20220718

El ‘sí’ puede generar la perfecta onda de choque para reforzar el tejido económico en Euskadi. El ‘no’ mantendría la nebulosa sobre un conflicto marcado por el cisma laboral e intensificaría el riesgo de cronificación con unas elecciones sindicales en ciernes –para el próximo noviembre– y una potencial huelga indefinida. Mercedes-Benz Vitoria afronta desde la pasada noche un plebiscito trascendental, cuyo resultado no se conocerá hasta avanzada la madrugada. Más de 30.000 trabajadores indirectos y seiscientas empresas de toda España que proveen a la imponente planta automovilística de Vitoria contienen hoy la respiración a la espera del resultado de las urnas. Ya las huelgas dejaron sin actividad algunas de sus factorías (Lear es un ejemplo). Sin Mercedes a pleno rendimiento, poco se puede hacer. La compañía viene defendiendo en privado que las condiciones pactadas con los cuatro sindicatos que suman mayoría (UGT, CC OO, Ekintza y PIM) supondrán un sobrecoste contable que rebasa sus previsiones. En el acta de la reunión de nueve horas del pasado martes, se admite «un coste mayor del esperado» para el grupo automovilístico. La cifra se mueve entre los ochenta y los cien millones de euros para el periodo 2021-26.

El experto en energía y director de Próxima Energía, Jorge Morales de Labra, además de colaborador en diversos programas de televisión, alerta de las serias consecuencias que acarrearía el corte del gas ruso –una medida que cada vez parece más factible– en un principio a la economía alemana, la más dependiente, ya que obligaría a parar gran parte de su industria, pero también al resto de Europa. Lo hace al hilo de las medidas que adoptará la Comisión Europea este miércoles para reducir el consumo de gas y de energía en previsión de dicha circunstancia. "Ante la perspectiva cada vez más probable de que el principal gasoducto de Europa, el Nord Stream1, el que cruza el Báltico para llevar gas desde Rusia hasta Alemania directamente no vuelva a fluir en los próximos días, como estaba previsto inicialmente, hay algunos países europeos que tienen verdaderos problemas para llegar al invierno. No así España. Por lo tanto, hay que tomar medidas drásticas...La interrumpibilidad existe desde hace quince años, pero en el sector eléctrico, aunque la realidad es que prácticamente no se ha usado. Ahora hablamos de otras condiciones, de parar la producción durante todo el invierno y hacer ERTE de todo el personal, con lo que tiene unas consecuencias mucho más drásticas...Esto lo que haría es parar la economía alemana de entrada y tendría unas consecuencias de contagio enormes con el resto de la UE..."

Con media Europa en alerta por las altas temperaturas, Bruselas se está preparando ya para la posibilidad de que el continente deba afrontar los meses de invierno sin el gas ruso y con la obligación de imponer a los ciudadanos impopulares medidas de ahorro energético. Este miércoles, la Comisión Europea presentará los detalles de su plan de ahorro energético –Ahorra gas para un invierno seguro –que contempla medidas como la de disminuir hasta los 19 grados el termostato de la calefacción en los edificios públicos o elevar hasta los 25 grados la potencia del aire acondicionado en verano. Bruselas se mueve en un escenario de corte total del gas ruso. El gasoducto Nord Stream 1, por el que fluye el gas desde Rusia a Alemania, se cortó totalmente el pasado lunes para cometer tareas de mantenimiento. En teoría, debería reabrirse este jueves, pero los líderes europeos dudan de que Moscú para a cumplir con los plazos fijados. En este contexto, y a pesar de la crisis de gobierno en el que se encuentra inmerso, el primer ministro italiano, Mario Draghi viaja hoy a Argel para consolidar su acuerdo energético con el país norteafricano antes de aclarar el miércoles si dimite o no. Draghi se reunirá con el presidente argelino Abdelmadjid Tebboune. Italia importa el 90 % del gas que consume y, hasta la invasión de Ucrania, el 40 % procedía de territorio ruso. Por eso ahora, en medio de las tensiones con el Kremlin, trata urgentemente de acabar con esa dependencia.

Bruselas planea impulsar la sustitución del gas por otros combustibles, como el carbón, aunque sean más contaminantes, en la producción industrial y en la generación de electricidad. La amenaza de corte del gas ruso ha llevado a la Comisión Europea a plantear una relajación de las exigencias medioambientales, incluido el control de las emisiones industriales de CO2. El Ejecutivo comunitario está dispuesto, incluso, a incentivar el cambio mediante subvenciones públicas, según consta en el plan, titulado Ahorra gas para un invierno seguro, que prevé aprobar el miércoles. El documento aboga por anticiparse al riesgo de un corte total del suministro de gas de Rusia, por lo que apela a “un espíritu de solidaridad”. Bruselas mantiene como prioridad “el cambio a las fuentes renovables de energía”, pero avanza que aplicará “temporalmente toda la flexibilidad disponible”, aunque eso impacte en la polución del aire, según el texto. Alemania es uno de los países que ha vuelto a autorizar la producción eléctrica con carbón.

El primer plan de contingencia europeo se presentará este miércoles, día 20, y puede dar a España un papel protagonista como almacén de un combustible que necesita, pero en menor medida. Lo que está claro es que la situación ha cambiado por completo: ya no vale con lograr la transición energética, hay que alcanzar la soberanía. Este país no puede presumir de tener los deberes hechos –ninguno lo puede hacer, de momento–, pero sí de tener la tarea avanzada y con buena nota. Entre la eólica y la solar se genera anualmente cerca del 50% de la electricidad del sistema energético español y el todavía muy relevante gas viene de muchas fuentes, no sólo de Rusia. Argelia, con quien la relación también ha tenido sus altibajos, tiene peso, pero no tanto como en 2021, cuando se cerró el gasoducto que conectaba la península a través de Marruecos. La gran baza en este sentido son los puertos a los que llega el gas natural licuado; un 34% de todos los de la Unión Europea están en costas españolas. Además, se estima que entre el 60% y el 75% de las infraestructuras dedicadas a este combustible se podrán adaptar al esperado hidrógeno verde. La guerra no ha cambiado los planes, porque ya estaban ahí en forma de transición, pero sí los ha acelerado.

Con el depósito de gasolina o diésel convertido casi en un artículo de lujo para buena parte de los bolsillos, las estaciones de servicio vienen notando una consiguiente caída de la clientela que persiste incluso ahora, en pleno éxodo vacacional. El descenso de las ventas de combustible rondó el «16-17%» el pasado mes de junio en distintas gasolineras de tamaño medio de la provincia, de acuerdo con los datos de la Asociación de Estaciones de Servicio de Álava-SEA. En las grandes estaciones, mientras tanto, la caída llegó a ser «del 30%», según los registros ofrecidos por Cepsa. Tal y como analiza la presidenta de la asociación de Estaciones de Servicio de Álava-Sea, Manuela González, el porcentaje que soportan las estaciones resulta «muy alto». Los conductores se lo piensan dos veces antes de acercarse a unos prohibitivos surtidores con el litro en torno a los 2 euros, y a menudo acuden con un presupuesto ya predeterminado en lugar de solicitar el tradicional ‘Lleno, por favor’. «Se está notando mucho», constata González. Advierte de la gran incertidumbre que afecta al sector en estos momentos, lo que hace muy complicado realizar cualquier tipo de previsión. «El sector está muy raro».

La guerra por la tecnología y la gestión de los datos ha situado a los profesionales de la materia en el centro de una batalla “muy agresiva” por la captación de talento. La dinámica tiene eco en todas las industrias, también en la financiera, y el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria ha hecho una apuesta en firme por Euskadi como polo de atracción alternativo a las dos grandes plazas en el Estado, Madrid y Barcelona. Se trata de dos centros tecnológicos que han iniciado este año su actividad en la capital vizcaína con la intención de nutrirse con profesionales de Euskadi, pero también de toda la zona norte. Evitar así que los profesionales del sector tengan que buscarse el futuro lejos de su casa. La apuesta ya está dando resultados con el regreso de técnicos que entraron en el mundo laboral a través de becas o contratos en Madrid. También se ha logrado en unos meses generar oportunidades para estudiantes que hasta ahora tenían que abandonar su ciudad. BBVA IT, cuya sede abrió sus puertas a finales de abril, está cumpliendo sus expectativas y su director general en España, Javier Saiz, explica a este diario el arranque del proyecto en Bilbao, que complementa a los centros de Madrid y Barcelona. El otro polo es BBVA Next, que ha arrancado recientemente su actividad aunque tendrá que esperar hasta septiembre para buscar acomodo en la que será su casa, la Torre Bizkaia. 

“Es fundamental hacer compatible una respuesta eficaz a la inflación y la incertidumbre con el cumplimiento de los objetivos de reducción de déficit público”, defiende Gonzalo García Andrés (Madrid, 1973), secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, argumentando que de ahí la necesidad de impulsar nuevos impuestos a la banca y las energéticas. Licenciado en Ciencias Económicas, técnico comercial y economista del Estado, hasta su nombramiento en mayo de 2021 era socio director de Economía en Analistas Financieros Internacionales (AFI). Hoy es la mano derecha de la vicepresidenta primera del Gobierno Nadia Calviño, y avisa de que, aunque de momento se descarta la temida estanflación (estancamiento del crecimiento bajo aumento de precios), “hay que estar preparados” y “seguir tomando medidas” para garantizar que la economía siga creciendo. "El crecimiento ha continuado en el segundo trimestre y las previsiones de todos los organismos siguen apuntando a un crecimiento fuerte del PIB en el año, del entorno del 4%, pero inferior al que anticipábamos [7%] a comienzos de año. Desde el inicio de la guerra todas las previsiones se han revisado a la baja en crecimiento y al alza en la inflación y la incertidumbre va en aumento. Lo hemos visto en el precio del gas, que se ha doblado, y en el de los carburantes. Por tanto tenemos que tener mucha prudencia, en el horizonte hay nubes y hay que estar preparados para lidiar con ellas..."

El Gobierno prepara a toda prisa los nuevos impuestos a la banca y las energéticas para conseguir unos 7.000 millones de euros en dos años. Estos tienen que estar aprobados antes de que acabe 2022 para que no haya problemas jurídicos de retroactividad y solo se dirigirán a un reducido número de compañías: las que facturen más de 1.000 millones. El de las energéticas sigue el modelo implantado en Italia por Draghi y se aplicará a partir de la facturación del IVA a eléctricas, gasistas y petroleras con el fin de ingresar 2.000 millones al año. Sobre el de la banca existen más dudas. Pero según fuentes conocedoras, se estudia que grave el total de los intereses y las comisiones que cobran las entidades con un tipo que rondaría el 5%. Otras fuentes del Gobierno piden cautela y subrayan que aún hay otras opciones sobre la mesa para definir el nuevo impuesto a la banca y que, además, aún queda cerrarlo con Podemos. En todo caso, de esta forma, se pretenden obtener los 1.500 millones que avanzó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. 

Comienza la semana clave en la que el BCE aprobará su primera subida de tipos y el temor al impacto del tributo en sus cuentas. Hacía años, más de una década, que la banca ha tenido que adaptar su modelo de negocio a un contexto con el precio oficial del dinero en el 0%; pero con muchos otros tipos vinculados a sus productos en negativo, como el euríbor en las hipotecas. Todo el sector reclamaba hasta principios de 2020 –justo antes de que el covid se extendiera por todo el mundo– una «normalización» de la política monetaria del BCE. Por normalización entienden que los tipos subieran porque es la base de su negocio: cobrar dinero por los préstamos y remunera los depósitos. Nada ha sido así en la última década. El margen de intereses ha sido el hándicap de las entidades financieras españolas –y europeas– en los últimos años. Esto es, la diferencia entre lo que le rentan los créditos, y préstamos que la entidad tiene en su balance y lo que paga el banco a los depósitos, entre otros productos. Al convivir en una etapa prolongada con tipos casi al 0%, este ratio ha ido evolucionando no tan favorablemente como lo hacía hasta la anterior crisis financiera.

Atenazadas por la crisis de producción a causa de los semiconductores; y del lado de la demanda por el efecto de la inflación disparada –en España, el mes pasado fue la más alta desde 1985–, las ventas de coches nuevos en la UE no levantan cabeza. En junio cayeron un 15,4%, hasta las 886.510 unidades. Según la patronal Acea, es la decimosegunda caída mensual consecutiva y el dato más bajo en junio desde1996. Todos los grandes mercados de la UE contribuyeron a ello, con Alemania –el más grande de todos– perdiendo un 18,1%. Italia lo hizo un 15%; Francia, un 14,2% y España sólo se dejó 7,8 puntos, aunque los 90.000 turismos despachados suponen entre un 30% y un 60% menos que las cifras de aquellos países. En Reino Unido, fuera de la UE, pero el segundo gran mercado de la zona, las cosas fueron todavía peor: 140.958 vehículos, un 24,3% menos. La fotografía del primer semestre deja 4,6 millones de unidades vendidas y un 14% menos, aunque ahora es Italia la que más sufre (-22,7%). Y España, la que menos (-10,7%). «La industria no superará las limitaciones de suministro en el corto plazo», señalaban días atrás desde la consultora LMC Automotive, ya que solo hay tímidas señales de recuperación de la crisis de los microchips. Además, «se está produciendo un debilitamiento de la demanda subyacente, debido al deterioro de las perspectivas económicas».

Decenas de alcaldes italianos de diversos partidos políticos han pedido al primer ministro, Mario Draghi, que no dimita y resuelva la crisis de su coalición en favor de la estabilidad nacional en estos momentos de “emergencia social”. Ayer, cincuenta y cinco alcaldes de Sicilia animaron a Draghi a seguir adelante por la “estabilidad, la certidumbre y la coherencia” y para “continuar transformando” el país. Los regidores sicilianos se sumaron a la carta lanzada también ayer con el mismo motivo por once alcaldes de grandes ciudades del país, tanto de la izquierda como de la derecha. Lo firmaban el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri; el de Milán, Beppe Sala; el de Venecia, Luigi Brugnaro; el de Génova, Marco Bucci; el de Bari, Antonio Decaro, presidente de la Asociación Nacional de Municipios; el de Ravena, Michele Pascale; el alcalde de Florencia, Dario Nardella; el de Bérgamo, Giorgio Gori; el de Turín, Stefano Lo Russo; el de Asti, Maurizio Rasero y el de Pésaro, Matteo Ricci. Los alcaldes pertenecen a los partidos que siguen apoyando al primer ministro, el Partido Demócrata, la conservadora Forza Italia o la ultraderechista Liga, pero ninguno es del Movimiento 5 Estrellas (M5S) o de los ultras Hermanos de Italia, estos últimos solos en la oposición. Draghi presentó su dimisión el jueves después de que el M5S, miembro de su coalición, se desmarcara y no votara una moción de confianza en el Senado, aunque el presidente de la República, Sergio Mattarella, la rechazó y le emplazó a comparecer el miércoles ante el Parlamento.

Los 40 grados se superarán en el Reino Unido, Italia y Francia, que evacúa a 14.000 personas por fuegos cerca de Burdeos. La ola de calor impacta con fuerza Europa occidental, donde los servicios de extinción de diversos países como Francia, Portugal, el Reino Unido, entre otros, luchan contrarreloj contra la crudeza de las llamas. Los termómetros batieron récords de temperatura ayer con cifras que todavía aumentarán en los próximos días. Un escenario que los científicos relacionan directamente con el cambio climático, pues las emisiones de gases de efecto invernadero incrementan su intensidad, duración y frecuencia, abrasando así al continente. Cuatro días después de que se avivaran las llamas en Francia, los grandes incendios declarados por la ola de calor obligaron a evacuar de urgencia a «más de 14.000» residentes y turistas, explicó el ministro del Interior, Gérald Darmanin. La peor situación se da cerca de Burdeos, donde dos grandes fuegos, que en las últimas horas han ganado intensidad, devastan dos ciudades desde la última semana. Los focos de Landiras y La Teste-de-Buch han destruido ya más de 10.000 hectáreas desde el pasado martes. Unos 1.200 bomberos seguían combatiendo ayer las llamas tras una larga noche que dejó exhaustos a buena parte del contingente.

Alrededor de 785 millones de personas en el planeta no tienen acceso a un abastecimiento de agua potable en condiciones. El dato es de Naciones Unidas, cuya Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) aporta otro igual de preocupante: hasta 700 millones de personas corren el riesgo de ser desplazadas como resultado de las sequías de aquí a 2030. El acceso a algo tan básico para la vida humana como el agua es ya un problema grave que lo será más si el cambio climático sigue su avance. Atajarlo es la principal alternativa y los responsables medioambientales y políticos mundiales saben cómo hacerlo. Otra cosa es que se haga. Hasta que las decisiones se materialicen, también existen otras opciones más tecnológicas por así decirlo. La desalinización del mar, la extracción de la humedad ambiental y las bombas solares son algunas de ellas. En el Estado hay 765 plantas desalinizadoras que potabilizan agua de mar.