Solamente tres de las grandes empresas vascas, como Gestamp, CIE Automotive y Tubacex se han dejado 270 millones de euros en el pasado 2022. Las compañías de automoción buscan dar salida a siete plantas que han exigido dotaciones por algo más de 55 millones, además del pago de nóminas a más de medio millar de empleados que están en casa. En el caso de Tubacex, ha tenido que paralizar el contrato de 100 millones de euros anuales para suministrar materiales a la primera central nuclear de Egipto, en El Dabaa, que estaba dirigida por la agencia rusa Rosatom. Si bien es cierto que no hay forma de analizar el coste humano, social y económico de la guerra en Ucrania o de cualquier otro lugar. De entrada, ha forzado un parón en la recuperación de la economía tras la pandemia y una crisis energética y de precios sin precedentes, pero si se atiende a los informes financieros de las grandes compañías vascas que cotizan en la Bolsa, el arañazo de la invasión, un año después, ya aparece contabilizado. Es el resultado del dinero que han dejado de facturar por los diferentes embargos y medidas de castigo impuestas por la comunidad internacional a Vladímir Putin, así como por las amortizaciones por los activos ubicados en Rusia y por las provisiones ante los riesgos que puedan generarse. Las cifras engordan aún más, hasta alcanzar los 520 millones, si atiende a las exportaciones vascas al país del Kremlin que se estancaron el pasado año. En el momento en que estalló la guerra, hace ya algo más de un año, nueve compañías vascas contaban en Rusia con instalaciones productivas: Cie, Garay, Gescrap, Gestamp, Gonvarri, Gurutzpe, GH, Jeremías y Winoa. En total, sumaban 13 instalaciones de producción. El sector más afectado está siendo el de la automoción. Gestamp mantiene cuatro plantas en Rusia, con 459 trabajadores, que hasta la invasión de Ucrania abastecían a las fábricas de Volkswagen y Renault en el gigante exsoviético.
20230320
Lunes 20 de marzo de 2023
Núm 1347/2023
Año XXXVI
El bloqueo comercial a Rusia cuesta más de 270 millones a la gran empresa vasca (El Correo)
Las empresas cotizadas vascas en Bolsa sacan músculo (Deia)
Solo dos de las doce empresas vascas que cotizan en Bolsa han retrocedido en el mercado desde el inicio de año, lo que pone en evidencia la buena salud general de las compañías de la CAV y Nafarroa que miden sus fuerzas día a día en el parqué. De hecho, incluso las que se mueven por terreno negativo están en niveles sectoriales lógicos y dan muestras de solidez. Todo ello en un contexto complejo para el conjunto de la economía por la ralentización –el freno activado por la guerra de Ucrania y la escalada de precios– y con especial incidencia en las actividades con mayor impacto de las transiciones del tejido productivo. La evolución por sectores en Bolsa refleja esas tensiones, pero la mirada de los inversores más aplicados –o menos interesados en la rentabilidad cortoplacista– siempre va más allá del momento actual. Y ahí es donde la referencia bursátil refleja que la economía vasca viaja en los vagones con mejores perspectivas de desarrollo. La galaxia de cotizadas vascas es tan heterogénea que conviven en ella empresas con una capitalización inferior a los 3 millones de euros y gigantes con un valor fuera del alcance de la mayoría de las empresas. Este último es el caso de Iberdrola, que es la compañía energética con mayor capitalización, que ya es todo un hito en el contexto de uno de los sectores que más están sufriendo en estos momentos. Además, con más de 69.000 millones de euros de valor en Bolsa, está sólo un peldaño por debajo de Inditex. Siguiendo con el ranking de capitalización de las cotizadas vascas, BBVA ocupa la segunda plaza con más de 45.000 millones.
La cornisa cantábrica se rebela contra la pujanza del Corredor Mediterráneo (El Correo)
La pujanza del Corredor Mediterráneo, cuyas comunidades suman más del 46% del PIB español, y del eje Madrid-Valencia-Málaga, ciudad esta última a la que todos los expertos consultados para este reportaje señalan como el nodo floreciente por excelencia en España, frente a una cornisa cantábrica (algo menos del 15% del PIB nacional, con Euskadi y Galicia como tractoras) que, pese a su estratégica ubicación junto a la frontera gala y la sinergia con Portugal, corre el riesgo de quedarse «descolgada». La salida de la UE de Gran Bretaña, que ejercía de contrapeso, ha sido la puntilla. El 55% del volumen de mercancías transportadas en España se realizan por el Corredor Mediterráneo y sus puertos canalizan el 60% del tráfico marítimo. La escasa operatividad de las infraestructuras de comunicación, la tardanza de la alta velocidad, los recelos de Francia –reacia al gasoducto con la península y a todo lo que signifique perder competitividad si el noroeste español se hace fuerte en el suministro de hidrógeno y gas licuado– y la recesión demográfica se identifican como los grandes lastres de las comunidades norteñas. Por poner solo dos ejemplos, Euskadi tiene la misma población que en 1980 y Asturias más pensionistas que trabajadores en activo. Con esos mimbres, el grupo de presión presentado esta semana lleva tanteando el terreno desde hace un tiempo. Lo más llamativo: el lehendakari ha movido ya hilos con Alemania para buscar la complicidad de su embajada. El contacto está hecho y la respuesta, según fuentes de Ajuria Enea, ha sido positiva: «Para ellos, cuantas más interconexiones haya, mejor». Ya en diciembre el lehendakari compartió su «preocupación» con Confebask, que prometió ser proactiva y cuya presidenta, Isabel Busto, reafirma que la patronal estará «alineada» con cuantas iniciativas se pongan en marcha. José Ignacio Zudaire, presidente de la Cámara de Bilbao, lanza un aviso: «El centro de gravedad de la actividad económica y la innovación se está desplazando, a nivel global, desde el Atlántico al Pacífico y, en Europa, el peso tiende a bascular cada vez más hacia el Este. Por lo tanto, en un sentido y en otro, las regiones del Arco Atlántico corremos el riesgo de convertirnos en áreas periféricas. Es hora de tomar medidas».
La carestía de materiales deja 40 licitaciones desiertas por valor de 61 millones en Gipuzkoa (Diario Vasco)
La carestía de los precios de materiales de la construcción y de la energía han provocado que el año pasado quedaran desiertas hasta 40 licitaciones de administraciones en Gipuzkoa por valor de 61 millones de euros. En su conjunto, las obras públicas que no encontraron constructora el año pasado en una primera oferta se multiplicaron por cuatro en el territorio con respecto a 2021 por el alza de los costes de construcción. La incesante subida de precios de las materias primas y el encarecimiento de la energía sigue ahogando a numerosos sectores económicos. El último en sufrir los embates de esta ola de subida de costos han sido las administraciones públicas de Gipuzkoa. Y es que las licitaciones desiertas se multiplicaron por cuatro en el territorio en 2022 respecto al ejercicio precedente. Son obras o proyectos que en la primera licitación ninguna empresa se ofreció a realizar o bien las ofertas presentadas fueron rechazadas. En concreto, el año pasado, 40 obras públicas quedaron desiertas en Gipuzkoa por un valor de 61,8 millones de euros, frente a los 10 proyectos por valor de 3,5 millones (sin IVA) de 2021, según datos del Portal de Contrataciones del Gobierno Vasco. El conjunto de estas actuaciones afectaron a 15 ayuntamientos del territorio, Diputación de Gipuzkoa, Gobierno Vasco, así como a otras sociedades públicas.
UBS compra Credit Suisse por 3.000 millones para frenar la crisis bancaria (El Correo, Expansión, El País, Cinco Días)
Cuando el mundo financiero dirime sus problemas en fin de semana y con nocturnidad de por medio, es que las cosas no marchan bien. Después de casi tres días de agónicas negociaciones, ayer se alcanzó en Suiza un acuerdo histórico, auspiciado por el Gobierno y el banco central del país y destinado a contener la crisis de confianza que estos días ha mantenido en vilo al sistema bancario mundial. Bajo esta presión de las autoridades, el gigante UBS ha accedido a comprar Credit Suisse en una operación valorada en unos 3.000 millones de euros. Había que actuar rápido para evitar la caída de un banco herido de muerte antes de que las Bolsas abriesen este lunes. «No es un rescate. Es la mejor solución para cerrar la crisis», indicó ayer el presidente suizo, Alain Berseit. En una rueda de prensa junto a otras autoridades y los presidentes de UBS y de Credit Suisse, Colm Kelleher y Axel Lehamn, el Gobierno reconoció que la operación comenzó a gestarse el pasado miércoles, 15 de marzo, ante las «importantes turbulencias y la pérdida de confianza sobre el banco, que ya era imposible de recuperar». Suiza apoyará la fusión con una línea de liquidez de 100.000 millones. Un paquete «con el que el Consejo Federal reafirma su disposición a hacer lo que sea necesario para proteger a los depositantes y la estabilidad del centro financiero suizo». Por otro lado, y a cambio de salvar a su rival, UBS también ha logrado una valiosa garantía gubernamental de 9.000 millones para asumir potenciales pérdidas y riesgos de la operación. Este era uno de los principales obstáculos para el acuerdo.
UBS se convierte en un gigante de 1,5 billones de euros (Expansión)
La operación de compra de Credit Suisse por parte de UBS hará de este último un gigante sistémico con un tamaño de más de 1,5 billones en activos. El banco suizo, pasará a ser uno de los más importantes del mundo una vez se haya completado la operación. A cierre de 2022, UBS contaba con un tamaño de un billón de euros y Credit Suisse terminó el ejercicio con 570.000 millones en activos. UBS se consolidará también como el gestor de patrimonios más grande del mundo, con operaciones que abarcan Estados Unidos, Europa, Oriente Medio y Asia. La entidad combinada tendrá unos 5 billones de dólares de activos invertidos a nivel mundial. “UBS seguirá siendo sólido como una roca”, señaló su presidente, Colm Kelleher, durante la rueda de prensa que tuvo lugar ayer para explicar el acuerdo de fusión. Kelleher aseguró que la división suiza de Credit Suisse no se tocará. “Es un buen activo que estamos muy decididos a mantener”, esgrimió el banquero. El ejecutivo indicó que él será el presidente y que el actual consejero delegado de UBS, Ralph Harmers, tendrá esta misma responsabilidad en la entidad fusionada. El presidente de Credit Suisse, Axel Lehman, subrayó que esta operación es “la mejor salida posible” tras las “circunstancias extraordinarias y sin precedentes” que ha vivido la entidad, hundida por una crisis de confianza.
Los bancos centrales mundiales lanzan medidas de liquidez (Expansión, El Correo)
Los bancos centrales y los reguladores de los mercados financieros de todo el mundo aplauden la decisión de UBS de hacerse cargo de su histórico rival Credit Suisse. Las autoridades estadounidenses dijeron que apoyaron la adquisición y confirmaron que trabajaron en estrecha colaboración con el banco central suizo para ayudar en la operación. Anoche, la Fed, el Banco Central Europeo, el Banco de Inglaterra y el Banco Nacional Suizo anunciaron en un comunicado conjunto que lanzarán operaciones diarias para que la financiación esté disponible a través de líneas de swap permanentes. Anteriormente, esas operaciones se realizaban semanalmente. “La red de líneas de intercambio entre estos bancos centrales es un conjunto de facilidades permanentes disponibles y sirve como un importante respaldo de liquidez para aliviar las tensiones en los mercados de financiación global, ayudando así a mitigar los efectos de tales tensiones en la oferta de crédito a hogares y empresas. ”, dijeron los bancos centrales en la nota. La medida se produjo horas después de que el SNB anunciara que sus dos bancos más grandes, UBS y Credit Suisse, se fusionarían después de un fin de semana frenético de negociaciones negociadas por los reguladores suizos para salvaguardar su sistema bancario e intentar evitar que una crisis se extienda por los mercados financieros mundiales. La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, y el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, celebraron el respaldo dado por la Confederación Suiza a la compra de Credit Suisse en un comunicado conjunto.
Esta vez no es diferente (por Manfred Nolte, El Correo)
"En el superventas titulado ‘Esta vez es diferente’ (‘This time is different’), sus autores, Carmen Reinhardt y Kenneth Rogoff, constatan que la inmensa mayoría de las veces las crisis no son diferentes, sino que son debidas a razones similares: a la estulticia humana, a la mala gestión empresarial y a la deficiente conducta de las autoridades responsables del control. Aluden, igualmente, a la inefable desmemoria de los culpables para aprender de errores anteriores y tropezar una y otra vez en la misma piedra...Está claro que los gestores del SVB no consideraron en su momento las duraciones de su balance, el riesgo de interés inherente a la renta fija, un riesgo tan real como el de la renta variable, que muchos más ignoran, pero que azota sin misericordia a sus titulares cuando los tipos de interés a largo suben. La laxitud supervisora ha hecho el resto: o las autoridades no habían visto lo que estaba sucediendo o no lo habían valorado en toda su dimensión...Parece evidente que la catástrofe podría haberse previsto de no haberse producido una relajación de la ley Dodd-Frank. En 2018, bajo el mandato presidencial de Donald Trump, se elevó el umbral desde 50.000 a 250.000 millones de dólares de cifra de balance para definir a los bancos que representaban una amenaza sistémica, suavizando las exigencias de supervisión para los situados por debajo de dicho umbral. Si no se hubiera elevado este límite, el SVB habría estado sujeto a pruebas de estrés obligatorias y a otras reglas más estrictas de control...Las enseñanzas más trascendentes del fiasco del SVB son dos. La primera, que unas subidas descarnadas de los tipos de interés oficiales son deflacionistas y deprimen los activos financieros...La segunda radica en el hecho de que a la altura de 2023 la economía financiera no puede entenderse sin el aval del Estado, que se constituye en su mutua aseguradora. Estado y mercado están condenados a unir esfuerzos..."
El Gobierno frenó un plan de recorte de las cotizaciones por desempleo (El Mundo)
Hay margen para que el sueldo bruto en España sea más neto. Una nota interna del Gobierno es demoledora sobre el esfuerzo que se pide a empresas y trabajadores en las llamadas cotizaciones por desempleo que pueden verse en cada nómina junto a las de Seguridad Social. «España es el país de la Unión Europea con una financiación más alta del seguro de desempleo», señala esa nota. Tanto, que genera un creciente superávit (1.534 millones hasta noviembre de 2022) en el Servicio Estatal Público de Empleo (SEPE) sin que ni éste ni los servicios autonómicos estén siendo eficaces en recolocar a parados. Los datos de la nota son significativos. En España hay que cotizar un 7,05% para el seguro de paro, de los que un 5,5% lo aporta la empresa y el 1,55% el trabajador. La media europea es menos de la mitad, el 2,08%. En Francia (5,2%), Alemania (3%) e Italia (2,3%) no ven tan necesario recaudar tanto dinero. España lo destina en parte a las llamadas «políticas activas de empleo» sin que éstas sirvan para salir del liderato europeo del paro. El ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, ideó un plan para recortar estas cotizaciones en el marco de la reforma de las pensiones. La idea era bajar éstas para atenuar la subida de las otras, las de la Seguridad Social, que sí defiende para cuadrar cuentas del sistema. Se reduciría así el impacto del nuevo decreto en los costes laborales para empresas y trabajadores, pero el ministro no lo consiguió. «En las primeras etapas de negociación de la reforma de las pensiones es verdad que desde el Ministerio de Inclusión se planteó reducir cotizaciones sociales destinadas al desempleo y trasladarlas a financiar el sistema de pensiones», aseguran fuentes conocedoras de la negociación interna en el Ejecutivo de coalición. El motivo es que el superávit que genera es ya «estructural». Ronda ya incluso el que solía generar el Banco de España. Sin embargo, «esta idea no obtuvo consenso dentro del Gobierno».
Así afecta el impuestazo de Sánchez a las grandes empresas de energía (Expansión)
Repsol es la compañía más afectada en términos absolutos, con un impacto de 450 millones de euros. Pero no en comparación con los beneficios obtenidos. Esa cifra supone poco más del 10% de sus ganancias de 2022, un ejercicio en el que la cuenta de resultados se disparó hasta los 4.251 millones, un 70% más. Aunque Repsol es la que más paga por volumen absoluto, es la que más se ha ahorrado una vez que el Parlamento introdujo enmiendas a la normativa de ese impuesto, por la iniciativa de PNV y Ciudadanos. Repsol preveía un impacto de más de 800 millones originalmente. Las enmiendas acotaron el impuesto a negocios en España, entre otras modificaciones. Con diferencia, la empresa más afectada en términos de beneficios ha sido Cepsa, que tiene que pagar este año 325 millones. Son 75 millones menos que lo que preveía, pero es un 29% de su beneficio, y eso que las ganancias se dispararon en 2022 un 66%, hasta los 1.100 millones. En términos de beneficios, la siguiente más afectada es Naturgy, que con 300 millones (lo mismo que preveía), la tasa se come un 18% de sus ganancias. Cepsa y Naturgy están muy por encima de la media del 10% de impacto en beneficios que ha sufrido el sector. Las empresas que mejor han salido paradas han sido las dos grandes eléctricas, Iberdrola y Endesa, así como EDP y Acciona Energía. Para Iberdrola, el impacto final ha quedado en 250 millones, 150 millones menos de lo previsto. Esa cifra supone menos del 5% de los beneficios de la compañía en 2022, que marcaron un récord histórico al batir los 4.300 millones de euros.
BMW, Mercedes y Stellantis disparan beneficios pese a las menores ventas (Expansión)
Los grandes grupos automovilísticos europeos –Volkswagen, Stellantis, Renault, Mercedes-Benz, BMW y Volvo– cerraron el año pasado con unas lustrosas cuentas de resultados, en las que se recogen en general grandes incrementos de beneficio, salvo en el caso de Renault, lastrado por el impacto del conflicto de Rusia sobre su negocio. Este crecimiento de la rentabilidad de los gigantes europeos del sector se produjo en un entorno de gran inestabilidad geopolítica, motivada por la invasión rusa de Ucrania, lo que provocó un ambiente de incertidumbre económica, a lo que se unieron la famosa crisis de los chips, que dejó sin coches a muchas compañías, los problemas en la cadena de suministro y el encarecimiento de las materias primas. Es curioso que los beneficios históricos contabilizados por la mayoría de los fabricantes de automóviles se lograsen en un entorno de caídas generalizadas de los volúmenes de matriculaciones de vehículos, a causa de la escasez de suministro de semiconductores y de piezas, que provocó que muchas empresas tuvieran que reducir sus volúmenes de producción a lo largo de 2022. Esta evolución tiene una explicación muy sencilla basada en las teorías clásicas de la oferta y la demanda. En 2022, la oferta de vehículos en el mercado se redujo drásticamente por los parones de producción provocados por la falta de componentes, mientras que la demanda por parte de los clientes se mantuvo estable. El efecto inmediato y previsible fue el incremento de los precios de venta y de los márgenes que se embolsaron los fabricantes, dos factores que dispararon la rentabilidad de las compañías del sector en 2022 pese a las menores matriculaciones, la incertidumbre económica y la inflación.
Seat impulsa el mayor plan de formación de su historia por el eléctrico (Expansión)
Seat ha comenzado a aplicar el mayor plan de formación de su historia con el objetivo de alinear a toda la organización en la transición hacia el coche eléctrico. La compañía se ha dado dos años de margen para ejecutar este programa antes de comenzar a producir vehículos sin emisiones en la factoría de Martorell (Barcelona) a partir de 2025. Las horas lectivas y cursos todavía no han trascendido, pero la formación llegará a los 7.000 empleados que trabajan en producción, especialmente en las áreas menos robotizadas, como la de montaje. Se trata de dar un giro copernicano a la manera de fabricar, ya que se adoptará un nuevo producto donde todo cambia, desde el motor, al tubo de escape o los aceites. No hay que olvidar que muchos empleados llevan una vida entera ensamblando coches de combustión. Una de las figuras clave de la nueva hoja de ruta formativa es Laura Carnicero (Barcelona, 1976), vicepresidenta ejecutiva de personas y organización de Seat. El pasado mes de julio, Carnicero se convirtió en la primera mujer en setenta años de historia en incorporarse al comité ejecutivo de la filial de Volkswagen. Carnicero rechaza que la adopción del coche eléctrico lleve aparejado obligatoriamente una reducción de empleo. “Este tipo de vehículos requieren menos mano de obra pero la necesidad de personas depende del volumen que fabriquemos”, destaca. “Por eso es importante que venga una segunda plataforma de vehículo eléctrico a Martorell, algo que todavía no está decidido”, dice. Seat prevé producir una versión del UrbanRebel de Cupra sobre la plataforma Small Bev en su planta barcelonesa a partir de 2025. Previsiblemente, también ensamblará un modelo pequeño de Volkswagen. “Los coches del futuro requerirán transformar los equipos, que deberán saber de baterías, análisis de datos e inteligencia artificial”, explica Carnicero, quien subraya que los ingenieros serán necesarios “ahora y siempre” pese a que puedan cobrar más importancia los eléctricos sobre los mecánicos en un contexto de automóviles sin emisiones.
Las dudas de Alemania ponen en peligro la agenda climática de la UE (Expansión)
La ambiciosa agenda climática de la UE empieza a desbaratarse tras la decisión de última hora de Alemania de bloquear una prohibición de los nuevos motores de combustión, a la que siguieron otras capitales que plantearon objeciones en un intento de proteger sus industrias. Los límites a la contaminación de los camiones pesados y las explotaciones agrícolas a escala industrial son algunas de las normas que los Estados miembros quieren debilitar, en un momento en que los gobiernos tratan de resolver cómo perseguir los objetivos climáticos ante la alta inflación y la incertidumbre sobre los precios de la energía. Niels Fuglsang, un político socialista danés implicado en las negociaciones sobre las normas de eficiencia energética de la UE, afirma que los legisladores están inmersos en “una batalla” sobre la transición verde, ya que se enfrentan a presiones para rebajar los precios de la energía para la industria y rehúyen los costes de la acción climática. “La lucha aún no ha terminado”, advierte Fuglsang. La Comisión Europea ha propuesto una serie de iniciativas encaminadas a alcanzar sus objetivos generales de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el bloque en un 55% para 2030 y llegar a las cero emisiones netas en 2050. Pero Alemania renegó este mes de un acuerdo para prohibir la venta de nuevos motores de combustión interna en la UE para 2035, días antes de su aprobación definitiva. En opinión de un diplomático de la UE, esto puede provocar un “contagio” generalizado en la legislación sobre el clima, llevando a los países más pequeños a seguir el ejemplo de Berlín y a “reducir sus ambiciones en otros aspectos”.