20221101

Las familias vascas son las más expuestas al nuevo récord histórico en la subida del precio de los préstamos para vivienda, al ser las más hipotecadas de España. En un año, el euríbor ha escalado más de 3 puntos porcentuales, un dato sin precedentes en su registro y que le llevó a cerrar ayer octubre en un 2,62%. Y es que el índice de referencia para establecer la cuota a pagar en las hipotecas regidas por el tipo variable anticipa los movimientos del coste del dinero que marca el Banco Central Europeo (BCE). Algo preocupante porque el consenso de los analistas da por segura una nueva subida por parte de la institución presidida por Christine Lagarde antes de final de año, hasta el 2,75%. Así las cosas, ya se anticipa que el euríbor podría seguir su escalada hasta una referencia de entre el 3% y el 3,5%, casi un punto más que la situación actual. Traducido en cifras, un buen pellizco para una economía doméstica. Para una hipoteca media en Euskadi –fijada en poco más de 157.000 euros– que se hubiera firmado en diciembre de 2021, la revisión del mes que viene podría suponer la desagradable sorpresa de un encarecimiento de 355 euros mensuales, más de 4.200 euros al año. La situación se agrava sobre las 122.250 hipotecas a tipo variable que existen en el País Vasco, según el Instituto Vasco de Estadística (INE). Y es que llueve sobre mojado, porque Euskadi es una de las autonomías donde la vivienda resulta más cara. El último estudio de Bankinter constata que las tres capitales vascas están entre las seis ciudades españolas con el precio más alto. Donostia lidera ese ranking, con 3.885 euros por metro cuadrado, seguida de Barcelona y Madrid, con Bilbao en cuarta posición (2.580 euros/m2) y Vitoria en sexto lugar (2.161 euros/m2).

La imparable subida del euríbor ha encendido las alarmas de los vascos que poseen un préstamo hipotecario a tipo variable, y ya buscan el cambio a un tipo fijo como refugio a una subida de sus cuotas. La novación (cualquier cambio que se produzca en las condiciones del préstamo hipotecario posterior a la firma) se ha disparado en el territorio un 27,1% hasta agosto, pasando de las 660 novaciones que se produjeron en los primeros ocho meses de 2021 a las 839 del mismo periodo de este año, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El notario donostiarra Javier Oñate mete el bisturí al escenario de las novaciones en Euskadi y Gipuzkoa, y asegura que «la subida de esta figura es un claro indicador sobre cómo familias y empresas ya atraviesan dificultades por el alza de sus cuotas en sus préstamos a tipo variable, y buscan pasarse al tipo fijo. Es por ello que las novaciones han subido tanto en el conjunto del Estado y también en Euskadi y Gipuzkoa». El cambio en las condiciones de un préstamo hipotecario conlleva una serie de costes extras. La comisión si se realiza una novación, según la Ley del Crédito Inmobiliario, establece que la comisión máxima debe ser del 0,15% (sobre el importe pendiente de pago) si el préstamo está en sus tres primeros años. Si la hipoteca se firmó hace más años, no se cobrará comisión. «Para rebajar esa cuota mensual, se alargará el plazo de devolución y el resultado final es un encarecimiento en el coste final de la financiación y un tipo de interés más alto, aunque la cuota mensual será más baja, que es el objetivo que persiguen aquellas personas que se decantan por una novación». 

El director de Coyuntura y Análisis Internacional del centro de análisis Funcas, Raymond Torres, está convencido de que la crisis energética durará todo lo que tarde la transición hacia un nuevo modelo. Así, lo ha dejado patente durante la conferencia que ha ofrecido en el XX Foro Ekonomistak que organiza el Colegio Vasco de Economistas en el Kursaal, bajo el título de ‘Crisis energética, tensiones geopolíticas, inflación: ¿tormenta perfecta o cambio de modelo?’. "Tenemos tres perturbaciones o shock: la energética, que ha sido muy violenta, que conlleva un reguero de inflación, y que es muy similar a la que vivimos en la década de los 70; a eso se añade, una perturbación geopolítica, una especie de nueva guerra fría e incluso indicios de desglobalización; y finalmente, una monetaria producida por ambas cosas. Es como una era distinta de política monetaria más allá de las subidas de tipos de interés. Pero al mismo tiempo supone un cambio de modelo...La crisis durará todo lo que tarde la transición hacia un nuevo modelo energético y que Europa participe en este esfuerzo. La excepción Ibérica, aunque no sea la panacea, hay que extenderla. Y hay otras medidas, como la compra conjunta de gas, que puede ser útil si pesamos lo suficiente en los mercados. Pero será más fundamental una inversión más importante de Europa. Debería considerar un fondo como los Next, para concebir un modelo energético mucho más interconectado y ser más resilientes. Tiene que jugar un papel más importante en la superación de la crisis y en el cambio de modelo... si hay una sobreactuación de la política monetaria puede provocar una recesión, además del impacto que ya de por sí vamos a tener de pérdida de poder adquisitivo por la inflación y la crisis energética. Si provocara una recesión se generaría un bucle muy negativo de pérdida de empleo, impago de hipotecas y se nos abriría un frente financiero. Esto ya ocurrió en otras épocas, como en 2008. Después de dos años y pico de subidas de tipos que apenas generó una desaceleración, de repente cayó el PIB porque se generó ese bucle perverso de caída de empleo, subida de mora...Además, hay otra cosa que no sabemos cómo nos puede afectar y es el impacto que va a tener la subida financiera en la sombra. Ha crecido todo un sector que no está regulado por los bancos centrales y que está muy apalancado. En este momento hay fondos de pensiones y otros actores financieros que han comprado valores sin disponer de una parte en liquidez..."

Atrás quedan ya los máximos históricos de 350 euros de mediados de agosto; una estupenda noticia que, sin embargo, no es completa: quien lance las campanas al vuelo, puede equivocarse. Pensar que, en adelante, las cosas solo pueden ir a mejor es tan tentador como peligroso. El mensaje de quienes saben de energía y siguen el día a día de los mercados es cristalino: el repentino cambio de tono en el mercado gasista es inesperado en varios frentes —alivia la factura de la luz, presiona a la baja la inflación e invita a pensar en un invierno menos duro de lo inicialmente proyectado—, pero cantar victoria sería prematuro. “Si se mantienen unas temperaturas más templadas de lo previsto y la demanda asiática continúa siendo baja —un elemento clave en la ecuación: es el continente que más gas natural licuado (GNL) compra—, los precios seguirán moviéndose en este rango”, proyectan los técnicos del grupo ASE en su informe energético de octubre. Su análisis del momento que atraviesa el mercado puede resumirse en seis palabras: “reservas en máximos; demanda en mínimos”. Esa conjunción de factores, sin embargo, tendrá fecha de caducidad: aunque tarde y a rastras, el frío acabará por llegar. Y con él, el consumo alto de gas y la necesidad de tirar de depósitos para cubrir la demanda. “Hasta ahora, el tiempo ha sido caritativo en Europa, pero los precios subirán cuando las temperaturas bajen”, sintetiza, sin atisbo de duda, Katja Yafimava, del Instituto Oxford de Estudios Energéticos, una de las voces analíticas más respetadas en el mundo gasista. La calma chicha no será eterna.

Entrevista con el consejero de Hacienda del Gobierno Vasco, Pedro Azpiazu. Insiste en que empresas y Gobierno vascos deben participar en el diseño y reparto de fondos UE, y mantiene las previsiones de crecimiento de la economía vasca a pesar de que algunos analistas rebajan esa cifra. "Respeto todas las previsiones, pero en relación a la economía vasca, en el Gobierno tenemos, con nuestros instrumentos y nuestra información, previsiones más fundadas que las que pueda hacer BBVA. Es una entidad muy importante, pero tenemos mucha más capacidad a efectos de conocer la realidad vasca. Es verdad que los organismos internacionales están rebajando las previsiones, no somos una isla, estamos afectados por el mercado europeo. Sin embargo, mantenemos nuestras previsiones de crecimiento. Podría ocurrir que encadenásemos dos trimestres con crecimiento negativo, una recesión técnica. Estamos convencidos que, con los fundamentos económicos que tenemos, saldríamos de esa situación rápidamente. A una recesión que puede ser mínima y temporal no hay que darle una importancia desmedida. El pesimismo no nos conduce a nada...De hecho, avanzamos hacia un récord de exportaciones. Nuestra economía es pequeña, muy abierta y está funcionando el comercio exterior. Está aumentando en tasas muy superiores a la inflación, lo que implica que las ventas están creciendo de forma considerable. Eso quiere decir que nuestra economía es dinámica, abierta y competitiva..."

El talento es clave para avanzar en la competitividad de nuestras empresas y, con ello, de nuestro territorio. Yoana Arambalza, responsable del departamento de Formación y Empleo de SEA, participará en el próximo Foro Álava Objetivo 2023 en un interesante debate sobre la formación del talento necesario para potenciar la innovación y el emprendimiento. “El futuro de los territorios está ligado a su capacidad para generar y retener talento y fomentar el emprendimiento”. Quien así habla es Yoana Arambalza, responsable del departamento de Formación y Empleo de SEA, una actividad que la entidad emprende en 1986, “convencidos de que las personas son un factor clave en la competitividad de las empresas y deben adaptarse constantemente a los cambios”. Cierto es que los cambios se suceden constantemente, pero ¿estamos formándolo al ritmo necesario y enfocado a las necesidades que realmente necesitan hoy las empresas? Para Yoana, hay factores determinantes “como nuestro sistema educativo de formación profesional, que debe ser diseñado para cubrir las necesidades de nuestra industria y tejido productivo, así como qué nuevas herramientas necesitan nuestras organizaciones para atraer el talento requerido ante el reto demográfico”. Según valora, “es necesario profundizar en la apuesta por nuestros sectores estratégicos, como son automoción, ingeniería, industria 4.0, biociencias…, sectores que requieren de un alto grado de profesionalización y necesitan garantizar las personas con la cualificación requerida para el desarrollo de los proyectos empresariales de nuestro territorio”.

Euskadi es una de las comunidades que han registrado un ligero repunte del teletrabajo en los últimos meses. En estos momentos, el 6% de los empleados desempeñan su tarea en remoto de forma habitual. En cualquier caso, la comunidad continúa por debajo de la media nacional –en el 6,6%–, justo en el momento en que el Gobierno central quiere extender esta modalidad para contribuir al ahorro que exige el conflicto de Rusia y su estela de restricciones. Hasta ahora, Euskadi, como el conjunto de España, registraba caídas de los porcentajes del teletrabajo trimestre a trimestre, con algunos picos, como recoge el Instituto Nacional de Estadístiva en su Encuesta de Población Activa. Pero la referida al tercer trimestre, recién publicada, constata que la senda de caída se ha alterado. Se ha pasado del 5,4% de junio al 6% de septiembre, de 50.400 a 57.700 personas. Es un porcentaje que no se veía desde los inicios de 2022, cuando la pandemia experimentó un fuerte repunte y el teletrabajo no era tanto una fórmula elegida como obligada por las circunstancias, para que las empresas no se pararan y los expedientes temporales de regulación no se convirtieran en despidos. En esos momentos, hace seis meses, se llegó al 6,2%, un poco más que ahora. En total, 58.800 personas. La razón fundamental del ascenso del teletrabajo en los últimos tres meses en Euskadi es que, de forma inusual, hay más mujeres que hombres en esta situación. 

Las bicicletas no son solo para el verano. El tremendo ‘boom’ que vive este sector sigue siendo una oportunidad para sus fabricantes. Una de las marcas históricas de Euskadi, Orbea, viene pedaleando con viento a favor en los últimos años y tras subidas reiteradas en la facturación, las previsiones del fabricante de Mallabia (Bizkaia) son aumentar sus ventas este 2022 un 24%, hasta los 350 millones de euros. La compañía vende en España solo el 20% de su fabricación, que centraliza en sus instalaciones de Euskadi y Portugal, mientras que el 80% restante se exporta a Europa y Estados Unidos. El país norteamericano es uno de los que más crecimiento está registrando y una de las apuestas fuertes de la compañía vasca. Así, el que hasta ahora era el responsable de Orbea en Estados Unidos, Nick Howe, asumirá un papel clave en la nueva estructura que la empresa acaba de hacer pública. Howe asumirá la dirección general de ventas (Global Sales Director). Puesto que desempeñaba Gonzalo García de Salazar, que pasará a ser el responsable de un nuevo cargo: director estratégico de ventas (Sales Strategy Director). García de Salazar destacó ayer que «iniciamos una etapa muy ilusionante. Además de seguir avanzando en nuestras posiciones en los diferentes mercados, vamos a enriquecer todavía más nuestra propuesta de valor tanto para la comunidad ciclista como para la distribución y, de este modo, continuar siendo una referencia para la sociedad».

All Iron, compañía vasca especializada en la promoción de apartamentos de corta y de media estancia, obtuvo un resultado neto de 6,8 millones de euros en los seis primeros meses del año. Representa un incremento del 151% respecto al mismo periodo del ejercicio pasado. Y llega tras la adquisición de nuevos activos y la revalorización de su cartera, que ascendió a 6,5 millones de euros, hasta alcanzar un valor total de 199 millones.

La coordinadora general de LAB, Garbiñe Aranburu, pidió ayer a Iñigo Urkullu que «deje de ser el lehendakari de la patronal» y promueva políticas a favor de la clase trabajadora. La líder del sindicato abertzale se reunió en la sede de la Presidencia vasca con Urkullu, en el marco de una ronda de contactos con diferentes agentes de Euskadi y Navarra, y por la que el próximo día 21 de noviembre mantendrá un encuentro con la presidenta navarra, María Chivite. Tras la reunión con el lehendakari, LAB emitió un comunicado en el que recordaba que es la primera vez que el sindicato se reúne con Urkullu desde 2013. «Hemos visto a menudo al lehendakari reunido con asociaciones empresariales y con la minoría sindical que sustenta el Diálogo Social antidemocrático» –en alusión a CC OO y UGT–, «pero nunca con la mayoría sindical vasca» –en referencia a ELA y LAB–, criticó el sindicato, que también recordó que Urkullu «rechazó la reunión solicitada por la mayoría sindical en el contexto de la huelga general de 2020». En opinión de Aranburu, el encuentro de ayer, celebrado a iniciativa de LAB, «debería servir, por tanto, para normalizar las relaciones». La coordinadora general de la central abertzale trasladó al lehendakari la necesidad de «cambiar las políticas públicas neoliberales que lleva a cabo el Gobierno vasco», y le instó a valerse de las competencias existentes y las posibilidades que ofrece el autogobierno «para impulsar políticas que garanticen unas condiciones laborales y de vida dignas para los y las trabajadoras».

La recuperación del sector aéreo en Europa no se completará hasta 2024 o 2025, según las últimas previsiones de diferentes organismos internacionales, pero España será, junto con Italia, el único gran mercado del continente que experimentará ya en 2023 una actividad que superará a la previa a la pandemia. Para Eurocontrol, el tráfico aéreo en el continente se situará en el 92% en 2023, en el 98% en 2024 y llegará al 101% ya en 2025. El cálculo se alarga hasta 2028, con una previsión de crecimiento del 2% anual en 2026-2028 de acuerdo con el escenario central. Esta hipótesis está elaborada teniendo en cuenta que el crecimiento económico en 2023 será débil, que la inflación perjudicará a la demanda, pero también que la confianza del consumidor es relativamente alta y que los problemas de capacidad de aeropuertos y aerolíneas vividos este verano en varios países europeos serán mucho menos importantes. La situación varía sensiblemente dependiendo de qué países se trata. Una muestra de ello son los seis principales mercados de Europa. Mientras que Alemania (-8,1%), Países Bajos (-7,3%), Francia (-5,3%) y Reino Unido (-5%) seguirán el año que viene aún por debajo del nivel pre-Covid, Italia y España estarán por encima, aunque ligeramente: en el caso del país transalpino, un 1,2%, y España apenas un 0,5%, sobre todo gracias a la aportación de Canarias, ya que en la península la cifra es prácticamente la misma que antes del Covid.

La UE siente ya cerca un fenómeno que convulsionó la economía internacional en la década de los 70 del siglo pasado a raíz de la crisis del petróleo: la temida estanflación; esto es, la dañina combinación de un crecimiento económico anémico con una inflación disparada. Y eso es lo que está sucediendo en Europa, donde el PIB de la zona euro se desinfló hasta el 0,2% en el tercer trimestre, muy por debajo del 0,8% del trimestre anterior, según el dato avanzado ayer por Eurostat. Este pinchazo corrobora el fuerte y rápido deterioro de la actividad económica. Al mismo tiempo, la inflación sigue sin encontrar techo, saltando de récord en récord en el bloque del euro, cuyo IPC armonizado se catapultó hasta el 10,7% en octubre, ocho décimas más que en septiembre y la tasa más alta en la historia de la moneda única, mientras que la inflación subyacente (sin energía ni alimentos frescos) escaló al 6,4%, cuatro décimas más, evidenciando el alto grado de contagio del alza de precios al conjunto de las economías. Todo ello conforma un cóctel fatídico desde el punto de vista macro que evidencia que “Europa ya está en estanflación”, señala a EXPANSIÓN José García Montalvo, catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra. Para otros economistas, la caída al abismo de la estanflación aún no se ha producido como tal, aunque sí “estamos en el borde del precipicio”, señala José Manuel Corrales, profesor de Economía y Empresa de la Universidad Europea. Pero el quiz de la cuestión no es tanto si la economía europea se encuentra en el umbral de la estanflación o lo ha traspasado ya, sino el alcance de ese fenómeno; es decir, si será un episodio temporal o existe el riesgo de que se haga estructural. Para García Montalvo, “temporalmente podemos estar en un escenario de estanflación, pero no se hará estructural”, señala el catedrático de Economía, quien confía en que la inflación se irá moderando en los próximos meses de la mano de la corrección de los precios energéticos, “salvo que se produzcan nuevos shocks”. 

La Unión Europea (UE) busca acelerar los pagos instantáneos a raíz del éxito que ha tenido Bizum en España. La plataforma, creada en 2016 como una iniciativa conjunta de los bancos nacionales para enviar dinero de forma instantánea, ha revolucionado los medios de pago. Gracias a su impulso, la mitad de las operaciones de envío de dinero que se hacen en el país ya son transferencias inmediatas (el 46,89%), según los últimos datos trasladados por Iberpay, la empresa que gestiona el sistema nacional de pagos. Este tipo de operaciones se inauguraron en 2017. Se trata de un medio de enviar dinero, impulsado desde el Banco Central Europeo (BCE), que permite transferir fondos de una cuenta bancaria a otra en menos de 10 segundos. El servicio está disponible las 24 horas del día, los siete días de la semana y el importe máximo que se puede transferir asciende a 100.000 euros. Se pueden realizar tanto de particulares a particulares, como de particulares a empresas y de empresas a empresas. Con la creación de Bizum, España ha tomado la delantera en las transferencias inmediatas. En apenas cinco años desde su inauguración, el volumen de operaciones instantáneas se ha disparado más de un 2.200%: los 24,8 millones de transferencias que se ejecutaron en 2018 se han multiplicado hasta alcanzar los 569,6 millones en 2021. Solo en los primeros nueve meses de este año la cifra ya se ha superado, con 584,3 millones de transferencias inmediatas. En volumen de dinero, en 2021 se movieron 83.997 millones, según Iberpay. Aunque la gran mayoría de los bancos españoles ofrece en sus aplicaciones las transferencias inmediatas, su popularización no se entiende sin el impulso de Bizum (también lo ofrecen la gran mayoría de entidades) hasta el punto de que ‘hacer un Bizum’ está dejando atrás al tradicional intercambio de monedas y billetes entre amigos y familia.

Los empleados huyen de la fábrica más grande de mundo, en China, para evitar la cuarentena. Llevaban dos semanas presos de la producción bautizada en China como «circuito cerrado». De los dormitorios apiñados donde los trabajadores, la mayoría migrantes de áreas rurales, viven y comen, a la fábrica. Y la misma ruta a la inversa. Así un día tras otro, sin interacción con el mundo exterior ni la posibilidad de poner un pie fuera de la burbuja bajo amenaza de confinamiento. Los rumores que se esparcían apuntaban a que los iban a llevar a todos a megacentros de cuarentena. Luego había otros más surrealistas que apostaban porque el ejército chino los usaría como experimento para dejar que el virus se extendiera y comprobar cuántos morían. Muchos trabajadores de la fábrica de iPhone más grande del mundo se tragaron ambos rumores. Ni siquiera se sabía con seguridad si había algún positivo confirmado por Covid en una planta con cerca de 300.000 empleados en Zhengzhou, en el centro de China. Pero muchos no aguantaron la presión y el cúmulo de rumores. Entonces comenzó la huida. Durante el fin de semana, por las redes sociales patrias se han movido decenas de vídeos en los que se ve a los trabajadores de Foxconn, que administra la mayor fábrica de ensamblaje de iPhone de Apple, escapando a la carrera de las instalaciones y saltando las vallas del recinto. «Nos tienen retenidos como a delincuentes y en condiciones infrahumanas. Yo no pienso volver a la fábrica, me vuelvo a mi casa». El problema que se ha encontrado Apple con estas restricciones y el reciente éxodo de empleados es que la producción de su planta de Zhengzhou podría caer hasta un 30%. Esto es lo que apuntaba el lunes Reuters según fuentes internas de la compañía. Foxconn, con sede en Taiwan, produce el 70% de los envíos de iPhone a nivel mundial.

Las autoridades ucranianas, la Presidencia, el Gobierno, la Alcaldía de Kiev y dirigentes regionales reportaron ayer «ataques masivos» con misiles por parte del Ejército ruso contra infraestructuras energéticas y diversas obras públicas en Kiev, Járkov, Dnipró, Zaporiyia y otras ciudades del país. La capital fue una de las más afectadas debido a que los bombardeos dejaron sin suministro de agua al 80% de sus habitantes y limitado mucho más el consumo de electricidad. Esta nueva oleada de bombardeos se produce después de que drones ucranianos atacaran el sábado la base de la Flota de Mar Negro rusa en Sebastopol y devastara varios navíos. El Estado Mayor del Ejército ucraniano sostiene que sobre Ucrania fueron disparados desde la mañana «más de 50 misiles de crucero». El Ministerio de Defensa ruso confirmó la realización de tales incursiones al señalar que sus fuerzas «prosiguen sus ataques con armas de alta precisión y largo alcance (...) contra el mando militar y los sistemas energéticos de Ucrania. Todos los ataques alcanzaron su objetivo. Todos los objetivos designados fueron alcanzados».

Récord de afluencia y también de precios. Los miles de asistentes que abarrotaron ayer el esperado mercado del Último Lunes de Gernika tuvieron que rascarse el bolsillo más de la cuenta para hacerse con el preciado género de la comarca. El aumento de los costes de producción derivado de la inflación, la guerra de Ucrania y hasta la sequía dispararon el coste de algunos de los principales productos típicos que se despacharon en los 293 puestos del certamen. El kilo de alubia roja, la clásica de Gernika, la reina de la feria, se pagó hasta un 30% más caro y la docena de pimientos verdes, los otros grandes triunfadores de la jornada, incluso se duplicó en muchos puestos. La fiesta por excelencia del agro vizcaíno, suspendida durante los dos últimos años por la pandemia, reunió a más de 125.000 personas, según cifras oficiales. La coincidencia con el Puente de Todos los Santos, las ganas de recuperar las tradiciones y divertirse sin ningún tipo de atadura, así como la ausencia de lluvia durante buena parte del día, propiciaron que el centro de la villa foral estuviera de bote en bote desde primera hora. El incremento de precios fue considerable y llamó la atención de lugareños y visitantes. El kilo de la pinta roja llegó a los 18 euros, 4 más que en 2019 y 6 más que hace una década. El excesivo calor y la falta de lluvia ha lastrado la cosecha. «Tenemos menos producto. De los 1.500 kilos que hemos sacado otros años, solo hemos podido traer 200. Es mucha diferencia», explicó Bingen Pinto, que gestiona Zabaleko Urdaibai, una plantación de Busturia.