajadores de manera directa y otros 13.000 indirectos. Todos ellos, dice este ingeniero nacido en Zaragoza hace 52 años, forman la ‘familia Michelin’, el secreto de éxito de la empresa a su juicio. «El futuro de esta fábrica está en nuestras manos», en las de todos, directivos, trabajadores y representantes sindicales, de los que Moñux reconoce «haber aprendido mucho. Y tenemos que seguir haciéndolo porque hay algunos líderes que son verdaderos defensores de sus trabajadores y de sus derechos». Aun así, advierte de que «un conflicto duro e incomprensible» con la parte social «puede quebrar» la credibilidad en una multinacional. " La crisis de los chips tiene un impacto tremendo porque afecta a los fabricantes de vehículos. También influye la inflación porque supone un enfriamiento de la economía. Este segundo semestre del año no lo veo de pánico y preocupación pero sí con incertidumbre..."

«Hay dos tipos de empresas, las que innovan y las que cierran» (El Correo)

Innovar o morir. Es, más o menos, la tesis que los responsables de tres empresas han desarrollado esta semana en el transcurso de un encuentro con el Consejo Asesor Nacional de BBVA, reunido en Bilbao con motivo de la entrega de los premios Fronteras del Conocimiento a catorce sabios de la ciencia y el arte. En un debate conducido por el responsable del banco para España, Peio Belausteguigoitia, tres destacados empresarios desgranaron las experiencias de sus compañías, de corte familiar, para subsistir en mercados extraordinariamente competitivos: Pilar Martínez-Cosentino, vicepresidenta ejecutiva de Cosentino, el grupo fabricante de superficies para la arquitectura y el diseño; Oliver Alonso, presidente del grupo Domingo Alonso, la principal firma de concesionarios de automóviles de Canarias; y Susana Alejandro, directora de estrategia y desarrollo corporativo del grupo papelero Saica. «Hay dos tipos de empresas, las que innovan y las que cierran», sentenció Oliver Alonso, tras repasar un buen número de detalles de las iniciativas que ha tenido que liderar su compañía para mantenerse y crecer. Entre ellas, «crear una empresa de ‘software’» para desarrollar sus propias aplicaciones, ya que no conseguían encontrar en el mercado lo que estaban buscando para atender el negocio de sus concesionarios.

Euskadi tiene 152.878 empleados públicos, casi un 10% más que hace siete años (El Correo)

El 14,5% de los vascos en edad activa está en nómina de las administraciones que desempeñan su labor en Euskadi, ya sea en el Gobierno vasco, Ejecutivo central, diputaciones, organismos forales, ayuntamientos, entes municipales, mancomunados o consorciados. En total, la autonomía tiene 152.878 personas que trabajan directamente para el sector público –121.247 según datos del Gobierno central, a los que hay que sumar otros 30.000 que, según el Eustat, dependen de sociedades públicas vascas–. «Trabajar en el sector público supone tener un sueldo bastante más elevado que en el sector privado, así como una menor presión laboral. También gozas de un buen calendario y horario. Y es un empleo para toda la vida, en muchos casos. Es un chollo», señala el abogado Javier Olaverri, que fue ponente en una comisión creada por las instituciones vascas para intentar optimizar el funcionamiento de la Administración y evitar duplicidades. Olaverri es muy crítico con la estructura pública vasca y no tiene pelos en la lengua. Asegura que este sector está sobredimensionado y resulta «caro» y «poco» eficiente. «Pero es un toro que ningún político, sea del partido que sea, está dispuesto a coger por los cuernos», concluye. La patronal vasca, Confebask, ha advertido de que hay una descapitalización del talento. Asegura que faltan emprendedores y que muchos jóvenes extraordinariamente formados y brillantes optan por estudiar una oposición como primera opción sin dar una oportunidad de mostrar su valía en el mercado laboral. «Se da un proceso de funcionarización y de abandono de la vocación empresarial», se apuntaba en el último informe del foro empresarial Zedarriak.

La campaña de verano generará 21.500 contratos en Euskadi, casi todos eventuales (El Correo)

Este verano se presenta fuerte en actividad y empleo en Euskadi, pese a la escalada que están registrando los precios en todos los ámbitos. Eso sí, el verano vendrá marcado por dos factores: la reforma laboral, que retringe la contratación eventual, y la dificultad para encontrar profesionales, especialmente grave en hostelería y hoteles pero extensible a múltiples actividades. La previsión es que en el País Vasco se generen 21.500 contratos, según un informe del grupo Randstad, que toma como referencia los sectores de comercio, transporte, turismo, hostelería y entretenimiento, los motores del empleo en estas fechas. La cifra solo supone una ligera mejora del 0,2% respecto a la del año anterior y se sitúa un 17% por debajo de los 26.000 que se registraron en 2019, la referencia previa al estallido del covid. «Todavía no se alcanzan los niveles prepandemia, pero se debe en parte a que con la reforma laboral se van a hacer menos contratos, aunque más duraderos y con un porcentaje algo mayor de indefinidos», apunta Jesús Fernández, responsable regional del grupo de recursos humanos. No obstante, todas las ETT consultadas coinciden en que la inmensa mayoría de los contratos que se firmen en esta campaña veraniega van a tener cáracter eventual. «Aunque la normativa restringe las modalidades temporales, deja suficiente margen para poder recurrir a ellas –expone Ibon Olazabal, director general de Jobbe ETT–. Y, por otro lado, la alternativa del fijo discontinuo plantea muchas dudas y todavía tiene que desarrollarse».

Se multiplican por trece los contratos fijos discontinuos en Gipuzkoa (Diario Vasco)

La reforma laboral aprobada el 28 de diciembre de 2021 con el objetivo, entre otras cosas, de reducir la elevada temporalidad del mercado laboral español, ha convertido a los contratos fijos discontinuos en la modalidad estrella. Y es que gran parte de esa refoma descansa en el impulso de este tipo de contratos precisamente para frenar los altos índices de eventualidad. Y a la luz de los primeros resultados lo está logrando, más allá del debate de si se trata de un empleo de calidad o no. Aunque la reforma entró en vigor en enero, desplegó todos sus efectos en abril. De hecho, en dicho mes, los contratos fijos discontinuos se multiplicaron por trece en Gipuzkoa en comparativa interanual, al realizarse un total de 662 contratos de este tipo frente a los 51 de un año antes. Si la comparativa se hace con 2019, año precovid, y con niveles similares de actividad laboral –aunque este año se ha superado la afiliación–, supone que se han multiplicado por nueve ya que en dicho ejercicio se suscribieron 75 contratos fijos discontinuos. Y es que hay que recordar que esta modalidad era prácticamente residual hasta la aprobación de la última reforma. Desde abril todos los contratos que incluyan una actividad intermitente, como pueden ser los de hostelería, el campo, o la educación, tienen que ser fijos discontinuos. También desaparecen los de obra y servicio –con gran incidencia en la construcción y en hostelería– que se convierten asimismo en fijos discontinuos.

El desplome del consumo familiar congelará la economía en la segunda mitad del año (El Correo)

Los altísimos precios obligan a limitar las compras, lo que reduce la facturación de las empresas y frena las inversiones. En su último informe de perspectivas económicas, el Banco de España reconoce que no habían previsto el desplome de la demanda que se está observando desde que comenzó el año. Sus proyecciones indican que el consumo de las familias crecerá solo un 1,4% este año, cuando hace solo tres meses preveían un 4,5%, la misma tasa con la que se cerró 2021 después del desplome del año del confinamiento (-12%). Pero es que la OCDE va más allá y anticipa un crecimiento del consumo casi nulo, del 0,1% para este ejercicio, cuando antes se esperaba un fuerte impulso (3,7%) por la liberación del sobreahorro generado por la pandemia. «La sociedad se está enfrentando a una tormenta perfecta en la que el coste de la energía y de las materias primas están provocando un alza generalizada de los precios, también en la alimentación», explica Ignacio García Magarzo, director general de Asedas, la Asociación de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados. En su opinión, las empresas alimentarias llevan haciendo desde hace meses «un ejercicio de contención de precios» para que los consumidores noten lo menos posible esta situación y evitar una «retracción del consumo similar a la que vivimos en la crisis de 2008», por lo que la subida de precios podría empezar a notarse más aún en lo que resta de curso.

Los nubarrones acechan la economía (El País)

El fantasma de la recesión ya está aquí. Es difícil vislumbrarlo, vistas las excelentes previsiones del sector turístico europeo para este verano y la evidente mejora del mercado laboral. Pero los analistas auguran curvas para el otoño. El rebote que debía darse tras el batacazo de la pandemia va diluyéndose en medio de una inflación galopante y el impacto de la guerra en Ucrania. Y se suceden signos para la preocupación. Esta semana, Wall Street ha entrado en una senda bajista tras acumular pérdidas superiores al 20% y su curva de intereses se ha invertido —los bonos a dos años rinden más que la deuda a diez años—: dos fenómenos vistos como escenario adverso del que hablan economistas y empresarios. Las señales que llegan de China, con una previsión de crecimiento reducida a un 3,3%, tampoco son halagüeñas. Todo apunta a que los europeos ya han decidido darse un respiro en verano. En España, el elevado colchón de ahorro que aún acumulan y la mejora del mercado laboral —con más contratos indefinidos—, permitirá llenar hoteles y restaurantes. “Estamos viendo disposición por parte de los consumidores con ahorro disponible a gastar. Y entre ese gasto está el ocio y el turismo. Todo apunta a que será una buena temporada”, afirma Ángel Talavera, analista de Oxford Economics. Desde los puestos de mando de la UE se percibe el verano de España, Italia o Grecia como el bálsamo para compensar el retroceso que pueden estar experimentando este mismo trimestre la industria y la construcción en Alemania. Pero entre los economistas empiezan a correr expresiones como “otoño negro”. “Crucemos los dedos”. El influyente instituto Ifo de Alemania contempla que la locomotora europea crezca un 2,5% este año y un 3,7% el que viene. Su director de Análisis, Timo Wollmershäuer, explica que la guerra de Ucrania, la crisis energética y los confinamientos en China han obligado ya a recortar 1,5 puntos las previsiones para este año respecto a las que había formulado a finales de 2021. “Si este shock hubiese golpeado a la economía alemana en tiempos normales, hubiéramos caído en recesión”, lamenta. Las previsiones de todos los organismos, sin embargo, están repletas de asteriscos y pies de página. Los riesgos vinculados a la pandemia se disipan, pero emergen amenazas geopolíticas.

“No creo que vayamos a una crisis como la de la década de los setenta” (El País)

“La inflación bajará y no pienso que se vaya a producir una recesión grave”, asegura el nobel de Economía, Paul Krugman. "Probablemente tendremos algo que se podrá llamar estanflación, pero no creo que vayamos a una situación como la de la década de 1970. No hay ninguna señal de una espiral de precios y salarios. La economía de Estados Unidos parece estar sobrecalentada, con una inflación subyacente del 4%, y necesitamos enfriarla. Eso significa subir tipos. Pero no creo que se produzca una recesión grave y la inflación bajará de una forma relativamente rápida. Dentro de un año podría estar en el 3%. La Reserva Federal ya está subiendo los tipos. Estoy algo más desconcertado respecto a Europa. No estoy muy seguro de lo que está haciendo el BCE, porque la inflación subyacente en Europa parece más baja que la de Estados Unidos. En Europa es prácticamente un shock de oferta puro. No me queda claro por qué los tipos de interés deben subir..." 

El despertar de las primas de riesgo (por Raymond Torres, El País)

"El compromiso reiterado del BCE con la estabilidad del euro es un paso en la buena dirección que ya ha dado algún fruto: nuestra prima de riesgo se ha relajado desde los cerca de 140 puntos alcanzados poco después de la decisión de subir los tipos de interés, hasta 110 puntos tras la reunión de emergencia de los responsables monetarios. La italiana, que había rozado los 250 puntos, un umbral que marca la zona de peligro, también se ha frenado. Pero no nos engañemos porque la amenaza sigue latente, y no solo porque el dispositivo anticrisis financiera, todavía en estudio, se desvelará en julio (entre tanto, veremos si el BCE consigue contener los eventuales ataques especulativos mediante la reinversión flexible de bonos que mantiene en cartera, un instrumento a todas luces limitado). En realidad, el problema radica en la tensión aparente entre los dos objetivos perseguidos simultáneamente por el BCE: la lucha contra la inflación, con subidas de tipos de interés, y a la vez la contención de las primas de riesgo mediante compras de deuda de los países vulnerables, entre los que destaca Italia, y en menor medida España. No vale la obra de orfebrería diseñada por Draghi en 2012, reforzada en 2015 con el lanzamiento del programa de compra de deuda, porque en ese momento la inflación era casi inexistente. Con un IPC superior al 8% y un índice subyacente escalando, el BCE se ve abocado a salir de la zona de tipos de interés negativos. A priori esto es incoherente con la compra de deuda por parte del banco central, por su efecto demostrado de elevación de la demanda de bonos y, por tanto, de reducción de los tipos de interés. No resulta fácil soplar y sorber a la vez en tiempos de precios desbocados..."

La gasolina sube 37 céntimos en Euskadi desde que se aprobó el descuento de 20 (El Correo)

La imparable escalada de los carburantes ha anulado por completo la subvención de 20 céntimos establecida por el Gobierno el 1 de abril. En Euskadi, el litro de la gasolina se ha encarecido en 37 céntimos desde esa fecha hasta terminar en 2,191 euros, mientras que el gasóleo ha subido 25 céntimos, con lo que ha acabado la semana en 2,126 euros. En ambos casos se trata de cifras récord, algo superiores a las de la media nacional. De hecho, el País Vasco tiene los segundos precios más altos de España, solo por detrás de Baleares, aunque las diferencias entre comunidades y provincias son muy pequeñas, de apenas unos céntimos. Así, la media española ha cerrado la semana con un precio de 2,129 en la gasolina y de 2,073 en el gasóleo. La causa de que haya tanta homogeneidad es que en 2018 el Gobierno aprobó una norma para armonizar al alza el tramo autonómico del Impuesto de Hidrocarburos, lo que forzó una subida en el País Vasco, que hasta entonces era de los territorios más baratos. Las estaciones de servicio vascas aseguran que si los precios en Euskadi están algo más altos que en el resto de España es por que aguantan unos salarios mucho más elevados, especialmente en Gipuzkoa y Bizkaia, donde hay convenios sectoriales propios. «Aquí los costes laborales son cerca de un 15% o 17% más altos y la diferencia de precio es muy inferior», apunta Juan María López Osa, presidente de la Asociación de Empresarios de Automoción de Gipuzkoa (Aega). «Y luego está el mayor precio del suelo», añade Nuria Lekue, presidenta de la Asociación de Estaciones de Servicio de Bizkaia.

El uso récord de las centrales de gas frustra el inicio del tope ibérico (El Correo)

Existen medio centenar de centrales eléctricas que producen luz gracias al gas. Son los ciclos combinados, que se activan cuando el resto de plantas (renovables, nucleares, hidroeléctricas) no pueden cubrir toda la demanda. En estos calurosos días, los ciclos han trabajado como nunca en más de 15 años. El pasado jueves, más del 43% de toda la producción eléctrica que necesitaba España fue cubierta por estas instalaciones. Sin apenas eólicas (por falta de viento), con las fotovoltaicas tensionadas (el calor no garantiza mayor producción solar) y con una central nuclear menos en funcionamiento (Trillo, por parada técnica), los ciclos han sido los protagonistas precisamente la semana en la que al mecanismo menos le hubiera gustado tenerlos en cuenta. El mecanismo ibérico ha resultado «positivo, pero moderado». Posiblemente, es la mejor definición –contenida en un análisis de Fedea– sobre el tope al gas. Los precios (finales) que se han pagado estos primeros días se han encontrado por encima del último coste antes de que entrara en vigor la ‘excepción ibérica’. Se han incrementado un 24% en los tres primeros días. 

Los socios europeos buscan el hueco que deja la crisis de España y Argelia (El País)

En un momento en que muchos intentan liberarse aceleradamente de su dependencia energética de Rusia, Argelia es la alternativa más a mano. La crisis entre Argel y Madrid deja un hueco que muchos socios (pero competidores en el mercado energético) se aprestan a ocupar. Estos son los principales. Italia, la competencia mediterránea. Italia es ya el principal cliente del gas argelino. Sin embargo, Roma busca desesperadamente reducir su dependencia de Rusia, de donde procede el 40% del gas que consume. Aunque ha alcanzado acuerdos con otros países, la solución argelina es la más viable, rápida y eficaz partiendo de la infraestructura ya existente, incluido el gasoducto Transmed, cuya capacidad aún no ha sido completamente aprovechada. En abril, el primer ministro, Mario Draghi, viajó a Argel para establecer una asociación estratégica y garantizar un aumento gradual del suministro de gas, además de estrechar lazos en campos como el intercambio de información financiera o la transición energética. Tras la visita, se anunció que las ventas de gas a Italia aumentarían en un 40% entre 2023 y 2024.

Noruega se frota las manos con la crisis energética (El País)

“El gas noruego será un importante contribuidor a la seguridad energética europea”, afirma Nicolas Mazzucchi, analista de la Fundación para la Investigación Estratégica (FRS), un think tank francés. Este año, las exportaciones de gas a Europa Occidental aumentarán un 8% hasta llegar a los 122.000 millones de metros cúbicos, superando un récord de 2017, según las previsiones del Gobierno. “Las empresas están produciendo a su máxima capacidad”, aseguró, a principios del mes pasado, Terje Aasland, ministro de Petróleo y Energía del país, el segundo suministrador de gas al Viejo Continente (incluido el Reino Unido). Si en 2021 Noruega cubrió el 20% de la demanda europea, a finales de este 2022 llegará a copar un 25%, según las estimaciones de James Huckstepp, analista de S&P Global Commodity. En caso de que la demanda total de gas en Europa se reduzca alrededor del 10% (hasta llegar a los 450 bcm anuales. Un bcm equivale a mil millones de metros cúbicos), por ejemplo, y las exportaciones de Noruega alcanzaran el récord marcado, la cuota del país podría ser de hasta un 27%, de acuerdo con los cálculos de Ana Maria Jaller-Makarewicz, analista en el Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA). Serán otros productores globales los que llenen la mayor parte del agujero. “Europa dependerá cada vez más de Estados Unidos y Qatar, que planean aumentar significativamente las entregas al continente en los próximos cinco años”. 

Una oportunidad perdida en el proceso de las renovables (El País)

Suenan las alarmas en el entorno de las energías renovables. Una de las consecuencias de la crisis del gas y la guerra de Ucrania es que la transición energética, tal como se había previsto, se ha frenado y “no está creciendo a la velocidad que se esperaba”. Lo recoge el informe sobre la Situación Global de las Energías Renovables 2022 (GSR 2022) presentado el miércoles por REN21, la red de políticas internacionales dedicada a construir un futuro energético renovable. La conclusión es que se ha perdido la oportunidad de aprovechar el impulso dado para afrontar la pandemia y hace improbable que el mundo llegue a cumplir los objetivos climáticos fundamentales durante esta década y que serán necesarios “esfuerzos adicionales” para lograrlo. El GSR, que se presentó el pasado miércoles en la 25ª edición de la Feria Internacional de Energía y Medio Ambiente (Genera), celebrada en Madrid, con la participación del presidente Pedro Sánchez y la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, radiografía cada año el avance de las energías renovables a nivel mundial. El informe de 2022, decimoséptima edición consecutiva, ratifica las previsiones de los expertos: que pese a que se produjeron aumentos récord de las renovables en términos absolutos, no sirvieron para cubrir el incremento del consumo de electricidad y el porcentaje global en el consumo final de energía está estancado (sube del 10,6% de 2009 al 11,7% de 2019).

El turista cambia de hábitos (El País)

Las ganas de viajar y los ahorros acumulados durante la epidemia parece que van a pasar de largo el enorme aumento de la inflación y el sobrecoste que va a ocasionar durante las vacaciones, a veces del 30% e incluso el 40% respecto a 2021. Actualmente, las reservas para los días estivales rebasan en un 7,7% las que se registraban por estas mismas fechas antes de la crisis sanitaria, y la búsqueda de vuelos y alojamientos aumenta por encima del 10%. A decir de los expertos, este repunte se detecta en todos los destinos playeros sin excepción. Las expectativas no pueden ser mejores después de dos años de encierros y restricciones. España vuelve a las andadas. Al menos durante el verano. Y como en cada crisis, renacen los pensamientos incómodos: ¿ha aprovechado el país para cambiar su modelo turístico, tan dependiente del sol y la playa, como se propone desde hace mucho tiempo? La respuesta la trae José García Montalvo, profesor de Economía de la Universidad Pompeu Fabra (UPF): “La transformación productiva española es una broma. Se habló de ella en la crisis financiera de 2008 y 2009 y la realidad es que seguimos anclados al turismo de siempre”.