Entrevista con Isabel Busto, presidenta de Adegi. "El año terminará razonablemente bien y la encuesta dice que la situación en general es buena, pero ya se vislumbran ciertos signos de debilitamiento en la industria y sectores como la metalurgia y los productos metálicos, muy ligados a la cadena de valor de automoción. Y lo que está pasando en Europa, concretamente en Alemania, tiene un impacto en nuestras organizaciones. Más que hacer premoniciones, que no tenemos datos para hacerlas, y no debemos hacerlas, hay que ver qué va a pasar...todo depende de la intensidad y velocidad de lo que pueda pasar y no es descartable que pueda tener incidencia en el empleo. Si en Alemania van a cerrar fábricas y va a afectar al empleo, que no sabemos si va a pasar o no, pues alguna afección va a tener. Ahora, qué grado de afección, qué intensidad y en qué tipo de medida jurídicamente se va a traducir, pues no sabemos...De la competitividad de nuestras organizaciones depende el futuro. Hay que invertir en innovación, en personas, en financiación, en inversiones... Otro problema es la burocracia salvaje, inabarcable para las pymes, que en Gipuzkoa son más del 90%...No conocemos el detalle pero nos alegramos de que la ministra también esté preocupada por el absentismo, porque es un problema social que va contra la competitividad de las empresas...Hay muchos actores involucrados, las empresas, las personas, los sindicatos, las administraciones públicas, el sistema de salud, las mutuas y la sociedad en general...Se ha relacionado el problema de la escasez de la vivienda con los salarios. En nuestra opinión es una relación que no debería haberse hecho. Porque, lo dicen los datos, los salarios en Gipuzkoa, incluso los de los más jóvenes, están entre los más altos del Estado. El problema que tenemos con la escasez de vivienda no lo solucionamos solo con más salarios...La falta de vivienda es un problema social y tiene un impacto en la retención y en la atracción de talento..."
20241006
Domingo, 6 de octubre de 2024
Núm 1747/2024
Año XXXVII
«La falta de vivienda está afectando ya a la atracción de trabajadores a Gipuzkoa» (Diario Vasco)
«La conexión del TAV por Ezkio es la opción más competitiva porque es la más corta» (Diario Vasco)
Continuación de la entrevista con Isabel Busto. "Sí nos hemos pronunciado donde nos tenemos que pronunciar. En Adegi siempre vamos a defender la opción que sea más competitiva para las empresas, eso vaya por delante, y entendemos que la alternativa más competitiva es la más corta, que es por Ezkio-Itsaso. ¿Qué es lo que vemos?, pues que analizar a corto puede ser un error. Y cuando analizas a corto solo ves el precio. Cuando se trata de una infraestructura para 150 años hay que analizar otras variables importantes. Si hablas con empresas o con personas y te dicen que si en tren van a tardar 60 minutos en ir a Pamplona, se van en coche que es más cómodo. Esto es incongruente con los objetivos de sostenibilidad que buscamos. A juicio de Adegi y de las empresas, la opción es Ezkio-Itsaso...Las medidas fiscales, sean dos, tres o quinientas, tienen que ir orientadas a promover la actividad económica y a mejorar la competencia de las empresas...Está claro que es importante que el capital local se quede. Es importante el arraigo. En ese sentido, damos la bienvenida a la creación de un clúster financiero vasco. Hay datos que dicen que el porcentaje de empresas con capital local está bajando. Hay un estudio que ha hecho el Instituto Vasco de Competitividad que dice que el número de grupos empresariales en Euskadi con matrices con capital local es del 68%, pero lo más interesante es la evolución cronológica. Ellos dicen que hace 10 años ese dato era el 74%..."
Los proveedores de Talgo, con más de 5.000 empleos en Euskadi, ven con inquietud su futuro (El Correo)
Es complicado solucionar la cuestión industrial de una empresa mientras el futuro de la propiedad no está claro. Eso es lo que le está sucediendo a Talgo un mes después de que el Gobierno vetara la opa de Magyar Vagon por 617 millones. Y ocurre, además, cuando hay futuro, un porvenir de 4.000 millones en pedidos que exigen más fábricas, pero también una propiedad y un gobierno que conduzcan ese crecimiento. En la gestión, Talgo sigue apremiada por resolver la «prioridad», que es la del «fortalecimiento industrial», tal y como lo explicó su presidente Carlos de Palacio en la última junta de accionistas. Una tarea que se está complicando en la medida en que no se dilucida quién tendrá el control de la compañía y, por lo tanto, la última palabra para decidir inversiones y cómo crecer en un sector que exigirá gran tamaño en las próximas licitaciones de trenes. El accionista principal, el fondo inversor Trilantic, quiere vender. Lo lleva intentando desde hace años sin éxito y había visto en la vía húngara una salida para liquidar su 40% por 5 euros la acción obteniendo 246 millones. El fracaso de la operación ha dejado al fondo representado por Javier Bañón compuesto y con 79 millones menos. Y es que sus títulos, al cierre de los mercados el viernes, ascendían a 167 millones. Pero, como reza el dicho, ‘no hay más necio que el que confunde valor y precio’. Y es que esa es la gran cuestión: ¿Cuánto aguantará la cotización de Talgo a 3,4 euros? ¿Y cuánto puede esperar Trilantic –y por derivada Talgo– hasta que se presente un comprador que ofrezca algo parecido a los 5 euros de Magyar Vagon? La respuesta se hace más compleja al constatar la dificultad de encontrar agentes en el sector ferroviario dispuestos a comprar. Lo que, indefectiblemente, solo hace prever un descenso del valor de la acción que complica aún más las cosas. Y es que, tal y como advierten varios analistas, «nadie compra a 3,4 euros, lo que en cuatro meses puede valer 3 o menos si Renfe activa las sanciones a Talgo de más de 160 millones por los retrasos en las últimas entregas». Esta situación se está dejando notar aguas abajo. Talgo tiene dos fábricas en España y la más grande está en Euskadi, en la localidad alavesa de Ribavellosa.
Los propietarios del fabricante se enfrentan en la busca de soluciones (El Correo)
Trilantic mantiene su mayoría de acciones en Talgo a través de una sociedad, Pegaso Transportation International, donde tiene el 60% que comparte con la familia Oriol (20%) y con Juan Abelló. La figura tiene el 40% del fabricante de trenes. Hasta ahora estos tres socios se han comportado de forma coordinada y priorizando una venta global de todos los títulos a un comprador. En cambio, según confirman fuentes del mercado, eso ha cambiado con el escenario generado tras el veto del Gobierno a la opa de Magyar Vagon que había puesto encima de la mesa 617 millones de euros –5 euros por acción–. Así, en el último mes, Trilantic ha activado la búsqueda de una vía que le permita una salida, aunque sea individual y que tampoco descarta ventas parciales de su posición. El fondo heredó las acciones de Talgo de la banca de inversión de Lehman Brothers y está en el accionariado desde 2006. Mucho tiempo para un fondo que hace dos años activó la búsqueda de un comprador. La división entre los socios más o menos latente se ha evidenciado con la nueva situación acentuando el choque entre los socios de perfil más industrial y los más financieros. Entre los primeros destacan los Oriol, con el presidente Carlos de Palacio al frente y familiares de uno de los fundadores de la empresa. Del otro lado, Trilantic, cuyo principal representante en el consejo es Javier Bañón y que cuenta con el consejero delegado, Gonzalo Urquijo, nombrado a propuesta del accionista principal. El resto de los accionistas se completan con participaciones menores como la del ‘family office’ de Ana Patricia Torrente, que tiene un 5%, y el resto de títulos que cotizan libremente en Bolsa, en lo que se conoce como ‘free float’. La acción cerró la semana pasada con un valor de 3,4 euros, muy por debajo de los 4,5 a los que se intercambiaba mientras estaba abierta de la vía de la opa húngara. Pero muy por debajo del precio al que cerró la jornada de su estreno en el mercado en 2015, 8,48 euros.
Torres considera interesante la propuesta de baja laboral flexible, pero con la "máxima seguridad jurídica" (Deia)
El vicelehendakari segundo y consejero de Economía, Trabajo y Empleo, Mikel Torres, ha considerado "interesante" la propuesta de crear una nueva baja laboral "flexible" que permita trabajar parcialmente, pero con la "máxima seguridad jurídica". Torres se ha referido, de esta forma, al anunció de la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, de este pasado jueves avanzando su intención de abordar con los agentes sociales una reforma de las bajas laborales (la llamada "incapacidad temporal") para dar más flexibilidad a la hora de reincorporarse al trabajo en algunos supuestos y siempre desde "la voluntariedad y la garantía de la salud y la seguridad". Torres ha considerado "novedoso" el hecho de que alguien se pueda incorporar al trabajo estando de baja y lo ha equiparado a la jubilación flexible, que, según ha recordado, permite compatibilizar la jubilación con trabajar una serie de horas. Sobre el absentismo laboral, Torres ha reconocido que le preocupa que las bajas laborales en Euskadi superen la media estatal y ha remarcado que este asunto le preocupa "no solamente al Gobierno", sino "también a los agentes sociales" y, por ello, han empezado ya a trabajar en la mesa de diálogo social en la pasada legislatura. Asimismo, se ha comprometido a propiciar la negociación de un salario mínimo vasco. En alusión a la propuesta de la aprobación de salario mínimo interprofesional vasco que plantean ELA y LAB con una cuantía de entre 1.600 y 1.800 euros, el responsable vasco de Economía ha precisado que determinar la cifra "forma parte de un análisis económico en el cual entran muchos factores", mientras que es partidario de hablar de un "salario mínimo de convenio" más que de un "salario mínimo interprofesional.
Esta idea no vale (por Marco-Gardoqui, El Correo)
"La ministra de Seguridad Social, Elma Saiz ha lanzado esta semana una idea que resulta, cuando menos, sorprendente. Se trata de incluir en el ya de por sí tupido repertorio laboral una nueva fórmula de ‘bajas flexibles’. Habría que crear una nueva IT, Incapacidad Temporal, que ‘no sea estar de alta o de baja’ y pone como ejemplo las nuevas fórmulas que permiten estar trabajando y cobrando a la vez la pensión. No sé si son situaciones comparables, pero es así como la dicho. Todo ello, claro está, respetando la voluntad del trabajador, es decir, que nadie iría a trabajar si no lo desea y tampoco lo haría en contra de la opinión de los médicos que vigilan el proceso, si consideran que pudiera perjudicar a su salud. Me da que no he entendido bien la idea, porque si el trabajador quiere volver al trabajo y el médico opina que está capacitado para ello, ¿no sería más sencillo darle directamente el alta? Porque, o bien no quiere trabajar y por eso no pide el alta o el médico considera que no está en condiciones de trabajar y por eso no se la da. ¿Qué hay en medio? La ministra Saiz pone de ejemplo a un enfermo de cáncer que se va recuperando y ese no vale. ¿Está en condiciones de trabajar sí o no? Y uno más complejo que se refiere a trabajadores con multiactividad, es decir, con varios trabajos, que estuvieran listos y dispuestos, claro está, para volver a uno de ellos y no a otro. Pero, ¿cuántos trabajadores se encuentran en esa singular situación? Califico la idea de sorprendente pues lo cierto es que ha sorprendido a propios y a extraños...Según los últimos datos de ejecución presupuestaria de la Seguridad Social, tan solo el gasto en subsidios de incapacidad temporal se disparó un 17,6% en los ocho primeros meses del año, hasta los 10.422 millones de euros. Es decir la preocupación es comprensible y razonable, pero la ministra debe de trabajar un poco más la solución que propone. Esta no vale".
«Muchas administraciones se han pasado cuatro vueltas y media en las exigencias del euskera» (El Correo)
Entrevista con Loli García Secretaria general de CC OO-Euskadi. Hace un balance positivo del empleo y de la negociación colectiva pero advierte de que quedan importantes retos por delante entre los que destaca la necesidad de reforzar los servicios públicos y una reforma fiscal. Advierte al lehendakari Imanol Pradales de que las huelgas han sido necesarias para mejorar las condiciones en un momento de «beneficios récord». "La recuperación del poder adquisitivo fue nuestra bandera tras la pandemia y hemos peleado fuerte, en muchos casos con movilizaciones y huelgas. Nuestro balance de la negociación colectiva es positivo, pero todavía hay camino por recorrer. Aún está pendiente de renovar el de hostelería de Bizkaia y el de oficinas y despachos. Nuestra apuesta ahora pasa por impulsar los convenios autonómicos...En el Gobierno Vasco tienen que cambiar la actitud en relación a los sindicatos y darnos mayor capacidad de incidir en las políticas públicas. CC OO no es una consultora. Les hemos trasladado también la necesidad de reforzar los servicios públicos. Reclamamos asimismo una reforma fiscal, porque el peso está fundamentalmente en las rentas del trabajo; y la recaudación por el impuesto de Sociedades aún está por debajo de 2008. Y la otra cuestión que hemos puesto sobre la mesa es la carestía de la vivienda...Ha habido un discurso por parte del anterior lehendakari y el PNV de que la conflictividad laboral tenía intereses políticos y pretendía cargarse el Gobierno, dicho en bruto. Nos parece preocupante. Nosotros hemos peleado y nos seguimos peleando por que mejoren los salarios y las condiciones en un momento de beneficios récord...Primero quiero dejar claro que CC OO no está contra el euskera y que la ciudadanía tiene derecho a ser atendida en los dos idiomas. Ahora bien, muchas administraciones han dado cuatro vueltas y media a la norma de perfiles lingüísticos al establecer exigencias que están muy por encima de lo que marca la regulación. Eso conlleva el despido de interinos que no alcanzan el nivel...CC OO nunca va a estar en una pancarta pidiendo el despido de un trabajador...En el absentismo, afectan factores como el peso de la industria, el envejecimiento de la población trabajadora... También puede incluir que la calidad del empleo es mejor en Euskadi y hay menos miedo a que te despidan por estar de baja. Pero nunca hay que olvidar que las dan los médicos cuando lo ven necesario. Nadie quiere estar de baja..."
Iberdrola gana un contrato por 385 millones para un proyecto de energía renovable en EE UU (El Correo)
Iberdrola, a través de su filial estadounidense Avangrid, ha sido seleccionada por el Departamento de Energía de Estados Unidos para llevar a cabo un contrato de 425 millones de dólares (unos 385 millones de euros) para su proyecto de energía renovable Aroostook. Avangrid informó que esta adjudicación se produce en un momento en el que la Comisión de Servicios Públicos del Estado de Maine se prepara para emitir una solicitud de propuestas para líneas de transmisión con el fin de conectar 1.200 megavatios (MW) de energía renovable a la red eléctrica de Nueva Inglaterra, en dicho Estado de Maine. En concreto, la filial de la energética vasca presidida por Ignacio Galán tiene la intención de participar en ese proceso de solicitud de propuestas para líneas de transmisión e incluirá el contrato de capacidad de 425 millones de dólares adjudicado como parte de su propuesta. Esta línea de transmisión es uno de los cuatro proyectos que recibirán apoyo en los Estados Unidos a través de un programa federal de 1.500 millones de dólares (unos 1.360 millones de euros) destinado a mejorar la fiabilidad y la resiliencia de la red eléctrica, y es probable que la Comisión de Servicios de Maine anuncie las ofertas ganadoras a lo largo del próximo año. Avangrid destaca que esta adjudicación representa una de las mayores inversiones federales en desarrollo energético en la historia de Maine.
Iberdrola hace saltar la caja (El País)
La compañía acelera en su histórica estrategia de adquisiciones para reforzar su presencia en EE UU y el Reino Unido mientras sus acciones están en máximos históricos. La eléctrica vasca pasó de ser una compañía local —muy local— a convertirse en lo que es hoy: la segunda mayor cotizada del país y una de las mayores de Europa, con potentes ramificaciones en el Reino Unido, Brasil y Estados Unidos. Casi 25 años después de aquello, España apenas supone el 40% de su beneficio bruto de explotación (ebitda). Y bajando. Corría el año 2000, se acababa de intentar la fusión con Repsol y poco después llegaría otra intentona fallida con Endesa. Iberdrola empezaba entonces a asomar la patita en el siempre convulso mercado corporativo: pagaría más de 1.000 millones de euros, al cambio actual, por la brasileña Celpe, Coelba y Cosern. Un año después se quedaría —a precio de derribo, unos 400 millones— con los activos en España de la extinta Enron. En 2004 desembarcaría en Grecia. En 2005, en Polonia. En 2006, en EE UU y, sobre todo, en el Reino Unido, donde pagaría más de 17.000 millones por Scottish Power, su primera aventura de calado al norte del canal de la Mancha y la mayor compra ejecutada nunca por una empresa española en el exterior. Unos meses más tarde miraba al otro lado del Atlántico norte: se hacía con la estadounidense Energy East por 6.100 millones. Incluso la salida a Bolsa de su filial de energías renovables por más de 20.000 millones de euros en 2007. Palabras mayores: imposible entender el gigante que es hoy sin aquellos movimientos. La vía compradora se ha acelerado en los últimos años. En 2024 se ha rascado el bolsillo en EE UU (2.300 millones para hacerse con el 100% de su filial Avangrid, una oferta que acaba de recibir el visto bueno de sus accionistas) y en el Reino Unido (5.000 millones por la distribuidora ENW, incluida deuda, clave para reforzar su posición en el noroeste de Inglaterra). Todo, después de la jugosa venta de activos en México, a un precio incluso superior a su valor real. Estas dos operaciones, ambas milmillonarias, encarnan la estrategia histórica de Iberdrola, fértil arena de las operaciones corporativas de gran envergadura.
"Los pisos turísticos son el 0'4% del parque de vivienda: no son un problema en Euskadi" (El Correo, Diario Vasco)
Entrevista con Javier Hurtado Consejero de Turismo, Comercio y Consumo del Gobierno vasco. "No estamos en una carrera incrementalista. Lo que perseguimos es que el visitante que venga sea acorde a nuestro modelo de turismo sostenible. Perseguimos reforzar las externalidades positivas de un sector que genera 5.000 millones de euros y que da empleo a más de 110.000 personas, y combatir las negativas...Las políticas de turismo de la pasada legislatura fueron las más valoradas según el sociómetro del Gobierno vasco. Entendemos que hay una preocupación, pero es verdad que a veces esa sensación de masificación se puede dar sobre todo por los excursionistas. En Donostia son, en muchos casos, los propios guipuzcoanos, vascos o del sur de Francia quienes van a pasar el día...He reconocido que la preocupación de la ciudadanía va en aumento y lo que tenemos que hacer todas las instituciones es trabajar de forma conjunta para atajar los efectos negativos y potenciar los positivos. Avanzar en las regulaciones, inspecciones... Nuestro modelo es un referente, pero como en cualquier sector, hay externalidades que hay que combatir...Nosotros hemos anunciado una nueva ley de turismo. Aunque la de 2016 no es muy longeva, vemos que hay que adaptarla a la tipología de los establecimientos y a las nuevas normativas europeas. Reforzaremos el control de los pisos turísticos y regularemos un plan territorial sectorial de recursos turísticos y el impuesto a las estancias turísticas. El turismo ahora no es un problema en Euskadi y no vamos a dejar que lo sea...Sobre los pisos turísticos, no tenemos la misma realidad que otras comunidades autónomas. Hablamos sólo del 0,4% de viviendas, cuando la media nacional es del 1,3%. Lo que queremos es adelantarnos para evitar que sea un problema. Es un tema que nos preocupa y ocupa. Creo que hicimos un buen trabajo en la pasada legislatura y en esta vamos a seguir desarrollándolo...2
25 años del 'milagro' blanco de Añana (El Correo Araba)
Se usaba para frenar la congelación de las carreteras y ahora se ha convertido en un imprescindible en la alta cocina. Es complicado dejar sin palabras al chef Martín Berasategi. «¿Dónde habéis estado?», logró pronunciar cuando degustó la sal de Añana en 2009. Había probado aquellas procedentes de la otra punta del mundo, pero no el 'oro blanco' que se produce a 130 kilómetros de su 'casa' en Lasarte. Desde entonces forma parte de sus recetas, como pasa con Andoni Luis Aduriz, Eneko Atxa, Bittor Arginzoniz, Diego Guerrero, Edorta Lamo, Francis Paniego o el Celler de Can Roca. Semejante constelación de estrellas Michelin hubiese resultado increíble hace apenas 25 años, cuando se inició el plan de recuperación del Valle Salado. Hasta entonces, esa sal que ahora se aprecia tanto se usaba en invierno para evitar la congelación de las carreteras y los niños usaban los chuzos que se generan debajo de las eras -un elemento altamente apreciado por la gran cocina en la actualidad- como tizas para dibujar garabatos en el suelo. «El producto se había devaluado tanto que muchas familias del pueblo habían abandonado las eras y éstas habían empezado a derrumbarse», explica Valen Angulo, uno de los impulsores de la asociación Gatzaga, que agrupa a todos los propietarios del Valle. No tuvo suerte cuando llamó a la puerta de los departamentos de Agricultura, Minas, Turismo y Comercio, pero sí cuando finalmente acudió al servicio de Patrimonio de la Diputación.
Los consumidores siguen sin notar la rebaja de la inflación en la compra (El Correo)
Más gasto para comprar lo mismo, o incluso menos. La moderación que en los últimos meses ha experimentado el precio de los alimentos –pasando de subir un 15% a principios de 2023 a limitarse al 2,5% en agosto, según los últimos datos del INE– no termina de llegar al bolsillo de los consumidores. El principal motivo de esta situación parece lógico: «Una menor inflación no quiere decir que los precios estén bajando; siguen subiendo, aunque a un ritmo más lento», recuerda María Jesús Fernández, economista senior de Funcas. Es decir, la inflación del mes de septiembre se moderó al 1,5%, la más baja en tres años, pero esto no significa un descenso, sino que los precios han subido en España ‘solo’ un 1,5% respecto a septiembre del año pasado, una cifra muy inferior a los aumentos de hace unos meses. Es más, desde diciembre de 2019, antes de la pandemia, «la partida de alimentos y bebidas es la que más se ha incrementado dentro del IPC general, un 30% acumulado, mucho más que la energía, en contra de la percepción que tenemos», añade Pedro Álvarez, economista de CaixaBank Research, con productos como el aceite de oliva, el azúcar o los huevos completamente disparados. Uno de los factores que más ha pesado en esta espiral alcista ha sido el incremento de los costes para producirlos, sobre todo por la subida de la energía al principio de la crisis. Sin embargo, los niveles actuales del petróleo «son cerca de un 20% inferiores a los del mismo periodo de 2023», explica Santiago Martínez Morando, jefe de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja. Eso invita a pensar que, con ese descenso, los precios en el súper también deberían ser más bajos. Pero no está siendo así. «Aunque se hayan reducido los costes de producción que elevaron los precios en su momento –en referencia a la energía– hay otros que siguen por encima y presionan al alza, como los precios de las materias primas agrícolas que necesitan los agricultores, como fertilizantes, semillas, etc», indica Fernández, de Funcas.
El tirón irrepetible del consumo (por Raymond Torres, El País)
"La economía española sigue sorprendiendo, en parte, y esa es la noticia más positiva, por el auge exportador, aupado por unos costes energéticos competitivos. Pero las buenas cifras macroeconómicas también encubren una bonanza insostenible del consumo. Esta variable explica el 70% del crecimiento registrado en el primer semestre, frente al 28% de aportación del sector externo. El 2% restante es atribuible a la inversión, cuya persistente debilidad es preocupante. El consumo público difícilmente puede seguir expandiéndose a tasas superiores al 4% como en los últimos dos años, ya que nos enfrentamos tanto a los límites establecidos por Bruselas como a la realidad de los mercados: estos siguen comprando deuda española a un precio asequible ya que consideran que existe un margen de contención de los desequilibrios sin afectar gravemente la marcha de la economía. La situación de Francia pone de manifiesto el impacto de un cambio de expectativas, con unos ahorradores que exigen primas de riego incrementadas habida cuenta de la magnitud del agujero presupuestario y de las inciertas perspectivas de crecimiento de la economía gala. Por su parte el impulso del consumo privado procede sobre todo de los ingresos generados por la creación de empleo, y no de una mejora de la retribución media por trabajador. En los últimos dos años, la masa salarial se incrementó un 6,4% en términos reales (con una comparación de los segundos trimestres de 2022 y 2024, y descontando el IPC), como consecuencia del fuerte aumento del número de asalariados: el sueldo medio por persona asalariada apenas subió un 0,4% durante el mismo periodo. Se arraiga, por tanto, el carácter “aditivo” de nuestro modelo productivo, basado en la incorporación de fuerza laboral, particularmente inmigrante..."
Madres y padres ya cogen casi los mismos días de permiso (El País)
112 días ellas, 108 ellos. Madres y padres cogen ya casi las mismas jornadas de permiso por el nacimiento de un hijo. Pero cuatro años después de la ampliación de las bajas a 16 semanas, aún hay brechas: solo el 20% de los padres no coincide con la madre fuera del periodo obligatorio y ellas asumen casi todas las excedencias por cuidados. El Gobierno y el PP abogan por alcanzar las 20 semanas de permiso. Chloe nació en Alcalá de Henares (Madrid) el 14 de febrero. Por el cambio normativo aprobado en 2019 (en pleno desarrollo desde el 1 de enero 2021), tanto Susana Aragón como Alberto Prados, sus padres, tienen derecho a 16 semanas de permiso cada uno para cuidarla. Son muchas, muchísimas más, de las que tuvieron sus padres cuando nacieron ellos, en 1987 y 1989. Entonces ella habría tenido derecho a 16 semanas, pero él a dos días. “Habríamos salido adelante. Pero para mí habría sido un suplicio“, dice Susana. “Lo habría llevado fatal. Imagínate, no poder pasar tiempo con tu hija que acaba de nacer y que no cogiera nada de apego hacia mí“, comenta Alberto, a lo que agrega su mujer: “Es que no me puedo imaginar cómo lo hacían antes. Volver al trabajo solo dos días después...”.
El colapso de los coches europeos (El País)
“Europa se juega el futuro de su industria del automóvil en 2025”. Estas palabras, pronunciadas durante una entrevista con Cinco Días por el presidente de la patronal española del sector, Anfac, y director de estrategia y desarrollo de negocio del grupo Renault, Josep Maria Recasens, resumen bien el sentir de unas compañías que se encuentran en medio de una tormenta perfecta. El corazón industrial de Europa, el automóvil, sufre especialmente en su cuna, Alemania, donde el grupo Volkswagen lleva a cabo una dura negociación con los sindicatos para realizar el mayor recorte de empleo de su historia. El sector vive, a su vez, un ejercicio pésimo en Bolsa, con grandes desplomes como el de Stellantis (dueño de marcas como Fiat, Citroën, Peugeot u Opel), que se ha dejado un 42,7% de su valor en lo que va de este año, o el 56,2% de caída que ha experimentado el fabricante de componentes francés Forvia. Las automovilísticas y los productores de componentes para aquellas se dejan un 11% en Bolsa en el ejercicio, siendo el sector que peor se comporta de Europa con diferencia. Dicha caída se acentuó en el último mes tras los avisos de BMW, Mercedes-Benz, Stellantis y Volkswagen de que sus beneficios serán menores a los esperados en 2024. Una de as grandes razones que explican el momento del automóvil europeo: el coche eléctrico no arranca...
En la urbe que quiere ser el Silicon Valley de China (El Mundo)
Sobre la bahía de Shenzhen apareció una especie de cubo de Rubik gigante de diferentes colores que se transformó en un inmenso dragón que se pavoneaba por el cielo. Se trataba de un impresionante espectáculo visual con 2.500 drones para celebrar el Día Nacional de China, el pasado 1 de octubre. Durante toda la semana, con millones de chinos disfrutando de una de sus vacaciones más largas del año, las exhibiciones con drones continuaron cada noche en Shenzhen: un barco gigante encima de los rascacielos del distrito financiero, una nave espacial sobrevolando el puerto, pandas y más dragones dando vueltas por las alturas de los barrios comerciales. Hace unos días se batieron dos récords Guinness cuando se desplegaron 10.197 drones que iluminaron con la forma de Dapeng, una enorme ave mitológica, el cielo de esta urbe del suroeste del gigante asiático. Nunca antes se habían visto tantos vehículos aéreos no tripulados controlados por un mismo ordenador, que los hacía moverse además con los mismos patrones (el segundo récord). Shenzhen, de donde sale el 70% de los drones de consumo del mundo, tenía preparado un gran espectáculo para celebrar que la República Popular China cumplía 75 años. Ha sido un aniversario redondo que ha usado la engrasada maquinaria de propaganda estatal para recordar los asombrosos hitos alcanzados por el país en tiempo récord. Posiblemente, el ejemplo más lúcido del desarrollismo desenfrenado de la actual segunda potencia mundial, el más poderoso símbolo de su modernización económica, se encuentra, precisamente, en Shenzhen: hace 40 años, era un pobre pueblo pesquero. Ahora, se ha transformado en uno de los centros tecnológicos más vibrantes del planeta. Donde a finales del siglo pasado había arrozales, ahora se levantan 500 rascacielos de más de 150 metros. Donde vivían pescaderos y campesinos, ahora lo hacen ejecutivos multimillonarios de algunas de las mayores empresas tecnológicas. Donde había carros, ahora se encuentra la flota de coches eléctricos más grande del mundo.
Una región al límite tras 12 meses de horror (El País)
Mañana hará un año que Shaylee Atari huía de los disparos, en pijama y con su bebé en brazos, por Kfar Aza, su kibutz al lado de Gaza, mientras imaginaba que aquello no le estaba pasando de verdad; que aquel 7 de octubre de 2023 ella, cineasta de profesión, no protagonizaba una realidad que superaba a la ficción, sino que era otra persona y ella había gritado “¡acción!” en el momento en el que el ataque sorpresa de Hamás la despertó y preguntó a su marido, Yahav Winner: “Amor, ¿vamos a morir hoy?”. “Te prometo que no”, respondió él. Entonces escucharon los primeros disparos. Ella cogió al bebé, él trató de bloquear la puerta y vieron colarse la luz del amanecer: los milicianos estaban en ese momento forzando la ventana. “No había tiempo, pero se giró hacia mí y me miró de una forma que decía ‘adiós”. Él se quedó forcejeando con ellos y ella corrió por el kibutz, sin asimilar —hasta que oyó un impacto en un árbol cercano— que “el zumbido que escuchaba eran balas”. Tras llamar a la puerta de casas donde pensaron que era una terrorista y refugiarse en un almacén, acabó escondida con unos vecinos. Atari, de entonces 34 años, y su bebé, de un mes, solo pudieron respirar 27 horas después. “La gente me suele preguntar si fue difícil pasar 27 horas sin comer, ni beber, con miedo. Para mí, el infierno fue pasar 27 horas tarareando nanas a mi bebé para que no llorase, para que no nos descubriesen, mientras iba dándome cuenta de lo que me decían las entrañas: que mi marido estaría muerto y mi vida acababa de cambiar por completo”. Lo cuenta en Yaffa, junto a Tel Aviv, en una casa que le ha prestado un amigo para, sobre todo, poder descansar de las miradas de compasión: su marido se convirtió en uno de los casi 1.200 muertos en la jornada más letal en la historia de Israel que se rememora hoy y ha degenerado en el Oriente Próximo más inseguro, explosivo e impredecible en décadas.
La huida hacia delante de Netanyahu (El País)
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, aseguró en Beirut la semana pasada que la propuesta francoestadounidense de alto el fuego de 21 días entre Israel y el partido-milicia chií libanés Hezbolá seguía “sobre la mesa”. Era el 26 de septiembre, la víspera de que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, subiera desafiante al estrado de la Asamblea General de la ONU en Nueva York y se desmarcara de ese plan patrocinado por Estados Unidos. Mientras decenas de diplomáticos abandonaban la sala, Netanyahu arremetió luego contra la ONU y el Tribunal Penal Internacional, cuyo fiscal ha pedido una orden de detención contra él por crímenes contra la humanidad. Ese mismo 27 de septiembre, un avión israelí asesinó en Beirut al líder de Hezbolá, Hasan Nasralá. Tres días después, empezó la invasión terrestre de Líbano. “No damos permiso a Israel. Damos recomendaciones a Israel”, ha resumido esta semana su papel en esta crisis el presidente de EE UU, Joe Biden. Esas recomendaciones han caído en saco roto. Un año después de que la milicia radical palestina Hamás atacara Israel el 7 de octubre, en una masacre que dejó en torno a 1.200 muertos, y tras más de 41.000 muertos en Gaza, el Gobierno de Netanyahu ha desoído una y otra vez las advertencias de Washington. Israel cree que ya ha debilitado lo suficiente a Hamás. Ahora su objetivo es Hezbolá e Irán, que el pasado martes atacó territorio israelí con unos 180 misiles.