20251228

Egunkarien azalak erakusten dizkizuegu, eguneko berri nagusietaz “begiratu batean” jabetzeko / Comenzamos con las portadas de los periódicos para conocer ‘de un vistazo’ las noticias destacadas del día. 

Combina el discurso proempresa con críticas por el salario de los jóvenes o el choque con ELA. Dos años después, ya consolidado en Ajuria Enea, el lehendakari mantiene a día de hoy un alto nivel de valoración en la esfera empresarial –«su Gobierno es el que mejor nos ha tratado», llega a admitir un representante de la patronal–, pero también es cierto que a la vez se van acumulando las tiranteces. Las últimas se han producido este mismo mes, cuando Pradales ha dado dos tirones de orejas consecutivos a Confebask: el primero, para que evite echar más leña al fuego en el enfrentamiento con ELA y su estrategia de confrontación permanente; y el segundo, para que el sector privado ponga de su mano ante la preocupante fuga de talento y mejore las condiciones laborales de los jóvenes...Una dinámica de toma y daca en la que, eso sí, se han podido evidenciar algo más que matices entre Ajuria Enea y Sabin Etxea. Esas diferencias afloraron más en los tres primeros meses del año, en los que aún mandaba Andoni Ortuzar, paradójicamente el principal valedor orgánico de Pradales. A finales de marzo, previo enfrentamiento en un PNV que perdió la vitola de partido de orden interno, cedió el testigo a Aitor Esteban después de practicar, según lamentan en círculos jeltzales, «una operación de tierra quemada» con Confebask, a la que uno de sus burukides de máxima confianza, Koldo Mediavilla, llegó a acusar de no mirar «más allá de sus ganancias de clase». Los decibelios se han reducido desde la llegada de Esteban, aunque todavía sigue habiendo fricciones con la patronal. «Las relaciones son buenas, pero no inmejorables. Hay muchos dientes de sierra», resume un miembro destacado del actual EBB. Una cierta pacificación que se acopla mejor con la postura del lehendakari, abonado a un juego de equilibrios que se caracteriza por combinar la reivindicación del papel de las empresas como generadoras de riqueza, y de los empresarios en particular, con los reproches a la patronal cuando ve motivos de peso para ello...En Lehendakaritza se esfuerzan por quitar hierro a los recientes roces con la patronal, eluden cálculos electorales y hablan de «debate público sano», si bien constatan que «todos los agentes sociales son necesarios», incluyendo a unas centrales sindicales que «han contribuido a construir el país que tenemos». Es en esta filosofía en la que encuadran el reproche a Confebask después de que su presidenta, Tamara Yagüe, se preguntara retóricamente «qué aporta ELA a la sociedad vasca». Pradales censuró que se «alimente la confrontación», un mensaje que en su equipo traducen como una apelación a la «altura de miras» necesaria por parte de unos y otros para encarar los desafíos económicos y laborales del país...«Habrá ciertas diferencias, lo cual es lógico, pero sería injusto abrir una guerra, para nada estamos en algo así», precisan fuentes empresariales, que no hacen el mismo balance de los doce años de Urkullu...Confebask es, ante todo, una confederación; esto es, una unión entre tres actores (Cebek, SEA y Adegi) con un importante grado de autonomía ante realidades territoriales distintas. Por ejemplo, la vizcaína y la alavesa, que encaran de manera inminente la negociación del convenio del Metal, «la madre de todas las batallas», se caracterizan por un tono más combativo con ELA frente a un perfil más bien bajo de la guipuzcoana. «Mientras a nosotros nos montan pollos a diario, ELA toma café con Adegi todos los jueves», apuntan sus vecinos. Todos comparten, eso sí, la preocupación prioritaria por la cuestión del absentismo. Confebask, por consiguiente, también se ve abocada a su propio juego de equilibrios ante una realidad empresarial heterogénea en la que, por haber, hay incluso voces que vienen a defender públicamente las mismas tesis que Pradales. Es el caso de Andrés Arizkorreta, presidente de CAF y exdirigente del Círculo de Empresarios Vascos, o el de Kutxabank, Anton Arriola, que en los últimos tiempos han aludido a la responsabilidad de las empresas para ofrecer mejores condiciones a los jóvenes.

Entrevista con Iñigo Ansola, presidente del BBB del PNV. "- ¿Hay una guerra política en la decisión del PNV de Gipuzkoa, a través de Kutxa, de no respaldar al consorcio liderado por el Gobierno vasco en sus planes para comprar Ayesa? – En ningún caso. La decisión de Kutxa responde exclusivamente a los intereses de gestión de Kutxa. Me consta que las tres fundaciones bancarias, incluida Kutxa, tienen el mismo compromiso de trabajo conjunto con el Gobierno para impulsar operaciones que busquen el arraigo de empresas en Euskadi. – ¿La huelga general del próximo 17 de marzo por el SMI vasco es una huelga política?– Sí, claramente. Los trabajadores vascos que cobran el SMI son el 3%, unas 30.000 personas. Claro que queremos que las condiciones de esas personas mejoren, pero la única vía es el diálogo social. Respeto y defiendo la huelga, pero debe ser el último recurso tras dejarnos la piel negociando. Y esta se ha convocado con tres meses de antelación. – ¿Está de acuerdo con la presidenta de Confebask en que ELA no aporta nada al país?– Es un sindicato de larguísima historia y estoy convencido de que sí aporta, pero la estrategia de la conflictividad es totalmente errónea y perjudicial para nuestra economía...Sobre el nombramiento de Ortuzar en Telefónica, a mí, sinceramente, no me ha llegado ese desasosiego. En política las puertas tienen que estar abiertas. Y me explico: la política está necesitada de gente que viene del ámbito privado, pero una vez que acaba su etapa en lo público también necesita de esa puerta de salida. En el caso de Ortuzar, estoy convencido de que si Movistar Plus+ le ha hecho esa oferta, ha sido por su valía y su experiencia en el mundo periodístico. Con respecto a lo que ha llegado a decir Aitor Esteban, estoy de acuerdo en que el PNV no ha tenido nada que ver en esa contratación..."

Los nubarrones negros llevan planeando mucho tiempo sobre el sector europeo de la automoción. La crisis estructural en la que está inmersa la que es una de las industrias punteras del continente está dejando sus peores coletazos en países como Alemania, pero las consecuencias se extienden al resto de Europa, y Euskadi no es una excepción. Un dato que evidencia el impacto es que las exportaciones de la industria vasca de componentes están en los niveles más bajos de los últimos cuatro años. Hasta octubre, las empresas del territorio han exportado productos por un valor de 1.682 millones, un 17,6% menos que el año pasado a estas alturas. En 2022 alcanzaron los 1.907 y el año anterior, los 1.795 millones. Pese a que los registros de este año no sean tan negativos como, por ejemplo, los de 2020 o 2021 debido al covid (1.164 y 1.485 millones, respectivamente), sí que evidencian el mal trago que atraviesa el sector. La demanda de Alemania, país que históricamente ha encabezado la adquisición de piezas vascas, se ha reducido drásticamente en un solo año, pasando de los 427 millones del anterior a los 311 del actual. Y es que la situación del país teutón, corazón de la automoción del continente, es sangrante e ilustra a la perfección las dificultades que atraviesa la industria europea, ahogada por la creciente presión que ejercen los fabricantes chinos o la difícil adaptación de las plantas hacia el vehículo eléctrico, pese a la flexibilización del veto a los motores de combustión anunciado por Bruselas más allá de 2035. En Alemania hay compañías tractores que han anunciado casi 100.000 despidos de aquí a 2030 en sus fábricas.

Apenas 5.100 turismos (el 1% del total) tienen etiqueta cero en Gipuzkoa, cuyo parque móvil sigue envejeciendo y supera ya los 15 años de edad media. La mayoría de coches corresponden a distintivos B y C, con motores gasolina y diésel. Una cifra alarmantemente baja, medio punto porcentual por debajo de la media estatal y la más baja de los tres territorios vascos. Este porcentaje es inferior al 1,3% que registra Bizkaia y al 1,25% de Araba. Aunque las diferencias territoriales son modestas, revelan una realidad inquietante. Mientras el marco normativo europeo se flexibiliza, la renovación del parque automovilístico local avanza lentamente. El fenómeno responde a una razón principal: la edad promedio del parque automovilístico local supera los 15 años. Todo ello pese a los programas de incentivos impulsados por el Gobierno Vasco y el Ejecutivo central para la compra de coches poco contaminantes en el primer caso y eléctricos en el segundo.

La flexibilización del veto a los motores de combustión anunciada por Bruselas el martes pasado deja dos claras lecturas. Por una parte, que la industria europea del automóvil ya tiene el respaldo que tanto reclamaba y por otra, que la hoja de ruta, en el fondo, sigue apostando claramente por el vehículo electrificado. Sin embargo, el precio de estos modelos, tanto eléctricos puros como híbridos enchufables, sigue siendo elevado para gran parte de la ciudadanía, lo que dificulta la transición que tanto persiguen las instituciones europeas. Con el fin de atajar este problema, la UE confirmó el pasado martes que impulsará la creación de una nueva categoría de coches eléctricos y asequibles, con precios cercanos a los 10.000 euros, de hasta 4,2 metros de longitud y que contarían con permisos especiales de aparcamiento y exenciones en peajes. Para incentivar su fabricación, Bruselas creará una nueva subcategoría regulatoria, con ‘supercréditos’ para los fabricantes y exigencias de seguridad más laxas. Sea como sea y pese a esta nueva medida, lo cierto es que en los últimos tiempos los fabricantes se han volcado en eléctricos que en el mercado van desde los 15.000 hasta los 20.000 euros, algo impensable hace años. La ‘democratización’ a la que se refieren en el sector se debe a un cúmulo de factores que empujan los precios a la baja. El primero de ellos es el abaratamiento gradual de las baterías.

La actual ELA le debe mucho a la figura de Alfonso Etxeberria Olazabal, que refundó la central nacionalista –entonces denominada ELA-STV– en el III Congreso celebrado en 1976, estableciendo las bases de lo que sería la identidad del sindicato desde entonces. Lo recordaba Jose Elorrieta, que cogió su testigo en 1988. Alfonso Etxeberria falleció ayer a los 84 años. Fue despedido ayer en la iglesia de San Sebastián de Soreasu de Azpeitia, localidad en la que nació en 1941. El sindicato ELA trasladó ayer su «más sentido pésame a su familia y amistades» y recordó su trayectoria «estrechamente vinculada al proceso de reorganización y fortalecimiento de ELA en una etapa de gran trascendencia histórica». El lehendakari, Imanol Pradales, destacó en un mensaje en las redes sociales la «generosidad, visión y compromiso en un momento económico y político muy complicado» que tuvo Etxeberria. Rermarcó que «lo dio todo para defender las condiciones de las personas trabajadoras y el modelo socioeconómico vasco». Para Pradales, Alfonso Etxeberria «encarnó» una acción sindical «firme en sus condiciones», a la vez que «pragmática y constructiva en un momento económico y político muy complicado». «Su generosidad, su visión y su compromiso se mantienen como ejemplo a día de hoy», concluyó.

Euskadi es, tras Asturias, la comunidad que más invierte por habitante en su sanidad pública. El próximo 2026 el Gobierno vasco destinará a Osakidetza 2.400 euros por cada vasco. El actual Ejecutivo tiene entre sus principales objetivos reforzar el Servicio Vasco de Salud y, de forma paralela, mejorar la percepción que la ciudadanía tiene de él. Una valoración que se vio afectada durante la pandemia hasta situar a la sanidad como la principal preocupación de la población de Euskadi, según el Deustobarómetro. En las últimas oleadas de este estudio el acceso a la vivienda le ha sustituido como la mayor inquietud de la ciudadanía vasca. A esto se suma que los vascos vamos más al médico que el resto de la población europea, según ha asegurado en varias ocasiones el consejero de Salud. Cinco veces más, por ejemplo, que nuestros vecinos franceses. Algo que se debe, según Alberto Martínez, a que tras el covid, en la ciudadanía ha adquirido la cultura de que la salud es el derecho más importante, le preocupa y la cuida. Todos esos elementos explican parte del crecimiento que han registrado los seguros sanitarios privados en los últimos años en Euskadi. En 2018 el 21% de la población vasca contaba con una póliza de este tipo. En 2024 esta tasa se elevó hasta el 32,9%, según figura en el Informe 2025 sobre la evaluación de la sanidad privada en el sistema sanitario de España (SNS) que acaba de publicar el Ministerio de Sanidad. Esto supone un incremento del 56,7% en la contratación de estos aseguramientos en cuestión de seis años. En un contexto de crecimiento generalizado de las pólizas sanitarias privadas en todo el país, Euskadi se sitúa tres décimas por encima de la media nacional (32,6%), pero lejos de las comunidades en las que este tipo de contratos son más frecuentes. Destacan en este campo, por este orden, Madrid, Cataluña y Baleares, donde su porcentaje de ciudadanos con este tipo de pólizas es del 44,6%, 43,4% y 37,9% respectivamente, según el ministerio.

Euskadi cuenta con 35 hospitales. De ellos 18 son públicos y dependen de Osakidetza. Los 17 restantes son de titularidad privada, aunque no todos cuentan con la misma dependencia funcional. Los hay pertenecientes a mutuas colaboradoras con la Seguridad Social (Mutualia); a organizaciones no gubernamentales, religiosas y fundaciones (Cruz Roja, San Juan de Dios, Matia...) y también netamente privados (IMQ, Vithas, Quirón...). Estos 17 centros, tres menos que hace 6 años (la última baja ha sido Onkologikoa tras su integración en Osakidetza), cuentan con un total de 1.209 camas. A lo largo del 2026 el número de clínicas se sabe ya que se reducirá en otras dos unidades menos, cuando se certifiquen los cierres del Sanatorio Bilbaíno y de la Virgen Blanca, tras el traslado de los servicios de este último centro a Zorrozaurre, en proceso de ampliación. Asimismo, los últimos datos remitidos por el Departamento de Salud al Parlamento vasco, a petición de EH Bildu, indican que 214 facultativos de Osakidetza tienen concedida la compatibilidad para ejercer tanto en la red sanitaria pública vasca como en la privada. Para Rebeka Ubera, parlamentaria de la formación soberanista, Osakidetza debería regular «en qué casos y en qué condiciones» se puede conceder a un facultativo esta autorización. EH Bildu considera que los jefes de servicio y otros puestos de responsabilidad no deberían ejercer en ambos sistemas a la vez, porque podrían aprovechar sus puestos «para favorecer el negocio de la privada».

Un agente de la Ertzaintza ha desempeñado desde noviembre de 2023 la coordinación de la seguridad de 45.000 sanitarios en 753 centros después de haber falsificado la documentación con la que logró una plaza creada presuntamente para él. El policía vasco J. J. Q. C. accedió a este puesto adscrito a la Dirección Financiera del Servicio Vasco de Salud aportando un presunto título de licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad del País Vasco con el que cumplir el requisito establecido en la convocatoria de contar con un grado universitario. Dos años y un mes después, la directora general de Osakidetza, Miren Lorea Bilbao, y el director financiero, Xabier Ibarzabal, han decretado su cese ante un presunto delito de falsedad documental. La fulminante destitución del máximo responsable de Seguridad de Osakidetza se adoptó el pasado 11 de diciembre después de que J.J.Q.C. admitiera ante los máximos responsables de Osakidetza que utilizó un título universitario inexistente para lograr una plaza creada para él. Según ha podido confirmar El Mundo, el informe firmado por Bilbao e Ibarzabal acredita que el documento imprescindible para su designación era «falso». 

Con una Euskadi que bate récords en empleo y una juventud que escasea cada vez más en las listas del paro, sectores tradicionales vascos como el vinculado al mar compiten por captar talento. Actualmente la industria marítima vasca mantiene a 14.000 personas, una plantilla que va en crecimiento. Solo en el último año sus contrataciones se han disparado un 5% y nueve de cada diez empresas confirman que necesitarán contratar más durante los próximos cinco años. Lo saben bien en el Foro Marítimo Vasco (FMV), una entidad que engloba a 164 socios entre astilleros, fabricantes de equipos, sistemas navales, proveedores de servicios y empresas vinculadas a la creación de barcos. Según advierten, el principal reto viene de la necesidad de trabajadores cualificados, una materia que ya abordan desde varios frentes, y de un relevo generacional que les costará casi una tercera parte de su plantilla –más de un 30% de su mano de obra– para el año 2030. «No se trata solo de reponer a los trabajadores que se jubilan. Necesitamos perfiles tradicionales como calderería y soldadura, donde faltan personas; pero también talento con especialización naval y marina y personal con competencias relacionadas con los nuevos combustibles (hidrógeno, amoníaco, metanol y los propios buques eléctricos...), la transición verde y digital (para los gemelos digitales, la robótica submarina y la inteligencia artificial) y la eólica offshore», detalla la responsable de Formación y Empleo del FMV, Ana Mendibil. Ésta es una materia en la que ya están trabajando. 

Antonio Arroyo recibe a El Correo sonriente, con folios plagados de apuntes y un libro: ‘Safen Michelin 1934-1984’. Se escribió cuando la multinacional francesa cumplió medio siglo en Euskadi. Y es que antes de Vitoria estuvo la fábrica de Lasarte (Gipuzkoa). También porta un puñado de fotografías del «complejo industrial». Y aquí viene la primera puntualización de este empleado de Michelin desde 2008: «Esta no es una fábrica como se suele decir. Esto son cuatro fábricas en una; es un complejo que no es muy habitual». Su afición por la historia llevó a Arroyo por «archivos de seis provincias» para documentarse antes de escribir dos libros «sobre la temática». El proceso le llevo «dos años y medio» y ese gusto por conocer el pasado continuó cuando este malagueño llegó a la Avenida del Cantábrico. Empezó en los talleres «haciendo bandas de goma», pero a los cuatro años pasó a la escuela de formación interna de la planta alavesa. Ahí se dedica «a la integración de las nuevas personas y la formación propiamente dicha de los oficios». En esta nueva posición fue cuando detectó una carencia. «Al empezar a enseñarle a la gente que está en una empresa con 136 años de historia, eché en falta un material acorde con eso», relata. «Me encontré con una historia oficial, una cronología de los grandes hitos, pero a mí lo que más me gusta son las anécdotas, la historia de la historia». A partir de ahí, este empleado elaboró una presentación de una hora con la historia de Michelin. Un recorrido que «daría para una serie de Netflix tremenda». 

Entrevista cob Félix Lascaray, CEO de LEA. Cuando se le pregunta si en aquellas horas tras el incendio pensaron en algún momento en tirar la toalla responde tajante: “Jamás”. Félix Lascaray, sexta generación al frente de la bicentenaria Lascaray LEA, responde a esta entrevista desde las instalaciones provisionales de la empresa en la calle Eskalmendi. Han sido seis meses “muy duros”, reconoce; y, al mismo tiempo, un ejemplo de resiliencia. La prueba descansa en el almacén: la máquina de 1860 para fabricar velas que pudieron salvar del incendio y que viajará a la nueva planta de Jundiz. "En realidad los días fueron muy duros, estuvimos prácticamente dos semanas en el hotel, generando la estrategia a seguir en los próximos meses para saber cómo atender a los pedidos que teníamos por delante, poder reconstruir en cuanto pudiéramos al menos la parte cosmética, que era donde más empleados tenía la compañía, y poder así salir del ERTE el máximo número de personas lo antes posible..."

En CH Group hay una idea que se repite de forma casi natural: las cosas funcionan porque la gente está a gusto. No como una consigna ni como un mensaje de moda, sino como una forma de entender la empresa que se ha ido construyendo con el tiempo y que hoy se ha convertido en uno de sus principales activos. En un contexto de fuerte crecimiento y transformación, la compañía donostiarra ha decidido poner el foco donde cree que está la clave de su proyecto: «las personas y la cultura compartida», como dice Aritz Ajuria, CEO y presidente del Consejo, en conversación con este periódico. Ese enfoque no es nuevo. Forma parte del ADN de una empresa que nació en 1969 en Donostia dedicada a la venta de maquinaria de hostelería y que, con el paso de los años, ha ido evolucionando hasta convertirse en un grupo especializado en el desarrollo integral de proyectos de cocinas industriales. Lo que sí es nuevo es la dimensión que ha alcanzado ese proyecto y la necesidad de reforzar, más que nunca, «una manera de trabajar basada en la cercanía, la participación y el compromiso».

BilbaoDendak, la primera plataforma de comercio urbano de España, acaba de cumplir 25 años. Agrupa a pequeños comercios y a grandes empresas. Su presidente, Rafael Gardeazabal, cree que «todos pueden convivir» en la capital vizcaína. "En la forma que consumamos crearemos la ciudad que queramos. Si conseguimos que ese dinero se quede en la villa, genere riqueza, empleo, impuestos... Bilbao será mucho mejor. Pido un consumo con sentido común, a poder ser en el comercio de cercanía...Las cosas están complicadas, pero quiero mandar un mensaje. El comercio no está en crisis, sino en una transformación brutal... La media de edad del comerciante de Bilbao y Euskadi es de 53 años. Tenemos que convencerle de que su producto, su modelo de negocio, también debe cambiar. Siempre hablamos de a los que les va mal, pero de los 3.914 comercios que hay en Bilbao, a muchísimos les va bien. ¿Por qué? Porque han sabido adaptarse o se están adaptando... El sector textil no es que esté bajo mínimos, sino que tiene una competencia desleal brutal. Hablamos de eso que llaman ‘fast fashion’ e incluso ‘ultra fast fashion’. Se está convirtiendo en una venta de lo que yo llamo ‘manteros digitales’...Me refiero a los Temu, los Shein... A esa gente que opera desde otros países con patrones oscuros en las redes sociales. Nos engañan y nos invitan a creer que necesitamos comprar porque es barato, barato, barato. Eso está haciendo muchísimo daño...Yo lo repito muchas veces: hace 30 y 40 años se compraba un 70% menos ropa de la que se vende ahora. Y había el doble de tiendas. La ropa se heredaba y duraba. ¿Qué estamos haciendo mal? Estamos convirtiendo la moda en un consumo masivo..."

El año 2026, salvando contratiempos inesperados, no vendrá cargado de tensiones en los precios. Las proyecciones apuntan a que la inflación seguirá su camino hacia la normalización. Trabajadores y pensionistas arañarán algo de poder adquisitivo. También se pronostica que el euríbor se estabilice y no se produzcan sobresaltos en el coste de las hipotecas, pero con el matiz de que la vivienda está más cara que nunca. El coste del suministro eléctrico tampoco tiene visos de abaratarse. Las principales operadoras de telecomunicaciones, de igual modo, han anunciado alzas en el coste de sus paquetes. En el transporte se mantendrán los descuentos vigentes y que se han ido reduciendo de forma progresiva. Queda, con todo, un universo de incógnitas por despejar. Vivienda: 2026 se asoma como un año en el que se fijarán nuevos récords. El buen comportamiento del mercado inmobiliario en 2025, en el que se superará la barrera de las 700.000 compraventas, no hace más que presagiar que poco o nada cambiará. Según las proyecciones de portales como Idealista o Fotocasa, tanto los precios de venta como los alquileres seguirán en alza en 2026, especialmente en aquellas zonas sin topes regulatorios. El volumen de operaciones seguirá creciendo a lo largo de los próximos 12 meses, entre el 3% y el 10%, según estos portales. Una horquilla entre la que también se situará el incremento del alquiler, que orbitará en torno al 6%, según Pisos.com, al albur de una oferta todavía insuficiente y de una demanda que no cesa, a la que se sumarán alrededor de 100.000 nuevos hogares. Sin embargo, el alquiler volverá a concentrar la mayor de las presiones. 

En el mar del Norte británico, cada vez cuesta más distinguir qué pesa más: los barriles de petróleo y los metros cúbicos de gas que aún quedan por extraer o las plataformas que habrá que desmontar tarde o temprano. En ese escenario se inscribe la operación que Repsol y TotalEnergies han cerrado recientemente para fusionar sus activos de exploración y producción en el Reino Unido dentro de Neo Next+, una plataforma conjunta con HitecVision que aspira a convertirse en el mayor productor independiente de la región. El movimiento revela el mayor compromiso estratégico de Repsol para maximizar la gestión de su cartera internacional de activos: reducir exposición en geografías maduras, acotar riesgos operativos y centrar la inversión en negocios con mayor retorno previsible. Neo Next+ nace con ambición de liderazgo al proyectar una producción superior a 250.000 barriles equivalentes de petróleo al día en 2026. TotalEnergies controlará un 47,5%, HitecVision un 28,875% y Repsol un 23,625%. Pero el dato más revelador no es el volumen, sino el pasivo que lo acompaña. En esta cuenca petrolífera madura del mar del Norte, marcada por el declive de los campos y la creciente carga del desmantelamiento, la gestión del final de vida pesa tanto como la producción. No es casual que una parte sustancial del pasivo asociado al cierre de instalaciones —unos 2.300 millones de dólares— haya quedado fuera del perímetro de la operación, asumido directamente por TotalEnergies.

Los imperios coloniales europeos extrajeron recursos ajenos, explotaron a los pueblos sometidos y monopolizaron el control del conocimiento. Todo ello justificado como una misión salvadora. Para la periodista Karen Hao (Estados Unidos), las compañías tecnológicas que desarrollan los grandes modelos de inteligencia artificial (IA) replican, punto por punto, estas dinámicas de extracción y dominio. Elegida como una de las 100 personas más influyentes en el campo de la IA en 2025 por la revista Times, Hao —que prefiere no compartir su fecha de nacimiento— lleva escribiendo sobre esta tecnología desde 2018 para medios como The Atlantic o The Wall Street Journal. Atiende por videollamada desde Hong Kong, donde reside, para hablar de El imperio de la IA (Península), un libro en el que ha reunido más de 250 entrevistas realizadas por todo el planeta y que llegó a las librerías españolas en noviembre. En sus más de 600 páginas, Hao narra el ascenso vertiginoso de OpenAI, las mil caras de su fundador, Sam Altman, y revela la agenda oculta de una industria que, afirma, “está consolidando un extraordinario poder económico y político a través de la desposesión de la mayoría”. La autora sostiene que estas compañías entrenan sus modelos apropiándose de enormes cantidades de datos de internet pertenecientes a personas que no han consentido su uso. En países del Sur Global, señala, “contratan a decenas de miles de trabajadores para realizar tareas de filtrado y moderación de contenido generado por la IA”. 

La hostilidad de EE UU con Europa en todos los ámbitos se hace cada vez más evidente. Solo esta semana ha amenazado de nuevo con hacerse con Groenlandia y ha sancionado a responsables de la regulación del entorno digital. Aún dependiente de Washington en materia de seguridad, la UE está en alerta y dando pasos para ser más autónoma. Pero todavía está obligada a hacer equilibrios, porque el objetivo parece lejano dada la falta de medios clave y las dificultades para avanzar de forma rápida y coordinada. “Europa tiene interés en intentar conservar la mayor capacidad estadounidense posible para tener más tiempo para hacer la transición militar y estratégica”, dice un ex alto cargo de la OTAN. Europa ha entrado en un nuevo estado de alerta ante las señales cada vez más explícitas de que Estados Unidos no solo ya no quiere sostener la carga de garante de la seguridad del continente, sino que manifiesta una abierta hostilidad contra los europeos en ámbitos que exceden la simple competición económica y tecnológica, y tocan la fibra más profunda de las cuestiones estratégicas y de seguridad. El pasado lunes, el presidente estadounidense, Donald Trump, afirmó que su país necesita Groenlandia —territorio autónomo perteneciente a Dinamarca, un aliado atlántico— por razones de seguridad nacional, y que su recién nombrado enviado especial para abordar ese asunto desea “liderar la carga”. “Tenemos que tenerla”, disparó Trump.

Venezuela cuenta con las mayores reservas probadas de crudo del mundo: concretamente, su territorio esconde 303.000 millones de barriles, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Es una cantidad similar a la suma del volumen que atesora Arabia Saudí y Estados Unidos, y se concentra sobre todo en la faja petrolífera del Orinoco, descubierta en 1936. No obstante, el régimen de Nicolás Maduro no es capaz de sacarle todo el jugo a este crudo: si en las décadas de 1990 y 2000 extraía más de tres millones de barriles diarios –en 2005 incluso exportó más de 600 millones a EE UU–, en los últimos años la falta de inversiones –en 2007 el presidente Hugo Chávez nacionalizó el sector expropiando instalaciones a empresas estadounidenses– y las sanciones internacionales han reducido la producción a solo un tercio, y se espera que este ejercicio tenga que conformarse con una cifra que oscilará entre 1 y 1,2 millones. Además, el petróleo venezolano resulta especialmente difícil de producir y de transportar por sus particularidades, entre las que destaca el carácter extrapesado de gran parte del crudo. En algunos casos es incluso más denso que el agua, lo cual dificulta su extracción. Y a esto se suman sus elevadas concentraciones de azufre que obligan a la hidrodesulfuración y complican el refinado. Por si fuese poco, su gran viscosidad hace prácticamente imposible la distribución a través de oleoductos.

China paga con una crisis demográfica 35 años de política del hijo único. La política del hijo único ha sido, quizá, el mayor experimento social de la humanidad. Con el objetivo de frenar a toda costa el crecimiento de la población, durante algo más de 35 años China solo permitió a las familias tener un solo vástago. Los dirigentes comunistas esbozaron las medidas con un eslogan en 1978: “Uno es mejor, dos, mucho, dejando un espacio de tres años”. En 1980 se convirtió en política estatal. Para 1982, el 96% de las familias urbanas estaban teniendo un solo retoño, según la Encuesta de Hogares Urbanos. Mediante un sistema de multas y penalizaciones para quien no cumpliera, se frenó en seco la natalidad del entonces país más poblado. Hasta que la política se convirtió en un problema. Con la pirámide poblacional en proceso de inversión, Pekín le puso el punto final en 2016, permitiendo a las parejas tener dos hijos para “equilibrar el desarrollo demográfico y abordar el desafío de una población que envejece”. No lo ha logrado. 10 años después, el descenso de la natalidad es uno de los mayores quebraderos de cabeza para el Gobierno chino. Su sombra es alargada. Durante su aplicación, la política del hijo único dio lugar a historias terroríficas de abortos, abandonos y pequeños que crecieron sin ser registrados. Se cebó especialmente con las niñas, a las que muchas familias desdeñaron. A la vez, se moldeó un nuevo tipo de sociedad de hijos únicos, conocidos como “pequeños emperadores”, críos hiperformados y plagados de atenciones, que se han hecho adultos mientras el PIB de China crecía a una media del 10% y el país ascendía al Olimpo de las superpotencias.