20161010

La  política monetaria de Mario Draghi ha roto moldes, pero sigue sin completar los objetivos fundacionales del Banco Central Europeo (BCE), obsesionado por crear inflación. El último mensaje del banquero italiano en su particular cruzada por disparar los precios ha sido un llamamiento a que se eleven los salarios en una Europa que ha superado lo peor de la peor crisis de la historia reciente gracias en buena parte a una devaluación salarial. Esa merma, junto a las reformas estructurales realizadas en algunos países, ha disparado la productividad en el Viejo Continente. La reacción a las palabras de Draghi no se hizo esperar. En España, por ejemplo, la CEOE se mostró dispuesta a dar el paso siempre que se reduzcan las cotizaciones sociales. Los sindicatos  celebraron el mensaje del italiano. Y en Gipuzkoa, la patronal Adegi dejó bien claro que «la política salarial del territorio, que ya muestra crecimientos, no la determina Mario Draghi».

España, que llegó a colocarse como la octava potencia mundial antes de la crisis, se sitúa ahora en el decimocuarto puesto, lo que supone una caída de seis posiciones, según los cálculos realizados a partir de las nuevas previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI). Llos datos muestran que España fue la octava economía en 2007, al igual que había sucedido en 2003 y en 2004. En los años intermedios y en los inmediatamente anteriores y posteriores a esos ejercicios se despidió de esa cima, pero sin perder demasiado brillo: hasta 2009, España logró siempre mantenerse dentro del top ten mundial. Fue a partir de 2010 cuando comenzó el verdadero declive, con ese descenso progresivo que la dejará hasta al menos 2021 en la decimocuarta posición.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, intenta esta lunes convencer a la Comisión Europea y al Eurogrupo para desactivar la suspensión de fondos estructurales a España tras incumplir el déficit en 2015 sin «medidas efectivas». De Guindos ya mantuvo la semana pasada un primer encuentro con el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, en Washington con el argumento de que el Gobierno en funciones cumple los requisitos que están a su alcance, principalmente el endurecimiento del Impuesto de Sociedades.

El diagnóstico del Fondo Monetario Internacional (FMI), esbozado durante su última asamblea anual del organismo, es claro: «Las perspectivas económicas globales están cada vez más amenazadas por las políticas aislacionistas, como el proteccionismo, y el estancamiento de las reformas». Casi dos siglos y medio después de que Adam Smith esbozara los grandes principios que han regido el mayor desarrollo económico visto hasta la fecha (libre comercio y una especialización creciente), el mundo está dando la espalda al escocés y volviendo a una suerte de proteccionismo. Y este giro político, presente en Estados Unidos, Europa y gran parte del mundo, impide «revitalizar el comercio mundial», que es una «herramienta esencial para impulsar el crecimiento económico mundial», advierte el organismo.

China ha acusado a la Unión Europea de «proteccionismo» y de dañar el libre ejercicio de la competencia al establecer tasas arancelarias a las importaciones de su acero. Las medidas antidumping anunciadas el pasado viernes por la Comisión Europea son las últimas, por el momento, de una serie de decisiones tomadas tanto por Europa como por EE UU y otros países en respuesta a las masivas exportaciones de acero de las fábricas chinas, que venden sus productos por debajo del precio de mercado, lo que se conoce como dumping.

Desde la página 1 El destino de dos de los grandes tesoros alemanes está en manos estadounidenses. Volkswagen y Deutsche Bank, hasta hace poco parte integral del orgullo nacional, tiemblan ante el castigo de las autoridades norteamericanas por delitos cometidos en los últimos años. Mientras en Berlín arrecian las acusaciones a Washington por usar su músculo regulador como pretexto para preservar su poderío económico, en Estados Unidos también resuenan las críticas después de la fenomenal multa que la Comisión Europea impuso a Apple. Ambas regiones se acusan mutuamente de proteccionismo.

La rebaja de los tipos de interés se ha dejado sentir con fuerza en los productos destinados al ahorro, pero no tanto en las operaciones de crédito. Dentro de estas, los préstamos destinados al consumo son los menos favorecidos, algo que adquiere una especial relevancia en el caso español. Mientras en la zona euro el tipo medio ponderado de estas operaciones se sitúa en el 6,3%, en España asciende hasta el 8%.

El País Vasco solo cubre el 4% de su demanda eléctrica total con energía procedente de las renovables, y se sitúa así en los últimos lugares de España, según los datos de Red Eléctrica Española (REE). Castilla y León y Extremadura fueron las únicas comunidades autónomas cuya producción de energía eléctrica procedente de fuentes renovables superó su demanda durante 2015.

Cuando ya se han cumplido ocho años de la quiebra de Lehman Brothers al desatarse una tormenta perfecta que supuso el inicio de la crisis, otra firma de inversión, el Deutsche Bank (DB), ha vuelto a poner en cuestión al sector financiero. Y lo hace por la conjunción de circunstancias cuyas repercusiones aún se desconocen. A la falta de rentabilidad por los tipos de interés en mínimos históricos y el desarrollo de un modelo de negocio basado en la banca de inversión se ha unido una sucesión de multas, como la última impuesta por EE UU –14.000 millones de dólares, negociables a 5.000– por vender activos ‘subprime’ sin control.

Al margen de las conversaciones para la investidura, el Gobierno y el PSOE van alcanzando acuerdos puntuales. Además del respaldo socialista a la ley que endurece el Impuesto de Sociedades para cumplir con Bruselas, también existe un acuerdo para reformar la Ley de Estabilidad Presupuestaria de modo que facilite un ajuste más suave del previsto a las comunidades autónomas este año y el próximo, según confirman ambas partes. «Sí, hay acuerdo para reformar la Ley con el objetivo de desbloquear la situación y que las Comunidades Autónomas puedan hacer sus presupuestos», aseguran fuentes del grupo parlamentario socialista. Las negociaciones han sido llevadas por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, con Ferraz y con consejeros autonómicos socialistas.

La aguda depreciación de la libra, tras el referéndum de junio en que los británicos votaron por el Brexit, va a tener un fuerte reflejo negativo en las cuentas de resultados de 2016 de las grandes compañías españolas con negocios en Reino Unido. Según cálculos de “Expansion”, los ingresos conjuntos de los ocho grupos cotizados con más intereses en el mercado británico pueden sufrir este ejercicio un descenso superior a los 4.000 millones de euros, al reflejar la caída media del 15% sufrida por la moneda británica en el último año. De cara a los próximos meses, los analistas creen que la libra podría bajar todavía más, ampliando el efecto del Brexit en las cuentas de Ferrovial, Iberdrola, Telefónica, IAG, Santander, Sabadell, Aena y FCC.

Un informe publicado por la OCDE ofrece una radiografía de la situación de los jóvenes que ni estudian ni trabajan, los llamados ninis, en sus países miembro. De él se desprende que la tasa de Hego Euskal Herria se sitúa por debajo de la media aunque lejos de los países del norte de Europa. El Estado español está entre los cinco peores puestos.

Seis de cada diez desempleados buscan trabajo en España desde hace más de un año; son casi 2,7 millones de personas y, de ellos, 1,12 millones lleva cuatro o más años sin trabajar. Son los parados de larga duración, el 59,5% de los trabajadores en paro, según los datos de Fedea. «La cifra de los desempleados de larga duración aumenta con la suma de parte de las 860.000 personas con ganas de trabajar que no buscan empleo por desánimo», puntualiza Florentino Felgueroso, investigador asociado de Fedea. España es el segundo país europeo, tras Grecia, con tan dramáticas cifras. «Es un problema endémico y grave, y España ha logrado las peores cifras de su historia con la crisis», apostilla Marcel Jansen, investigador asociado de Fedea y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid. Las Administraciones públicas han empezado a lanzar programas específicos para paliarlo.

Desconocimiento. Esa es una palabra que resuena todavía cuando se habla de las sociedades de garantía (SGR). Pese a que las cifras son halagüeñas y este año estas organizaciones han incrementado su presencia entre la sociedad hasta el 18% (con un crecimiento del 40% respecto al ejercicio anterior), todavía siguen siendo unas grandes desconocidas. Su labor de asesoramiento, su función de avalistas y, en definitiva, el convertirse en un instrumento clave para hacer llegar la financiación a las pequeñas y medianas empresas (pymes) sigue sin calar entre los ciudadanos. CincoDías y la Confederación Española de Sociedades de Garantía (SGRCesgar) han reunido a seis expertos en la materia para debatir sobre los retos que las SGR deben afrontar de cara al futuro.

Tras pasar la mayor parte de su vida en el mundo empresarial y ser responsable del grupo Guardian en Europa hasta 2011, Luc Theis regresó al ámbito académico hace un par de años. En 2014 defendió su tesis sobre el sentimiento de propiedad y la competitividad y comenzó a dirigir la escuela de negocios de la Universidad de Deusto. Su experiencia le permite advertir que las empresas vascas están empezando a ampliar sus miras más a largo plazo, por el final de la crisis y también por la tradición industrial de Euskadi.