20200715

En el punto álgido de la pandemia, en Euskadi llegó a haber 26.900 empresas en ERTE. «Los expedientes de regulación temporal de empleo han tenido una importancia crucial en el sostenimiento de los puestos de trabajo y de las empresas vascas», apuntó ayer el delegado del Gobierno en Euskadi, Denis Itxaso. Por ello, la Delegación del Gobierno, en colaboración con las direcciones provinciales del Servicio Estatal de Empleo (SEPE) y las organizaciones empresariales Cebek, SEA y Adegi, han organizado tres jornadas informativas para resolver dudas que las empresas puedan tener. Los encuentros, dirigidos a gerentes, directores de recursos humanos y personas involucradas en los procesos de administración de personal, se podrán seguir de forma telemática. El primero de ellos se celebrará hoy en San Sebastián. 

La crisis del coronavirus sigue azotando con fuerza al mercado laboral, hasta tal punto que a finales de junio aún más de 4,1 millones de trabajadores continuaban afectados por los efectos de la pandemia sobre sus empleos, según un informe publicado ayer por Randstad Research con datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. La buena noticia es que esa cifra suponía un millón de personas menos que las que había afectadas en mayo, cuando progresivamente se fueron levantando las restricciones que conllevaba el estado de alarma, pero aún así suponen uno de cada diez afiliados y a final de año habrá un millón de damnificados. 

Los economistas de BBVA Research pronosticaron en pleno confinamiento que la economía española caería un 8% este año, contando con que las medidas restrictivas se levantaran a principios de mayo. La realidad prolongó unas semanas más la apertura de comercios, restaurantes, hoteles e industrias, por lo que en su actualización del informe ‘Situación España’, presentado ayer, profundizan en el desastre económico y prevén que el PIB caiga un 11,5% este año. Calcula que las medidas del Gobierno como los ERTE o los créditos del ICO han impedido una caída adicional de 3,5 puntos en el PIB. 

En los seis primeros meses de este año la recaudación de impuestos en Euskadi ha ascendido a 5.110 millones de euros, lo que supone un descenso del 13,08% en comparación con el mismo periodo de 2019. Para las diputaciones se concreta en una pérdida de 769 millones de euros. Y pese a ello, el dato tiene algún elemento positivo: los responsables de las haciendas forales esperaban una bajada todavía mayor.

La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, advirtió ayer de la importancia de «no olvidarse» de apoyar la I+D, sobre todo en momentos de crisis como el actual, y anunció un paquete de ayudas de 65 millones de euros destinado a impulsar al sector tecnológico en Euskadi. La consejera compareció en la rueda de prensa posterior a la primera reunión del Consejo de Gobierno Vasco en funciones tras las elecciones del domingo, en la que se dio luz verde al programa Emaitek Plus, en el que se enmarcan esas subvenciones dirigidas a los centros tecnológicos y a los centros de investigación cooperativa pertenecientes al Basque Research and Technology Aliance (BRTA), alianza que lidera la investigación vasca en Europa.

España debe contar con un plan de reindustrialización de forma inteligente, consensuado con Europa. Es importante que esté liderado por una persona de prestigio económico y con amplio apoyo político. Sugerimos una dotación de 20.000 millones. Como mínimo, las inversiones deben triplicar estos recursos. Es indispensable contar con una Formación Profesional más potente y orientada a resultados.  No podemos perder posiciones en la nueva geopolítica protagonizada por EE UU y China. Francia y Alemania acordaron en febrero de 2019 y en mayo de este año una estrategia industrial. La Comisión Europea, en mayo de 2020, planea la movilización de recursos financieros en el Marco Financiero Plurianual 2021/2027 y en el Next Generation EU, uno de cuyos pilares es el European Green Deal, para financiar la transformación tecnoindustrial europea. A España se le presenta una oportunidad única para una reindustrialización inteligente y dejar de ser una economía de baja productividad.

Las economías de los principales países de la Unión Europea (UE) sufrirán este año una debacle histórica. Según las diversas estimaciones, el PIB de España experimentará una contracción que rondará el 10%; en esa misma línea se situarán Francia o Italia; Alemania podría caer algo menos, cerca del 7%. A pesar de este panorama inédito, consecuencia de las restricciones impuestas para frenar la pandemia, la mayoría de los altos ejecutivos a nivel global ven con optimismo la recuperación de Europa. Tomando como base una encuesta llevada a cabo entre 500 ejecutivos de la cúpula directiva de quince industrias diferentes en Europa, Norteamérica y Asia Pacífico– el 66% de los altos directivos opina que Europa saldrá de la crisis de manera relativamente rápida. Ese porcentaje se eleva hasta el 71% en el caso de los ejecutivos europeos.

El comercio exterior chino creció en junio nada menos que el 5,1%. Pero no con respecto a mayo, sino en tasa anualizada. O sea que, a pesar de los efectos de la pandemia en las economías de todo el mundo, el resultado del mes pasado fue mejor que el de junio de 2019, cuando nadie podía predecir la escabechina que iba a causar el coronavirus. Concretamente, y siempre según los datos oficiales publicados ayer por la Administración General de Aduanas, las importaciones crecieron un 6,2% y las exportaciones, un 4,3%.

La demanda mundial de petróleo registrará el próximo año un incremento anual récord de 7 millones de barriles diarios, aunque este histórico rebote impulsado por la esperada recuperación de la economía resultará insuficiente para devolver el consumo global de crudo al nivel previo a la crisis desatada por la pandemia de coronavirus, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Seat anunció la semana pasada una inversión de 5.000 millones de euros de aquí a 2025, justo en un momento en el que Nissan negocia con sus trabajadores el cierre de sus factorías en Cataluña. Además, comunicó que producirá eléctricos en la planta de Martorell a partir de ese año, según dijo su presidente interino, Carsten Isensee. Antes de esa fecha, la planta barcelonesa no montará 100% eléctricos porque no son rentables. «Se necesita un volumen de 100.000 o 150.000 coches eléctricos para que la línea de una factoría sea rentable» afirma. «Importa el volumen de vehículos, no su tamaño». Hay que tener en cuenta que Martorell produjo en 2019 menos de 100.000 unidades del Audi A1, por debajo de lo esperado. Y que Nissan Zona Franca, abocada al cierre, hizo apenas 11.000 unidades de la furgoneta eléctrica eN200.

El presidente Pedro Sánchez se ha marcado julio como fecha límite para amarrar el consenso. Es más, aspiraba a lograrlo en el Consejo Europeo del 17 y 18 de julio. Al menos era así hasta que ayer se reunió con Angela Merkel, y el realismo de la canciller alemana enfrió la expectativas de España. “Vemos que todavía hay importantes discrepancias que tenemos que salvar”, avisó Merkel, que ve complicado que se llegue a un acuerdo en el próximo Consejo, tal y como le gustaría a España. Sánchez, por su parte, volvió a insistir en que julio es el mes del acuerdo.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, aprovechó ayer la celebración de la fiesta nacional para aclarar sus planes políticos para el próximo curso. El mandatario anunció que su Gobierno lanzará un nuevo paquete suplementario de estímulo de “al menos” 100.000 millones de euros cuyos detalles se conocerán previsiblemente a finales del verano y precisó que, aunque abierto al diálogo, mantiene su intención de reformar las pensiones.

Por séptimo día consecutivo, Euskadi sumó ayer un mínimo de 27 nuevos casos diarios. El dato refleja de forma clara un cambio de tendencia en la epidemia respecto a los dos últimos meses. Solo en una semana se han detectado 204 contagios. Desde que el País Vasco comenzó a avanzar en la desescalada, cada vez que se detectaba un brote se registraba un aumento de los positivos durante unos días en una zona concreta. Pero bajaba al de unas jornadas, cuando se controlaba la situación. Ahora ya no. El nivel de infecciones se mantiene. El foco de Ordizia se da ya por atajado –en 48 horas solo ha sumado dos casos–, pero los nuevos contagios diarios en el conjunto de Euskadi no disminuyen.

Los continuos rebrotes de coronavirus que sacuden a España en la ‘nueva normalidad’ sorprendentemente no estarían haciendo dispararse los nuevos contagios. Eso, al menos, es lo que apuntaron ayer las cuestionadas estadísticas del Ministerio de Sanidad. Según el departamento que dirige Salvador Illa, las comunidades, a pesar de que los focos ya afectan a todas las autonomías, solo notificaron 263 nuevos positivos con fecha de diagnóstico en las últimas 24 horas. Las infecciones, atendiendo a estas estadísticas, por tanto crecerían pero sin aumentar de manera exponencial.

Alfonso Alonso ha fichado como presidente de la consultora de asuntos públicos Acento, fundada a finales del año pasado por el exministro socialista José Blanco y por quien fuera portavoz en el Congreso del PSOE Antonio Hernando. El nombramiento del expresidente del PP vasco se hizo oficial ayer, menos de 48 horas después de que se conociesen los resultados de las elecciones del 12-J, en las que el PP ha sacado uno de los peores resultados de su historia.