20231125

Terremoto en la política vasca y española. La noticia de que el PNV prescindirá de Iñigo Urkullu como candidato a lehendakari pilló por sorpresa a todos dado el peso que su figura tiene en el partido y dentro y fuera de Euskadi. El propio interesado, que ha encadenado tres mandatos consecutivos, había reiterado que se sentía «con fuerzas para seguir», lo que ha provocado aún más perplejidad. Movimiento de gran calado y de implicaciones aún por calibrar en la política vasca. Tras meses de debate interno con sordina y de dudas azuzadas por los malos resultados electorales, el PNV ha optado finalmente por dar un volantazo radical y precipitar un «cambio de ciclo», no sólo de caras sino también con vocación de relevo generacional, con una primera consecuencia inesperada hasta hace sólo unas semanas: el adiós de Iñigo Urkullu que, tras encadenar tres legislaturas consecutivas en el cargo, no será el candidato a lehendakari en las próximas elecciones autonómicas vascas. En esta ocasión, el PNV no ha sido fiel a la máxima ignaciana popularizada por Xabier Arzalluz que recomienda no hacer mudanza en tiempos de desolación y ha optado por buscar un revulsivo para intentar frenar en las urnas el empuje de EH Bildu. Una izquierda abertzale que ha sabido rentabilizar al máximo su nuevo papel institucional en Madrid y amenaza como nunca la hegemonía electoral de los jeltzales, que perdieron más de 86.000 votos en las municipales y forales de mayo y 100.000 en las generales de julio, mientras les mira de tú a tú en el Congreso, situados ambos en el mismo lado de la historia, el de los partidos que integran la heterogénea mayoría que sostiene a Pedro Sánchez.

Cerebral, meticuloso, reflexivo y «predecible». Así ha sido siempre Iñigo Urkullu Renteria (Alonsotegi, 1961). Un dirigente poco amigo de las sorpresas, que había convertido la falta de épica y la querencia por la certidumbre en una marca de la casa que había sido premiada en las urnas. En tiempos revueltos, la sociedad vasca veía en su figura un valor seguro. Una especie de refugio en la tormenta. Por eso su adiós, la decisión del Euzkadi buru batzar de no contar con él, es como el reflejo inverso de su trayectoria. Un golpe de efecto inesperado cuyas consecuencias están por ver. Poco dado a las estridencias, la trayectoria política de Urkullu es la de un hombre por encima de todo leal al partido. Aquel «chico formal», al que Xabier Arzalluz menospreciaba con el apelativo de «maestrillo» –es diplomado en Magisterio por la rama de Filología vasca–, que fue clave primero para que el PNV cerrase las heridas internas abiertas tras el proceso entre Josu Jon Imaz y Joseba Egibar y que, después, no solo recuperó la Lehendakaritza para los jeltzales, sino que con el paso del tiempo se ha convertido en uno de los líderes políticos más valorados de toda España. En su entorno siempre le han considerado como una especie de jugador de ajedrez, calculando todos sus movimientos, los pasos a dar. Meticuloso. Quizá por eso en los últimos meses buscaba reforzar su imagen pública y política. Lanzando propuestas –la «convención constitucional»–, intensificando sus intervenciones públicas, defendiendo su gestión a capa y espada... Como si intuyese que alguien estaba apostando por «un cambio de ciclo» y él quisiese demostrar que no, que tenía cuerda para rato. Y eso a pesar del evidente desgaste de los últimos años. Los problemas en Osakidetza, los conflictos en la Ertzaintza o la creciente conflictividad laboral y social estaban minando la imagen de buena gestión que Urkullu siempre ha querido dar a sus gabinetes.

La decisión del PNV de prescindir de Iñigo Urkullu como candidato a un cuarto mandato precipita un cambio de ciclo que, lejos de detenerse ahí, se extenderá después al propio partido, aunque manteniendo la tradicional bicefalia que siempre le ha caracterizado. La formación nacionalista celebrará en 2024, o a más tardar en 2025, su novena Asamblea General con el objetivo de rematar su renovación y abrir una nueva era que, salvo sorpresa mayúscula, implicará la salida de Andoni Ortuzar tras más de una década al frente del Euzkadi buru batzar (EBB). El PNV ha vivido en este periodo una de las épocas de mayor estabilidad y paz interna desde la instauración de la democracia, máxime tras un comienzo de siglo especialmente turbulento por la deriva soberanista abanderada por el exlehendakari Juan José Ibarretxe; los conflictos en Sabin Etxea que acabaron con la retirada de Josu Jon Imaz; y, sobre todo, la pérdida de Ajuria Enea en 2009 tras tres décadas de forma ininterrumpida en el poder. Urkullu, primero, y Ortuzar, después, emprendieron al frente del EBB un exitoso viraje hacia coordenadas más moderadas y constituyeron un tándem sincronizado. Al menos hasta ahora. El actual líder del PNV sucedió al todavía lehendakari en el despacho de la quinta planta de Sabin Etxea en enero de 2013. 

«Después de lo ocurrido en Vitoria es posible que Michelin necesite menos plantilla». Lo dijo César Moñux el pasado julio, en la que fue la última entrevista del anterior director de la factoría alavesa antes de emprender una nueva etapa en la multinacional. La plantilla acababa de rechazar el convenio que el resto de plantas del grupo en España había aceptado. Cinco meses después, agravado el escenario económico y sobre todo el social, esa predicción (o aviso) se cumplía ayer. Como adelantó ayer elcorreo.com en exclusiva, la dirección de la factoría, con su actual CEO David Udakiola al frente, anunció al comité de empresa un ajuste del 4% de la plantilla. Prescindirá de 150 de sus alrededor de 3.500 empleados. Un muy considerable recorte para la fábrica, la más grande de las cuatro que posee el grupo en España y la segunda mayor industria de Euskadi por volumen de personal. Es lo que se trasladó en un encuentro en el que también se anunció la paralización de inversiones por valor de 75 millones. Michelin habla de ‘excedente’ de personal y no de ‘despidos’, lo que ahora abre un periodo en el que los sindicatos intentarán «minimizar» el impacto y buscar soluciones a través de prejubilaciones, traslados u otro tipo de bajas incentivadas. El calendario laboral de 2024, el de «menor carga de trabajo en las dos últimas décadas», es el que marca este reajuste de plantilla inédito en al menos 15 años, cuantificaron algunas centrales. En la última década han estado en vigor acuerdos de flexibilidad que permitían ajustar los grupos de trabajo a los vaivenes de pedidos. Un sistema prácticamente único en Euskadi que ahora se altera. El grupo francés plantea suprimir en algunas áreas lo que en la planta se conoce como los quintos equipos: una de las derivadas del sistema de trabajo que sostiene la actividad en la factoría.

El particular pinchazo que encara Michelin Vitoria con el ajuste de 150 trabajadores constituye la puntilla a los problemas de la fábrica tras dos años de curvas económicas y sociales. Dejado atrás el golpe de la pandemia, no sin grandes esfuerzos, el estallido de la guerra en Ucrania volvió a frenar la actividad de la factoría alavesa. A la difícil coyuntura internacional de los últimos cursos se ha sumado una conflictividad que ha ido en aumento junto a un elevado absentismo. Inaugurada el 5 enero de 1966, como si de un regalo en la víspera de Reyes se tratara, en estos 57 años la fábrica se ha convertido en un referente dentro del grupo y a día de hoy es la mayor de la firma gala en toda la geografía española. Desde la década del 2000, con el bache de la crisis del 2008 de por medio, la cifra de trabajadores ha fluctuado «entre 3.200 y 3.600, con subidas y bajadas en función de la producción», repasan fuentes sindicales. En esta exitosa trayectoria que ha impulsado la economía alavesa ahora vuelven a saltar las alarmas. La caída de pedidos y la tensión social se han intensificado desde 2022, cuando se celebraron elecciones sindicales de las que salió un nuevo comité, similar al anterior, pero más fragmentado. En la votación del convenio, el pasado junio, Vitoria fue la única fábrica donde la plantilla lo rechazó, aunque se aplicó tras el voto a favor de las otras factorías. Esto decantó la ruptura del personal de Michelin Vitoria con el resto de plantas (el llamado Comité Intercentros, donde no está Lasarte) en un apretado referéndum en octubre. Un remate que agravó la división y elevó la inquietud en la dirección.

A SEA-Empresas Alavesas no le sorprendió ayer en exceso el anuncio de Michelin de recortar personal e inversiones en los próximos años. Hace tiempo que la organización presidida por Pascal Gómez viene alertando sobre los problemas que tiene la industria del territorio histórico y cómo el futuro de muchas está en entredicho, por lo que es necesario tomar decisiones para evitar que bajen la persiana. «Obviamente, Michelin, como cualquier empresa, tiene que tomar medidas que traten de asegurar su supervivencia como compañía», declaran a este periódico fuentes de SEA. Y es que el panorama no es muy halagüeño, según la patronal. Su observatorio más reciente desvelaba que el 69% de los empresarios aseguraban que la situación del mercado es de «estancamiento o recesión» y que el 64% esperaba que sus resultados a final de año iban a ser «similares o peores» a los de diciembre de 2022. «Estamos ante un grave problema de competitividad que afecta a todos los fabricantes europeos de neumáticos para turismos frente a los fabricantes asiáticos», alertan los portavoces consultados de SEA-Empresas Alavesas. Además de los trabajadores que fichan a diario en la planta de la Avenida del Cantábrico, se calcula que la factoría genera un importante empleo inducido, de unas 13.000 personas, a través de 600 proveedores. Muchas de esas empresas son alavesas y han recibido el anuncio de la firma gala con auténtica expectación. En algún caso, también con preocupación contenida ante la posibilidad de ver suc artera de negocio comprometida. «No cabe duda de que (Michelin) es para nosotros un cliente importante, por eso cualquier dificultad que atraviese claro que inquieta», reconoce el responsable de una firma de servicios. «A pesar de todo, estoy convencido de que este momento pasará», confía el empresario.

La dirección de la planta vitoriana de Michelin telefoneó ayer por la mañana a las principales autoridades del territorio histórico para comunicarles que había decidido prescindir de 150 trabajadores y frenar las inversiones sobre las que venían trabajando conjuntamente. Fue un inesperado jarro de agua fría que nadie esperaba cuando descolgó la llamada. Es cierto que hace meses que se barruntaba una decisión drástica en la Avenida del Cantábrico, pero se confiaba en que los mensajes de confianza trasladados desde las instituciones públicas sobre la empresa hubiesen servido para evitar semejante desenlace. No hubo suerte y la comunicación sólo sirvió para confirmar los peores presagios. En esa conversación, según detalló posteriormente el diputado general, Ramiro González, se les explicó que el calendario laboral del próximo año va a estar «fuertemente condicionado» por el descenso de pedidos tanto en turismos como en ingeniería civil y a partir de ahí justifican la decisión de reducir su plantilla. «Me han trasladado que tenían que hacer frente a la menor producción de los últimos veinte años», afirmó. Es una noticia muy difícil de digerir porque inevitablemente perjudicará a la economía de los alaveses y a las previsiones de crecimiento. González parece que ya lo veía venir. «Es una obligación de todos hacer lo que esté en nuestras manos para garantizar su permanencia (en Vitoria)», avisó hace mes y medio cuando a pocos se les pasaba por la cabeza una medida de este calado. «He trasladado a la dirección mi preocupación por esas 150 personas y la necesidad de buscar una solución para cada una de ellas. Me preocupa el descenso de pedidos que está afectando al sector y también el anuncio de paralizar las inversiones previstas en la planta de Vitoria con su posible ampliación», lamentó el máximo dirigente foral. 

La negociación colectiva sigue mostrando avances en Euskadi. Al finalizar octubre, el 60% de los trabajadores tenía sus convenios actualizados y el aumento salarial de los acuerdos vigentes en Euskadi y negociados en la comunidad alcanzaba el 4,4%. En aquellos firmados y registrados a lo largo de este mismo ejercicio la subida era aún mayor y se elevaba hasta el 4,8%, por encima de la media nacional y de la inflación, que ronda el 3,5%. Son datos recogidos en el informe bimensual del Consejo de Relaciones Laborales (CRL) vasco publicado ayer. El incremento salarial es diferente en los convenios negociados en Euskadi y aquellos pactados a escala estatal y con incidencia en la comunidad. En el caso de los acuerdos vigentes, en el primer caso la subida es del 4,4% y en el segundo, del 3,4%. Dentro del País Vasco, además, hay fuertes diferencias por territorios. En Gipuzkoa el incremento salarial se dispara hasta el 5,6% mientras que en Álava no llega ni al 3% –2,9%, en concreto–. Bizkaia se sitúa en un término medio, con el 4%. En los convenios registrados este mismo ejercicio, con una media del 4,8% en Euskadi, también se observa un reparto desigual: 5,6% en Gipuzkoa, 4,1% en Álava y 3,9% en Bizkaia. En su análisis el CRL destaca los datos tan positivos logrados este año por la negociación colectiva, tradicionalmente muy tortuosa. El porcentaje del 60% de trabajadores con sus convenios actualizados «aumenta en casi 20 puntos el que había por estas fechas el año pasado, ya que entonces solamente alcanzaba el 41%». En lo que respecta a la jornada, el CRL destaca en su informe que la media de los convenios negociados en Euskadi ronda las 1.686 horas anuales, por debajo de las 37,5 horas semanales (1.712 anuales) que contempla el pacto de investidura de PSOE y Sumar. 

La pandemia, la guerra en Ucrania, una creciente tensión en Oriente Próximo, el futuro de Argentina tras el triunfo del ultraderechista Javier Milei… El impacto y los retos que supone ese escenario global tan convulso en una economía local tan exportadora como la de Euskadi fueron ayer objeto de debate en una nueva edición del Foro Finanza. El encuentro impulsado por Elkargi, con el patrocinio de PKF Attest y las diputaciones de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, además de la colaboración de El Correo y Diario Vasco, permitió a los líderes empresariales de Euskadi compartir ideas sobre el futuro. En una clara referencia al surgimiento de China como nueva potencia mundial –«las grandes placas tectónicas del mundo están cambiando»–, José Luis Curbelo alertó del «blindaje del comercio internacional» que se está viviendo en la actualidad. «Estamos utilizando el comercio exterior y la inversión extranjera como elementos de una lucha política», puntualizó. Las empresas están definiendo «cuál es el núcleo donde se encuentran cómodas». Con carácter previo a ese diálogo, Lander Arteche, el presidente de Elkargi, fue el encargado de dar la bienvenida a los asistentes y enmarcar el foro. En un «escenario internacional de desaceleración» donde destacan mercados importantes para Euskadi como Alemania o Francia, Arteche defendió la necesidad de la colaboración público-privada. Un ámbito en el que la propia Elkargi destaca como «herramienta eficaz para canalizar flujo financiero al tejido empresarial».

Alemania es, con diferencia, la mayor economía de Europa, representando alrededor del 20% del PIB de toda la UE y más del 28% de la zona euro. En otras palabras, si Alemania se resfría, la economía del bloque comunitario se resiente. Y Alemania está enferma desde hace varios trimestres, flirteando con una posible entrada en recesión técnica de la que no consigue alejarse. La Oficina Federal de Estadística de Alemania (Destatis) corroboró ayer que la economía germana se contrajo un 0,1% en el tercer trimestre tras haber mostrado un encefalograma plano en el primero y haber crecido un anémico 0,1% en el segundo. En tasa interanual, el PIB germano cayó un 0,4% entre julio y septiembre, asomándose de nuevo al abismo de la recesión, un riesgo cada vez más probable. Se confirma así que la gran locomotora europea ha dejado de serlo para convertirse, al menos de momento, en un lastre para el conjunto de la economía de la región, donde el PIB retrocedió un 0,1% en tasa trimestral en la zona euro y se estancó por segundo trimestre consecutivo en la UE. “Tras el débil desarrollo económico observado en el primer semestre de 2023, la economía alemana comenzó el segundo semestre del año con un ligero descenso en su rendimiento”, señaló ayer Ruth Brand, presidenta de Destatis, para referirse a la situación de la otrora potente economía germana, hoy en realidad una economía noqueada por su dependencia del gas ruso y los altos precios energéticos, cuyo impacto amenaza con ser duradero, a lo que se añaden factores como un déficit de inversiones en infraestructuras, la falta de mano de obra cualificada o el envejecimiento de la población.

El presidente y el consejero delegado de Siemens Gamesa, Christian Bruch y Jochen Eikholt, transmitieron ayer un mensaje tranquilizador a los representantes sindicales de la compañía en España, con los que se reunieron en Madrid. Sin detalles y a falta de concreción, los máximos responsables de la empresa dieron a entender que descartan ajustes de plantilla en España –aún no se ha ejecutado del todo el último proceso de adelgazamiento pactado que se inició a principios de año y que culminará en 4046–, y aseguraron incluso que quieren reforzar el papel de sus instalaciones en este país. Sí han concretado, en esta línea, que España acogerá toda la producción de aerogeneradores terrestres destinados al mercado europeo. Al encuentro, además de los directivos de Siemens Gamesa, asistieron los secretarios generales de las federaciones de industria de CC OO y UGT, junto a delegados sindicales de ambas formaciones en la empresa. Al término de la reunión, ambas centrales valoraron «de forma positiva el encuentro». Un portavoz de la compañía aseguró al término de la reunión que «España es y seguirá siendo un país importante para nuestra empresa, ya que Europa es uno de nuestros mercados más relevantes. La generación eólica sigue siendo un pilar de la transición energética y requerirá tanto del negocio ‘Onshore’ como del ‘Offshore’. Ahora tenemos que cambiar el rumbo del negocio eólico, solucionar nuestros problemas de calidad y volver a la rentabilidad lo antes posible, sobre la base de un entorno laboral estable y seguro».

Con cuentagotas, Siemens Energy, la matriz alemana de la antigua Gamesa, ha empezado a poner cifras al seísmo que han desatado en la compañía los fallos de su plataforma 5X. El modelo que en su día fue presentadocomo el campeón de los aerogeneradores, capaz de ofrecer las mayores tasas de eficiencia del mercado, ya ha obligado a poner en cuarentena 300 grandes contratos. Esa fue la cifra que la cúpula de la matriz compartió por primera vez ante los inversores el martes, en el Capital Markets Day del grupo. Estos fallos técnicos están obligando a revisar cientos de máquinas ya entregadas y a frenar la producción de otras tantas encargadas. La situación amenaza con retrasos que podrían derivar en incumplimientos de contratos por parte del fabricante lo que, a su vez, abriría la puerta a reclamaciones de los clientes, un riesgo frente al que el grupo ya ha provisionado 1.000 millones adicionales, disparando esta partida casi un 50% frente a los niveles de 2022. El problema en la gama 5X, que después se ha detectado en una segunda, la 4X, afloró hace más de un año. Ya en su último informe anual, de septiembre de 2022, Siemens Gamesa advirtió de que la industrialización de dicha plataforma había avanzado «más lentamente de lo inicialmente planificado» y de que se habían experimentado «costes adicionales relacionados con mayores tasas de fallos y reparaciones en componentes de plataformas Onshore (terrestres) ya establecidas».

Casi 24 horas tardó ayer la plataforma de pagos Redsys en ofrecer su versión sobre la caída del sistema que bloqueó las transacciones con tarjetas de crédito y Bizum horas antes del inicio de Black Friday. Era la segunda incidencia de este tipo en menos de una semana. La anterior, el pasado sábado, tardó horas en solucionarse y afectó a un número aún mayor de consumidores, bancos y comercios. Todos ayer activaron las alarmas ante la repetición del colapso y sus posibles implicaciones. «Ambas incidencias han sido puntuales, fortuitas e independientes entre sí [...] Es la primera vez que un hecho así ocurre en los más de 12 años que la empresa lleva prestando este servicio» en España, aseguró la compañía en un comunicado. En el pasado se habían registrado fallos puntuales, pero ninguno de la magnitud y el alcance de los de esta semana y eso es lo que ha puesto en jaque a las distintas partes afectadas. «Nos preocupa que se ponga en cuestión la seguridad y robustez del sistema, que es algo que está fuera de dudas», decían ayer desde una de las entidades financieras afectadas por el incidente. Redsys es uno de los raíles –tuberías, arterias o pasarelas– que articulan el sistema de pagos en España. No es el único procesador, pero sí el principal porque es el que utilizan la mayoría de bancos del país. Su caída afecta a todas las transacciones con tarjetas, cajeros y Bizum que dependen de él. Y son muchas. De ahí la preocupación de estos días. Lo único en lo que coincidían ayer todas las partes consultadas es en que las caídas no han sido fruto de un ciberataque, sino de cuestiones operativas. Tanto el Banco de España como el Ministerio de Asuntos económicos descartaron el viernes esta hipótesis y lo mismo repetían en el sector financiero. A partir de ahí, nadie sabía nada: ni los motivos de los fallos consecutivos, ni el alcance, ni sus consecuencias, ni si podrían volver a repetirse.

China lidera la carrera del coche eléctrico. El gigante asiático no sólo empezó antes con la tecnología eléctrica, sino que lo hizo con más empeño y con el total apoyo por parte de su Gobierno. Ahora recoge los frutos de esta apuesta y, una vez asentado el modelo dentro de sus fronteras, está inmersa en una fuerte expansión internacional ante la que los fabricantes europeos no pueden competir (por ahora) ni en precio ni en tecnología. A pesar de que todavía las firmas del gigante asiático sólo representan un 2,3% del mercado europeo, es de esperar que próximamente pasen a tener una relevancia considerable en la región. El principal argumento con el que llegan las compañías chinas es una buena relación calidad-precio –en ocasiones prima más el precio que la calidad–. Esto representa un gran desafío para los fabricantes europeos, japoneses, surcoreanos y de EEUU, ya que su tecnología eléctrica no es tan madura y no pueden ajustar tanto el precio. Dando por hecho que la calidad de las marcas tradicionales es buena, ahora les toca rebajar los costes para competir. Por ello, grupos como Stellantis, VW o Renault han anunciado que lanzarán modelos eléctricos por debajo de 25.000 euros. Según un informe de Jato Dynamics, los coches eléctricos en Europa tienen un precio medio (datos de la primera mitad de 2023) de 66.864 euros, lo que supone más que duplicar los 31.165 euros de China y se sitúa en el mismo entorno que el dato medio en EEUU (68.023 euros). Esto muestra un desposicionamiento de Europa y EEUU en el precio de los coches eléctricos respecto a China. Además, en lugar de reducirse la diferencia, ésta aumentó entre 2022 y 2023, ya que en China el precio bajó un 2% entre la primera mitad de 2023 y la de 2022, mientras que en Europa subió un 20% y el alza fue del 7% en EEUU.

El grupo Volkswagen compagina las obras de la fábrica de baterías en Sagunto con la formación de trabajadores. PowerCo, filial de la marca alemana, ha contratado ya a cerca de 70 personas. El proyecto de la planta recupera talento que había dejado España Un solar de 200 hectáreas, una inversión de 3.000 millones de euros, una planta para acoger a miles de trabajadores formados específicamente y la implantación de una tecnología innovadora son cuatro de las patas del proyecto de la gigafactoría de baterías que el grupo Volkswagen tiene para Sagunto (Valencia). La iniciativa se desarrolla a través de una de sus filiales, PowerCo, que trasladó su sede social a Valencia y desde donde se ha empezado a montar la gigafactoría desde cero con el objetivo de que esté en marcha en 2026. Hace justo un año, PowerCo firmó el contrato del primer empleado. Una decena de trabajadores de Seat, también del grupo Volkswagen, se trasladó a Valencia para la puesta en marcha de las oficinas. Una de ellas fue Paloma Ortega (45 años), ingeniera de telecomunicaciones, que tomó el mando cuando “ni las paredes estaban puestas”, tal como describe. “No había ni un aquí al que venir”, cuenta para evidenciar que el punto en el que empezaron. Comprar teléfonos y ordenadores para los recién llegados, marcar los puntos de luz y de conexión, diseñar los espa- cios para las mesas... “Hay muchas cosas que hacer antes de empezar a producir”, asegura Ortega.

La visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a Israel, Palestina y Egipto, junto con el primer ministro belga, Alexander de Croo, terminó ayer en una crisis diplomática. El Ejecutivo israelí convocó a la embajadora española y al de Bélgica, y consideró que las declaraciones de Sánchez “dan apoyo al terrorismo”. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, citó a la embajadora israelí y señaló que las palabras de su Gobierno “son totalmente falsas e inaceptables”. Sánchez había dicho en Rafah, la ciudad egipcia fronteriza con Gaza: “La matanza indiscriminada de civiles inocentes, incluidos miles de niños y niñas, es completamente inaceptable”. Y abrió la puerta al reconocimiento por España del Estado palestino aunque no se produzca en el marco de la UE. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró que esas afirmaciones “no ponen plena responsabilidad sobre Hamás por los crímenes contra la humanidad que ha perpetrado”. El PP acusó a Sánchez de ser un “imprudente en política exterior”. Israel ha desatado una crisis diplomática con España y Bélgica, actual y próximo presidentes de turno de la UE, tras la visita que ambos han realizado juntos a ese país, a territorios palestinos y a Egipto. Israel convocó a la embajadora española por las declaraciones de Pedro Sánchez en Rafah, la ciudad egipcia fronteriza con Gaza. 

Cebek y Úbico organizaron una cena en San Mamés Jatetxea a favor de la Asociación Española contra el Cáncer en Bizkaia. El cáncer, que padecen una de cada tres mujeres y uno de cada dos hombres en España, es una de las enfermedades que más preocupan a la humanidad. La lucha contra los tumores, en la que están inmersos miles de investigadores, no es fácil, aunque cada día se abren ventanas a la esperanza para millones de personas. Porque la única solución es la investigación y lo avances son indiscutibles. En las últimas dos décadas ha aumentado un 20% la supervivencia de la población. Pero en esta lucha es vital que el diagnóstico sea precoz , para que la enfermedad sea predecible, curable o cronificable. Lo único que se necesita para ello es que haya dinero suficiente. Cebek (Confederación Empresarial de Bizkaia), que preside Carolina Pérez Toledo, y la compañía de gestión de viajes Úbico, representada por Idoia Recondo y Leticia Pastor, se sumaron a esta causa organizando ayer una cena solidaria, a la que asistieron un centenar de personas. Fue en el restaurante San Mamés Jatetxea by Fernando Canales y estuvo preparada por preparada por su chef, Óscar Escribano. Tenía como fin recaudar fondos a favor de la Asociación Española Contra el Cáncer en Bizkaia, que preside Mila Gullón, y cuya gerente es Verónica Malda. Los fondos se destinarán a la investigación y para dar apoyo a los pacientes y a sus familiares durante todo el proceso oncológico. A la cena, presentada por Igor del Busto, en la que la soprano Miren de Miguel, acompañada al piano por Patxi Galarraga, interpretó arias de ópera y diversos temas musicales, asistieron numerosos representantes de empresas y entidades del territorio.