20220614

Uno de los sectores bandera de la industria vasca recuperó ayer su evento por excelencia, la Bienal de la Máquina-Herramienta (BIEMH), que llevaba cuatro años sin celebrarse por culpa de la pandemia. Y lo hace arrojando esperanza sobre el estado de salud de esta actividad en Euskadi gracias a unos datos que son los mejores que haya registrado el evento en sus 31 ediciones, con 1.446 firmas que ocuparán los 6 pabellones del BEC de Barakaldo hasta este viernes y que proceden de 28 países para mostrar más de 3.500 máquinas. Si bien no es el sector más importante por su peso en el PIB vasco –supera ligeramente el 3%–, la máquina-herramienta sí representa cualitativamente un área industrial de primer orden que hace del País Vasco el tercer fabricante europeo y el noveno mundial. Es el símbolo de la vanguardia tecnológica de Euskadi. La capacidad de las empresas vascas para diagnosticar, diseñar y fabricar máquinas de gran precisión destinadas a la producción de piezas ha sido una característica que ha hecho del sector un referente en I+D; así como un foco netamente exportador, con casi un 90% de su facturación en el extranjero, y que da a empleo a 18.000 personas en Euskadi. En la inauguración de la feria, el lehendakari reclamó el liderazgo industrial de Euskadi apoyándose en la máquina-herramienta. 

Con una repercusión del 5% en el Producto Interior Bruto (PIB) de Euskadi, la generación de 35.000 empleos entre directos –5.000– e indirectos y la implicación en su día a día de 600 proveedores vascos, la planta de Mercedes Benz en Vitoria es uno de los motores económicos de la comunidad. Su relevancia ha aumentado, si cabe, en los últimos días desde que se anunció la inversión de más de 1.200 millones por parte de la multinacional alemana en la fábrica alavesa. Su plan industrial y de negocio pretende transformar la factoría, duplicar su capacidad, incrementar la producción de manera considerable con la llegada incluso de nuevos modelos de furgoneta y generar actividad y empleo durante los próximos veinte años. «Es una oportunidad que no podemos dejar pasar», han coincidido en destacar diferentes representantes políticos. También el lehendakari ha entendido la importancia de esta apuesta de la compañía germana por Mercedes-Vitoria y viajará en julio a la sede del grupo en Sttutgart para trasladar a su máximo responsable el «compromiso institucional de Euskadi» con una compañía y un proyecto «que tienen una importancia estratégica». Hoy volverá a ponerse de relieve ese apoyo con la empresa en un acto que reunirá al propio Iñigo Urkullu, al diputado general de Álava, Ramiro González, y al director de Mercedes, Emilio Titos. Firmarán el Memorando de Entendimiento para avanzar en la innovación y en aspectos vinculados con la digitalización y la energía, en los que Gobierno y Diputación vienen trabajando con insistencia sobre todo tras el estallido de la pandemia y donde la fábrica de Avenida de los Huetos, como industria más importante del País Vasco, puede jugar un papel fundamental.

«La empresa no es solo maquinaria y algoritmos, es creer en las personas y en el trabajo en equipo», asegura Eric Arana, el presidente del Grupo Arania al que pertenece la planta vitoriana de Aratubo, que ahora cumple 25 años. Ayer celebró un acto para conmemorar esta efeméride y el máximo responsable de la, «orgulloso» con el pasado y la trayectoria de la factoría de Júndiz, miró al futuro y anunció una inversión de 10 millones de euros para adquirir maquinaria y aumentar plantilla. En 2024 quieren implantar una nueva línea de producción que proporcionará «mayor capacidad y mejorará la flexibilidad» en el servicio. En la actualidad, Aratubo tiene 180 trabajadores y seis líneas de producción que dan servicio a tres líneas de negocio: automoción, cliente final y distribuidores. Exporta el 90% de su producción en Europa, el norte de África y México, y cuenta con presencia en más de 25 países. Su producción gira en torno al acero, «un alumno aventajado de la economía circular», dice Arana, y un material muy reciclable. En este sentido, incidió en la apuesta por la sostenibilidad en la planta y por ello «estamos invirtiendo en la instalación de placas fotovoltaicas que permiten una mejora de la eficiencia energética y el certificado de garantía de origen que acredita que la energía eléctrica que consumimos procede al 100% de fuentes renovables».

Informe de Confebask. El número de empresas vascas inscritas en la Seguridad Social en el mes de mayo aumentó en Euskadi, tanto en comparación con el mes anterior como en términos interanuales. De esa forma, el número de compañías registradas llegó hasta las 58.286, 279 más que en mayo de 2021 (+0,5%), pero todavía 607 empresas menos que antes de que empezara la pandemia (febrero 2020). Además, el aumento registrado este pasado mes de mayo es el de menor crecimiento para este mismo mes desde 2017. Por sectores, y respecto a la situación prepandemia, sólo construcción presenta más empresas que entonces, en concreto, 33 más que en febrero de 2020 (+0’7%). Por el contrario, en Industria, todavía hay 251 menos que entonces (-3’8%), y en Servicios, 628 menos que en febrero de 2020 (-1’4%). Comparando la evolución del número de empresas en Euskadi con lo que ocurre en el Estado, en mayo creció en los dos ámbitos. Pero si se toma como referencia los datos de este último mes de mayo con respecto al nivel pre-pandemia (febrero de 2020), vemos que en Euskadi persiste una reducción del número de empresas del -1%, mientras que en el Estado se registra ya un aumento del 0,6%. Ver más en Confebask

La agrupación de fondos de inversión propietarios de la mayor parte del endeudamiento del Grupo Celsa emitió a primera hora de ayer un comunicado en el que señalaba con claridad a los dueños de la compañía, la familia Rubiralta, como el principal escollo para alcanzar un acuerdo que permita el rescate por parte del Gobierno español y, con ello, evitar la quiebra. El grupo es propietario de la factoría Nervacero, situada en la localidad vizcaína de Trapagaran, así como de dos instalaciones en Álava que pertenecen a la filial Celsa Atlantic. A primera hora de la tarde, Celsa contraatacó con otro comunicado, no menos duro, en el que traspasaba la responsabilidad a los acreedores, a los que acusa directamente de querer hacer un gran negocio poniendo en riesgo el mantenimiento de la firma. «Nunca han financiado la compañía ni se han interesado por su plan estratégico», señaló Celsa sobre la actitud mantenida por los fondos. Celsa ha solicitado un multimillonario rescate al Gobierno español, dentro del plan de ayudas concedidas para superar los problemas generados por la pandemia en algunas compañías y que se ha estructurado con 10.000 millones de euros a través de la Sepi. El grupo público ya ha aprobado la concesión de créditos por importe de 550 millones de euros, pero condicionados a que los fondos acreedores y los propietarios de la compañía alcancen un acuerdo. En síntesis, Sepi ha exigido que los fondos renuncien y perdonen una parte importante de los 2.200 millones de deuda que Celsa ha contraído con ellos.

Cuando falta tan solo medio mes para que venza el plazo estipulado para la venta de la empresa aeronáutica vasca ITP Aero, el Gobierno vasco no ha cerrado aún el acuerdo de accionistas que le debería permitir su entrada en el capital de la sociedad. «Ponen poco dinero y exigen demasiadas cosas», han señalado fuentes cercanas a la negociación, para definir la postura del Ejecutivo vasco en torno a esta operación. El Departamento de Economía que dirige el consejero Pedro Azpiazu se ha hecho cargo de forma directa de las negociaciones, desplazando así a la consejería de Desarrollo Económico de Arantxa Tapia, ya que sería el Instituto Vasco de Finanzas el órgano encargado de suscribir las acciones con cargo al fondo Finkatuz. Como ya es conocido, Rolls Royce ha pactado la venta de ITP con el fondo norteamericano Bain, que comprará el 70% de las acciones. El 30% restante se ha reservado a un grupo de propietarios que conformarían un accionariado de continuidad, para garantizar que la empresa no atravesará una situación de inestabilidad cuando, siguiendo la práctica habitual de los fondos, Bain recoja las plusvalías y venda dentro de unos años. Algunos de los accionistas ya confirmados para entrar en ese 30% son el fondo JB Capital y la firma guipuzcoana Sapa, al tiempo que el Gobierno central maniobra para que Indra lidere este grupo, aunque antes debe producirse un vuelco en su cúpula directiva. Algo que debería pasar a partir de la junta de accionistas de esta compañía, prevista para el próximo día 23.

Los responsables de Red Eléctrica, la compañía encargada de esta iniciativa en la parte española, presentaron ayer en Bilbao los progresos y anunciaron que las obras arrancarán en 2024 para concluir en 2027. Eso significa que se va a poner en marcha con dos años de retraso respecto a los plazos iniciales, debido a la necesidad de realizar un rediseño del trazado y también al procedimiento «garantista» de la Administración para buscar consensos. Según explicaron, la interconexión, que enlazará la subestación de Gatika con la de Cubnezais (al norte de Burdeos) con 400 kilómetros de cable, no solo es importante para el conjunto de Europa sino que tendrá un impacto económico muy positivo para Euskadi, de más de 400 millones de euros. Estiman, asimismo, que se generarán 6.800 empleos entre directos e indirectos y recuerdan que Red Eléctrica cuenta con 138 proveedores locales en la comunidad autónoma. En la presentación participaron el director de la compañía, Ramón Granadino, el delegado en el País Vasco de la firma, Antonio González, y de manera telemática el responsable del proyecto, Juan Prieto. La infraestructura, que es la primera interconexión submarina con Francia, supone una inversión de 1.950 millones de euros. Va a recibir una subvención de la Comisión Europea de 578 millones por su carácter estratégico. Red Eléctrica correrá a cargo del 43% y su homólogo galo, con el 27%.

El Museo de Bellas Artes de Bilbao se ha visto obligado a elevar 4,6 millones el presupuesto de su ampliación ante la falta de ofertas de empresas capaces de asumir la obra, diseñada por Norman Foster y Luis María Uriarte. En una reunión celebrada ayer por la tarde, el patronato confirmó que el inicio de los trabajos se retrasa de julio a octubre debido a la apertura de un nuevo plazo de licitación en busca de constructoras que confirmen su interés por el tajo. El mismo órgano rector atribuyó el aumento presupuestario al encarecimiento de materias primas claves como el acero, el vidrio y el aluminio, que se han visto afectadas por la invasión rusa de Ucrania y por la inflación. Los costes de la construcción han subido un 20% en los últimos dos años, un incremento que ha pillado al Bellas Artes en pleno proceso de adjudicación de las obras de ampliación. A finales de marzo, el patronato del museo aceptó un aumento del presupuesto del 9,5% hasta los 29, 5 millones. De este importe, 2,2 millones correspondían a «contingencias» en un contexto de precios constructivos al alza. No ha sido suficiente en una situación inflacionaria como la actual. A menos de una semana de que concluyera el plazo para la presentación de ofertas –acababa el 22 de junio tras una prórroga de un mes–, ninguna empresa ha presentado su candidatura, a pesar de haber mostrado su interés. 

Dos de cada diez contratos que las empresas vascas prevén hacer este año se canalizarán a través de los centros educativos, confirmándose así como una de las principales vías de colocación laboral, muy por encima de la labor que realizan las ETT o el propio Servicio Vasco de Empleo (Lanbide). Esta es una de las conclusiones más impactantes del informe Necesidades de Empleo y Cualificaciones de las Empresas Vascas para 2022 que ha elaborado Confebask, con el que se pretende dar una foto más precisa del mercado de trabajo y sus necesidades, tomando el pulso directamente a quienes contratan: las empresas. El informe muestra que los empresarios seguirán contratando preferentemente a personas que ya conocen (32%) (contactos personales o candidaturas ya conocidas) y que gana peso el sistema educativo. En concreto el 23,3% de los nuevos contratos se realizarán a través de lazos con los centros de FP (8,4%), prácticas de formación dual (8,4%) y a través de bolsas de trabajo y contactos con universidades (6,4%). Aun así y en un escenario de aumento de la contratación, el 76% de las empresas dicen tener dificultades para hacerlo, cuatro puntos menos que en 2020, pero es una cifra muy elevada si se tiene en cuenta que en 2016 solo la mitad de las empresas decían tener estos problemas. La falta de formación/especialización del candidato (60%), la falta de actitud, disposición e interés del candidato (55%, y la falta de experiencia (46%) son las tres causas destacadas. Ver informe Confebask. 

La huida de los activos de más riesgo está provocando un auténtico vuelco en los mercados financieros. Las autoridades monetarias están teniendo dificultades para lidiar con el binomio inflación-crecimiento. Si las subidas de tipos de interés con las que los bancos centrales buscan frenar la escalada de los precios se pasan de frenada, el avance del PIB se pone en riesgo al encarecerse la financiación. Y si se quedan cortas, el peligro de una espiral de precios se acentúa, y con ella aumentan las tensiones sobre el consumo y los márgenes de las empresas. En ese contexto, el mal dato de inflación de mayo en EE UU ha inclinado la balanza: los inversores están descontando la posibilidad de que la Reserva Federal se vea empujada a subir los tipos más agresivamente este año, lo que amenaza con desencadenar una recesión en la primera economía del planeta. Las consecuencias de esa creciente incertidumbre fueron visibles ayer en los mercados. Las Bolsas profundizaron en las caídas de las últimas semanas, con descensos del 2,47% en el Ibex 35 hasta los 8.183 puntos, y un desplome similar en el Eurostoxx 50. 

Repsol y Telefónica, que en marzo anunciaron una alianza para vender servicios e instalaciones de autoconsumo de energía fotovoltaica a todo tipo de clientes, iniciaron ayer su lanzamiento comercial bajo la marca Solar360. La sociedad conjunta entre Telefónica y Repsol (joint venture) operará desde este mes de junio, una vez obtenidas las autorizaciones preceptivas para su constitución, informaron ayer ambas compañías. La alianza ofrecerá “soluciones integrales de autoconsumo a clientes particulares, comunidades de vecinos y empresas, tanto pymes como grandes compañías”, mediante la instalación de paneles solares. El objetivo de ambas compañías es “liderar el sector”. La nueva compañía, que contará con su propio equipo gestor, combina el conocimiento y experiencia de Repsol y Telefónica España, la filial en el mercado nacional de Telefónica. Además de la capilaridad de sus canales y su fortaleza en la operativa y distribución, Telefónica aporta a la joint venture su experiencia tecnológica y sus capacidades IoT (Internet de las Cosas) para dotar las instalaciones de una optimización diferencial en el mercado. El grupo energético suma su experiencia en autoconsumo y multienergía en España, lo que posibilita ofrecer a los clientes de este nuevo negocio conjunto una tarifa eléctrica específica que complemente a la instalación fotovoltaica.

2022 es un año histórico para el mercado de la vivienda en España. No sólo por las cifras, que marcan máximos en más de una década, sino también por el contexto económico, complejo ahora pero quizá endiablado en los próximos meses. Y aun así, los números son sorprendentes: durante los cuatro primeros meses del año, han tenido lugar 212.928 operaciones de compraventa, lo que supone una escalada interanual del 23,1%, según reveló ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE). Ni la tensión provocada por la hiperinflación, ni la guerra de Ucrania y sus derivadas, ni unas previsiones económicas cada vez más pesimistas son suficientes razones para decelerar de manera determinante el mercado inmobiliario español. Como contrapeso a la sucesión de noticias negativas hay algunos factores que sirven de acicate. Por ejemplo, la utilización de la vivienda como inversión refugio, inalterada por los vaivenes de la inflación o del conflicto en Ucrania, que ha contribuido a la escalada de precios. “Es probable que frente a una guerra se despierte el apetito inversor de los particulares, atraídos por la vivienda como valor refugio en otro contexto de inseguridad económica prolongada”, destaca María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa, plataforma online para la compra de vivienda. También influye el anuncio del Banco Central Europeo (BCE) de la subida de tipos de interés, que afecta directamente al encarecimiento de las hipotecas variables —sujetas al euríbor— e indirectamente al de las fijas. En lugar de actuar como un freno, lo hace como acelerante, en opinión de algunos expertos. 

El Gobierno británico presentó ayer en el Parlamento un proyecto de ley que, en caso de aprobación, podría llevar a cambios radicales en las reglas que permiten que Irlanda del Norte permanezca al mismo tiempo en el mercado británico y en el comunitario. La propuesta unilateral de Boris Johnson modifica el Acuerdo de Retirada de la Unión Europea que selló el Brexit. El Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, promotor de la iniciativa, afirma que «arregla partes del Protocolo de Irlanda del Norte, haciendo los cambios necesarios para restaurar la estabilidad y garantizar que se proteja el delicado equilibrio del Acuerdo de Belfast o Viernes Santo». Johnson ha descrito los cambios como «un ajuste trivial». El proyecto de ley contempla el establecimiento de un sistema de canales, rojo y verde, que permitan dirigir el tráfico de los productos provenientes de Gran Bretaña, según su destino sea la misma región o el mercado común en la Irlanda del sur. Permitirá también la convivencia de un sistema dual de regulaciones, de tal modo que circulen por la región géneros sometidos a reglas británicas o comunitarias. Lo que el Gobierno de Londres presenta como «la solución» incluye cambios también unilaterales en la aplicación del régimen del IVA y en las reglas de ayuda pública a empresas, al tiempo que elimina el rol del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en la resolución de disputas, traspasándolo a los tribunales británicos o a un panel internacional.

La economía estadounidense entrará en recesión el año que viene, según cerca del 70% de los principales economistas académicos encuestados por Financial Times. La última encuesta, realizada en colaboración con la Iniciativa sobre Mercados Globales de la Booth School of Business de la Universidad de Chicago, sugiere que la mayor economía del mundo afronta crecientes vientos en contra tras registrar uno de los repuntes más rápidos de la historia, mientras la Reserva Federal intensifica sus esfuerzos para contener la mayor inflación de los últimos 40 años. El Banco Central estadounidense ya se ha embarcado en lo que será uno de los ciclos de endurecimiento más rápidos en décadas. Desde marzo ha subido su tipo de interés de referencia en 0,75 puntos porcentuales desde niveles cercanos a cero. El Comité Federal de Mercado Abierto se congrega de nuevo para celebrar una reunión de política monetaria de dos días, en la que se espera que los funcionarios apliquen la primera subida consecutiva de los tipos de medio punto desde 1994 y señalen que este ritmo se mantendrá al menos hasta septiembre. Casi el 40% de los 49 encuestados prevé que la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER por sus siglas en inglés), el árbitro que establece cuándo empiezan y terminan las recesiones, declarare una en el primer o segundo trimestre de 2023. Un tercio cree que esa declaración se retrasará hasta el segundo semestre del próximo año.

Desde 1975 que hay registros detallados, nunca antes habían nacido tan pocos niños en Bizkaia como en 2021. El año pasado vinieron al mundo 6.957 bebés en el territorio, lo que representa un descenso del 4,9% con respecto a 2020. Para hacerse una idea, en 1976 hubo 22.924 alumbramientos, tres veces más que en la actualidad. Las cifras de Bizkaia son alarmantes porque han hundido la natalidad de toda Euskadi. La provincia tiene un peso demográfico equivalente a la mitad de la población del País Vasco. Es decir, a nivel estadístico, lo que sucede en Bizkaia condiciona la foto global. Pues bien, el año pasado, el número de alumbramientos en el conjunto de la comunidad autónoma cayó un 3,3%. El territorio acabó arrastrando a Gipuzkoa y Álava, donde también hubo un descenso pero no tan acusado: 1,8 y 1,2%, respectivamente. Estos malos resultados llegan en un momento muy determinado. Hay que tener en cuenta que los niños que nacieron a comienzos de 2021 son los que fueron concebidos durante la época dura del Covid-19. Confinamientos, ERTEs, hospitales saturados... «Sin duda no era el escenario más motivador para ser padre», asegura Garbiñe Henry, doctora en Sociología Urbana e investigadora en la Universidad de Deusto. Por este motivo, en enero y febrero, la natalidad se redujo un 13 y un 18%, respectivamente, en relación a los mismos meses de 2020.