20211216

«Es una de las iniciativas más ilusionantes de cuantas están ligadas a los proyectos europeos», aseguró ayer Pedro Sánchez en la presentación formal del PERTE de energías renovables, que aprobó el martes el Consejo de Ministros y que supone el pistoletazo de salida a muchas iniciativas que van a ser claves para la industria vasca: el desarrollo y explotación de la tecnología del hidrógeno y, también, del almacenamiento de electricidad. El plan ya era esperado desde hace muchos meses por el denominado Corredor Vasco del Hidrógeno, una asociación formada por unas 120 empresas y que está liderado por Petronor. También por otras grandes compañías como Iberdrola y firmas industriales vascas que trabajan en el campo del almacenamiento, como es el caso de Ingeteam. Y, asimismo, en el sector eólico hay interés para empresas con sede en Euskadi, como Siemens Gamesa. El jefe del Ejecutivo aseguró que de forma inmediata se van a lanzar convocatorias de ayudas. La primera, por importe de 500 millones de euros, para el desarrollo de la tecnología del hidrógeno y otra, dotada con 150 millones, para los primeros «proyectos pioneros en hidrógeno a escala comercial». Sánchez se anticipó a las dudas que generan siempre los anuncios del Gobierno relacionados con los fondos europeos, para prometer que en este caso habrá celeridad en la convocatoria y adjudicación de las ayudas. Los antecedentes no son precisamente buenos, ya que el PERTE de automoción –también importante para Euskadi– se aprobó en el verano y aún no ha entrado en su etapa de maduración.

La escalada de la inflación hasta máximos en tres décadas y su impacto en el crecimiento es una de las grandes preocupaciones en esta recta final del año, pero Laboral Kutxa espera que las tensiones vayan aflojando a lo largo de 2022, aunque advierte de que se mantendrán en el primer trimestre. Fundamenta esta previsión en que los precios energéticos, principal causa de la subida, se irán corrigiendo tras el invierno. Y también se desatascarán los cuellos de botella con el avance de la vacunación en los países emergentes, según explicó ayer el responsable del Departamento de Estudios de la entidad, Joseba Madariaga. «Pero es una hipótesis realizada con la máxima prudencia. Habrá que ir viendo la evolución», matizó. Con este razonamiento, Laboral Kutxa prevé que la inflación termine 2021 en el 3% de media anual (la interanual de diciembre será mucho mayor), una cifra muy similar a la que pronostica para el siguiente y que se sitúa por encima del consenso. Justo ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó la estimación definitiva del IPC en noviembre, que arroja un alza del 5,5% para el conjunto de España y del 5,1% para Euskadi, las tasas más elevadas en tres décadas, lo que está tensionando la negociación colectiva ante la exigencia de los sindicatos de trasladar el alza a los salarios. Ver presentación Laboral Kutxa. 

Indra vivió ayer su peor día en Bolsa desde marzo de 2020. Sus títulos cayeron un 11,51% tras conocerse que Corporación Financiera Alba, su accionista histórico, ha vendido el 5% del capital en la empresa del Ibex a la compañía vasca de defensa SAPA, y trascender que la familia March planea salirse progresivamente de Indra y ceder su asiento en el consejo, ocupado por Santos Martínez-Conde, a un representante de la empresa vasca. Tras la operación, Corporación Alba, que había llegado a ser el segundo mayor accionista de Indra, rebaja su posición en la compañía hasta el 3,2%, y SAPA se coloca como tercer inversor, por detrás de la SEPI, que posee un 18,7%, y del fondo Fidelity Management, con un 9,8%. El mercado castigó ayer a Indra ante la posibilidad de que su nuevo accionista SAPA les acerque a ITP Aero, según otras fuentes consultadas, que subrayan que fue SAPA quien se acercó a Corporación Financiera Alba para comprarles su participación. “Este es un dato importante, porque no hay que olvidar que el principal cliente de SAPA es el Ejército español y que esta operación sentará en el consejo de Indra a una empresa que hará valer su 5% y que está más alineada a los intereses del Gobierno”.

La entrada de SAPA Placencia en la tecnológica Indra, que llega apenas dos meses después de su aterrizaje en ITP y cuando la firma andoindarra tiene ya consolidada su planta en Estados Unidos, le convierte en «un player muy relevante» en el sector de la defensa y, como derivada, en todo el ámbito civil. Así lo aseguró ayer en declaraciones a DV la consejera de Desarrollo Económico del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia. La responsable de la política industrial del Gobierno Vasco puso en valor el movimiento estratégico de la firma de la familia Aperribay, que ha sorprendido a propios y extraños al anunciar la compra de un 5% del gigante con sede en Alcobendas –por 90,8 millones– en una apuesta a larguísimo plazo y que le convierte en un claro consolidador industrial del sector. El mercado no digirió bien ayer la operación, y las acciones de Indra cayeron un 11,5%, su mayor retroceso desde marzo de 2020. «La compra es, por supuesto, una cosa suya y no toca valorarla desde el Gobierno, pero el conjunto de esos tres movimientos –Estados Unidos, ITP e Indra– le abren a SAPA enormes y muy relevantes oportunidades, también en términos de país», añade.

El objetivo que nos marcamos es el de reconocer a aquellas personas brillantes, que apuestan, crean y aportan llevando el nombre de Vitoria-Gasteiz y Álava por el mundo y que nos permiten asociar nuestra imagen a innovación, a tecnología, a soluciones punteras, pero también a seriedad, al valor del compromiso, a la seguridad del trabajo bien hecho. Personas que con su ejemplo profesional y vital allanan el camino de los que vienen detrás". El presidente de la Cámara de Álava, Gregorio Rojo, se refirió así, durante el pleno celebrado ayer al nuevo reconocimiento de de Embajador/a de Álava que, en su primera edición, ha recaído en Iñaki López Gandásegui, presidente de Aernnova. La brillante trayectoria de Juan Ignacio López Gandásegui va ligada al despegue del sector aeronáutico en Álava y en Euskadi, que ha mutado en menos de tres décadas de sector emergente a uno de los pilares de la infraestructura industrial del país", ha destacado la Cámara en un comunicado, para añadir que "sin duda hoy no sería posible hablar de un sector aeronáutico de referencia en Euskadi sin una figura como la de Juan Ignacio López Gandásegui".

El fabricante vasco de componentes para automóviles CIE Automotive comunicó ayer que Carlos Solchaga, exministro de Industria y también de Economía en el Gobierno de Felipe González, deja el consejo de administración de la compañía, al igual que Ángel Ochoa, dado que en 2022 ambos cumplían 12 años como consejeros de la empresa, por lo que perderían su condición de consejeros independientes. En su lugar, se incorporarán María Eugenia Girón Dávila, exdirectiva de Loewe, y Elena Orbegozo Laborde, que desarrolla parte de su carrera profesional en una compañía multinacional de prestación de servicios de tecnología. Además, CIE designó ayer como vicepresidente a Fermín del Río Sanz de Acedo, que lleva más de 30 años colaborando con la empresa en sus distintas facetas y es consejero desde 2005. El nuevo vicepresidente es licenciado en Administración y Dirección de Empresas y comenzó su trayectoria profesional como asesor fiscal en 1975. Fundó Norgestión, donde prestó sus servicios hasta 2008. También formó parte de la patronal guipuzcoana Adegi y de la vasca Confebask.

La presidenta de la patronal vizcaína Cebek, Carolina Pérez Toledo, considera que en el momento actual de cambios las empresas deben impulsar «equipos y nuevos liderazgos» capaces de engancharse a la transformación digital. Pérez Toledo participó ayer en una jornada para analizar las experiencias extraídas por empresas del territorio tras la implantación en sus organizaciones del proyecto Ekinbarri, una herramienta para acompañarlas en un proceso de transformación basado en las personas. Ver más en Cebek. 

La maquinaria de ingresar de las diputaciones forales vascas sigue perfectamente engrasada. La recuperación de la economía en esta fase de la pandemia, el tirón del consumo e incluso algún elemento extraordinario, han permitido que los ingresos por impuestos hayan experimentado un auténtico despegue. A finales de noviembre, las haciendas de Bizkaia, Álava y Gipuzkoa habían ingresado un total de 14.436 millones de euros. Una cifra que supone 1.775 millones más que en los once primeros meses del pasado año. Esto es, un 14,02% más. El dato confirma la previsión anticipada hace meses de que este año se alcanzará un récord histórico en los ingresos por impuestos en el País Vasco, para superar así la recaudación de 2019, que era hasta ahora el máximo. La recaudación de las haciendas vascas se ha visto favorecida además este ejercicio por una transferencia extraordinaria del Estado, por un importe de 432 millones de euros.

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, logró ayer el apoyo del comité ejecutivo, el órgano de gobierno de las patronales, integrado por un grupo reducido de miembros, para seguir negociando la reforma laboral. Las conversaciones están todavía muy abiertas y el resultado dependerá en gran medida del dibujo final. Garamendi esbozó las líneas generales de los cambios legislativos que se plantean y defendió que en la mesa de negociación se están consiguiendo reducir mucho los daños. Tan solo hay que observar la dureza de las propuestas iniciales para constatar que se han dado avances importantes, señaló. Aunque algún presidente pidió que se consiguiesen algunas contraprestaciones más, en general la reunión fue bien, explican diversos asistentes. A grandes rasgos, Garamendi aseguró que si el redactado es una locura, no se respaldará, y que si resulta razonable, entonces se podría firmar.

La factura de la luz no da tregua en este último tramo del año. Ni está previsto que ofrezca síntomas de debilidad hasta bien entrado 2022. Con un panorama desolador para las familias, que a partir de ahora afrontan los rigores del invierno, el Gobierno ya ha decidido que va a prorrogar todas las rebajas de impuestos vinculados a la electricidad que se encuentran en vigor en estos momentos, al menos durante el primer trimestre del próximo ejercicio. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, lo anunciaba ayer en el Pleno del Congreso pocos minutos antes de que se publicara el nuevo precio de la electricidad para hoy, que superaba cualquier barrera histórica, hasta alcanzar el récord de los 302 euros/MWh. Con esta realidad, al Ejecutivo no le ha quedado más remedio que optar por mantener intactas las medidas fiscales en vigor desde junio, en el caso del IVA, que bajó del 21% al 10% actual; así como desde septiembre, en el caso del Impuesto Eléctrico (en el 0,5% frente al 5,1% anterior); o la suspensión del tributo de generación que pagaban las energéticas al 7%.

El virus inflacionista, que tiene en la crisis energética su principal foco de propagación, ha terminado contagiándose al resto de la cesta de la compra, golpeando los bolsillos de las familias españolas donde más les duele: la alimentación básica. El IPC cerró noviembre en el 5,5%, una décima más que en octubre, aunque una menos de lo adelantado por el INE a finales de noviembre. A pesar de ello, casi cuadruplica el ritmo al que crecen los salarios. Aunque los grandes fermentos de esta subida, que sitúa la inflación en su tasa más alta desde 1992, han sido una vez más los combustibles y la electricidad, que en noviembre se dispararon un 62,7% y un 46,7%, respectivamente, el patógeno inflacionario ha calado con fuerza en los precios de la alimentación, preludiando una de las campañas de Navidad más caras en décadas. Así, el precio del aceite de oliva, que lleva meses subiendo por una cosecha más pequeña y por los costes energéticos (el precio de la luz batirá hoy un nuevo récord histórico por encima de los 302 euros el megavatio hora), se ha encarecido un 25,5%, cuando en noviembre pasado caía más de un 4% y en abril de este año apenas subía un 2%.

Adiós a los estímulos económicos. La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos ha confirmado lo que ya se esperaba en los mercados: una reducción acelerada del programa de compra de bonos y una subida de los tipos de interés en el primer semestre de 2022. El dólar respondió al alza y los índices cambiaron el rojo por el verde. La jornada de este miércoles entre los inversores estuvo marcada por la expectación de la reunión de la Fed y el anuncio de sus conclusiones, que se hizo esperar hasta última hora de la sesión. A media mañana, los índices bursátiles mostraban ligeras pérdidas, de entre el 0,16% del Dow Jones y el 0,95% del Nasdaq. Pero nada más conocerse la decisión de la Fed, el Dow Jones pasó a ganar un 0,21%, el S&P un 0,31% y el Nasdaq un 0,18%. La rentabilidad del bono americano repuntó un 1,54%. Los mercados acogieron bien la noticia, que ya daban por descontada, sobre todo tras la última intervención del presidente del banco central estadounidense, Jerome Powell, ante el Senado a finales de noviembre. Fue en ese momento cuando Powell reconoció por primera vez que el alza de la inflación no era una situación “transitoria” y que esperaba que siga aumentando hasta bien entrado 2022, obligándole a adelantar sus planes. 

El matrimonio entre Iberia y Air Europa para crear una de las aerolíneas europeas mayores y con más alcance en América Latina está a punto de romperse, al menos en los términos en los que fue anunciado hace dos años. IAG, matriz de Iberia, registró ayer un hecho relevante en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el supervisor bursátil, en el que confirma que está en una “fase avanzada las negociaciones” con Globalia “para rescindir el acuerdo firmado el 4 de noviembre de 2019 y modificado el 20 de enero de 2021, según el cual la filial de IAG, Iberia, había acordado adquirir la totalidad de las acciones de Air Europa”. Según el acuerdo original, la rescisión de la operación conllevaba una indemnización de 40 millones de euros por parte de Iberia a la aerolínea del grupo Globalia. Sin embargo, tras realizar el anuncio, las partes intensificaron las negociaciones con el objetivo de encontrar una fórmula para seguir adelante con el proceso de unión, que sería clave para hacer de Barajas un nodo aeroportuario de primer nivel, sobre todo entre Europa y América Latina. 

«Te permite ver a resolución atómica las bases de la vida. Para saber cómo funciona una molécula, necesitas conocer su estructura tridimensional, la posición de cada átomo en el espacio, y una proteína puede tener decenas de miles de átomos», explica Iban Ubarretxena, director del centro mixto de la Universidad del País Vasco y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. El microscopio, que ha costado 4,5 millones que ha aportado el Gobierno vasco, permitirá avanzar en el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas contra enfermedades neurodegenerativas, infecciosas y el cáncer. Su montaje empezó a finales de septiembre, comenzará a funcionar en enero y ayer lo visitó el lehendakari, Iñigo Urkullu. El Thermo Fisher Titan Krios G4 de Leioa se encuentra sobre un bloque de hormigón que a su vez descansa sobre una plancha de ese mismo material anclada a la roca madre y aislada del resto del edificio. La sede del Instituto de Biofisika, inaugurada en 2016, se planificó para acoger un instrumento que no puede ponerse en cualquier sitio. Fue el bioquímico Félix Goñi, fundador del Instituto Biofisika, quien reservó sobre el papel una zona para un equipamiento así. «Tuvo la visión de dejar espacio para una sala que pudiese alojar un microscopio de alta resolución. No necesariamente un criomicroscopio electrónico como este. Entonces, se pensaba más en un microscopio de fuerza atómica», recuerda el director del centro y profesor Ikerbasque.

La vacunación, imprescindible. Pero por sí sola, insuficiente. El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) enciende todas las luces de alarma al constatar que el ritmo endiablado de expansión de la variante ómicron en Europa obliga a poner pies en pared y a adoptar medidas complementarias (léase nuevas restricciones) ante un mayor riesgo de colapso sanitario y un eventual mayor coste en vidas. Es la espiral ya conocida: infecciones en evolución exponencial y, en consecuencia, un mayor riesgo de casos de extrema gravedad. Sobre todo porque en apenas una semana se abrirá formalmente el periodo festivo de Navidad con una inevitable mayor interacción social. «En la situación actual, la vacunación por sí sola no nos permitirá prevenir el impacto de la variante ómicron, porque no habrá tiempo para abordar las brechas de vacunación que aún existen. Es urgente que se tomen medidas enérgicas para reducir la transmisión y aliviar la pesada carga sobre los sistemas de salud y proteger a los más vulnerables en los próximos meses».