20230729

La economía sorprendió a todos los analistas con un fuerte crecimiento en los últimos trimestres, a pesar de los malos augurios que anticipaban un frenazo o incluso una recesión por escasez de gas, pero se empieza a moderar en el segundo trimestre del año por efecto del parón que sí ha tenido lugar en el resto de Europa y su impacto sobre las exportaciones. En concreto, el ritmo de avance del PIB se moderó al 0,4% en el segundo trimestre del año con respecto al primero, de acuerdo con los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) una décima menos que en el arranque del año, algo que se puede achacar fundamentalmente a los problemas del sector exterior, la agricultura y la industria, mientras que el consumo, el gasto público, la inversión y el sector servicios siguen creciendo con mucha intensidad. Con todo, los datos positivos no pueden ocultar el progresivo enfriamiento de la economía nacional conforme se agota el rebote desde los mínimos de la pandemia, ya que el crecimiento interanual frena del 4,2% en el primer trimestre al 1,8% en el segundo.

Tras dos meses de caídas hasta llegar a la tasa más baja en dos años, la inflación volvió a repuntar en julio por el encarecimiento de los carburantes y los paquetes turísticos en comparación con los precios que tenían hace un año. Así, el IPC ha trepado hasta el 2,3%, según los datos adelantados ayer por el INE, lo que supone cuatro décimas más que en junio y, aún así, una de las tasas más bajas de toda la UE, cerca del objetivo del BCE (2%). Estadística también atribuye el aumento a la subida del vestido y el calzado. Por el contrario, se abarataron la electricidad y el gas respecto al mismo periodo del pasado año, cuando el coste de la energía estaba disparado por el estallido de la guerra de Ucrania. Desde el Ministerio de Economía se felicitan por estos datos y aseguran que la contención del indicador en los últimos meses se debe a que la política económica del Gobierno «funciona». El IPC de julio demuestra, a su juicio, la «progresiva estabilización de los precios». Según Economía, el hecho de que la inflación se haya mantenido por segundo mes consecutivo en el entorno del 2% «favorece la competitividad de las empresas españolas y la ganancia de poder adquisitivo de los salarios». No hay que olvidar que hace solo un año la inflación se situaba en su punto más alto de las últimas décadas. En julio de 2022 los precios llegaron al 10,8%, pero a partir de entonces se empezaron a moderar hasta los niveles que se registran actualmente, cerca del objetivo del BCE. La tasa que está siendo más complicada de revertir es la subyacente –que no tiene en cuenta alimentos frescos y energía–, que en julio de hace un año estaba en 6,1% y hoy sigue en niveles muy similares (6,2%).

La Cámara de Comercio de Bilbao se sumó ayer a la ola de los buenos datos económicos que se van conociendo estos días, como el del empleo con una tasa de paro en Euskadi por debajo del 8%. Así, avanzó una previsión de crecimiento para Bizkaia del 1,7% del PIB, una décima más que la fijada por el Gobierno vasco para el conjunto de la comunidad autónoma, y además vaticinó que 2024 será mejor que este año. En la presentación del informe de coyuntura, el presidente de la institución, José Ignacio Zudaire, confirmó que la economía vizcaína recuperó a finales del pasado año los niveles de actividad previos a la pandemia y sí reconoció que en el primer trimestre de este 2023 se ha notado una desaceleración. Los responsables de la Cámara de Comercio de Bilbao dieron además los detalles de la encuesta de coyuntura sobre las empresas vizcaínas. En todas las variables se detecta una tendencia al optimismo con un mayor porcentaje de empresas que afirman registrar crecimiento en sus previsiones de producción y facturación. Según los resultados, en cuanto a la producción y las ventas, respecto al primer semestre del año pasado se da un avance de un 41% y un 46% más, respectivamente. Además, el 41% de las compañías afirma haber aumentado sus precios de venta. En cuanto a la cartera de pedidos, el 75% la considera elevada o adecuada y el 94% considera reducidos los niveles de ‘stock’ de materia prima y producto fabricado. Los problemas sí se acusan más en el capítulo de los costes. Las compañías encuestadas afirman estar muy impactadas por la inflación y la subida de costes salariales, con una media de 3,7 de valoración en una escala de 5. El siguiente problema en importancia es la contratación de talento, una cuestión que genera más quebraderos de cabeza aún que la financiación que, con un crédito encarecido por los tipos de interés, cierra los puntos negros del diagnóstico.

La firma alavesa Tubos Reunidos obtuvo un beneficio neto de 54 millones de euros en el primer semestre del año, un periodo en el que ha tenido el viento de cola. Los responsables de la compañía, sin embargo, ya han advertido de que la segunda mitad del año tendrá otro signo debido a la caída de pedidos. Los ingresos de este fabricante de tubos sin soldadura –buena parte de su producción está destinada a la explotación de pozos de petróleo– se han situado en 333 millones de euros en este periodo, lo que ha supuesto un aumento del 36% en relación al mismo periodo de 2022. Es el resultado de un efecto combinado por el aumento de la demanda de tubos y también el incremento de precios que se registró ya en la recta final del pasado año. Los datos han permitido a la empresa respirar tras atravesar una profunda crisis desatada por el hundimiento de los precios del petróleo y, al mismo tiempo, por la imposición de un arancel del 25% por parte de la administración norteamericana. Tubos Reunidos fue una de las empresas que accedieron al rescate aprobado por el Gobierno e instrumentado a través de la Sepi, que se concretó en la concesión de créditos por un importe de 113 millones de euros. La sustitución del arancel por un sistema de cuotas para las ventas en Estados Unidos y las nuevas inversiones en explotaciones petrolíferas –a rebufo del aumento de precios del crudo registrado el pasado año– animaron la demanda el pasado año y provocaron también un aumento de precios. El mercado norteamericano sigue siendo crítico para esta compañía ya que ha vendido en Estados Unidos el 52% de su producción en el primer semestre. Pero la empresa ya ha advertido de que este año va a tener dos partes claramente diferenciadas. Si la primera ha sido brillante en todas sus magnitudes, la segunda apunta bastante peor. La señal más clara, al margen del pulso directo en el mercado, es el notable descenso de la cartera de pedidos, que se situaba a finales de junio en 151 millones de euros. Esto es, menos de la mitad de la cartera que había hace ahora un año o a finales del pasado mes de diciembre. Ver nota Tubos Reunidos. 

El Gobierno vasco y Sidenor han anunciado la creación de una sociedad conjunta, al 50%, que ha adquirido ocho parques fotovoltaicos en Cataluña, con una capacidad de generación de 43 megavatios de electricidad a la hora. El objetivo de esta operación es garantizar el suministro de electricidad renovable a la compañía siderúrgica vasca, mediante un contrato de largo plazo, que permitirá avanzar en el proceso de descarbonización en la producción de aceros especiales. La inversión en la compra de estos parques se eleva a 40 millones de euros. La operación se ha instrumentado a través de una sociedad denominada Eguzkind. La operación fue anticipada, aunque de forma parcial, el pasado mes de junio por el presidente de Sidenor en una intervención pública. José Antonio Jainaga justificó la necesidad que tiene la industria siderúrgica de superar los problemas que han surgido con el encarecimiento de la energía. Desde que se disparó el precio del gas las tarifas eléctricas también han experimentado un crecimiento importante, al tiempo que reveló un punto débil de la industria electrointensiva: que carecía de contratos de suministro de largo plazo. El fabricante vasco de aceros especiales será el primer productor de acero en España que opte por la compra de instalaciones de generación, lo que también le permitirá certificar el origen renovable de la electricidad y avanzar en el proceso de descarbonización de su proceso de producción. Ver nota conjunta aquí

Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) presentó ayer sus resultados correspondientes al primer semestre, periodo en el que se apuntó un beneficio neto de poco más de 36 millones de euros, lo que comporta un incremento sobre el mismo periodo del año pasado del 11%. Según la documentación enviada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la firma pilotada por Javier Martínez Ojinaga cerró el mes de junio con una cartera de pedidos récord de 13.337 millones de euros, un 1% más, y con unas ventas en esos seis meses también inéditas (tanto en trenes como en autobuses) y que alcanzaron los 1.877 millones tras crecer un 23% interanual. Por otro lado, la contratación (los pedidos del semestre) sumó 1.964 millones de euros (un 26% menos que en 2022, que en este sentido fue un ejercicio extraordinario), cifra que no incluye otros 400 millones en contratos adjudicados, anunciados pero aún no firmados oficialmente. En este sentido, la multinacional destacó el «interesante perfil» de los contratos ganados, ya que incluyen extensiones y ampliaciones de otros anteriores (lo que denota la confianza de los clientes), como el peso de las soluciones y sistemas integrales (un 25% del total) y el hecho de que los pedidos se hayan logrado en «geografías de alta prioridad como España, Francia, Alemania o Reino Unido».

La empresa vasca Industria de Turbo Propulsores, ITP, ha presentado con un notable retraso y tan solo de forma sintética sus resultados económicos del pasado año, marcados por la recuperación del sector aeronáutico tras la crisis de la pandemia. Sus ingresos ascendieron a 1.047 millones de euros, un 14% más. La empresa controlada por el fondo norteamericano Bain –pese a la participación del Gobierno vasco en su accionariado la firma ha adoptado una nueva fórmula de transparencia limitada en sus comunicaciones–, tan solo ha aportado el dato del resultado neto de explotación (ebit), que se situó en 140 millones de euros, frente a los 40 millones del ejercicio precedente. Los resultados, además, se presentan seis meses después de la finalización del ejercicio cuando las grandes empresas lo hacen en el primer semestre de 2023. Bain adquirió ITP el pasado mes de octubre a Rolls Royce. La compañía británica, además de cobrar un dividendo extraordinario de 100 millones de euros en el momento de la transacción, ingresó 1.600 millones de euros por el traspaso de las acciones. Semanas más tarde, el Gobierno vasco se hizo con el 6% de las acciones de la firma, con el objetivo de influir en el mantenimiento del centro de decisión en el País Vasco. La pandemia paralizó pedidos y, además, en los programas de motores en los que ITP participa como socio a riesgo, la empresa no vende los componentes sino que participa de los ingresos que se generan por la cesión de los propulsores en régimen de alquiler. En ese contexto, el 2020 se convirtió en un calvario para la compañía, que perdió 13 millones de euros. Ahora las previsiones son optimistas por la recuperación del tráfico aéreo y la evolución del negocio de defensa. 

Son los conocidos como test de estrés que la Autoridad Bancaria Europea (EBA) hizo públicos en la tarde de ayer. Unas pruebas en las que Kutxabank ha quedado en el primer lugar de las entidades españolas y la décima de las principales de la zona euro a la hora de afrontar escenarios adversos. El ratio de capital para respaldar sus activos sería el más alto quedándose en un 15,26% y cediendo 195 puntos básicos sobre el 17,21% que tenía en diciembre y que se ha tomado como punto de partida. El impacto medio entre las 70 entidades europeas analizadas es mucho mayor, 459 puntos básicos de retroceso. La banca española ha presentado un comportamiento también superior a la línea general comunitaria con una media de pérdida en el ratio de capital de 242 puntos básicos. Este ratio de capital, conocido como CET1, es el que mide la principal fortaleza de un banco reflejando los recursos que tiene sobre los activos ponderados por el riesgo, así que, cuanto más alto sea, mayor solvencia tiene la entidad. El escenario más adverso dibujado por el regulador somete los balances de los bancos a un cuadro en el que en 2025 el paro superaría una tasa del 18%, el precio de la vivienda se desplomaría más de un 20%, el PIB cedería un 5% y los valores del IBEX 35 se hundirían el 53,5%. Ante esas circunstancias, el ratio CET1 de Kutxabank quedaría en ese 15,26%, muy por encima del 8,68% que es la exigencia de capital que tiene marcada por el regulador. El siguiente banco español sería el Santander, con un 10,3%, al igual que Bankinter. El test de estrés a la banca europea se divide en dos grupos. Uno, que realiza la EBA, en el que se agrupan a las 70 principales entidades y, otro, pilotado por el BCE, que se centra en 42 bancos considerados medianos. En esta ocasión, además, ha sido la primera vez que Kutxabank ha entrado en el grupo de los grandes.

BBVA también ha aprovechado la marea de crecimiento del negocio bancario a rebufo de la subida de tipos de interés, que ha elevado el precio del dinero, pero también ha ensanchado el exiguo margen de negocio que ha experimentado la banca desde la crisis inmobiliaria. El banco que preside Carlos Torres ha cerrado el primer semestre con un beneficio de 3.878 millones de euros, lo que supone un aumento del 31% en comparación con el mismo periodo del año anterior. La entidad ha anticipado que va a solicitar la autorización de los supervisores para invertir 1.000 millones de euros en un nuevo programa de recompra de acciones. El grupo considera que tiene una capitalización suficiente para ello y prefiere utilizar esta vía para remunerar al accionista de forma indirecta. La amortización de acciones, al menos teóricamente, eleva la cotización de los títulos que quedan activos y también la proporción del dividendo del banco que pueden recibir en el reparto de beneficios. En este caso, la inversión de esos 1.000 millones de euros beneficiará a los 800.000 accionistas de la entidad. «Hemos captado 5,4 millones de clientes nuevos y canalizamos 33.000 millones de euros en negocio sostenible. Ambos casos suponen cifras récord en un semestre», señaló ayer el consejero delegado, Onur Genç. «Los buenos resultados y la ejecución de nuestra estrategia nos permiten tener un impacto positivo en todos nuestros grupos de interés: clientes, accionistas, empleados y la sociedad en su conjunto». Como ha sucedido con el resto de la banca, ha sido el margen de intereses el gran motor de generación de beneficios en el primer semestre y tras la última subida de tipos de interés aprobada esta semana lo será aún más en la segunda mitad. Por áreas geográficas, BBVA sigue teniendo en México su principal granero de resultados, aunque el comportamiento de la cuenta de resultados en España ha mejorado de forma notable. Y ello a pesar de haber contabilizado 225 millones de euros por el pago de la tasa especial impuesta por el Gobierno a bancos y energéticas. 

Las entidades financieras españolas han llegado al ecuador de 2023 con unos beneficios récord inesperados a pesar del contexto favorable en el que se han movido gracias a las continuas subidas de los tipos de interés. El conjunto de los seis grandes bancos cotizados –Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja– han registrado un beneficio neto cercano a los 12.400 millones de euros. Se trata de un 21% más de lo que ganaron en el primer tramo del año pasado. En estos seis meses han generado un resultado 2.000 millones superior al del 2022. Y las cuentas hubieran resultado aún mejor de no haber mediado el impacto del impuesto extraordinario que grava su actividad. Si no hubieran tenido que abonar ese tributo, el beneficio habría subido un 30%, otros 1.400 millones más. A pesar de la heterogeneidad de actividades de cada entidad –algunas, con una gran peso en el negocio extranjero; otras, líderes en hipotecas o pymes; y las menos, en el negocio típico–, todas comparten un denominador: el margen de intereses –lo que ganan por financiar– se dispara. Además, esta vez la actividad internacional pesa mucho menos en estas abultadas estadísticas. Si a la cifra global de beneficios se le resta el negocio extranjero de Santander, BBVA y Sabadell, el beneficio se sitúa en los 5.293 millones, casi un 50% más en el primer semestre de 2022.

La vicepresidenta segunda en funciones y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, cargó el viernes contra los bancos por quejarse del tributo extraordinario y temporal impuesto a las entidades financieras mientras “siguen obteniendo beneficios multimillonarios”. “La RAE lo define como codicia”, denunció la líder de Sumar a través de un mensaje publicado en su cuenta de Twitter. Díaz cargó así contra la banca tras hacerse públicas sus cuentas y constatar que los grandes bancos españoles –Santander, BBVA, CaixaBank, Bankinter, Banco Sabadell y Unicaja– han registrado unas ganancias agregadas de 12.385 millones de euros en el primer semestre de este año, lo que supone un 20,7% más con respecto al mismo periodo de 2022. Estas ganancias se han visto impulsadas por la subida de tipos de interés que han aplicado los bancos centrales, especialmente el Banco Central Europeo, en el último año, lo que ha llevado a disparar, en la mayoría de los casos, los márgenes de interés de las entidades. Comisiones Obreras también señaló el viernes que contener la inflación “de manera definitiva” requerirá medidas adicionales “fundamentalmente” relacionadas “con el control de los márgenes de beneficio empresarial excesivos”. Según el sindicato, la política económica de control de márgenes, con medidas como la excepción ibérica y la relajación de los precios internacionales de la energía y materias primas han permitido que España se sitúe a la cabeza de Europa en la bajada de la inflación. No obstante, señaló que los beneficios empresariales han generado “un fuerte efecto de segunda ronda, que se refleja en el fuerte crecimiento de la inflación subyacente o estructural”. “Las empresas han trasladado el alza de los costes internacionales a precios finales, preservando sus márgenes de beneficios e incluso, en algún caso, ampliándolos”, criticó CC OO.

Cepsa perdió 393 millones de euros en el primer semestre de este año frente al beneficio de 841 millones que registró en el mismo periodo del año pasado. La empresa atribuye este resultado a los cambios en las valoraciones de inventarios y al efecto del impuesto a las energéticas, que considera “mal diseñado”, y que ha impactado en la generación de caja. Según informó el viernes en una nota de prensa, el beneficio neto ajustado, que no tiene en cuenta la variación del valor de las existencias y mide la evolución real del negocio, alcanzó los 145 millones en un periodo marcada por la caída de los precios del crudo más barato y márgenes de refino a la baja. Por su parte, el ebitda fue de 742 millones de euros frente a los 1.742 millones de un año antes, debido a los menores volúmenes del negocio de exploración y producción tras la venta de los activos en Abu Dabi y la disminución de los precios del crudo. Según la compañía, los márgenes de refino “siguen siendo buenos”, aunque inferiores a los del primer semestre de 2022. El consejero delegado de Cepsa, Maarten Wetselaar, el primer semestre se ha visto “afectado por un impuesto extraordinario mal diseñado que ha impactado significativamente” en sus cuentas y supone el pago este año de 325 millones de euros. Según los datos de Cepsa, en el primer semestre contribuyó con 2.185 millones en impuestos en España, de los cuales 1.265 millones fueron soportados por la compañía y 920 millones recaudados para Hacienda.

Los grupos del Ibex han cerrado un buen semestre gracias al tirón de bancos y energéticas –pese a los impuestos del Gobierno–, la recuperación del turismo y el impulso de los negocios de concesiones e infraestructuras de las constructoras. Sólo el desplome de las ganancias de ArcelorMittal, y la comparativa con dos ejercicios récord como 2021 y 2022, empañan algo el balance del periodo. Sin los datos de Meliá, Solaria e Inditex (tiene un ejercicio fiscal diferente), las grandes cotizadas obtuvieron un beneficio neto global de 26.127 millones de euros entre enero y junio, lo que supone un descenso del 7,3% respecto a 2022. No obstante, las ganancias de las empresas de las que se disponen datos son un 43% superiores a las del primer semestre de 2019, lo que demuestra la fortaleza del Ibex tras el golpe del Covid, con unos resultados que se mantienen en cotas históricas. Además, si se excluyera del cómputo total a ArcelorMittal, que desplomó el resultado neto un 63% (4.600 millones menos en términos absolutos) por la menor demanda de acero y la caída de precios, el beneficio de los grupos del Ibex habría crecido un 12% en el primer semestre respecto a 2022. Este porcentaje será mayor cuando se conozcan las cuentas de Inditex, ya que la matriz de Zara cerró un primer trimestre histórico. El semestre ha estado marcado por resultados récord (o casi) de Iberdrola, Banco Santander, BBVA, Naturgy, Bankinter o CaixaBank, cuyas cifras habrían sido mejores sin el impacto de los impuestos aprobados por el Gobierno para los sectores energético y bancario. La subida de los tipos de interés ha favorecido a los bancos y ha contribuido, junto al repunte del sector turístico o el tirón de ACS y Acciona, a que los ingresos totales del Ibex, que partían ya de cotas históricas, hayan crecido más del 8%. 

El Grupo MásMóvil presentó ayer sus resultados del primer semestre, periodo en el que la teleco amarilla (propietaria, entre otras, de marcas como Euskaltel o Guuk) mejoró un 5% sus ingresos por servicios de telecomunicaciones hasta los 1.233 millones de euros. Las ventas totales, por su parte, se elevaron a 1.479 millones, lo que supone un alza interanual del 2,5%. El Ebitda alcanzó los 602 millones, con una mejora del 12% sobre el ejercicio anterior. La firma recordó que entre enero y junio invirtió 200 millones de euros, un 15% menos que en 2022. Sin embargo, la compañía registró unas pérdidas netas de 105,2 millones, lo que supone un incremento del 63% frente a los 64,4 millones de la primera mitad de 2022, por las depreciaciones y el coste de la deuda. «Estamos muy satisfechos de nuestro desempeño durante el primer semestre del año en el que hemos acelerado nuestro crecimiento tanto en ingresos por servicios teleco como en nuestros ingresos totales. Además, mantenemos un buen ritmo de captación gracias a tener los clientes más satisfechos del mercado», dijo Meinrad Spenger, consejero delegado del grupo.

La Comisión Europea paralizó ayer el expediente sobre la integración de Orange y MásMóvil, el segundo y el cuarto operador de telecomunicaciones en España, para tener más tiempo para investigar a fondo si la operación altera la competencia en el mercado. De esta forma, la decisión definitiva sobre la fusión se extenderá, previsiblemente, más allá del 4 de septiembre, el plazo que se había dado inicialmente Bruselas para autorizar, o no, la transacción. El área de competencia de Bruselas, dirigida por la comisaria Margrethe Vestager, entiende que la fusión, al reducir el número de operadores de red en España, puede eliminar una importante presión competitiva, lo que podría conducir a aumentos significativos de precios para los clientes minoristas. Por este motivo, había iniciado un periodo de negociaciones con Orange y MásMóvil de cara a que cedieran ciertos activos, como pudieran ser Yoigo o las redes de banda ancha redundantes en Euskadi, Galicia y Asturias, entre otros, a alguno de sus rivales. La decisión de paralizar la investigación se produce después de que la Comisión Europea haya entendido que Orange y MásMóvil no han dado a tiempo información importante que se les había solicitado. “Una vez que las partes faciliten la información que falta, el reloj vuelve a ponerse en marcha y el plazo para la decisión de la Comisión se ajusta en consecuencia”, dijo ayer la portavoz comunitaria de Competencia, Arianna Podesta, a Europa Press. La integración entre Orange y MásMóvil es la mayor operación de la historia en las telecos españolas con 18.600 millones de valor conjunto. La integración del segundo y cuarto operador creará el líder por clientes del mercado. Ayer finalizaba el plazo para que ambas compañías presentasen su propuesta de remedies (cesiones a rivales) para convencer a Bruselas.

La Hacienda foral de Bizkaia aspira a registrar todas las transacciones financieras de las actividades económicas que realizan las personas y empresas en el territorio a través del sistema Batuz, que expedirá una factura electrónica. Estaba previsto que el 1 de enero de 2024 todos los contribuyentes funcionaran con este mecanismo, con el que Hacienda tendrá información en tiempo real de cada venta. Sin embargo, finalmente no será así y la obligatoriedad de adherirse a este sistema llegará de forma escalonada a los distintos negocios durante los próximos dos años, con el plazo máximo de 2026. De esta manera, la Diputación foral de Bizkaia ha iniciado la tramitación de una norma que flexibiliza el proceso de implantación de Batuz tras constatar que no todos los pagadores están preparados para adaptarse en los plazos previstos. Por lo tanto, la obligatoriedad de adherirse a este sistema comenzará por los comercios que muestran mayores facilidades para acomodarse a la nueva realidad. Por lo tanto, el 1 de enero de 2024 solo será obligatorio para las grandes empresas. El 1 de julio del próximo año deberán incorporarse las que se dedican a actividades empresariales industriales, fabriles de construcción y de transporte. También los sectores dedicados a actividades financieras, jurídicas y de seguros. Será en 2025 cuando el grueso de las tiendas vizcaínas ya tengan integrado Batuz en su día a día. 

Sin embargo, esta manera de pensar no concuerda con la visión de los jóvenes pese a que el trabajo parece asegurado. Y es que en nueve años se jubilarán el 55% de los actuales electricistas y por ahora el relevo no está garantizado. «Los jóvenes optan por carreras que estén relacionadas con temas más actuales como por ejemplo la informática. El sector de la electricidad a priori no es atractivo para ellos porque lo relacionan con un trabajo duro y ellos optan por carreras que les vayan a dar un trabajo más cómodo», explica Jokin. Esto se debe en gran medida a un factor que ya se da en otros sectores. El horario y la amplia disponibilidad de los electricistas. «Puede ser algo que eche para atrás a algunas personas. En la sociedad actual se valora más tener un turno de ocho horas en una oficina por ejemplo, en el que se está sentado y hay horario fijo. Además, permite a las personas librar los fines de semana», comenta este electricista autónomo. Algo que no sorprende, indica, ya que cada vez son más quienes prefieren un trabajo que les permita disfrutar de la interacción social. Por otro lado, hay que tener en cuenta los plazos que un electricista tiene que cumplir en muchas situaciones. «También es cierto que muchas veces hay que hacer horas extra, las cuales están remuneradas. Otras veces un cliente pide que se haga una instalación en 15 días y ahí cada electricista tiene que gestionarse para cumplir el plazo». El salario no es el problema. Otro elemento clave es el salario. Y aunque algunos podrían pensar que no se cobra mucho, desde el sector indican que es difícil pensar que el sueldo sea uno de los motivos por los que no se encuentran electricistas. «No creo que el salario sea malo. Este sector está dentro del convenio del Metal de Gipuzkoa, todo un referente por sus buenas condiciones», remarca Jokin.

Ayer se registraron 176 vuelos en Euskadi, y se estima que durante este puente los aeropuertos vascos alcanzarán las 505 operaciones. Loiu batirá récords con 432 operaciones en solo tres días (entre ayer y mañana), 28 despegues y aterrizajes más que en 2022 por estas mismas fechas. Serán cuatro días con el mayor tráfico aéreo de la temporada alta, La práctica totalidad de los movimientos serán vacacionales, ya que el viaje de negocios es prácticamente residual en estos días. Está siendo un buen año para el aeropuerto de Loiu. Hace unas semanas se posicionó como el cuarto más puntual de España con el cumplimiento sin interrupciones del 84% de sus vuelos. Además, en junio registró 604.247 pasajeros, el mejor mes de su historia, con un 13% más de viajeros que en el mismo mes del año anterior.

 A un escrutinio de vértigo el 23 de julio le siguió anoche otro menos trascendental pero también al límite, el de las 233.000 papeletas de los residentes en el extranjero –el 10% del CERA–, que ha acabado propinando un vuelco al juego de mayorías en torno al PP y al PSOE y encareciendo un poco más el intento de Pedro Sánchez de continuar en La Moncloa. El conteo de los sufragios en Madrid deparó que el último escaño en juego que se había llevado el PSOE por 1.738 votos de diferencia terminara en la cosecha del PP, lo que se traduce en que los populares ensanchan su victoria en las generales –137 escaños por 121 de su rival– y, lo que es más importante para los de Alberto Núñez Feijóo, voltea las mayorías dejando ahora en 172 los diputados con que podría contar el dirigente gallego frente a los 171 de Sánchez. O lo que es lo mismo: al presidente en funciones ya no le bastará con atraerse a los siete de Junts sino que precisará de su ‘sí’ para ganar la investidura. «Hasta el último voto», habían reclamado los partidos en una campaña polarizada sin tregua por el ‘bibloquismo’. Y el ruego ha acabado por cumplirse a rajatabla porque el escrutinio postrero de las 46.394 papeletas de los madrileños que viven fuera de España resultó clave cuando la larga jornada del recuento enfilaba hacia la medianoche sin que nada se hubiera movido sobre el resultado original. No lo hizo ni en Girona, donde los populares batallaban por el escaño final de Junts, ni en Albacete, donde eran los socialistas los que protegían un diputado frente a Vox. El Madrid de las mayorías de Isabel Díaz Ayuso, que no secundó de manera tan rotunda a Feijóo el 23-J, ofrece ahora, sobre la campana, un alivio a su candidato a La Moncloa. No porque él mejore sus alternativas de sacar adelante la investidura, aunque tenga el consuelo de haber agrandado la brecha con el PSOE y haber atenuado, en consecuencia, la mejoría de éste, sino porque agudiza la pendiente por la que tiene que subir Sánchez para conquistar la suya.

Antes incluso de que el fiscal especial Jack Smith presente cargos contra Donald Trump por su presunta participación en el ataque al Capitolio, los problemas legales del expresidente aumentaron ayer. La Fiscalía ha ampliado a 40 los 37 cargos que se le leyeron en Miami en junio pasado, uno de ellos por violación de la Ley de Espionaje y otros dos por intentar obstruir la acción de la Justicia. Para algunos analistas esta ampliación complica más el caso y facilita la labor de posponer el juicio, la mejor defensa de Trump. El multimillonario, que lleva 30 puntos de ventaja sobre sus rivales republicanos, apuesta por ganar las elecciones, volver a la Casa Blanca y autoindultarse. Para ello necesita que el juicio, previsto para mayo de 2024, no se celebre hasta 2025. La ampliación del caso da a sus abogados la oportunidad de pedir una demora para estudiar las nuevas imputaciones. A juicio de otros, el fiscal Jack Smith tenía antes un buen caso entre manos, que ahora es todavía mejor. Se lo debe en parte a la aparición jurídica de un nuevo imputado, Carlos de Oliveira, de 56 años. Hasta enero de 2022 era un simple valet del club de golf Mara-Lago en el que Trump tiene su residencia. En esa fecha el veterano empleado fue ascendido a manager de la propiedad, colocándose así en el círculo de leales servidores de Trump en problemas con la Justicia por haber mentido por él. El 20 de enero de 2021 Trump dejó la Casa Blanca con una ingente cantidad de documentos clasificados como secretos entre las cajas de su mudanza. Eso podía haber quedado en nada, como le ha ocurrido al presidente, Joe Biden, o al exvicepresidente Mike Pence, pero Trump luchó, mintió y conspiró para quedárselos, según la acusación de la Fiscalía.