20230404

La patronal vasca llamó ayer la atención sobre esta tendencia y recordó que en 2022 se llegó a registrar la mayor cifra de préstamos desde 2015, tras crecer casi un 20% respecto a 2021 y alcanzar los 358.850 millones de euros. «Estamos ante la normalización de una situación que antes no era normal por los intereses negativos que existían», reflexionó el responsable de economía de Confebask, Pablo Martín, en declaraciones a este periódico. En este sentido, planteó que la situación en toda España es extrapolable al caso vasco, «donde no se aprecian grandes diferencias en el comportamiento» de las compañías, si bien en la actualidad «no está entre las principales preocupaciones» del sector en Euskadi. «Según las encuestas que hacemos, en el último año este factor ha elevado su peso, aunque sin figurar todavía entre los primeros puestos del ránking», apuntó. En todo caso, Martín destacó que la caída a la cifra de 337.589 millones, que surgen de extrapolar los préstamos otorgados durante los dos primeros meses de 2023 a todo el año, se debe al comportamiento de las grandes empresas –aquellas que superan los 250 trabajadores–, que han pasado de representar más de la mitad de los préstamos (el 51,9% frente al 48,1% de las pymes) a únicamente el 42,6%. De hecho, estas grandes empresas ya pagan más por los créditos que sus competidoras europeas, con un tipo de interés en febrero del 3,82% para el caso español, lo que supone el más alto desde diciembre de 2008. El portavoz de Confebask, no obstante, matizó que estas firmas tienen un acceso más fácil a otras líneas de financiación, como ciertas ayudas públicas, a diferencia de las pymes cuyo tipo de interés para nuevas operaciones se ha fijado en el 3,97%. Pese a esto, sigue lejos del 5,36% que se llegó a alcanzarse en abril de 2013. Ver más en Confebask. Ver Informe Confebask.

 Los créditos a las empresas (como los de las familias) se complican, las condiciones se endurecen y las exigencias son cada vez mayores. También en Euskadi, que en este asunto no resulta ninguna excepción, aunque por la tradición reinversora y de prudencia financiera de las empresas, el tejido productivo sí afronte las complicaciones con altos niveles de liquidez y solvencia. Los datos del Banco de España a cierre del mes de febrero revelan ese intenso encarecimiento del crédito, fruto de la imparable escalada del euríbor, que ya está en el 3,647%. Así, por ejemplo, los tipos aplicados en los nuevos préstamos a empresas en operaciones a corto plazo de menos de un millón de euros han pasado en solo doce meses del 1,31% al 3,9%. Eso supone casi multiplicar por cuatro el coste financiero. Y aún más duro es el escenario para los contratos a pagar en cinco años de plazo para cantidades superiores al millón de euros, en los que los tipos se han disparado del 0,96% de febrero de 2022 al 4,18%. En esta tesitura, la patronal vasca (Confebask) descarta en declaraciones a que, por ahora, el panorama suponga ningún problema. Es más, su responsable de Economía, Pablo Martín, explica que ese endurecimiento no es otra cosa que «una normalización después de un largo periodo de condiciones extraordinariamente bajas». «Ni de lejos son las condiciones que llegamos a ver en 2008 y 2012», asegura Martín, mientras deja en el aire cualquier posible previsión de futuro: «Lo que está por ver es el recorrido de estas últimas subidas». «Queda margen de subida para los tipos y, claro, lo normal es que veamos endurecimientos adicionales», añade el experto.

El crédito concedido por las entidades financieras a las familias y a las empresas instaladas en España se redujo de nuevo en febrero tanto en comparación interanual, como frente al mes anterior, coincidiendo con un endurecimiento de los criterios de concesión que se notaron ya en enero. Según los datos publicados este lunes por el Banco de España, la financiación concedida al primer grupo, familias e instituciones sin ánimo de lucro, se situó en 692.466 millones de euros al finalizar febrero y cayó un 0,81% en comparación con el mismo mes de 2022, o en casi 5.600 millones, en términos absolutos. En solo un mes, es decir, en comparación con el cierre de enero, el saldo se redujo en poco más de 3.000 millones, casi medio punto porcentual, lo que representa un 0,45% menos. Dentro de esta categoría, el crédito hipotecario también bajó, un 1,27% frente al mismo mes del año anterior y un 0,42% frente a enero, con un saldo vivo de 508.376 millones, en un momento en que el euríbor aún no había frenado su escalada y había cerrado febrero en el 3,53%. Asimismo, la financiación a empresas sumaba 929.281 millones al cierre del segundo mes del año, lo que representa un recorte interanual del 0,81% y una cantidad un 0,23% inferior al mes precedente, según estos mismos datos. Del total del crédito a las familias, la adquisición de vivienda totalizó 508.376 millones o el 73,4%.

La subida de los tipos de interés y el endurecimiento de las condiciones de acceso al crédito están frenando las peticiones de financiación de las empresas vascas. Confebask considera que por ahora no hay riesgo de un frenazo en las inversiones de la compañías, pero reclama que los fondos Next Generation UE lleguen “en el tiempo y ritmo adecuados” para evitar una parón en la actividad productiva. El último informe de financiación de la patronal vasca, hecho público ayer, constata que el crédito nuevo a las grandes empresas ha iniciado 2023 con caídas en un entorno de tipos de interés al alza. Es cierto que el arranque de este año se compara con el de 2022, un ejercicio muy positivo para las empresas en el plano crediticio, el de la “recuperación” de los ritmos habituales tras las pandemia. Pero también se percibe cierta ralentización y Confebask “vigilará” la evolución de los próximos meses. Así lo trasladó ayer a Noticias Taldea Multimedia (NTM) Pablo Martín, responsable de Economía de la patronal vasca. Martín es el autor del informe, que detecta que hasta febrero el crédito nuevo a la gran empresa supuso el 42,6% frente al 51,9% del mismo periodo del año pasado.

Sorpresa mayúscula en el mercado petrolero mundial. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados –con Rusia a la cabeza– confirmaron ayer que a partir de mayo dejarán de producir 1,66 millones de barriles diarios, apenas cinco meses después del acuerdo por el que ya se recortaron otros dos millones de barriles al día. La decisión oficial se conocía unas horas después de que algunos de los países miembros del cártel anticipasen ya sus movimientos. Arabia Saudí fue el primero en anunciar que reducirá su bombeo en 500.000 barriles a partir de mayo. Tijeretazo al que se suman, entre otros, Emiratos con la retirada de 144.000 barriles, Kuwait con 128.000, Irán con 211.000 menos y Omán con un ajuste de 40.000. Por su parte, Rusia ha confirmado que mantendrá durante todo el año el recorte de medio millón de barriles al día que impuso en diciembre, coincidiendo con la entrada en vigor del límite de precio a sus exportaciones pactado por los países occidentales. La reacción en el mercado de futuros donde se negocia esta materia prima no se hizo esperar. Y ya de madrugada se podía anticipar un lunes de máxima tensión para el oro negro, que llegó a dispararse cerca de un 10% en los momentos de mayor nerviosismo de su cotización. Finalmente, las subidas se moderaron al cierre de los mercados europeos, pero aún se mantenían en un 6% con el barril de Brent, de referencia en Europa, por encima de los 85 dólares, mientras que el West Texas estadounidense batía de nuevo los 80 dólares. Esta subida era, de hecho, lo esperado por la OPEP, en un momento en el que los precios del crudo habían bajado de forma notable como consecuencia de la reciente crisis bancaria, que hizo saltar las alarmas por el miedo a una posible recesión económica.

"El reto más importante al que nos enfrentamos todas las empresas hoy es entender y afrontar la incertidumbre, ahora incrementada por la crisis energética. Este desconocimiento de lo que va a suceder puede paralizar nuestras decisiones, pero liderar una empresa es más que gestionar el presente para lograr la máxima productividad, rentabilidad y beneficio. Es administrar el presente sin hipotecar el futuro y eso implica tomar hoy las decisiones adecuadas...El sector empresarial necesita tomar el control de su energía para que pase a ser un activo más. Tomar el control implica, en primer lugar, hacer visible la energía; es decir, digitalizarla y poder explotar los datos. En segundo lugar, vamos a tener que integrar la gestión de las operaciones y la gestión de la energía. Llegados hasta aquí, ya no valen soluciones verticales, autodesarrollos o arquitecturas cerradas. Debemos aumentar el grado de interoperabilidad a través de arquitecturas federadas, facilitando la interoperabilidad y el intercambio de información entre las aplicaciones de forma descentralizada y semiautónoma. En tercer lugar, necesitamos descentralizar nuestra energía, apostando por el autoconsumo y las microgrids (redes eléctricas descentralizadas) y exigiendo que se sienten las bases de un sistema mucho más flexible en el lado de la demanda... La pregunta lógica es por qué aún estamos despilfarrando esta energía. La respuesta es sencilla: son muchas las empresas que no disponen de sus datos energéticos o carecen de las capacidades necesarias para poder interpretarlos. No puedes mejorar lo que desconoces. Necesitamos poder explotar nuestros datos operacionales y nuestros datos energéticos como un todo...Mientras desarrollamos soluciones a más largo plazo, como el hidrógeno verde, que darán respuesta a una pequeña parte de las necesidades, debemos abordar el problema real y controlar nuestra propia energía: digitalizándola, explotando esos datos para ser más eficientes, empezando ya la electrificación de procesos y pasando a ser prosumidores". 

El grupo CAF se expande por Francia, que figura como una plaza vital en su plan estratégico de crecimiento, tras cerrar contratos para la fabricación de 18 trenes regionales adicionales en su planta de Reichshoffen por un importe total de 161 millones de euros, según informó ayer la compañía. Se trata de los primeros pedidos logrados por CAF de unidades pertenecientes a la plataforma Coradia Polyvalent, adquirida en agosto del año pasado junto a una cartera de pedidos asociada a la misma y a la planta de Reichshoffen, todo ello con el objetivo de fortalecer la posición de CAF en los mercados francés y alemán. En cuanto a los contratos para fabricar trenes, es el segundo en 2023 después del anunciado la pasada semana con el suministro de 29 trenes eléctricos de Cercanías a Renfe por valor de 192 millones. Entre ambos pedidos, la compañía goierritarra acumula 353,7 millones en apenas siete días. También son del mes pasado los pedidos de Sevilla y Budapest para suministrar tranvías por 100 millones. Ver nota CAF. 

El fabricante de componentes para vehículos Teknia se enfrentó en 2022, al igual que el resto del sector del automóvil, a dificultades en su negocio relacionadas con la guerra en Ucrania, los problemas de suministro de piezas y, sobre todo, el encarecimiento de las materias primas y de la energía. Pese a estas piedras en el camino, la empresa logró seguir la senda de crecimiento, y cerró el ejercicio con ingresos pre-Covid y con una mejora de ebitda en comparación con 2021 (32,8 millones). En 2021, Teknia obtuvo una cifra de negocio de 324 millones de euros, lo que supuso un incremento de más del 13% respecto al año previo, mientras que en el primer semestre de 2022 (últimas cifras disponibles a falta de publicar los resultados anuales), la facturación fue de 178 millones, un 2% más. En 2019, último año antes de la pandemia, la compañía se anotó unos ingresos de casi 280 millones. El director general de la firma, Javier Quesada de Luis, explica que la estrategia corporativa contempla registrar avances anuales de “doble dígito de su negocio”, hasta llegar a superar los 500 millones en 2025, como parte de su plan estratégico, que se dará a conocer en septiembre. Por otra parte, la compañía está buscando talento “de forma activa” para poner en marcha un centro tecnológico en España, para lo que está barajando Madrid y País Vasco como posibles localizaciones, aunque no descarta otros puntos geográficos.

El mercado de coches registra una recuperación espectacular en el arranque del año al remitir la crisis de los chips, lo que permite atender la bolsa de pedidos acumulados. En marzo el incremento de matriculaciones fue del 44% en Euskadi hasta los 2.260 vehículos, un aumento considerable aunque por debajo del 66% registrado a escala nacional, donde se notó el tirón de las alquiladoras al renovar su flota ante la Semana Santa, según el informe elaborado por las tres patronales del sector –Anfac (fabricantes), Faconauto (concesionarios) y Ganvam (distribuidores)–. De hecho, en el conjunto de España se rozó la cota de los 100.000 vehículos en el mes. Este impulso de marzo apuntala un primer trimestre muy alentador, tras un ejercicio 2021 de mínimos históricos en el caso del País Vasco. Así, en la suma de los tres primeros meses del año las matriculaciones de turismos y todoterrenos crecieron un 22% hasta los 5.897 vehículos, si bien ese aumento fue la mitad del registrado en el conjunto de España, donde llegó al 44%. «La normalización del mercado se está adelantando por la mejora en el abastecimiento de semiconductores. No obstante, aún estamos lejos del nivel prepandemia y sería necesario un nuevo Renove. Ya lo han tenido en Cantabria y lo van a lanzar en Madrid», señala Jon Lekue, presidente de la Asociación de Concesionarios de Bizkaia.

La ciudadanía vasca cada vez anda menos y usa más el coche en sus trayectos diarios para ir a trabajar, estudiar o hacer gestiones. También en el tiempo de ocio. De los 6,5 millones de movimientos que se registran un día laborable, el 42,4% se hacen a pie y el 40% al volante después de que la primera opción haya caído un 4,6% y la segunda haya crecido un 4,5%. Nunca antes habían estado tan cerca de equipararse, una situación nada recomendable desde el punto de vista sanitario y medioambiental que empieza a generar cierta preocupación en las instituciones. El auge del vehículo privado frente a la caída de las formas de desplazarse menos contaminantes –andar, bicicleta y transporte colectivo– es la principal conclusión a la que ha llegado el Gobierno vasco tras la elaboración de un macroestudio sobre la movilidad que publica quinquenalmente desde 2007. La última actualización, la que hizo pública ayer, se refiere a lo ocurrido en 2021, un año fuertemente marcado por el covid y por tanto excepcional. Aún así, el resultado deja a los expertos un regusto amargo por lo que consideran una «tendencia» a vigilar. «La pandemia ha generado un importante cambio de hábitos que todos debemos contribuir a reenfocar hacia una forma de desplazarse activa y sostenible», reclamó el consejero de Transportes, Iñaki Arriola, durante la presentación del informe. Es razonable, dicen los técnicos, que la amenaza del covid haya elevado el uso del coche en detrimento del transporte público, en el que hasta hace cuatro días era necesario usar aún mascarilla.

Las negociaciones del convenio del Metal de Gipuzkoa continúan sin que por ahora haya acuerdo, pero la última propuesta presentada ayer por Adegi, en la que mejora entre otras cosas las condiciones salariales, fue valorada por los sindicatos como «un avance», aunque eso sí, lo calificaron de «insuficiente». La patronal guipuzcoana planteó ayer un incremento del 5% para este año y del IPC para los tres siguientes en tablas –para quienes cuelgan directamente del convenio provincial–, mientras que la subida en salarios reales sería del 80%. Además, su propuesta recoge complementar la incapacidad temporal del 100% en casos de accidente de trabajo y enfermedad profesional, pero deja fuera los ‘in itinere’; es decir, los trayectos entre el domicilio y el trabajo o desplazamientos laborales, una cuestión que fue criticada por todos los sindicatos. En lo que respecta a la subida salarial planteada, ELA, que cuenta con el 47,75% de representación, valora positivamente que se recupere la referencia de negociación en Gipuzkoa, que tiene en cuenta el IPC del año anterior, aunque dice que aún así es «insuficiente porque para este año no garantiza la inflación –el año pasado fue del 5,7%–». Un aspecto en el que también coinciden el resto de centrales.

La actividad industrial de Euskadi cayó el 0,9% en febrero con respecto al mismo mes de 2022, según advirtió ayer el Eustat. El Instituto Vasco de Estadística detalló que, con todo, la tendencia muestra un incremento del 1,3% respecto al mes de enero anterior, corregidos los efectos estacionales. La mayor caída hace referencia al sector de la energía, tanto eléctrica como de refino de petróleo, que en términos interanuales descendió el 10% en el segundo mes del año. Disminuyó también el índice de producción de los bienes de equipo, en su caso el 0,3%, donde están la fabricación de vehículos de motor, la construcción de locomotoras, el material ferroviario y la construcción aeronáutica o naval. Entre los sectores con una mayor subida, el Eustat señaló los bienes de consumo. Experimentaron un crecimiento del 1,9% en el conjunto del sector, gracias principalmente al aumento el 2,7% de los productos duraderos que recogen la fabricación de muebles y aparatos domésticos. Los no duraderos, a los que pertenecen las actividades de procesado y conservación de alimentos, los farmacéuticos, la fabricación de productos para limpieza a higiene o la confección de prendas de vestir subieron el 1,7%. También los bienes intermedios aumentaron el 0,4%, comparativamente respecto a 2022. Estos van desde la metalurgia a los productos metálicos, la industria química y la fabricación de caucho y plástico.

La Comisión (CE) decidió ayer que la fusión entre Orange y MásMóvil pasa a la fase II y hará una investigación en profundidad por la preocupación de que se pueda reducir la competencia en la prestación minorista de servicios de banda ancha móvil y fija y en la oferta de paquetes de servicios múltiples en España. La unión entre ambas operadoras daría lugar a un gigante líder en clientes de banda ancha fija y móvil en España. En la actualidad, la compañía francesa y la española son el segundo y cuarto mayores operadores con actividades minoristas y mayoristas en el ámbito de los servicios de banda ancha fija y telefonía móvil en el país. En total, hay cuatro operadores de redes de telefonía móvil en el territorio nacional: Telefónica, Vodafone, Orange y MásMóvil. También hay varias firmas de redes virtuales de telefonía móvil (OMV) y fija que usan la infraestructura de los operadores de red para dar servicios de telecomunicaciones móviles y fijas. La investigación preliminar indica que Orange y MásMóvil son competidores cercanos en los mercados españoles de prestación minorista de servicios de telecomunicaciones móviles, servicios de acceso de banda ancha fija y paquetes de servicios múltiples, por ejemplo, servicios convergentes de telefonía móvil y fija. En particular, según el comunicado de la Comisión, ha constatado que la operación disminuiría el número de operadores de red en España, eliminando así un competidor innovador y significativo. Esto podría dar lugar a un encarecimiento de las tarifas y, además, condiciones peores en la prestación de la actividad.

 Más conciliación, teletrabajo, cadenas de suministros más cortas, “automatización total”, “innovación radical”, sostenibilidad y planes estratégicos a más largo plazo. Estas son algunas de las tendencias que se perciben en estos momentos en las empresas vascas. El último informe de Innobasque sobre Tendencias de Innovación en Euskadi detalla los cambios en la gestión de las compañías tras dos elementos tan disruptivos como la pandemia y la invasión rusa de Ucrania. El envite del covid ha acelerado la implantación del teletrabajo, que ya llega a todas las organizaciones en las que es posible realizar tareas en remoto. Pero también ha supuesto un cambio en la visión por parte de los empresarios de la conciliación laboral, entendida como una fórmula que potencia la satisfacción del empleado y mejora su productividad. Otra de las novedades en las estrategias de las empresas viene de la mano tanto del virus como de la guerra. Si el gran cierre de actividad del confinamiento despertó a los gestores y les hizo ver el riesgo de tener cadenas de proveedores largas, el conflicto bélico a las puertas de Europa ha reafirmado la necesidad de tener suministros lo más cerca posible de los centros de producción. 

El Juzgado de los Social nº3 de Santander ha declarado como accidente laboral la caída en casa sufrida por un teletrabajador durante una pausa laboral para ir a por agua. La persona se cayó al suelo y sufrió un corte en la mano con un cristal de una puerta. El titular del tribunal remarcó que si el siniestro se hubiera registrado en la empresa, «no habría existido siquiera un expediente judicial al respecto, no habría duda alguna». La sentencia, notificada recientemente, recoge que el trabajador sigue de baja en situación de contingencia por un accidente no laboral, ya que éste no le fue reconocido. «Acaeció en tiempo y lugar de trabajo», defendió la sala. Por su parte, la mutua demandada y el Instituto Nacional de Seguridad sostuvieron que no se ha llegado a demostrar que se encontrara durante un descanso de su actividad profesional, ya que la lesión podría haberse registrado cuando realizaba una labor doméstica. El magistrado rechazó estos argumentos al producirse el daño en «medio de la jornada de trabajo». En este sentido incidió en que no resulta «tan relevante» que el accidente se produjera en mitad de un descanso, puesto que si la caída hubiera sido de camino al baño, «la respuesta jurídica sería la misma, salvo que se pretenda que un teletrabajador no acuda al baño durante seis horas seguidas», subrayó. «No es posible hacer de peor condición a un teletrabajador que a un trabajador ordinario», zanjó.

El Ministerio para la Transición Ecológica ha enviado con carácter de urgencia al Consejo de Estado su propuesta de real decreto por el que se establece la nueva metodología de cálculo de la tarifa regulada de la electricidad a la que tienen derecho los pequeños consumidores con una potencia contratada inferior a los 10 kW y al que ha tenido acceso CincoDías. El objetivo de la norma, cuya primera propuesta lanzó el ministerio que dirige Teresa Ribera a finales del año pasado para consulta pública, es desligar el llamado precio de venta al pequeño consumidor (PVPC) del mercado mayorista de la electricidad (pool), que, al haber sido el más afectado por la escalada de los precios energéticos, ha convertido a los domésticos con dicha tarifa en “los principales damnificados por la espiral alcista”, señala el real decreto. Aunque el PVPC, un precio “dinámico y variable” creado en 2014 por el Gobierno de Mariano Rajoy, fue durante años el más competitivo del mercado, la actual situación de altos precios y la excesiva volatilidad, le ha llevado a sufrir un incremento del 125% entre junio de 2021 y mayo de 2022, cuando el Gobierno limitó el precio del pool fijando un tope al gas para generación eléctrica (la llamada excepción ibérica). Como ya anunció en su día el ministerio, y así figuraba en la primera propuesta, la volatilidad se paliará con una nueva metodología para determinar el PVPC, basada en una cesta de productos a plazo (el 25%, inicialmente) y del mercado diario (el 75%, inicialmente). Sin embargo, aunque la norma podría entrar en vigor en mayo, una vez que supere el trámite del Consejo de Estado, “los cambios surtirán efecto a partir del 1 de enero de 2024”, de manera que las facturas posteriores a esa fecha incluirán la nueva fórmula del PVPC, señala el texto normativo en trámite.

Se acercan las posiciones entre Ford y UGT, el sindicato mayoritario en la planta que la compañía estadounidense tiene en Almussafes, Valencia. Según informó ayer UGT, Ford ofreció incluir a los trabajadores de hasta 53 años en su plan de prejubilaciones para lograr más adhesiones a su programa para reducir un 19% su plantilla de Almussafes (1.144 trabajadores de un total de 6.000). Los trabajadores que se acojan al plan a esa edad percibirán el 70% del salario hasta los 57 años y el 75% hasta los 62, pero la compañía solo les abonará las cotizaciones a la Seguridad Social hasta los 61. Los que tengan 54 años, por su parte, percibirán esos mismos porcentajes de sueldo, solo que el salario lo recibirán hasta los 63 y las cotizaciones hasta los 62 años. Los de 55 años, por su parte, recibirán un 80% del sueldo hasta que cumplan 57 y un 85% desde entonces, hasta los 64 años, mientras que Ford abonará su cotización hasta los 63. Los porcentajes son los mismos para los empleados de 56 años, solo se les aumenta en un año el tiempo que recibirán su sueldo y su cotización. Para los de 57 años o más, Ford ofrece darles el 85% del sueldo además del pago de la cotización a la Seguridad Social hasta los 65 años de edad. “En las reuniones mantenidas ayer, la empresa mostró su decisión de avanzar en la consecución de alcanzar un acuerdo que pueda solucionar el ERE. Lo ha hecho, porque tal y como veníamos demandando desde UGT, ha abierto la puerta a que los nacidos en 1969 y 1970 puedan adherirse a los planes de acompañamiento a la prejubilación”, explicó el sindicato en un comunicado.

Los bancos españoles ya premian el ahorro de sus mejores clientes. Las rápidas subidas de tipos de interés han revolucionado el escaparate de productos bancarios para gestionar el ahorro. También la oferta dirigida a los clientes vip de los bancos. Santander, CaixaBank, Sabadell y Bankinter han sido los primeros en mover ficha y han comenzado a remunerar los depósitos de sus clientes de grandes fortunas. La banca española empieza a responder de esta manera a las fuertes subidas de tipos de interés en Europa, que han pasado de 0 al 3,5% en apenas ocho meses. Mientras que las grandes entidades se resisten a pagar por el ahorro de sus clientes de manera generalizada, la remuneración que ofrecen a los altos patrimonios ya alcanza porcentajes consistentes. Fuentes del mercado explican que, por lo general, estas entidades han empezado a pagar a sus mejores clientes de banca privada entre un 2% y 2,5% por su liquidez a doce meses. Algunas ofertas superan incluso el 3%, o se mueven en esa cota de rendimientos pero en plazos mucho más cortos, aunque en casos muy reducidos. En todo caso, es importante apuntar que no todos ellos tienen una oferta estándar para los saldos en liquidez de sus clientes vip, como suele ocurrir en el segmento de banca comercial. Ninguno de los cuatro bancos tiene la política generalizada del pago por el pasivo a sus clientes en banca privada, sino que están siendo selectivos.

Las turbulencias en el sector bancario no han afectado al estado de ánimo de la primera economía europea, donde tanto los consumidores como las empresas aseguran en distintas encuestas recientes encarar la primavera con buena disposición. La confianza del consumidor alemán mejora por sexto mes consecutivo; el índice Ifo de confianza empresarial ha registrado también su quinto aumento seguido y los analistas creen que el dato del PIB del primer trimestre no será tan malo como se pensaba a principios de año. Pero el desasosiego que produce la caída del Silicon Valley Bank y su onda expansiva no remite, y los economistas quieren saber qué consecuencias podría tener en la primera economía del euro. “Una crisis bancaria sumiría a Alemania en la recesión este mismo año”, concluye un análisis del Instituto de la Economía Alemania (IW). El estudio de este instituto, cercano a la patronal, calcula que nuevas turbulencias en el sector bancario costarían a la economía alemana medio punto porcentual de crecimiento económico este año y dos puntos porcentuales el próximo. El trabajo simula qué consecuencias tendría para todos los ámbitos de la economía una crisis: el endurecimiento de las condiciones crediticias provocaría un descenso de los préstamos y lastraría la inversión privada, que caería en picado; descendería el consumo privado. 

Europa navega silenciosamente hacia la que podría ser la más grande de sus crisis económicas. Su origen no será un banco en quiebra ni una invasión militar, sino el envejecimiento poblacional. Bruselas indica que para 2070 habrá menos de dos europeos trabajando por cada persona por encima de la edad de jubilación, lo que añadirá gastos inmensos en pensiones y sanidad para los Estados. En esta línea, los líderes del bloque buscan alternativas para mitigar el impacto, aunque reconocen que en este punto la colisión con este iceberg económico ya es probablemente inevitable. El último reporte sobre el envejecimiento de la Comisión Europea prevé que la población total de la UE disminuya a largo plazo, y que también experimente un “cambio significativo” en su estructura de edad en las próximas décadas. De hecho, según Eurostat, la población total se reducirá un 5% entre 2019 (447 millones) y 2070 (424 millones). Asimismo, la población en edad de trabajar (20-64) disminuirá marcadamente de 265 millones en 2019 a 217 millones en 2070, incluso teniendo en cuenta los flujos migratorios. Así, el libro verde de la UE sobre el envejecimiento, un informe que evalúa los distintos aspectos de este fenómeno, estima que la ratio de dependencia sobre las personas mayores de Europa, un indicador que refleja el número de individuos mayores de 65 años en comparación con el número de individuos en edad de trabajar, pasará a ser del 59% para ese entonces: un aumento del 75% frente al 34,1 % actual. 

Turistas y periodistas aguardan a pie firme la histórica imputación que tendrá lugar hoy del expresidente. Su sola presencia le hacía barruntar problemas al alcalde Eric Adams, quien le advirtió públicamente que mientras esté en la ciudad «se comporte lo mejor que sepa». De lo contrario, se arriesgará a que la detenga alguno de los 45.000 policías en servicio que controlará hoy el orden durante la primera imputación de un expresidente. El alcalde dijo no tener noticia de ninguna amenaza concreta, pero no pensaba correr ningún riesgo. La sombra del asalto al Capitolio ronda a todas las fuerzas del orden en Estados Unidos, pero también a los seguidores de Trump. «No me asusta, ya me han detenido otras veces», responde Lido. Más comedidos, sus otros tres compañeros de lucha planeaban verlo por televisión. Tampoco ahí tendrán mucha suerte. El fiscal Alvin Bragg había hecho oídos sordos de la petición de los medios de comunicación de levantar el veto mediático que reina en los tribunales neoyorquinos para que el público pudiera escuchar en directo la lectura de cargos, una decisión que ha quedado en manos del magistrado. «Pedimos que se niegue la petición de los medios porque crearía una atmósfera de circo, aumentaría las preocupaciones de seguridad y sería inconsistente con la presunción de inocencia del presidente Trump», dijo la defensa al juez Juan Merchant que presidirá el proceso.

Por primera vez desde que arrancara la pandemia hace poco más de tres años no hay ni una sola persona en las UCI de los hospitales de Osakidetza que esté ingresada por coronavirus. Se trata de un hecho que pone de manifiesto el final de una etapa, la de la crisis sanitaria provocada por el SARS-CoV-2. La elevada vacunación de la población, junto con la inmunidad natural adquirida por los sucesivos contagios y la menor virulencia del virus desde la aparición de la variante ómicron han hecho que la Covid-19 se convierta, por fin, en un virus respiratorio más. Aunque han tenido que pasar tres años para ello, infinidad de contagios y miles de fallecimientos en todo el mundo. Solo en Euskadi 8.543 personas infectadas han perdido la vida, las tres últimas la pasada semana, según los datos publicados ayer por el Gobierno vasco. Aunque este patógeno no tenga, ni de lejos, el impacto de etapas anteriores, no ha dejado de circular y sigue provocando nuevos positivos. En la última semana Osakidetza ha notificado la infección de 166 vascos mayores de 60 años. Por debajo de esa edad no se registran los casos de forma oficial, salvo que el afectado sea personal sanitario o sociosanitario.