20220530

El principal déficit está en los perfiles tecnológicos, pero también hay grave escasez de personal en la construcción. El 76% de las firmas vascas asegura tener serias dificultades para encontrar los perfiles que buscan, un porcentaje que en la construcción se dispara al 88%, según el último informe de Confebask, que hace una radiografía de las necesidades de las compañías para el presente ejercicio. La avalancha de OPE anunciada puede agravar aún más este obstáculo por la fuga de trabajadores al sector público. El documento arroja conclusiones similares a la ediciones anteriores (es bianual) porque este es un problema que lleva tiempo larvándose. En 2016 el porcentaje de empresas con dificultades era del 48% y desde entonces no ha bajado del 70%, según explica Carlos Pereda, responsable de Empleo de Confebask. La principal causa, insiste, «no tiene que ver con el salario, sino con el desajuste en los estudios, especialmente en las nuevas tecnologías», que lideran todos los ránking de las ramas con mayor demanda. «Lo de los informáticos de determinadas áreas, como analistas de datos o programadores, es una locura. Se roban de unas empresas a otras, con lo que no paran de subir los salarios», explica Ander Sansinenea, director de Consultoría de Personas en el grupo LKS Next. Pero la escasez se extiende a muchos sectores donde no ha habido relevo generacional para oficios que no se aprenden de un día para otro. En la industria echan en falta desde hace tiempo soldadores, caldereros, electricistas, y en la construcción se vive una crisis de personal especialmente acuciante. «Hay escasez de todos los gremios, albañiles, encofradores, fontaneros, estructuristas... también de jefes de obra; tenemos que retrasar proyectos por esta causa y subir lo que pagamos para lograr el servicio a tiempo», explica el directivo de una compañía de fachadas. Y también hay problemas para negocios como las carnicerías, las pescaderías, las panaderías...Ver informe Confebask completo. 

Los grupos que prestan servicios informáticos, como la consultora LKS Next, están en una guerra constante por captar especialistas como programadores o analistas de datos y por retenerlos. Hay una competencia feroz. Da fe de ello Miguel María Baroja, un informático de 44 años graduado en San Sebastián, que lleva 15 años en LKS Next y no para de recibir ofertas para marcharse. «Nos llueven las ofertas para ficharnos». En la construcción, «el principal drama que tenemos ahora en la obra es la falta de gremios. Eso nos condiciona el ritmo y también los costes porque están subiendo los precios», señala Joseba Cedrún, director general de Construcciones Sukia. Es un problema que se ha ido agravando con el tiempo y que, a su entender, deriva de que no ha habido relevo generacional y los profesionales del sector se están jubilando. «Es muy difícil encontrar un buen albañil, un buen carpintero o un buen fontanero. Nosotros movemos a mucha gente en cada obra y dependemos totalmente de ellos para sacarla adelante en el tiempo acordado. Está siendo una locura», se lamenta. En Industria, «necesitamos soldadores y caldereros». Ainair es una empresa ubicada en Urduliz dedicada a la fabricación, montaje y mantenimiento en sectores industriales como el naval o el siderometalúrgico. Su directora de Recursos Humanos, Yolanda Zabala, se queja de que llevan tiempo buscando soldadores y caldereros a través de todas las vías posibles y no los encuentran. «Hemos puesto anuncios en los periódicos, pero nada», se lamenta. «Ahora justo se acerca una punta de trabajo para nosotros porque en verano muchas plantas hacen mantenimiento y no hay manera de cubrir lo que nos piden». 

La comparación de lo que demandan las empresas y la formación que tienen los estudiantes vascos universitarios y de FP arroja una primera conclusión muy clara. La brecha en el área digital es un abismo. Si de acuerdo a Confebask solo este año se necesitarían unos 3.700 ingenieros informáticos, de las tres universidades vascas (UPV/EHU, Deusto y Mondragón) apenas salen unos 332, aunque la cifra no engloba los másteres. Y eso que los centros educativos están haciendo un esfuerzo por adecuar su oferta a las necesidades de las empresas. Mondragón ha sacado un grado en Business Data Analytics del que saldrán 45 licenciados el año que viene y tiene también un máster, además de su grado de Ingeniería Informática. En Deusto han incorporado un grado dual en Industria digital y otro de Ciencias de Datos e Inteligencia Artificial. «Pero curiosamente la oferta de ADE con informática tiene muy poca demanda, pese a un 100% de inserción laboral», señalan. «Hay una menor vocación hacia esas disciplinas, esa es la realidad. Por eso hay que atraer a los alumnos desde edades tempranas y también acercar a estudiantes de otros grados. Aunque los más próximos son las otras ingenierías y ahí estamos con el mismo problema», señala Adolfo Morais, viceconsejero de Universidades e Investigación. En Euskadi, la región con más titulados ingenieros de Europa, salen al año unos 1.766 de todas las ramas y aún así no es suficiente. En Formación Profesional también hay un déficit importante en la rama de informática y comunicaciones. Las empresas vascas dicen requerir unas 3.426 personas y en la promoción de 2020 egresaron 829 en informática y 212 en comunicación. «Pero hay matriculados más de 3.400 y hemos ampliado las plazas para el año que viene en casi 300», señala Jorge Arévalo, viceconsejero de Formación Profesional. «Hemos reforzado la oferta en grado medio y superior, así como con especializaciones en ciberseguridad, big data e inteligen- cia artificial», apunta. En cuanto a la escasez de profesionales en la construcción, el viceconsejero de FP advierte de que el problema es que los estudiantes no muestran interés por esta formación. «Las plazas no se llenan. Es un sector que ha perdido prestigio. También hay que ver los contratos que se ofrecen», señala Arévalo.

Cidetec, Vicomtech, Leartiker y Azterlan participan en el plan más ambicioso de los registrados en Industria para los fondos de la UE. La industria del automóvil vive una etapa histórica y convulsa. La transición del motor de gasolina y gasoil al eléctrico conlleva que los centros tecnológicos y los fabricantes de componentes hayan tenido que acelerar sus planes para no quedarse descolgados de un nuevo modelo de movilidad que no tiene marcha atrás y que marcará el negocio para las próximas décadas. Euskadi se la juega en esta revolución. Aquí se asientan centenares de empresas que dependen directamente de este sector, desde gigantes como Gestamp hasta pymes como Lazpiur. En consecuencia, decenas de miles de empleos están en juego. La pregunta surge de inmediato. ¿Estamos bien situados para engancharnos a este cambio? La respuesta es sí. Al menos, así se deduce de la participación vasca en el macroproyecto liderado por Volkswagen y Seat, denominado ‘Future: Fast Forward’, cuyo objetivo es captar 24.000 millones de euros para el desarrollo del vehículo eléctrico, una parte de ellos procedentes de los fondos Next Generation de la UE. Según Herbert Diess, presidente del Consejo de Administración de VW, se trata de la mayor inversión de la historia industrial de España.

La mayor planta fotovoltaica prevista en Euskadi «avanza bien». Así lo aseguran los impulsores del denominado proyecto Ekienea que se pretende desarrollar en el polígono industrial de Arasur, pese a que se han encontrado por el camino con dificultades que impedirán que su construcción arranque hasta 2023. Su plan inicial se ha tenido que adaptar a las limitaciones medioambientales, pero ya cuenta con el visto bueno del Servicio de Patrimonio Natural de la Diputación de Álava y lo próximo será que en julio se tramite ante la Administración General del Estado. Este último paso resulta imprescindible, ya que supera los 50 megavatios (MW) de potencia instalada –la idea inicial era que Ekienea llegase hasta los cien– y tiene que supervisarse por parte de las autoridades del Gobierno central. Fuentes de Iberdrola, sin embargo, confían en que finalmente se cuente con la declaración de impacto ambiental definitiva para el primer cuatrimestre del próximo año y así poder ejecutar la obra en Lacorzana (municipio de Armiñón) durante los siguientes meses. Por lo pronto, su inauguración definitiva tendrá que esperar por lo menos hasta 2024.

Punto final. El proyecto del Gobierno vasco e Iberdrola –que componen la sociedad Aixeindar– para instalar 18 molinos en la Sierra de Arkamo ha quedado definitivamente enterrado tras completar los trámites administrativos y recibir la fianza correspondiente para su conexión a la red. Este diario publicó hace un mes que aún no se había podido zanjar la «orden de cancelación», pero fuentes de la compañía eléctrica confirman que por fin se ha completado ese trámite y se puede dar por cumplida la renuncia que se comunicó a finales de septiembre. Los informes de la Diputación de Álava avisaron de que los efectos de los aerogeneradores podían causar daños «irreversibles» sobre la flora y fauna de la zona. Una cuestión que finalmente resultó insalvable tanto en el caso de Arkamo como en Montes de Iturrieta y a partir de ahí se necesitaba tramitar a través del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. Ahora, se da por cancelada la garantía asociada a los permisos de acceso y conexión a la red eléctrica, y se resuelve el expediente para su archivo. Era un trámite administrativo necesario para darle carpetazo a Arkamo.

La búsqueda de alternativas energéticas en el País Vasco nunca fue fácil. Quién no recuerda el importante movimiento antinuclear. Ahora, la Estrategia Energética de Euskadi pone el foco en la eólica, cuya potencia instalada se pretende disparar hasta los 730 MW desde los 153 actuales. Pero no va a resultar sencillo y este modelo comienza también a sufrir cierta contestación social. Los últimos ejemplos se han vivido en Elgoibar y Urretxu. En esta segunda localidad, el pleno aprobó el pasado viernes una moción unánime (PNV, EH Bildu y PSE) contra los proyectos en Buruzai y Trekutz. El miércoles, se dio luz verde a otra moción en Elgoibar, con todos los partidos unidos (PNV, EH Bildu, PSE y Elkarrekin Podemos) contra el proyecto previsto en las inmediaciones del monte Karakate. De hecho, no se construye un parque eólico desde 2006, aunque hay cinco empresas que aspiran a levantar otros catorce. Varios de ellos se proyectan en Leintz-Gatzaga, Soraluze, Elgoibar, Urretxu, Antzuola, Azkoitia o Zumarraga.

La crisis de la energía provocada por la Guerra de Ucrania y el alza de los costes ha dejado al desnudo la dependencia energética del País Vasco y ha resucitado antiguos debates. Uno de ellos es el de la posible extracción del gas acumulado en el subsuelo de Araba, a través del fracking o de técnicas menos invasivas para el medio ambiente. El fracking, debido a la resistencia del subsuelo alavés, fue explorado en 2009 por el Gobierno Vasco del socialista Patxi López pero acabó denostado y prohibido por ley, incluso la mera exploración de yacimientos, tras sendas iniciativas del Congreso y Parlamento Vasco. Pero en el contexto actual, se empiezan a alzar voces, como la del propio Gobierno Vasco y expertos como José Ignacio Hormaeche, director general del Clúster vasco de Energía, que piden analizar las posibilidades que habría de aprovechar este recurso natural que ofrece el subsuelo vasco en una Euskadi con gran peso de la industria y que solo es capaz de producir el 10% de la energía que produce. Luego, en función de ese análisis, ya se decidiría qué técnica se debe emplear.

En verano de 2023 se verá la “luz al final del túnel” en el mercado energético mundial. Así lo considera el ministro alemán de Economía y Energía, Robert Habeck, que estableció ayer esa fecha como el fin a la escalada de precios de la energía. En un evento de la Asociación Federal de Industriales Alemanes en Hannover, Habeck admitió no contar con garantías de que la moderación en los precios se producirá e incluso reconoció que es posible que la situación empeore aún más. “Pero en base a lo que vemos ahora, en verano del año que viene se espera un alivio en los precios de la energía”. Coincidiendo con la caída de los precios de la energía, Habeck estima que por esas mismas fechas la economía alemana encare la recuperación económica, tras unos meses de turbulencias que podrían resultar incluso en recesión económica, según algunos expertos. Por ello, el ministro de Economía y Energía explicó que será necesario “aguantar” unos meses complejos en el plano económico. Los problemas energéticos mundiales son una motivación, a juicio de Habeck, para avanzar aún más en la transición verde de la mano de las energías renovables y alternativas como el hidrógeno. Según el ministro, en estos momentos en los que está puesto en duda el modelo comercial mundial, “no se debe hablar de desglobalización”, ya que esto supone el surgimiento de un nuevo nacionalismo que conduce a terminar “en el Brexit y en Donald Trump”. La alternativa correcta es la búsqueda de “nuevos mercados” que respeten los principios de la transición ecológica. 

La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha dicho este domingo que, a la hora de abordar la semana laboral de cuatro días, es necesario “huir de generalizaciones” en lo referente al ámbito de la productividad y las condiciones de trabajo, por lo que aboga por atender a las “circunstancias específicas de cada empresa o sector”. En los últimos días, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y los sindicatos UGT y CCOO han mostrado públicamente sus discrepancias acerca de la puesta en marcha de la semana laboral de cuatro días. El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, consideró el viernes en Murcia que la postura a favor de esta iniciativa no es más que un “debate para ganar elecciones” y apostó por mantener la semana de cinco días. Más tarde, en Valencia, los secretarios generales de UGT y CCOO, Pepe Álvarez y Unai Sordo, respectivamente, valoraron la opinión de la patronal como “retrógrada” y defendieron la necesidad de reducir la jornada de trabajo. “Tenemos que huir de generalizaciones y, más bien, atender a cuáles son las circunstancias específicas de cada empresa o de cada sector para trabajar junto con los agentes sociales, y continuar mejorando el funcionamiento del mercado de trabajo y el bienestar de los ciudadanos”, ha dicho Calviño. 

La complicada situación económica, marcada por la guerra en Ucrania, la espiral de precios de la energía o las tensiones que persisten en las cadenas de suministro está provocando que las empresas disparen la demanda de servicios de asesoría y consultoría. Por ello, las big four o cuatro grandes de este negocio a nivel global (Deloitte, EY, PwC y KPMG) no dejan de aumentar su volumen de contrataciones. Entre las cuatro en España suman una plantilla de aproximadamente poco más de 25.000 personas y, sin embargo, solo este ejercicio fiscal, que no se corresponde al año natural y no es el mismo en ningún caso, está previsto que realicen más de 8.400 contrataciones. ¿Cómo es posible tal volumen? En primer lugar, por la naturaleza de su negocio. Al ser firmas que trabajan para otras compañías, la demanda de profesionales es mayor que en otras actividades donde lo que se vende es un producto determinado. Y en segundo lugar, el sector de la consultoría se ha caracterizado tradicionalmente por tener una elevada rotación de empleo. Es decir, que igual que entran cada año muchos nuevos trabajadores, también sale un elevado porcentaje (la cifra es uno de los secretos mejor guardados por cada compañía). De ahí que a esta clase de compañías les guste autodenominarse “trampolines de empleo”.

Ante el derrumbe económico provocado por la pandemia, las capitales y los banqueros centrales siguieron el mismo compás desde marzo de 2020 al lanzar paquetes masivos de estímulos sin precedentes en la historia del proyecto europeo. Los números no dejan lugar a dudas: solo para parar el golpe de la crisis derivada de la covid-19, las haciendas nacionales habrán destinado 1,3 billones de euros a finales de 2022, mientras que el Banco Central Europeo (BCE) ha comprado deuda por al menos 1,7 billones. Sin embargo, Bruselas y Fráncfort planean acabar ya con el rock and roll y dejar solo el eco del sonido del fondo europeo de recuperación y las reinversiones de deuda. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, no quiso esperar a la semana que viene para despejar cualquier duda sobre la dirección que tomará la institución en los próximos meses. En el blog del Eurobanco, Lagarde anunció que en julio acabarán las adquisiciones netas de deuda. A sus compras de 1,7 billones se añaden cerca de 600.000 millones (a razón de unos 20.000 millones mensuales y otros 120.000 adicionales) más del programa tradicional de adquisición de deuda. Todo eso acaba. Y además, la zona euro encara ya las primeras subidas de tipos de interés.

El bloque comunitario no ha bajado la guardia en aspectos que atañen a la competencia y estabilidad de su mercado interior, extremando cada vez más el control y la vigilancia sobre las concentraciones empresariales y, especialmente, sobre aquellas que se acometen por fases. Antes de la pandemia, la Comisión Europea endureció su criterio sobre las infracciones por gun jumping (aquellas que se cometen por ejecutar una operación antes de haber recibido la preceptiva autorización de Competencia) en las concentraciones empresariales que se realizan de forma escalonada o por etapas, ampliando el control a las primeras fases aunque en ellas no se produzca toma de control. Y ahora ha recibido el espaldarazo de la Justicia comunitaria. El Tribunal General de la Unión Europea ha tumbado el recurso presentado por Canon contra una sanción de 28 millones de euros impuesta por Bruselas por infringir las normas comunitarias cuando adquirió Toshiba Medical Systems Corporation. Canon abordó la compra en dos fases. Una primera en la que se sirvió de un “comprador provisional” para adquirir el 95% del capital de Toshiba Medical Systems por 800 euros mientras que Canon desembolsó 5.280 millones de euros por el 5% restante, correspondiente a la concesión de una opción de compra. Sin embargo, el grupo nipón no materializó la toma de control del 100% de los títulos hasta que recibió la autorización de Bruselas.

La divisa ha sido durante años un lastre para las empresas españolas con presencia exterior, sobre todo para aquellas con inversiones en Latinoamérica, donde trimestre a trimestre la devaluación de la moneda solía restar algo de brío a la cuenta de resultados. Pero la tendencia se ha invertido. En el último año, el real brasileño se ha apreciado un 20% frente al euro, y allí es donde el Banco Santander, la principal entidad española, logra sus mayores beneficios. Telefónica, a través de su filial Vivo, e Iberdrola, también son grandes operadores en ese mercado. Algo parecido ha sucedido en México, donde el peso se ha revalorizado en torno al 13%, beneficiando de nuevo al Santander y a Iberdrola, pero también al BBVA, líder del mercado bancario. La evolución en Estados Unidos es otra fuente de buenas noticias para las grandes empresas españolas, entre ellas la banca. El billete verde le ha llegado a recortar al euro un 14% —la moneda del Viejo Continente se cambiaba a mediados de este mes a 1,04 dólares— debido a que la Reserva Federal está subiendo los tipos más rápido que el Banco Central Europeo. Eso está provocando que el cambio se acerque a una paridad que no se ve desde 2002.

Colombia votó ayer contra el establishment y contra la tradición política que ha gobernado el país en toda su historia moderna. El líder de la izquierda, Gustavo Petro, venció en la primera vuelta de las presidenciales con el 40% de los votos, seguido del candidato populista Rodolfo Hernández, con el 28%, con el escrutinio al 92% al cierre de esta edición. Los colombianos acudieron a votar con la sensación de que este es solo el primer asalto y de que en tres semanas las urnas volverán a abrirse. El 19 de junio pondrá a prueba la capacidad de Petro para trasladar su victoria de ayer a una segunda vuelta en un país en el que nunca ha gobernado la izquierda. El candidato del Pacto Histórico parte con ventaja, pero nada le asegura la presidencia. La incertidumbre marcará las próximas semanas de campaña y la tensión, que ya se había elevado en los últimos días, dividirá a la sociedad entre petristas y antipetristas, con la duda de quiénes son más. En esta cita electoral todo gira en torno a él, pero el factor sorpresa de Hernández, que comenzó a asomar en la recta final de la campaña, abre un escenario nuevo. Él es el verdadero outsider de la campaña, un verdadero enigma.

Pekín no podría haber dejado más claro su descontento con Joe Biden. Mientras el presidente estadounidense se reunía en Tokio con los líderes de la alianza de seguridad llamada Quad, bombarderos nucleares chinos y rusos sobrevolaron el Mar de Japón. Pero China también está empleando tácticas menos burdas para contrarrestar a EEUU por la vía diplomática. Mientras Biden se embarcaba en su viaje a Asia, Pekín comenzó a promover su Iniciativa de Seguridad Global (GSI). Presentada por el presidente Xi Jinping en abril, la iniciativa es un conjunto de principios políticos como la no injerencia y el resentimiento hacia el “hegemonismo” estadounidense. Ahora Pekín intenta atraer a otros países. En un discurso por vídeo dirigido a los ministros de Asuntos Exteriores del grupo de grandes economías emergentes brics el 19 de mayo, el presidente chino habló de las innumerables virtudes de la GSI. Xi instó a los otros miembros de los brics, Brasil, Rusia, India y Sudáfrica, a “reforzar la confianza política mutua y la cooperación en materia de seguridad... dar cabida a los intereses fundamentales y a las principales preocupaciones de cada uno, respetar la soberanía, la seguridad y los intereses de desarrollo de los demás, oponerse al hegemonismo y a la política de poder, rechazar la mentalidad de la Guerra Fría y la confrontación de bloques y trabajar para construir una comunidad de seguridad para todos”.

Su precio ha aumentado entre un 20% y un 25% en el último año, no hay stock de vehículos nuevos y el plazo de entrega se ha ampliado entre seis meses y un año. Tampoco hay mercado de segunda mano porque como no llegan nuevas autocaravanas, los propietarios no se desprenden de las que tienen. Esto está afectando también al mercado del alquiler, sobre todo de cara a los meses de verano, según avanza Francisco Jover, consejero delegado de Adria Distribución España, filial del fabricante eslovaco, el segundo de Europa en venta de este tipo de vehículos, tras Volkswagen. Jover explica que quien no tenga ya reservada su autocaravana para julio y agosto no va a encontrar producto. Este tipo de actividad la realizan principalmente los concesionarios que las venden como una segunda actividad y, por lo tanto, estos negocios, generalmente pymes, están empezando a verse seriamente golpeados por la falta de negocio. Adria en España tiene una cartera de pedidos de 300 vehículos que no llegarán hasta después del verano. La situación es similar en toda Europa, como explica Denis Car, director de producto de Adria Mobil. «La demanda creció en la pandemia y la pospandemia pero tenemos problemas de suministro de chasis, sobretodo de Fiat, que tiene la mejor base para este tipo de vehículos con la Ducato, y un fuerte incremento de precios en materiales», puntualiza.