20230625

Euskadi esquivará una recesión y mantendrá la creación de empleo gracias, entre otros sectores, al tirón del turismo, frente a la menor facturación industrial. Las haciendas vascas han recaudado 550 millones de euros más en lo que va de año, el empleo alcanzó en mayo un récord de cotizantes vascos con más de un millón de afiliados a la Seguridad Social y el Gobierno vasco ha mejorado su previsión de crecimiento para este 2023 hasta el 1,6%. Sin embargo no hay un ambiente de euforia en el mundo empresarial y es que uno de los síntomas de esta ‘incertidumbre’ que, como han hecho los tipos de interés, ha llegado para quedarse, es precisamente la convivencia de datos positivos con otros que no lo son tanto. Es lo que desde Confebask, el director de estudios económicos, Pablo Martín, señala como «datos mixtos» al reconocer que en las últimas semanas han aflorado una caída de las exportaciones vascas del 9,7% o un descenso de la facturación industrial del 7%, que evidencian la recesión técnica que vive Europa. Lo bueno es que los diferentes analistas consultados, el Gobierno vasco y Confebask, coinciden en que Euskadi esquivará una recesión y mantendrá la creación de empleo gracias, entre otros sectores, al tirón del turismo, que se convierte en un sector con un papel creciente, y a la inversión asociada a los fondos europeos. El hecho es que Alemania está ya en recesión técnica y la revisión estadística que ha hecho Eurostat ha terminado corrigiendo los datos a la baja y anotando seis meses de crecimiento negativo también en toda Europa. Alemania y Francia son los principales destinos de las exportaciones vascas y sus problemas han impactado ya en Euskadi. El profesor de la Deusto Business School Guillermo Dorronsoro explica que «es iluso pensar que Euskadi pueda ser una isla respecto a Europa», y asegura que en la segunda mitad del año se notará una desaceleración de la economía, especialmente centrada en el ámbito industrial. Sería en otoño cuando se dejaría notar con más intensidad ese efecto del freno en la inversión y el consumo. Una previsión que se recoge también en el último informe de confianza empresarial presentado por Laboral Kutxa la semana pasada. Según el estudio elaborado por la cooperativa de crédito las empresas son un poco más pesimistas sobre el tercer trimestre. 

"...Se podría decir que de tanto asegurar que viene el lobo empezamos a vislumbrar sus oscuras orejas. Primero fue la caída de la producción industrial registrada en abril, superior al 8% y que descontado el efecto del calendario, con la Semana Santa en la primera de aquel mes, se quedó en poco más de un preocupante 5%. Una caída que para los bienes intermedios superó con holgura los dos dígitos. Luego llegaron las advertencias de los bancos, cuyas cuentas muestran una ralentización sensible de los créditos y asoman los primeros síntomas de la temida morosidad. Hasta ahora, el cumplimiento de las obligaciones crediticias ha sido modélica, pero las apreturas que provocan la inflación y los salarios reales podrían cambiar la tendencia. Los expertos aseguran que unos tipos de interés superiores al 3% tienen repercusiones en el crecimiento de la actividad y ya sabe que ahí superamos el 4%. Es más, frenar la actividad es precisamente uno de los objetivos no disimulados de la actual política monetaria como medio de poner pie en pared frente a una inflación cuyo apartado subyacente no muestra la mínima disposición a rendirse. ¿Se podría decir que la merma de la capacidad adquisitiva, motivada por unos precios y unos tipos más elevados, afecta y reduce el consumo de los ciudadanos, lo que merma la actividad de empresas que sienten, además, un empuje menor en sus ventas al exterior causadas por el estancamiento europeo? Pues es más que probable que la secuencia sea correcta, lo que alimenta las dudas sobre el desempeño del segundo semestre y nos coloca frente a la eventualidad, nada disparatada, de una segunda parte del año más floja en lo económico. Algo que se añade a las razones que explican el incómodo adelanto electoral..."

La fecha límite es el próximo viernes, día 30. Entonces expira el compromiso adquirido por el fondo norteamericano Bain para dar entrada a algún otro socio nacional en el accionariado de la compañía vasca ITP Aero, que compró a Rolls Royce. La negociación está en su fase más tensa. Bain aspira a dar el primer ‘pelotazo’ vendiendo una parte de las acciones que compró hace menos de un año por más del doble del precio de adquisición. Al otro lado Indra, que en este caso actúa como ‘brazo mercantil’ del Gobierno, se niega a pagar caro su intento de que esta empresa sirva como aglutinante y socio de referencia de la industria de defensa nacional. Bain pago 1.600 millones de euros por la totalidad de las acciones de ITP, pero fuentes consultadas aseguran que ha pedido en torno a 600 millones por acceder a lo que el Gobierno español desea: que en torno al 15% de la empresa vasca pase a manos de Indra. Esto es, multiplicar por 2,5 veces el valor de lo que compró en septiembre. La justificación a esas pretensiones –además de la lógica de que el propietario de algo puede pedir lo que desee–, es que desde septiembre las cosas han cambiado mucho en ITP y a mejor. Fundamentalmente en dos áreas. Algunos pedidos del motor que equipará al FCAS ya son firmes y los ingresos se han disparado por la recuperación del tráfico aéreo. Una parte de los ingresos de ITP procede de las horas de vuelo de los aviones, ya que muchos motores no se venden sino que se ceden en régimen de alquiler. Todo apunta a que Indra si aceptaría pagar por esas acciones algo más de lo que abonó Bain a Rolls, pero sin llegar ese multiplicador que buscan los norteamericanos. Una plusvalía que al parecer trata de telegrafiar ya sus aspiraciones de cara a dentro de cuatro o cinco años, cuando tomen el camino de salida y abandonen la empresa vasca con una hipotética salida a Bolsa o la venta a otros inversores.

Tomás Iriondo (Elgoibar, 1965) es el director general del clúster Gaia, la Asociación de Industrias de Conocimiento y Tecnología Aplicada de Euskadi, que acaba de cumplir 40 años. El técnico aboga por hacer de la ciberseguridad una seña de identidad de la industria vasca, y defiende la inteligencia artificial como una gran oportunidad para el país. "Euskadi tiene uno de los grandes ecosistemas en las tecnologías del Estado español y en Europa. Afortunadamente, tenemos una visión temprana, pues en los años ochenta se articuló un movimiento en torno a la microelectrónica –que era una tecnología disruptiva respecto a lo que teníamos, que era la electrónica de las válvulas– que fue el germen de lo que hoy es Gaia. Uno de aquellos pioneros fue Iberduero, que quería también que sus proveedores se alinearan, y todo aquello fue visualizado por el Gobierno Vasco y se crearon centros de formación...De las tres grandes transiciones, que no las visualizo al mismo nivel, somos ‘core’ de la digital-tecnológica, que es instrumental. Es la única que nos va a permitir llegar a la socio-sanitaria y la energético-climática. Tengo claro que si quiero ser competitivo y seguir existiendo, o rediseño mis procesos o me oriento a la economía del dato, o saldré del mercado...La IA es una tecnología habilitadora. Así lo dice Europa. Nos aporta la capacidad de desinhibirnos y no tener que estar analizando una cantidad ingente de datos y procesos. No solo es dato un número, puede serlo una imagen o incluso un sonido. Y eso es lo que podemos analizar para crear modelos de causa-efecto para generar oportunidades. No es una amenaza...No destruye el empleo, lo revoluciona, lo transforma. Siempre ha sido así. Dejamos de hacer cosas menos enriquecedoras y le dedicamos tiempo a lo que sí lo es. ¿La excavadora destruye empleo? Sí. ¿Era agradable trabajar en una mina a pico y pala? No. Va a ayudar a las personas a un mejor desempeño de su trabajo. Nos vamos a ir quedando obsoletos, yo el primero, y por eso hay que impulsar el reciclaje profesional..."

Continuación de la entrevista con Tomás Iriondo. "Ya en 2017 hablábamos de la dificultad de acceder a determinados perfiles, pues el entorno no nos los proporciona. Primero, las mujeres no optan por las formaciones técnicas; siendo el 50% de la población suponen sólo el 15% de las matriculaciones. Es un problema de la sociedad. Y tenemos una población envejecida. No hay caladero. Nos faltan unos 1.500 profesionales al año en el País Vasco. Algo imprescindible es recapacitar de manera ágil a la gente...La realidad es evidente. En nuestro caso, según comentamos en la última asamblea anual de Gaia, podíamos haber crecido entre un 4% y un 6% adicional si hubiéramos tenido a esos profesionales que no encontramos. ¿A cuántos sectores no podemos atender por falta de gente? Es una relación directa en el conjunto de la economía de Euskadi...Es un factor limitante para, por ejemplo, la transición digital. O para la energética. Puedes pensar: «Van a venir de fuera». Pero no. Francia, Alemania, Madrid o Barcelona están igual que nosotros y queriendo llevar a gente de aquí para allí. Entonces... Es un problema global...Alemania lo hace bien; abre mucho y rápido cuando le interesa. En la guerra de Ucrania dijo el primer día: «Yo quiero a todos los tecnólogos». Aquí deberíamos ser más ágiles para implementar, siquiera de forma temporal, instrumentos de incorporación de esos perfiles profesionales desde cualquier lugar del mundo". 

Tras un inicio de agradecimiento a las empresas del Ibex 35 por su contribución en la lucha contra la pandemia y presión de Moncloa para que arroparan a Sánchez en actos públicos o en foros como Davos, el propio presidente dio un giro hasta culpar de su derrota en las elecciones andaluzas en 2022 a «poderes económicos oscuros que quieren quebrar al Gobierno». Nunca ha detallado a quién se refiere y ha recibido un desmentido general encabezado por el presidente de CEOE, Antonio Garamendi, que califica de «grave y muy lamentable el ataque directo a la empresa que estamos viviendo». El señalamiento de Sánchez llegó a una cima el 29 de julio de 2022: «Si la señora Botín y el señor Galán protestan es que vamos en la buena dirección». También la ministra Ione Belarra, batió récords llamando el 21 de enero «capitalista despiadado» al presidente de Mercadona, Juan Roig, sin que el Gobierno haya acreditado por qué. Nadia Calviño, por su parte, intentó desestabilizar a Rafael del Pino ante sus accionistas por impulsar el domicilio de Ferrovial a Países Bajos, un país fundador de la UE. Presidentes de relevantes asociaciones empresariales pulsados por este diario descalifican el legado que deja Sánchez en la relación con las empresas. «La actitud del Gobierno ha ido evolucionando y no ha sido la misma en diferentes miembros del Ejecutivo. En el inicio, el presidente hizo un evidente acercamiento a las grandes empresas y durante la pandemia se pusieron en marcha medidas de apoyo para el tejido empresarial como los avales del ICO o los ERTES. Sin embargo, en los últimos meses hemos asistido a un hostigamiento por algunos miembros del Gobierno al mundo empresarial, en general, y a algunos empresarios en particular, que me parece inadmisible», dice el presidente de la Cámara de España, Josep Lluis Bonet.

Cuestionario a Antonio Garamendi. "Es grave el ataque directo al mundo de la empresa que estamos viviendo. Las ministras que dicen barbaridades deberían estar ya cesadas. Me recuerda a países de otro entorno sin espíritu de apoyo a la iniciativa privada. Como presidente de los empresarios españoles, me parecen inadmisibles los insultos a empresarios más que respetables, que no sólo generan empleo, riqueza y pagan impuestos, sino que además impulsan fundaciones y son unos próceres de sus territorios. Además, es un insulto a todos. A esos 20 millones de personas que trabajan en el sector privado, a los empresarios de todos los colores que suben y bajan las persianas, y también es un insulto a todos los accionistas de las compañías porque, por ejemplo, en algunas de las cotizadas son millones y no son ricos, son personas de toda condición...Hay que repararlo. Lo que pido es un respeto a la empresa y que se consideren las 100 medidas que planteamos y se ponga en valor la figura del empresario. La forma de solucionar los problemas es que haya más empleo y riqueza, y para eso lo que hace falta es más empresas y empresarios..."

Otra de las grandes decisiones que tendrá que afrontar el nuevo Gobierno que salga de las urnas será si los impuestos a la banca, energéticas y grandes fortunas que entraron en vigor el pasado 1 de enero se extenderán más allá de los dos años para los que estaban previstos. El Ejecutivo de Pedro Sánchez ya ha abierto la puerta a convertir estas tasas en permanentes. Y el programa económico de Sumar también incluye esta posibilidad. Más difícil tendrá ajustar su postura el Partido Popular que, ante la posibilidad de una victoria electoral, debe debatirse entre la urgente necesidad de mantener al alza los ingresos para las arcas públicas y, al mismo tiempo, ganarse el favor de dos sectores empresariales vitales para la actividad económica del país. El Banco de España calcula que el impuesto a la banca se comerá un 5% del beneficio del sector, que ya ha abonado 1.120 millones a cuenta de sus ingresos de 2022; y en 2024 pagará una cantidad similar. «No nos gusta ni en forma, ni en fondo, ni cómo se tramitó», indicaba esta semana Alejandra Kindelán, presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB). «Espero que no lo hagan permanente», anunciaba. Aunque los populares podrían derogar el tributo no parece que vaya a ocurrir. La idea, de hecho, es que en el momento de su vencimiento, la tasa se sustituya por un fondo de ayudas que costearía el propio sector. Una decisión que contentaría en cierto modo a la opinión pública, que el pasado año vio cómo mientras su carga hipotecaria se disparaba casi sin control en plena escalada de tipos de interés, los bancos engordaban sus beneficios a niveles récord. «A pesar de la argumentación con la que se ha justificado su diseño, el nuevo impuesto a la banca no se ha diseñado siquiera para gravar los beneficios (que ya están sujetos a Sociedades), sino el principal componente de los ingresos: el margen de intereses más comisiones netas», recuerda Rafael Domenech desde el servicio de estudios de BBVA Research.

Entrevista con Alejandra Kindelán, Presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB). Asegura que en «el crédito hipotecario estamos con mejores condiciones que Alemania o Italia». La temperatura sobre la retribución de los depósitos ha ido subiendo a lo largo de la semana. El lunes lo reclamó la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, después insistió el número dos del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, y el viernes la presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández, reclamó medios para investigar este tipo de situaciones. "Hoy tenemos un exceso de liquidez en el sistema. Veníamos de tipos de interés cero o negativos y de un esfuerzo de los bancos centrales para dar esa liquidez con préstamos a las entidades...Las condiciones están cambiando muy rápidamente porque el principal objetivo de los bancos centrales es combatir la inflación con los tipos de interés. Veníamos de la situación contraria y eso ha pasado en muy poco tiempo. Los bancos españoles han devuelto ya 200.000 millones. En la medida en que se vaya drenando esa liquidez se irán cambiando las condiciones y las entidades..Hay competencia, no es un argumento que podamos usar para esto. Hay grandes entidades compitiendo con entidades regionales, hay depósitos y muchas alternativas de pasivo que se están ofreciendo. De hecho, España es hoy uno de los mercados más baratos de Europa. Por ejemplo, en el crédito a pymes estamos muy por debajo de la media europea, un punto de diferencia respecto a Alemania..."

Ibiza se ha convertido en los últimos años en uno de los destinos más caros del Mediterráneo y este verano parece que no aflojará. El coste de una noche en un alojamiento de cinco estrellas en la isla durante el mes de agosto se situó el año pasado en los 568 euros, un 37% más caro que en agosto del año anterior, según datos del Instituto Balear de Estadística. “Se han reformado muchos hoteles en los últimos años. Algunos establecimientos de dos y tres estrellas se han reconvertido para alcanzar las cuatro o las cinco”, explica Nuria Moreno, presidenta de Ibiza Luxury Destination, una asociación de empresas que ofrecen servicios de lujo en la isla. Moreno habla de un crecimiento importante del mercado norteamericano, gracias al vuelo que une semanalmente Mallorca con Nueva York y también una alta demanda de visitantes procedentes de Brasil y de México, que compensan la bajada del mercado ruso. “Lo que este turista de lujo demanda es la experiencia total. Ir a Formentera a comer en un barco o comer en uno de los restaurantes con estrella Michelin que hay en Ibiza. La mayoría son discretos, pero también hay ese otro cliente ostentoso que vemos en redes sociales”, sostiene Moreno. Los hoteles de Mallorca de cuatro y cinco estrellas han crecido un 11% en el último lustro en la isla y representan el 70% de la planta hotelera, el récord de los últimos 30 años. Sin ir más lejos, esta semana el multimillonario británico Richard Branson ha puesto en marcha el hotel Son Bunyola, una posesión reformada en mitad de la sierra para dar servicio como hotel de cinco estrellas a más de 800 euros la noche. El precio medio en agosto del año pasado en los hoteles de Mallorca se situó en los 311 euros la noche en este tipo de alojamientos, algo más barato que Ibiza y apenas un 4% por encima del precio de 2021. “Los precios se incrementan, pero no el 12% o 15% para compensar la inflación acumulada”, dice Toni Mir, consejero delegado de Cap Vermell, un hotel de cinco estrellas en el norte de Mallorca. Sus principales mercados emisores son Alemania, Reino Unido y Corea del Sur. 

Nunca ha habido un mejor momento que el actual para hacerse funcionario. Faltan apenas unos días para que, por tercer año consecutivo, el Gobierno anuncie una oferta pública de empleo histórica. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, el Ejecutivo aprovechará para hacer un guiño a los votantes poniendo puestos de trabajo en la balanza en una convocatoria que se prevé igual de abultada a la de 2022. No es la primera vez que lo hace ni tampoco será el único gobierno. La Comunidad de Madrid recurrió a esta misma estrategia durante los pasados comicios autonómicos. En cualquier caso, se trata de una buena noticia para los españoles, que cada día ven con mejores ojos convertirse en empleados públicos. De hecho, el 74% de los ciudadanos consideran que ser funcionario permite tener una calidad de vida mejor que la que ofrecen la mayoría de los trabajos. De ahí el bum de la demanda. La mitad de la población activa, una de cada dos personas de entre 18 y 55 años, ha opositado o está pensando en hacerlo, de acuerdo con el estudio realizado por la plataforma online de preparación de exámenes Oposita Test, que sitúa la cifra total de españoles en 6,8 y 5,1 millones, respectivamente. Y creciendo del orden de un 10% anual.

La campaña de las elecciones generales del 23 de julio lo aguanta todo: fiscalidad más justa, ayudas para el conjunto de los españoles, impuestos más bajos, dinero para todos... Pero la realidad será muy distinta cuando el futuro inquilino de La Moncloa tenga sobre su mesa el estado de las cuentas públicas. Porque, después de dos crisis consecutivas (la de la pandemia y la inflación), Europa comenzará en pocos meses a exigir ajustes. A falta de detallar las nuevas reglas fiscales (déficit y deuda) previsiblemente amoldadas a cada país, la etapa del incremento en el gasto público sin límites para los planes de ayuda tocará a su fin. Bruselas pedirá al futuro presidente del Gobierno contención tanto a la hora de incrementar las partidas de gasto como a la hora de llevar a cabo una rebaja generalizada de impuestos. Prima, de nuevo, cumplir con los objetivos fiscales de la UE. Y la cuadratura del círculo, por muchas promesas que los grandes partidos suelten durante las próximas semanas de campaña, será el mayor ejercicio de complejidad que asumirá el futuro Ejecutivo. Uno de los primeros desafíos para el nuevo Gobierno serán los Presupuestos Generales del Estado (PGE). En principio, habría plazo suficiente para contar con una nueva hoja de ruta antes del 1 de enero de 2024. Pero el cambio de Ejecutivo hace prever un análisis exhaustivo de la vía tributaria actual, sobre todo teniendo en cuenta que ya en 2024 España se enfrentará al regreso de las reglas fiscales de Bruselas, con quien se ha comprometido una reducción del déficit al 3% –desde el 4,8% con el que cerró 2022– ya en 2024, un año antes de lo previsto. Para 2023, el recorte planteado es de hasta el 3,9%. «El ajuste para cumplir ese objetivo ya es de unos 9.000 millones de euros. De ellos, unos 5.000 millones se ajustarían automáticamente por el efecto del crecimiento», explica María Jesús Fernández, economista senior de Funcas. 

Rusia vivió ayer el capítulo más extraño de la guerra de Ucrania. El jefe del Grupo Wagner, Evgueni Prigozhin, tomó la ciudad de Rostov y ordenó a sus tropas avanzar hacia Moscú en su enésimo enfrentamiento con el Ministerio de Defensa. El presidente, Vladímir Putin, calificó de «rebelión armada» la iniciativa, que generó un tenso clima de asonada. Horas más tarde, Prigozhin hizo que sus mercenarios se retirasen para evitar «un derramamiento de sangre». Tras un fulgurante avance durante buena parte del día de ayer hacia Moscú de unos 5.000 mercenarios del grupo Wagner armados hasta los dientes, su jefe, Evgueni Prigozhin, publicó a última hora de la tarde un nuevo audio para anunciar el fin de su rebelión tras haber aceptado la mediación del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko. Sus hombres se encontraban ya cerca de la capital rusa. «Iban a desmantelar el grupo Wagner. Salimos el 23 de junio en nuestra Marcha de la Justicia y hemos avanzado hasta situarnos a casi 200 kilómetros de Moscú», informó Prigozhin en su mensaje difundido a través de Telegram. «En todo este tiempo no hemos derramado ni una sola gota de sangre de nuestros combatientes», añadió. Sin embargo, «ahora si llegó el momento cuando se podría haber derramado sangre rusa (…) y para evitar tal derramamiento vamos a dar marcha atrás con nuestros convoyes y regresar a nuestros campamentos», dijo el líder mercenario.

Cada vez más voces de la ciencia aseguran que el cáncer se convertirá pronto en una enfermedad crónica y que un poco más tarde se curará. El desafío no resulta sencillo. Lo que conocemos por el nombre genérico de cáncer es, en realidad, un conjunto de más de 200 enfermedades completamente diferentes. Los avances de las últimas décadas apuntan, sin embargo, en buena dirección. El logro conseguido por el grupo estadounidense que ha curado en ratones tumores de piel, cerebro y mama aviva la llama del optimismo. Científicos y clínicos coinciden en recibir la noticia con cautela, pero con «muchísima esperanza». Aunque a la investigación le falta recorrido y tiempo para convertirse en una práctica clínica rutinaria, se trata de uno de los grandes avances contra el cáncer de este año. «Existen razones fundadas para confiar en ella», afirma el investigador Francisco Borrego, coordinador del grupo de Inmunología del Instituto de investigación Biocruces Bizkaia, de Osakidetza. El laboratorio de Ingeniería Biofísica de Pensilvania ha desarrollado unos glóbulos blancos artificiales capaces de vencer al cáncer de mama, de piel y de cerebro. La terapia, probada con éxito tanto en laboratorio como en ratones, tiene una doble ventaja. Además de limpiar el organismo de células cancerosas, enseña al sistema inmunitario a reconocerlas y matarlas. Es decir, actúa con memoria, igual que lo hacen las vacunas contra las grandes enfermedades infecciosas, como el sarampión, la rubeola o la varicela. «Era difícil y lo han logrado».